Las ruinas más conocidas de la reducción de San Ignacio Miní, una misión jesuítica fundada a comienzos del siglo XVII para evangelizar a los nativos guaraníes,1 por el padre jesuita, hoy san Roque González de Santa Cruz , se encuentran en la actual localidad de San Ignacio, en la provincia argentina de Misiones, distantes unos 60 km de la capital provincial, Posadas. Aunque el asiento inicial de San Ignacio Miní (San Ignacio Miní I) se ubica en el extremo norte del actual estado brasileño de Paranácuando entre los siglos XVI y XVIII el territorio de tal estado formaba la región hispanojesuítica de La Guayrá.
Origen e historia de la misión[editar]
La misión original fue dirigida por los sacerdotes José Cataldinoy Simón Maceta en la región que los nativos llamaban Guayrá y los españoles llamaron La Pinería, en el actual estado de Paraná, alrededor de 1610. En 1631, la mayor parte de las reducciones fueron asediadas y destruidas por los bandeirantespaulistas o mamelucos. Sólo las de San Ignacio y Nuestra Señora de Loreto resistieron los ataques, pero en 1632 decidieron trasladarse a la región de Paranaimá, hacia el oeste. Pese a la organización de milicias nativas organizadas y entrenadas por los jesuitas de vocación militar, las hostilidades obligaron a replegarse nuevamente hacia el este, a su ubicación actual, en donde en 1696, tras haber tenido diversos emplazamientos que fueron abandonados más tarde, se restableció definitivamente. Recibió entonces el nombre de San Ignacio Miní ("la menor", en guaraní) para distinguirla de la anterior San Ignacio de la zona, llamada luego San Ignacio Guazú ("la mayor").
Situación actual[editar]
En la actualidad San Ignacio Miní es la mejor conservada de las misiones en territorio argentino. La planta de la misión es la común a la mayoría de las construidas por los jesuitas en la época: alrededor de una plaza central se distribuyen la iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el cabildo. En la construcción de San Ignacio se empleó la piedra local, el asperón rojo, en grandes piezas. La dimensión de los trabajos ha permitido que, pese a años de deterioro, la mayor parte de los muros siga en pie.
En 1984 las ruinas brasileñas de San Miguel de las Misiones, que ya había sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983, fue extendida para incluir las misiones de Nuestra Señora de Loreto, Santa María la Mayor, Santa Ana y San Ignacio Miní, convirtiéndose en un único sitio transfronterizo.
Comunidad Guaraní de San Ignacio[editar]
Sitio en donde se mantiene una comunidad de descendientes de guaraníes, allí se pueden observar algunas de sus auténticas artesanías y recorrer establecimientos yerbateros y otros cultivos, como ser lo cultivos de la káa-hée, estevia, o "hierba dulce" (una alternativa al azúcar y a los edulcorantes artificiales).
En la localidad se encuentra también un centro de interpretación, que provee información de la historia y la cultura de las misiones, además de organizar espectáculos didácticos.
La península Valdés es un accidente costero sobre el mar Argentino, en la provincia del Chubut, Argentina. Actualmente es parte de los nueve Patrimonios de la Humanidad declarado por la Unesco en Argentina. Presenta una porción de tierra de contorno casi cuadrangular unida al continente por el istmo Carlos Ameghino. Su centro geográfico se ubica hacia las coordenadas: 42°31′S 63°55′O.
Península Valdés recibe la mayor población reproductora de ballenas francas australes, con más de 2000 catalogadas por el Whale Conservation Institute y el Ocean Alliance. La región contiene seis reservas naturales, y está considerada uno de los principales y más importantes destinos de avistamiento de ballenas en el planeta, particularmente alrededor de Puerto Pirámides y la ciudad de Puerto Madryn. Además se avistan orcas, toninas overas, pingüinos, elefantes marinos y gran variedad de aves, entre otros.
Fisiografía[editar]
Con un área de 3625 km² y ubicada inmediatamente al sur del gran golfo San Matías, esta curiosa península presenta dos amplias escotaduras originadas en hundimientos tectónicos: al norte el golfo San José y, al sur, el golfo Nuevo y al este una menor, alargada, la caleta Valdés separada del mar Argentino por una estrecha y prolongada restinga.
Las mayores altitudes se encuentran en la parte oriental del Istmo Carlos Ameghino, con cumbre en el cerro Piaggio, con 110 msnm; la segunda principal elevación es el cerro Morro, de 109 msnm justo en el extremo sur de esta península. La costa suroeste es elevada, con importantes acantilados coronados por "cerros" que rondan los 100 msnm.
Por contrapartida, la mayor parte del interior de la península posee depresiones de hasta 42 metros bajo el nivel del mar: el Bajo del Gualicho (que no debe confundirse con su homónimode la provincia de Río Negro) y Bajo Valdés; otras depresiones menores dan lugar a salares como las Salinas Grandes (que nodeben confundirse con las otras «Salinas Grandes» que existen también en Argentina: estas salinas de la península sólo son grandes en relación a la península), las salinas Chicas (casi inmediatamente al oeste de las Salinas Grandes) y El Salitral ubicado en el centro noroeste de la península.
Historia[editar]
En el pasado, la región fue habitada por los aonikenk. Rastros de esta cultura pueden ser encontrados abundantemente, en forma de puntas de flecha labradas. Su nombre en idioma tehuelche es Kaüas a Süen.1
En 1520 sus costas fueron reconocidas por la expedición al mando de Fernando de Magallanes. Posteriormente fue un conocido destino de buques dedicados a la faena de lobos marinos, para extracción de piel. En el año 1778, la expedición de Basilio Villarino la bautizó como península Valdés, en honor al ministro español que ordenó la misma.
En el siglo XVIII los españoles fundaron la Guardia de San José (Fuerte y Puerto de San José de la Candelaria), entonces pequeña población civil compuesta en gran parte por maragatosque, como su nombre lo indica, estaba guarnecida por un fortínubicado en la parte norte del Istmo Carlos Ameghino, el desembarcadero de los primeros colonos españoles se ubicaba hacia los 42°25′S 64°15′O sobre la Playa Villarino, mientras que las ruinas del fuerte de La Candelaria o Fuerte San José se ubican unos 18 kilómetros más al este hacia las coordenadas 42°25′S 64°09′O.
Inicialmente las relaciones entre los aonikenk y los españoles fueron pacíficas pero luego se produjo una escalada de altercados probablemente ocasionados por la competencia en el aprovechamiento de los recursos de la zona o porque los indígenas al desconocer el sistema de propiedad privada substraían bienes que eran propiedad de los colonos y estos les reprimieron, como sea la reacción indígena se produjo aprovechando la distracción de los españoles durante una celebración religiosa, siendo entonces destruida la población y el fuerte en 1810.
A mediados del siglo XIX la zona comenzó a ser poblada definitivamente por ciudadanos argentinos.
Entre 1901 y 1920 funcionó entre Puerto Pirámides y las Salinas Grandes circuló el Ferrocarril de Península Valdés para la explotación de la sal para consumo.
Clima[editar]
La península tiene una peculiar situación climática, pues está a la pluvisombra (ver: biombo climático) de la cordillera de los Andes, y además recibe los beneficios de su cercanía con el mar, aumentados por su forma de hongo que incrementa su línea costera. El panorama parece estéril a primera vista pues es llano y con vegetación predominantemente arbustiva y espinosa. Sin embargo, la península atrae cantidades descomunales de especies animales, y resulta una colección de ecosistemas que maravillan a turistas e investigadores científicos.
En invierno, el clima es frío, predominantemente por debajo de los 5 ºC.
En verano es un lugar muy caluroso, llegando muy excepcionalmente a alcanzar los 45 ºC (31 de diciembre de 200815.20). No obstante, por las noches de verano, la temperatura desciende a unos 10 °C o menos, dependiendo de la rosa de los vientos (teniendo en cuenta que los vientos del norte en esta zona son cálidos) y mareas predominantes.
Fauna[editar]
Adaptadas al ambiente esteparío se encuentran maras ("liebres patagónicas"), algunos guanacos, zorros grises, culpeos patagónicos, choiques patagónicos ( o "avestruz patagónico"), zorrinos, y armadillos como el Zaedyus pichiy. Por otra parte, los yaguaretés y cóndores que llegaban a merodear hasta estas costas patagónicas fueron exterminados a fines del siglo XIX, mientras que los pumas patagónicos sólo incursionan raramente en la península desde las poblaciones de las estepas occidentales, sin mantener poblaciones permanentes en el área protegida.
En las costas la fauna marina es abundante y variada, incluyéndose ballenas francas australes, que llegan a sus costas a aparearse, y varias especies de delfines, como toninas overas, orcas y delfines mulares.
En la línea costera y sus inmediaciones pueden encontrarse en gran cantidades los elefantes marinos, lobos marinos con sus harenes, y pingüinos de Magallanes.
Entre las aves, aparte de los pingüinos, se destacan las gaviotas (en especial la especie Larus dominicanus), caranchos, chimangos, cormoranes y anátidos.
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Protección[editar]
En 1999 la Unesco incluyó a la península de Valdés en su lista de Patrimonios de la Humanidad. Forma parte de la red hemisférica de reservas para aves playeras como sitio de categoría regional.3 Por ley provincial se ha creado el área natural protegida península Valdés, que comprende su espacio terrestre, aéreo y una franja de tres millas marinas a su alrededor.
Reservas[editar]
- El parque marino provincial del Golfo San José posee diversos atractivos además del avistamiento de la abundante fauna: es excelente para el buceo entre sus arrecifes submarinos.
- En el extremo noreste de la península se encuentra la reserva faunística Punta Norte, donde se pueden encontrar lobos marinos, elefantes marinos, pingüinos de Magallanes y escúas.
- En el este, siempre sobre la costa, la reserva faunística Caleta Valdés, en la que se pueden apreciar una pingüinera y elefantes marinos; ocasionalmente se pueden avistar orcas.
- Dentro del Golfo Nuevo, casi inmediata a Puerto Pirámides en la costa noreste del mencionado golfo se halla la reserva de la lobería Puerto Pirámides.
- En el extremo sureste del Golfo Nuevo se encuentra el núcleo de la reserva faunística provincial Golfo Nuevo.
- Al norte del Istmo Ameghino, rodeada por las aguas del Golfo San José, se encuentra la Reserva Isla Pájaros.
- Fuera de la península Valdés — aunque dentro del área protegida de la misma — a unos 8 kilómetros al sureste de Puerto Madryn, se encuentra la reserva Punta Loma, donde además de lobos marinos se avistan cormoranes.
Turismo[editar]
Península Valdés es un importante destino turístico, siendo visitado durante todo el año, además de ser lugar de destino de muchos viajes de estudio de alumnos secundarios de la Argentina.
El único asentamiento humano importante de esta península es el pueblo turístico de Puerto Pirámides, así denominado por las formaciones rocosas piramidales de su entorno, con unos 500 habitantes permanentes. Fuera de Puerto Pirámides, la escasa población se distribuye en unas 30 estanciasovejeras.
Esta península es uno de los destinos turísticos más importantes de la Argentina y convoca anualmente a millares de visitantes del país y el exterior. Gracias a las políticas de protección implantadas, la población de ballena franca austral se encuentra en lenta recuperación.
Cada invierno, estas ballenas pueden ser avistadas durante su época de apareamiento y parto. El avistamiento de ballenas se ha convertido en una de las actividades turísticas más importantes del país.
La Ballena Franca Austral comienza a llegar a la costa de la península a principios de mayo y se retiran los primeros días de diciembre.
Durante la temporada estival, el turismo se orienta principalmente al disfrute de las playas de Puerto Pirámides — las únicas habilitadas para bañistas — y el avistaje de fauna.
Durante el siglo XX existieron proyectos para el desarrollo de la zona, pero tales proyectos no contemplaban el impacto ambiental sobre el ecosistemay en la actualidad están abandonados.
El primero de ellos fue la propuesta de la refundación de la Antigua Guardia de San José ahora transformada en un gigantesco puerto ultramarino que abarcaría gran parte de las costas del Golfo San José, tal proyecto contemplaba la construcción de un canal de navegación que atravesando el Istmo Carlos Ameghino comunicaría al Golfo San José con el Golfo Nuevo.
Posteriormente se consideró la idea de crear otro canal (o un túnel) que también atravesaría el istmo en cuestión, aunque en este caso no para la navegación sino para – aprovechando la importante diferencia de los niveles de marea existentes entre el Golfo San José y el Golfo Nuevo – crear una gran usina eléctrica mareomotriz.
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