Citas célebres de Sófocles
Una palabra nos libera de todo el peso y el dolor de la vida: esa palabra es amor.
De todos los males, los más dolorosos son los que se inflige uno mismo.
Todos los hombres cometen errores, pero un buen hombre cede cuando sabe que su curso es incorrecto y repara el mal. El único delito es el orgullo.
Un hombre, aunque sea sabio, nunca debería avergonzarse de aprender más, y debe desviarse de su mente.
La verdad es siempre el argumento más fuerte.
El que prescinde de un amigo es como el que prescinde de su vida.
Un hombre temeroso siempre está escuchando cosas.
Acostada en medio de la desdicha, el alma ve mucho.
No nací para compartir el odio, sino el amor.
Muchas cosas hay misteriosas, pero ninguna es más misteriosa que el hombre.
El tiempo, que ve todas las cosas, te ha descubierto.
Mucha sabiduría a menudo va con menos palabras.
Lo que la gente cree prevalece sobre la verdad.
Debes recordar que nadie vive una vida libre de dolor y sufrimiento.
El camino que he seguido, lo he seguido sin saber nada.
Al hombre perverso se le conoce en un solo día; para conocer al hombre justo hace falta más tiempo.
Una mentira nunca vive para ser vieja.
La verdad odia el retraso.
Los niños son los anclajes de la vida de una madre.
¿Qué mayor herida hay que un falso amigo?
Quien no haya sufrido lo que yo, que no me de consejos.
No hay mañana para el que no acabe bien el día de hoy.
El hombre es aire y sombra solamente.
Todas las preocupaciones de los hombres salen mal cuando desean curar el mal con el mal.
Al temor, entre muchas otras cosas, le va bien a la tiranía.
Nuestra felicidad depende de la sabiduría en todo momento.
Es difícil hablar bien cuando se está errado.
La ignorancia es un mal difícil de conquistar.
La fortuna no está del lado de los débiles de corazón.
La tarea de un buen hombre es ayudar a quienes están en la desgracia.
La sabiduría compensa cualquier riqueza.
Un hombre que se complace en hablar continuamente se engaña pensando que no es desagradable para quienes lo rodean.
La bondad da a luz a la bondad.
Dejen que los hombres sean sabios por instinto si pueden, pero cuando esto falla, sean sabio con un buen consejo.
Si siempre nos ayudáramos, nadie necesitaría suerte.
No haber nacido nunca puede ser el mayor de los favores.
La pereza es la madre de todos los males.
Sin trabajo nada prospera.
Nada temo, pues mantengo la verdad, que es poderosa.
El mundo está lleno de maravillas, pero nada es tan maravilloso como el propio hombre.
Creo firmemente que no hay razón mala si trae provecho.
Las opiniones tienen mayor poder que la fuerza de las manos.
El tipo de hombre que siempre piensa que tiene razón, que sus opiniones, sus pronunciamientos, son la última palabra, una vez expuesto, no muestra nada. Pero un hombre sabio tiene mucho que aprender sin perder la dignidad.
No existe peor enemigo que un mal consejo.
Nadie ama al mensajero que trae malas noticias.
El noble debe vivir con honor o con honor morir.
Vale más fracasar honradamente que triunfar debido a un fraude.
Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo.
Los cielos nunca ayudan al hombre que no quiere actuar.
El dinero es la peor moneda que ha crecido entre la humanidad. Saquea ciudades, saca a los hombres de sus hogares, enseña y corrompe a las mentes más valiosas.
Hay algo amenazante en un silencio demasiado grande.
Ocasiones hay en que la justicia misma produce entuertos.
El que es bueno en familia, es también buen ciudadano.
Un día basta para hacer subir o bajar todas las fortunas humanas.
Ve entonces si debes hacerlo, pero recuerda, no importa cuán tontos sean tus actos, aquellos que te aman todavía te amarán.
La oportunidad es el mejor capitán de todo esfuerzo.
Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo.
Cuando se trata de un mortal, es preciso esperar su último día antes de llamarle feliz.
Para quien sepa devolver una bondad que ha recibido, debe ser un amigo por encima de todo precio.
Todo es disgusto cuando uno deja su propia naturaleza y hace cosas que no le convienen.
La vida más dulce es la de no pensar en nada.
Si mi cuerpo está esclavizado, mi mente está libre.
El hecho humano más hermoso, es ser útil para otros.
El peor mal del hombre es la irreflexión.
Las decisiones rápidas son decisiones inseguras.
Llorando más allá de lo debido, con ese inmenso dolor te vas marchitando, sin que tu llanto se vea como solución a la desgracia.
No hagas nada en secreto; porque el tiempo ve y oye todas las cosas, y lo revela todo.
Preferiría incluso fallar con honor a ganar haciendo trampa.
Para los hombres, nada dura: ni la noche estrellada, ni las desgracias, ni la riqueza; todo esto de pronto un día ha huido.
Sin formar juicio, no debes hablar.
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