FILÓSOFOS
Johann Beckmann (1739-1811) fue un naturalista, micólogo, economista, agrónomo germano y escritor científico, quien acuñó el término tecnología, en el sentido de la ciencia de los oficios. Fue la primera persona en enseñar tecnología, y escribió sobre ella como una materia académica.
Biografía[editar]
Nació el 4 de junio de 1739 en Hoya, Hanover, donde su padre era administrador de correos y receptor de impuestos. Fue educado en Statu y en la Universidad de Gotinga, donde estudió tecnología, matemática, física, historia natural, finanzas y administración. Después de completar sus estudios, en 1762 hizo un viaje de estudios a través de Brunswick y los Países Bajos examinando minas, factorías y museos de historia natural.
Fue la muerte de su madre en 1762 que le privó de sus medios de apoyo, en 1763, y por invitación del pastor de la comunidad luterana Anton Friedrich Büsching, fundador de los métodos modernos estadísticos de la geografía, para enseñar historia natural en la Academia luterana de San Petersburgo, en Rusia. A ese oficio lo cedió en 1765, y viajó por Dinamarca y Suecia, y durante los años de 1765 a 1766 estudió los métodos de trabajo de las minas, factorías, y fundiciones, así como las colecciones de arte e historia natural. Conoció al genial Linneo en Upsala. Su diario de viaje de esos viajes Schwedische Reise in den Jahren 1765-1766 (Los viajes de Suecia en los años 1765-1766) se publicó en Upsala en 1911. En 1766 fue nombrado profesor extraordinario de Filosofía en Gotinga. Allí daba conferencias sobre economía política y doméstica, y en 1768 fundó un jardín botánico con los principios de Linneo. Fue tal su éxito que en 1770 fue nombrado profesor ordinario.
El hábito de llevar a sus estudiantes a talleres, para que pudieran adquirir práctica, así como un conocimiento teórico de los diferentes procesos y tecnologías. Mientras participaba, seguía la historia y describía el estado actual de cada una de las artes y las ciencias en las que él daba una conferencia; pero por cansancio, limita su atención a varias artes prácticas y oficios, y así le debemos su obra Beiträge zur Geschichte der Erfindungen (Contribuciones a la historia de las invenciones) (1780-1805), raducida al inglés como History of Inventions, discoveries and origins (1797, 4ª edición de 1846) una obra en la que relata el origen, historia y condición reciente de las diversas máquinas, utensilios, etc, empleadas en el comercio y para fines domésticos. Ese trabajo da derecho para deber considerarse a Beckmann como el fundador científico de tecnología, un término que él fue el primero en utilizar en 1772.
El enfoque de Beckmann era el de un estudioso que trabajaron en la Ilustración, y sus escritos de análisis de la tecnología reflejaban el trabajo de Diderot y de su Encyclopedie, y las Descriptions des Arts et Metiers. Él debe haber sido inspirado por el trabajo taxonómico de Linneo y de la Bibliothtecae de Albrecht von Haller. Nada similar se producía en inglés en ese momento. Fue el primero en escribir relatos históricos y críticos de las técnicas de la artesanía y la fabricación y la publicación de clasificaciones de las técnicas. Su objetivo era producir estudios que inspirase a otros a hacer mejoras útiles.
Contribuyó con valiosas disertaciones científicas de sus trabajos hasta 1783, cuando se retiró de todo.
Falleció el 3 de febrero de 1811.
Klemm afirmó
[Él] debe ser acreditado con ser el primer historiador fiable de las invenciones, y así debe ser considerado como el padre del estudio de la Historia de la tecnología.
Honores[editar]
- Miembro de distintas sociedades científicas de Celle, Halle, Múnich, Erfurt, Ámsterdam, Estocolmo, San Petersburgo
- 1784, Canciller de la Corte Hanoveriana
- 1790, electo miembro extranjero de la Real Academia de las Ciencias de Suecia
Algunas publicaciones[editar]
- Über Einrichtung der oeconomischen Vorlesungen, Gotinga 1767.
- Grundsatze der teutschen Landwirtschaft, 1769, 1896 (Bases de la Agricultura teutónica)
- Physikalische-okonomoische Bibliothek, Gotinga. 1770-1806, publicación trimestral de los cuales se publicaron 23 v.
- Anleitung zur technologie (Guía a la tecnología) 1777, 7ª edición de 1823
- Anleitung zur Handelswissenschaft (Guía para la ciencia del Comercio), 1789
- Vorbereitung zur Warenkunde (Preparación de las mercancías) (1795-1800) (Introducción a las Ciencias de los Productos Básicos)
- Beitrage zur Okonomie, Technologie, Polizei- und Cameralwissenschaft (Contribuciones a la economía, la tecnología, las fábricas y las manufacturas), 1777-1791, 1809
- Entwurf einer allgemeinen Technologie (El diseño de una tecnología general), 1806
- Grundsätze der teutschen Landwirthschaft, Gotinga 1769; otras ediciones de 1775, 1783, 1790, 1802, 1806
- Beiträge zur Oeconomie, Technologie, Polizey- und Cameralwissenschaft. 12 v. Gotinga 1777-1791
- Anweisung, die Rechnungen kleiner Haushaltungen zu führen, Gotinga 1797, 2ª ed. 1802
- Litteratur der älteren Reisebeschreibungen. 2 v. 1808–1810
Eponimia[editar]
- Sociedad Johann Beckmann fundada en 1987, en Hoya, para celebrar su vida y obra.
Abreviatura (botánica)
- La abreviatura Beckm. se emplea para indicar a Johann Beckmann como autoridad en la descripción y clasificación científica de los vegetales.
Johann Beckmann | ||
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Johann Beckmann | ||
Información personal | ||
Nacimiento | 4 de junio 1739 Hoya (Alemania) | |
Fallecimiento | 3 de febrero 1811 Gotinga | |
Residencia | Alemania | |
Nacionalidad | germano | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Upsala | |
Información profesional | ||
Área | naturalista, micólogo, escritor, economista, agrónomo | |
Empleador | Universidad de Gotinga | |
Abreviatura en botánica | Beckm. | |
Miembro de |
George Berkeley (Inglés británico:/ˈbɑː.kli/; Inglés irlandés: /ˈbɑɹ.kli/) (Dysert, Irlanda, 12 de marzo de 1685 - Cloyne, id., 14 de enero de 1753), también conocido como el obispo Berkeley, fue un filósofo irlandés muy influyente cuyo principal logro fue el desarrollo de la filosofía conocida como idealismo subjetivo o inmaterialismo, dado que negaba la realidad de abstracciones como la materia extensa. Escribió un gran número de obras, entre las que se pueden destacar el Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y Los tres diálogos entre Hylas y Philonus (1713) (Philonus, el «amante de la mente», representa a Berkeley, e Hylas, que toma su nombre de la antigua palabra griega para designar a la materia, representa el pensamiento de Locke). En 1734 publicó El analista, una crítica a los fundamentos de la ciencia, que fue muy influyente en el desarrollo de la matemática.
La ciudad de Berkeley, California toma su nombre de este filósofo, en cuyo honor fue denominada la universidad en torno a la que creció.
También han tomado su nombre una residencia universitaria de la Universidad de Yale y la biblioteca del Trinity College de Dublín.
George Berkeley | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 12 de marzo de 1685 Kilkenny (Irlanda) | |
Fallecimiento | 14 de enero de 1753 (67 años) Oxford (Reino de Gran Bretaña) | |
Sepultura | catedral de Oxford | |
Nacionalidad | Irlandés (Británico) | |
Religión | Anglicanismo | |
Familia | ||
Padre | William Berkeley | |
Cónyuge |
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Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo, sacerdote anglicano, escritor, epistemólogo, filósofo de la ciencia y metafísico | |
Área | Filosofía, teología, educación, epistemología, metafísica, filosofía de la ciencia, cálculo infinitesimal e Immaterialism | |
Cargos ocupados |
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Movimiento | Empirismo e Immaterialism | |
Obras notables | Tratado sobre los principios del conocimiento humano |
Biografía[editar]
Berkeley nació en Dysert, cerca de Thomastown, Irlanda. Fue el hijo mayor de William Berkeley, miembro de la familia nobiliaria de Berkeley. Recibió su educación en el Kilkenny College, y asistió a las clases del Trinity College de Dublín, donde acabó sus estudios en 1707. Permaneció en el Trinity College hasta lograr un título de profesor de Griego. Su primera publicación fue de carácter matemático, pero la primera que le ganó notoriedad fue su Ensayo hacia una nueva teoría de la visión, publicado en 1709. Aunque levantó mucha polémica en su momento, sus conclusiones forman parte en la actualidad de la óptica. En 1710 publicó el Tratado sobre los principios del conocimiento humano y en 1713 los Tres diálogos entre Hylas y Philonus, en los que desarrolló su sistema filosófico, cuyo principio fundamental es que el mundo que se representa en nuestros sentidos solo existe si es percibido. El Tratado es una exposición, mientras que los diálogos constituyen su defensa. Uno de sus objetivos principales fue combatir el materialismo, teoría dominante en su época. Aunque sus teorías fueron ridiculizadas, algunos, como S. Clarke, le consideraron un genio. Poco después visitó Inglaterra donde fue recibido por Addison, Pope y Steele. En el periodo entre 1714 y 1720 alternó sus trabajos académicos con viajes por Europa. En 1721 recibió un doctorado en teología, y decidió permanecer en el Trinity College de Dublín dando clases de Teología y Hebreo. En 1724 se le hizo deán de Derry.
En 1725 se embarcó en un proyecto de fundar una escuela en las islas Bermudas para los misioneros de las colonias, dejando el deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un salario de 100£. Desembarcó cerca de Newport (Rhode Island), donde compró una plantación. El 4 de octubre de 1730, Berkeley compró «un negro llamado Philip de aproximadamente catorce años». El 11 de junio de 1731, «el deán Berkeley bautizó a tres de sus negros como Philip, Anthony y Agnes Berkeley»1
Los sermones de Berkeley explicaban a los colonizadores que el cristianismo permitía la esclavitud, y en consecuencia los esclavos debían ser bautizados: «sería una ventaja para sus negocios (de los patrones) tener esclavos que deban "obedecer en todo a sus patrones desde las entrañas, no sólo cuando les observan, sino de todo corazón, temerosos de Dios"; que la libertad del evangelio concuerda con la servidumbre temporal, y que todos sus esclavos sólo serán mejores esclavos siendo cristianos».2
Vivió en la plantación mientras aguardaba a que llegaran los fondos para su escuela. Sin embargo, estos fondos no parecían ir a llegar pronto, así que en 1732 volvió a Londres. En 1734 fue designado obispo de Cloyne. Poco después publicó Alciphron, o el filósofo insignificante, contra Shaftesbury, y en 1734-1737 The Querist. Sus últimas publicaciones fueron Siris, un tratado sobre las virtudes medicinales de la infusión de resina de pino, y Further thoughts on tar-water (más pensamientos acerca de la infusión de resina de pino).
Permaneció en Cloyne hasta 1752, fecha en la que se retiró y se fue vivir con su hijo a Oxford.
Contribuciones[editar]
La filosofía de Berkeley es el empirismo llevado al extremo. Si John Locke había dudado sobre el conocimiento de los cuerpos, Berkeley va más allá. En su juventud, Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, solo puede saberse un objeto siendo percibido por una mente. Declaró que los seres humanos no pueden conocer los objetos reales o la materia que causa sus percepciones, sino que incluso las propiedades matemáticas son ideas semejantes a las cualidades sensoriales. Por tanto, concluyó que todo lo que puede conocerse de un objeto es su percepción del mismo, y resulta gratuito suponer la existencia de una sustancia real que sustente las propiedades de los cuerpos. Los conceptos abstractos de Locke no existen para Berkeley, ni en la naturaleza ni en el espíritu, es una ficción. Las ideas siempre conservan su particularidad. No es la abstracción, sino el lenguaje, lo que hace posible extender observaciones particulares a lo general.3
En consecuencia, los objetos percibidos son los únicos acerca de los que se puede conocer. Cuando se habla de un objeto real en realidad se habla de la percepción del objeto. Los cuerpos no son más que haces de percepciones.
Esto plantea la cuestión de si los objetos son objetivos en el sentido de ser el mismo para diferentes personas, y, de hecho, si tiene sentido el concepto de existencia de otros seres humanos más allá de la percepción de los mismos. Berkeley argumenta que dado que experimentamos a otros humanos cuando nos hablan—algo que no está originado por ninguna actividad que emprenda el individuo que percibe—y dado que sus visiones del mundo son consistentes, se puede creer en su existencia y que el mundo es idéntico o similar para todos.
En consecuencia:
- Todo conocimiento del mundo empírico se obtiene a través de la percepción directa.
- El error proviene de considerar en detalle las percepciones.
- El conocimiento del mundo empírico puede purificarse y perfeccionarse eliminando todo el pensamiento y quedándose solo con las percepciones puras.
De esto se sigue que:
- La forma ideal del conocimiento científico se obtiene persiguiendo las percepciones puras, sin intervención del intelecto.
- Si los individuos actuaran de esta forma, seríamos capaces de conocer los secretos más profundos del mundo natural y del mundo humano.
- La meta de la ciencia, por tanto, es desintelectualizar las percepciones humanas, purificándolas.
Berkeley es metafísico por cuanto afirma la existencia de una realidad trascendente y la considera objeto de conocimiento. La realidad de los cuerpos es su condición de ser percibidos y el que las percibe debe por tanto de existir. Hay un espíritu que percibe y piensa, pero es la única clase de sustancia, no hay una sustancia exterior al espíritu, como en la metafísica tradicional. Algunas de las ideas que tiene este espíritu implican la influencia de Dios para que se produzcan de forma coherente. Es decir, el mundo material son las percepciones que Dios nos hace tener. Pero como Dios no puede ser objeto de conocimiento, solo las apariencias lo serán. Dios no sería entonces el distante ingeniero de los mecanismos newtonianos que a lo largo del tiempo causan el crecimiento de un árbol en el jardín de la universidad. En lugar de esto, la percepción del árbol es una idea en Dios, y el árbol sigue existiendo cuando aparentemente nadie lo percibe simplemente porque Dios lo observa constantemente. Dios es, para Berkeley, el garante del orden que se halla entre todas las ideas.
La filosofía de David Hume acerca de la causalidad y la objetividad es una elaboración de otro aspecto de la filosofía de Berkeley. A medida que progresó el pensamiento de Berkeley, pudo haber asimilado las teorías de Platón, aunque no se sabe con seguridad. Luce, el considerado más eminente estudioso de la filosofía de Berkeley del siglo XX, enfatizó con frecuencia la continuidad de su filosofía en la madurez. Esto indica una continuidad entre los Principios, Alciphron y el resto de las obras filosóficas de Berkeley. Además, el panenteísmo inquebrantable de Berkeley es una evidencia que contradice una completa asimilación del platonismo, y Alciphron es un desarrollo en lugar de una revisión de cualquier trabajo previo. También contradice esta interpretación el hecho de que Berkeley volviese a publicar sus libros pocos años antes de su muerte sin realizar cambios importantes.
En relación a la física newtoniana, Berkeley le concedió un carácter únicamente utilitarista. Para él, las herramientas matemáticas empleadas en la elaboración de la física de su tiempo son otra clase de ideas no-generales. Ejemplificó este extremo señalando que al pensar un triángulo no se opera sobre una idea abstracta y general del triángulo, sino que la idea pensada viene siempre aparejada de un triángulo cualquiera, sosteniendo por lo tanto su realización particular en la mente. En consecuencia, las tesis científicas son construcciones matemáticas que predicen resultados más o menos adecuados a lo percibido, no obstante careciendo de una aprehensión de la esencia de tales cosas. Por otro lado, Berkeley rechazó los conceptos absolutos en la física, presintiendo una visión relativista de la realidad que llegaría más recientemente con Ernst Mach.
Refiriéndose a la filosofía de Berkeley, Samuel Johnson le propinó una patada a una roca exclamando Lo refuto así. Un empirista podría replicar que la única cosa que Johnson conoció de la piedra fue lo que vio con sus ojos, oyó con sus oídos y sintió con su pie. Así que la existencia de la piedra consistía únicamente en las percepciones de Johnson. Podría ser que Johnson hubiera pateado en realidad un tocón inusualmente gris, o puede que le diera un ataque súbito de artritis justo cuando iba a darle una patada a un trozo de hierba con una roca pintada. Lo que la piedra realmente era, aparte de las sensaciones que pudo experimentar o las representaciones mentales que se hiciera, le sería, de esta forma, completamente desconocido. La roca existiría, en última instancia, como una idea de su mente.
El Tratado de Berkeley se publicó tres años antes de la aparición del Clavis Universalis de Arthur Collier, que desarrollaba ideas semejantes. Sin embargo, al parecer ninguno de los dos influyó al otro.
El filósofo alemán Arthur Schopenhauer escribió a propósito del mérito de la obra de Immanuel Kant que ésta representa un verdadero hito filosófico pues antes " (...) lo predominante había sido buscar irreflexivamente las leyes del fenómeno, elevarlas a verdades eternas y así erigir el fenómeno fugaz en la verdadera esencia del mundo: en una palabra, el realismo no perturbado en su delirio por reflexión alguna",4 acusación que no extiende a Berkeley y antes bien reconoce que éste: "(...) fue, por tanto, el primero en tratar el punto de partida subjetivo realmente en serio y en demostrar irrefutablemente su absoluta necesidad. Es el padre del idealismo...."
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