Los serdos eran un grupo tribal celta1 que habitaron Tracia donde fueron asimilándose a lo largo de siglos aún manteniendo su peculiaridad cultural hasta fechas más tardías. Se establecieron en Sérdica, actualmente Sofía,2 probablemente durante una de las amplias migraciones célticas del siglo IV a.C., aunque no hay pruebas de su existencia anterior al siglo I a.C.
Los siluros fueron una poderosa y belicosa tribu que habitó en la isla de Britania, y que ocuparon aproximadamente los territorios de Monmouthshire, Breconshire y Glamorganshire.
Origen[editar]
Según la biografía de Tácito sobre el general Cneo Julio Agrícola, los siluros se caracterizaban por tener una fuerte complexión y el pelo rizado.1 En su obra, Tácito insinúa que, partiendo de su apariencia, los siluros habrían llegado a Britania desde Hispania.1 Estudios genéticos realizados por las universidades de Londres, Oxford y California han sugerido que la mayor parte de pueblos galeses y celtas comparten gran parte de sus cromosomas y de su ADN con los pueblos vascos asentados en el norte de España durante el Paleolítico. Sin embargo, aún no se ha esclarecido si este vínculo es específico entre celtas y vascos o si simplemente éstos son los familiares más cercanos de entre los primeros habitantes de Europa.23
Resistencia contra Roma[editar]
Los siluros, liderados por Carataco, un cacique militar y príncipe de los catuvellaunos que había huido de tierras del este tras la derrota de su propia tribu, ejercieron una feroz resistencia durante la invasión romana de la isla.
El primer ataque sobre las tribus galesas se produjo en el año 48, cuando el general romano Publio Ostorio Escápula marchó contra estos territorios a la cabeza de un ejército. Escápula atacó en primer lugar a los deceanglos, localizados en al noreste de la moderna Gales. Las evidencias historiográficas nos muestran que Escápula derrotó a esta tribu sin hallar apenas resistencia. Tras su victoria sobre los deceanglos, Escápula pasó varios años combatiendo contra los siluros y los ordovicos. La resistencia estaba liderada por Carataco que había huido hacia el sudeste de la isla tras la derrota de los catuvellaunos. En un primer momento, el antiguo príncipe catuvellauno lideró a los siluros, pero finalmente se trasladó a los territorios de los ordovicos donde fue derrotado por Escápula en el año 51.
A pesar de la caída de Carataco, los siluros siguieron resistiéndose al invasor e iniciaron una eficaz guerra de guerrillas que desgastó de sobremanera a las fuerzas romanas. La determinación de los siluros llevó a Escápula a decir públicamente que los siluros planteaban tal peligro que debían ser exterminados. No obstante, las amenazas de Escápula, emitidas con el objetivo de sembrar el temor entre los siluros, no hizo más que aumentar la voluntad de estos a resistir. Los romanos enviaron una gran fuerza de legionarios a esa zona a fin de que construyeran una línea de fortificaciones por todo el territorio. Mientras los legionarios se afanaban en sus tareas, fueron emboscados por una gran fuerza de siluros que los derrotó, causándoles muchas bajas y llevándose a un gran número de prisioneros con ellos. Estos prisioneros fueron distribuidos entre las tribus vecinas con el objetivo de obligarlas a unirse a la resistencia.
Cuando los siluros estaban al borde de la derrota, Escápula murió dejando a Roma con un gran problema en sus fronteras britanas. En el momento de incertidumbre que siguió a la muerte del general, los siluros lograron recuperarse y derrotaron a la Legio II Augusta. Los historiadores no han esclarecido si los siluros fueron derrotados militarmente o si simplemente se logró que se rindieran a través de un acuerdo de paz. Las fuentes romanas sugieren sin embargo que esta tribu fue derrotada durante las campañas de Sexto Julio Frontino de c. de 78 (de fecha cercana al 78 DC). De los siluros los romanos escribieron que:
No atrocitate, no clementia mutabatur4
Romanización[editar]
Con el objetivo de ayudar a la administración romana a echar abajo a la oposición local, los romanos erigieron una imponente fortaleza en el territorio (Isca Augusta, en el actual Caerleon). Se construyó además la ciudad de Silurum Venta (Caerwent, seis millas al oeste de Chepstow), la cual pronto se convirtió en una población plenamente romanizada a diferencia de la antigua capital atrebate Calleva Atrebatum (Silchester). De entre las ruinas de Silurum Venta aún sobreviven las murallas, y excavaciones realizadas en la zona han revelado la existencia de un foro, un templo, unas termas, un anfiteatro, tiendas y cómodas casas con pisos de mosaico. Una inscripción hallada en la zona indica que esta ciudad fue la capital de los siluros durante la época de dominación imperial. Evidencias arqueológicas muestran que los romanos sustituyeron a los dioses de los silures por los suyos.
Al parecer, Silurum Venta continuó gozando de su estatus de centro político y religioso de la zona en el marco de la Britania posromana. El Rey Arturo, inspirador de la célebre leyenda, fue rey de los silures, al frente de quienes rechazó la invasión sajona.
Los Smertae eran un grupo tribal de la antigua Britania, conocidos por una única mención del geógrafo Claudio Ptolomeo.1 De su descripción en relación a tribus y emplazamientos vecinos, su territorio estaba localizado en la actual Sutherland central, Escocia, pero se desconoce el nombre de aldeas o ciudades principales.
Los suesiones o suesones (en latín Suessiones) fueron una tribu de origen belga que habitaron en la región nordeste de la Galia durante el siglo I a. C. Su territorio comprendía el área entre los ríos Oise y Marne. Este pueblo fue conquistado por el general de la República Romana Cayo Julio César en el año 57 a. C.
Los escritos de César acerca de la Guerra de las Galias (De Bello Gallico) dicen que en esa época los suesiones estaban gobernados por un hombre llamado Galba. Esta tribu había ostentado, en el auge de su poder, los territorios de la mayor parte de Bélgica y del sur de Britania.
La población que César menciona como su capital Novioduno (Noviodunum, "Nueva Ciudad") es probablemente la moderna Soissons.
Los Taexali eran un grupo tribal de la antigua Britania, conocidos por una única mención del geógrafo Claudio Ptolomeo.1 De su descripción en relación a tribus y emplazamientos vecinos, su territorio estaba localizado en la costa noreste de Escocia y alcanzaba hasta Buchan Ness, ya que Ptolomeo comenta la existencia de un promontorio y lo denomina el Promontorio Taexalon.
Los Taurinos o Taurini eran una antigua tribu celta-ligur que ocupaba el valle superior del río Po, en el centro del actual Piamonte. Según Polibio, su capital recibía el nombre de Taurasia. Aunque no ha sido posible situarla arqueológicamente, se supone que ocupaba el lugar de la actual Turín.
Información | ||
---|---|---|
Principales ciudades | Taurasia | |
Región | Galia Cisalpina | |
Correspondencia actual | Piamonte, Italia noroccidental |
Etimología[editar]
El nombre de la ciudad proviene de la raíz indígena Tauro (monte), cuyo uso se extendió entre los antiguos romanos para designar también al pueblo que la habitaba. El vocablo se confundió posteriormente con el latino Tauro (toro), que hoy en día sigue siendo símbolo de la ciudad de Turín.
Historia[editar]
Taurini Semigalli proxima gens erat in Italiam degresso.
Los Taurinos Semigalos eran el pueblo más próximo (a Aníbal) cuando llegó a Italia.Tito Livio, Ab Urbe condita libri XXI, 38
En el 218 a. C. Aníbal les atacó como parte de las exigencias de su tratado con los insubres, con quienes se encontraban en guerra desde hacía tiempo. Conquistó finalmente su capital, Taurasia, tras tres días de asedio.1
Apenas son citados posteriormente en la Historia como pueblo independiente. En el 27 a. C. se establece el campamento romano de Castra Taurinorum ("Fortaleza de los taurinos"), que posteriormente recibiría el nombre de Iulia Augusta Taurinorum (Julia Augusta de los Taurinos).
Tanto Livio (v. 34) como Estrabón (iv. p. 209) mencionan la entrada a un paso en los Alpes en el país de los taurinos, lo que sugiere un uso más extendido del nombre en tiempos antiguos, confundiéndose con la región geográfica que habitaban.
(los galos) cruzaron los Alpes a través de los Taurinos y los desfiladeros de JuliaTito Livio, Ab Urbe condita libri V, 34
No hay comentarios:
Publicar un comentario