FILOSOFOS DE LA ILUSTRACIÓN
Henry Home, Lord Kames (léase Henry Hume, 1696 – 27 de diciembre de 1782) fue un filósofo escocés del siglo XVIII. Nacido en Kames House, casa patronímica situada entre Eccles y Birgham, en Berwickshire, fue un destacado abogado y uno de los líderes de la Ilustración Escocesa. En 1752 fue nombrado juez del Tribunal Supremo de Escocia, cargo que traía consigo el ennoblecimiento, adquiriendo a partir de entonces el título de Lord Kames.
Lord Kames | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 1696 Berwickshire (Reino Unido) | |
Fallecimiento | 27 de diciembre de 1782 | |
Nacionalidad | Británica | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Edimburgo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Antropólogo, juez, historiador, filósofo, sociólogo, abogado y crítico literario | |
Miembro de | Sociedad Real de Edimburgo |
Amistad con David Hume[editar]
Lord Kames fue un gran amigo del filósofo David Hume. Eran vecinos, además de familiares distantes, compartiendo apellido: David Hume alteró su apellido Home al comenzar a residir en Inglaterra, pues en escocés Home es pronunciado como Hume. La casa de Lord Kames estaba a apenas diez millas de Ninewells, lugar donde Hume creció. El padre de Hume falleció cuando éste todavía era un niño, y Lord Kames, en virtud de su parentesco con Hume, se convirtió en una figura protectora para el joven David. Reconociendo la brillantez del mismo, lo apoyaría cuando David decidió dejar los estudios de derecho a favor de los de filosofía. Hume no dejó nunca de ensalzar a Kames, de quien dijo que era el mejor amigo que jamás he tenido, además de el hombre más grande del mundo y una mente de hierro en un cuerpo de hierro. No obstante, Hume y Kames discutían constantemente, particularmente en materia de religión. Hume era ateo, y Lord Kames anglicano, algo raro en Edimburgo, donde la mayoría de la aristocracia terrateniente era calvinista (presbiteriana). Kames detestaba el ateísmo.
Otras amistades[editar]
Defensor de la igualdad de todos los hombres, Lord Kames abogó en todo momento por la abolición de la esclavitud. En algunas de sus opiniones podía ser muy vehemente, siendo conocidas sus discusiones con Lord Monboddo, un adversario con quien compartía tribunal y con quien le unía una rivalidad muy fiera y competitiva. De hecho, en contraposición a las veladas ilustradas que Lord Monboddo celebraba en Edimburgo, Lord Kames estableció las suyas propias, en las que recibía a algunas de las principales personalidades de la Ilustración escocesa y la intelectualidad británica, como David Hume, John Home, James Boswell y Samuel Johnson, entre otros. Boswell acudía a menudo a sus veladas, y ante la admiración que sentía Kames por Johnson, los puso en contacto y los presentó a raíz de una viaje de Johnson a Edimburgo. Aunque nunca lo uniría a él una gran amistad, Johnson y Kames se profesaban un respeto mutuo, y, ante la insistencia del lord, Samuel Johnson se avendría a revisar y corregir algunas de los libros de Kames, como su historia de Escocia.
Obras[editar]
Home escribió mucho sobre la importancia de la propiedad privada para la sociedad. En su Essay Upon Several Subjects Concerning British Antiquities (Ensayo sobre diversos temas relacionados con la antigüedad británica), escrito poco después de la revuelta jacobita de 1745, describe como la política de Escocia no estaba basada en la lealtad a los Reyes o Reinas de Escocia, algo defendido por los jacobitas, sino en las reales concesiones de tierras y títulos dados como estímulo a la lealtad a los mismos.
Teoría de los cuatro estadios de la sociedad[editar]
En su Historical Law Tracts y posteriormente en su Sketches on the History of Man, Kames pretendió explicar el surgimiento de los sistemas legales en el mundo, para lo cual tuvo que abordar el desarrollo de las sociedades humanas. El libro, que pronto excedió su primer propósito, pasa por ser uno de los primeros tratados de antropología social. En él expuso una influyente teoría acerca de los distintos estadios de desarrollo de la sociedad, de los que distinguió cuatro fases diferenciadas en la historia social humana:
- Primer Estadio: La primera fase de la sociedad fue, según Kames, la de los cazadores-recolectores. En ella, grupos humanos reducidos se dedicaban a la caza o recolección de alimentos directamente disponibles en el medio, evitándose los unos a los otros para no entrar en competencia por unos recursos escasos. Ofreció como ejemplo la sociedad esquimal, señalando que en tal estadio las leyes eran innecesarias, y se reducirían a aquellas normas de convivivencia fruto de la costumbre.
- Segundo Estadio: La segunda fase se refería a la de pastores y ganaderos. El hombre, después de haber tomado todo directamente de la naturaleza, habría aprendido a domesticar animales, pudiendo así controlar mejor la producción de alimentos, que se incrementaría. Ello permitió mantener sociedades mayores, pero de un bajo grado de complejidad, algo acorde con la propia estructura económica de los grupos. De nuevo, el sistema legal sería innecesario, y de existir vendría dado por los líderes de los clanes. Este tipo de sociedades serían posiblemente nómadas en busca de mejores pastos; Kames ofreció como ejemplo los pueblos beduinos del Magreb, los pueblos de Arabia o algunos indios americanos.
- Tercer Estadio: La tercera fase es la de la agricultura. En ella, el ser humano habría aprendido a cultivar, lo que por un lado permitiría un mayor crecimiento de los grupos y clanes, al tiempo que obligaría a una mayor coordinación en grupos cada vez mayores: el cultivo de los campos requiere regular la interacción entre muchas personas, algo inexistente hasta ahora. Además, surgirían nuevas profesiones especializadas, como carpinteros, herreros, picapedreros,... Para propiciar buenas cosechas, surgiría una casta especial dedicada a ritualizar las creencias místico-religiosas de la sociedad: los sacerdotes, y para proteger la sociedad de sus vecinos, aparecerían posiblemente guerreros. Estas dos castas posiblemente ocuparían la élite social. Además, surgirían nuevos tipos de relaciones entre individuos: entre artesanos y labradores, entre dueños de la tierra y sus arrendatarios, entre señores y esclavos,... surgiendo nuevas formas de cooperación, pero también choques de intereses. Kames afirmaba que los dos primeros estadios de la sociedad no necesitaban de leyes porque todo el gobierno podía ser ejercido directamente por los jefes de familia o de los clanes; sería con la introducción de la agricultura que el derecho se haría necesario, porque con ella pasaría a haber una red de complejas interacciones de derechos y obligaciones que anteriormente no existían. Kames lo resumiría diciendo que "la íntima unión entre una multitud de individuos provocada por la agricultura, requirió de un nuevo conjunto de derechos y obligaciones para la sociedad. Esto obligó al surgimiento de las leyes y de aquellos que velaran por su cumplimento". Políticamente, esta fase estaría asociada al feudalismo y al despotismo.
- Cuarto Estadio: En el cuarto estadio, Home describió el surgimiento de las ciudades. La actividad económica creciente propició el desarrollo de una serie de lugares que por su situación podían actuar como focos de coordinación económica: esos lugares comenzarían a crecer hasta convertirse en ciudades. Atraídos por las ciudades, muchos individuos abandonarían los pueblos y las granjas y comenzarían a afincarse en ellas, que se volverían puertos marítimos o centros de comercio crecientes en complejidad, entre los que las redes y las relaciones económicas seguirían creciendo. La vida en las ciudades, caracterizada por la especialización de sus habitantes, la existencia de diferentes clases sociales y muchos intereses contrapuestos, forzaría a una cooperación aún mayor que llevaría al desarrollo de más y más complejas leyes que abordaran situaciones hasta entonces inéditas: leyes marítimas, leyes de regulación del mercado de bienes y servicios,... El progreso material traído por la nueva organización social permitiría abandonar el despotismo anterior, posibilitando el planteamiento de una serie de derechos individuales y el establecimiento de regímenes democráticos: la conciencia individual pasaría a poder regular aquello que anteriormente le era impuesto por coerción externa; esto es, se desarrollarían, a la par de sistemas completos de leyes civiles, otros de leyes constitucionales. Así, la comunidad de seres humanos libres y en cooperación tal y como la describirán Adam Smith o Francis Hutcheson pasará a ser posible. Para Kames, el Reino Unido, la Antigua Grecia o la Antigua Roma eran un ejemplo de este estadio.
Kames pudo observar estas cuatro fases en la propia Escocia, con las highlands (tierras altas) dedicadas al pastoreo y la agricultura, las lowlands (tierras bajas) dedicadas a actividades agrícolas e incipientemente industriales, y con los crecientes centros de comercio en las ciudades de Glasgow y Edimburgo. Además, fue uno de los primeros en asociar democracia con progreso económico, y 100 años antes que Marx, afirmó que el motor del cambio histórico era el cambio de los medios de producción. Esta obra de Lord Kames tuvo un carácter fundacional, al ser la primera obra que abordó la historia de las civilizaciones y la antropología social. Aunque sus teorías sean discutibles, definió los campos y las líneas generales de estudio que la antropología y la sociología desarrollarían en los doscientos siguientes años.
Influencia[editar]
La teoría de los cuatro estadios de Lord Kames serviría como modelo de partida de los trabajos del historiador William Robertson y sus discípulos. Además, serviría de fuente de inspiración para una nueva rama de la historiografía, la Historia de las civilizaciones, que tiene seguidores en los historiadores Arnold Toynbee y William McNeill.
Kames también inspiró a Edward Gibbon en su monumental Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano.
Listado de Obras Principales[editar]
- Essays upon Several Subjects in Law (1732)
- Essays on the Principles of Morality and Natural Religion (1751)
- Principles of Equity (1760)
- Introduction to the Art of Thinking (1761)
- Elements of Criticism (1762)
- Sketches of the History of Man (1776).
Immanuel Kant (Königsberg, Prusia; 22 de abril de 1724-ibídem, 12 de febrero de 1804) fue un filósofo y científico alemán de la Ilustración.123 Fue el primero y más importante representante del criticismo y precursor del idealismo alemán. Es considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal. Además se trata del penúltimo pensador de la modernidad, anterior a la filosofía contemporánea que comienza en 1831 tras la muerte del pensador Hegel.124
Kant distingue tres preguntas filosóficas que dedica cada una en sus obras capitales: ¿Qué debo hacer? con la Crítica de la razón práctica, centrada en la ética y La metafísica de las costumbres con una parte acerca de la doctrina de la virtud y la otra centrada en el ius, la doctrina del derecho5; ¿Qué puedo esperar? en la Crítica del juicio, donde investiga acerca de la estética y la teleología; y ¿Qué puedo conocer? en la Crítica de la razón pura6, calificada generalmente como un punto de inflexión en la historia de la filosofía, en la que investiga la estructura misma de la razón. Asimismo se propone que la metafísica tradicional se puede reinterpretar a través de la epistemología, ya que podemos encarar problemas metafísicos cuando entendemos y relacionamos la fuente con los límites del conocimiento.7
Kant adelantó importantes trabajos en los campos de la ciencia, el derecho, la epistemología, la moral, la religión, la política y la historia habiendo logrado, inclusive, una síntesis entre el empirismo y el racionalismo.128 Aceptando que si bien todo nuestro conocimiento empieza con la experiencia, no todo procede de ella9, dando a entender que la razón juega un papel importante. Kant argumentaba que la experiencia, los valores y el significado mismo de la vida serían completamente subjetivos si no hubiesen sido subsumidos por la razón pura, y que usar la razón sin aplicarla a la experiencia, nos llevaría inevitablemente a ilusiones teóricas.
En su doctrina del idealismo trascendental, Kant argumentó que el espacio y el tiempo son meras "formas de conocer" que estructuran toda experiencia y, por lo tanto, si bien las "cosas en sí mismas" existen y contribuyen a la experiencia, no obstante son distintas de los objetos de la experiencia.10 Kant trazó un paralelo con la revolución copernicana («giro copernicano») en su propuesta de que los objetos de los sentidos deben ajustarse a nuestras formas espaciales y temporales de la intuición y que, en consecuencia, podemos tener un conocimiento a priori de los objetos de los sentidos.
La ética kantiana es conocida por afirmar que existe una única obligación moral, a la que llamó el "imperativo categórico", y se deriva del concepto de deber. En Sobre la paz perpetua, expone de la idea de que la paz se podía asegurar a través de la repúblicas constitucionales y la cooperación internacional que quizás esta podría ser la etapa culminante de la historia mundial.11 Las ideas religiosas de Kant sigue siendo objeto de disputa.
El pensamiento kantiano fue muy influyente en la Alemania de su tiempo, puesto que proyectó la filosofía más allá del debate entre el empirismo y el racionalismo. Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer se vieron a sí mismos expandiendo y complementando el sistema kantiano de modo que con él justificaban el idealismo alemán. Hoy en día, Kant continúa teniendo una gran influencia en la filosofía analítica y continental.
En ámbito científico, Kant desarrolló físicos, geológicos y astronómicos. Formuló correctamente la hipótesis que el sistema solar se formó de una gran nube de gas, una nebulosa.
Biografía[editar]
Immanuel Kant fue bautizado como Emanuel pero cambió su nombre a Immanuel tras aprender hebreo12. Nació en 1724 en Königsberg (antiguamente Prusia, desde 1946 Kaliningrado, Rusia). Era el cuarto de nueve hermanos, de los cuales solo cinco alcanzaron la adolescencia. Pasó toda su vida dentro o en los alrededores de su ciudad natal, la capital de Prusia Oriental en esa época, sin viajar jamás más allá de 150 km de Königsberg13. Su padre, Johann Georg Kant (1682-1746), era un artesano alemán de Memel, en aquel tiempo la ciudad más al noreste de Prusia (ahora Klaipėda, Lituania). Su madre Anna Regina Reuter (1697-1737), nacida en Núremberg, era la hija de un fabricante alemán de sillas de montar.
En su juventud, Kant fue un estudiante constante, aunque no espectacular. Creció en un hogar pietista que ponía énfasis en una intensa devoción religiosa, la humildad personal y una interpretación literal de la Biblia. Por consiguiente, Kant recibió una educación tan severa —estricta, punitiva, disciplinaria, polarizada y excluyente— que favorecía la enseñanza del latín y la religión por encima de las matemáticas y las ciencias14.
Juventud[editar]
Desde el principio de sus estudios, Kant mostró gran aplicación en sus investigaciones. Primero fue enviado al Collegium Fridericianum y después se matriculó en la Universidad de Königsberg en 1740, a la edad de 16 años15. Estudió la filosofía de Leibniz y Wolff con el profesor Martin Knutzen, un racionalista que también estaba familiarizado con los desarrollos de la filosofía y la ciencia británica y que introdujo a Kant en la nueva física matemática de Newton. También previno al joven alumno respecto del idealismo, visto negativamente por toda la filosofía del siglo XVIII, e, incluso después de la creación de la teoría del idealismo trascendental, Kant refutó el idealismo en la segunda edición de su obra principal: la Crítica de la razón pura.
El infarto de su padre y su posterior muerte en 1746 interrumpió sus estudios. Kant se convirtió en un profesor particular en los pequeños pueblos alrededor de Königsberg, pero continuó su investigación académica. En 1749 publicó su primera obra filosófica, Gedanken von der wahren Schätzung der lebendigen Kräfte (Meditaciones sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas). Kant publicó muchas más obras sobre temas científicos, y llegó a ser profesor universitario en 1755. El tema de sus lecciones era la metafísica, la cual enseñó durante casi cuarenta años, incluso después de su ruptura con esta. El manual para el curso estaba escrito por Alexander Gottlieb Baumgarten, autor del término «estética» en su sentido moderno.
En Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels (Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, 1755), Kant diseñó la hipótesis de la nebulosa protosolar, en donde dedujo correctamente que el sistema solar se formó de una gran nube de gas, una nebulosa. De este modo intentaba explicar el orden del sistema solar, anteriormente visto por Newton como impuesto por Dios desde el comienzo. Kant en su libro también dedujo correctamente que la Vía Láctea era un gran disco de estrellas, formada asimismo a partir de una nube giratoria. Además, sugirió la posibilidad de que otras nebulosas podían ser igualmente grandes discos de estrellas distantes, similares a la Vía Láctea, lo que dio origen a la denominación de Universos Isla para las galaxias, término en uso hasta bien entrado el siglo XX.
Desde este momento, Kant se concentró en temas cada vez más filosóficos, aunque continuaría escribiendo sobre las ciencias a lo largo de su vida. En los inicios de los años 1760, Kant concibió una serie de importantes obras de filosofía: Die falsche Spitzfindigkeit der vier syllogistischen Figuren (La falsa sutileza de las cuatro figuras del silogismo), una obra sobre lógica, publicada en 1762. Aparecieron dos libros más al año siguiente: Versuch, den Begriff der negativen Größen in der Weltweisheit einzuführen (Ensayo para introducir el concepto de magnitudes negativas en la filosofía) y Der einzig mögliche Beweisgrund zu einer Demonstration des Daseins Gottes (El único fundamento posible de una demostración de la existencia de Dios).
En 1764, Kant escribió Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen (Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime) y quedó segundo tras Moses Mendelssohn en un concurso de la Academia de Berlín con su Untersuchung über die Deutlichkeit der Grundsätze der natürlichen Theologie und Moral (Sobre la nitidez de los principios de la teología natural y de la moral). En 1770, a la edad de cuarenta y cinco años, Kant fue nombrado finalmente profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de Königsberg. Kant escribió su Disertación inaugural (De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis) en defensa de este nombramiento. Esta obra vio la aparición de muchos temas centrales de su obra madura, incluyendo la distinción entre las facultades del pensamiento intelectual y la receptividad sensible. Ignorar esta distinción significaría cometer el error de la subrepción y, como dice en el último capítulo de la disertación, la metafísica tan solo progresará evitando dicho error.
Silencio y crítica[editar]
A la edad de cuarenta y seis años, Kant era un conocido erudito y un filósofo cada vez más influyente. Se esperaba mucho de él. Como respuesta a una carta de su alumno Markus Herz, Kant llegó a reconocer que en la Disertación inaugural no había logrado dar cuenta de la relación y conexión entre nuestras facultades intelectuales y sensibles. También reconoció que David Hume lo despertó del «sueño dogmático» (alrededor de 1770). Kant no publicó ningún trabajo de filosofía en los once años siguientes. En la "Introducción" a su Crítica de la razón pura da cuenta, con su metáfora de la paloma, de que lo más importante era fundamentar sólidamente una nueva filosofía limitando la imaginación de sus alcances al genuino alcance de la razón:
Nuestra tendencia a extender el conocimiento no reconoce límite ninguno. La ligera paloma, que siente la resistencia del aire que surca al volar libremente, podría imaginarse que volaría mucho mejor aún en un espacio vacío. De esta misma forma abandonó Platón el mundo de los sentidos, por imponer limites tan estrechos al entendimiento. Platón se atrevió a ir más allá de ellos, volando en el espacio vacío de la razón pura por medio de las alas de las ideas. No se dio cuenta de que, con todos sus esfuerzos, no avanzaba nada, ya que no tenía punto de apoyo, por así decirlo, no tenía base donde sostenerse y donde aplicar sus fuerzas para hacer mover el entendimiento. Pero suele ocurrirle a la razón humana que termina cuanto antes su edificio en la especulación y no examina hasta después si los cimientos tienen el asentamiento adecuado16
Kant dedicó su década silenciosa a trabajar en una solución para los problemas planteados. Aunque amante de la compañía y la conversación, Kant se aisló, pese a los intentos de sus amigos de sacarlo de su aislamiento. En 1778, en respuesta a una de esas peticiones de un antiguo alumno, Kant escribió:
Cualquier cambio me hace aprensivo, aunque ofrezca la mejor promesa de mejorar mi estado, y estoy convencido, por este instinto natural mío, de que debo llevar cuidado si deseo que los hilos que las Parcas tejen tan finos y débiles en mi caso sean tejidos con cierta longitud. Mi sincero agradecimiento a mis admiradores y amigos, que piensan tan bondadosamente de mí hasta comprometerse con mi bienestar, pero, al mismo tiempo, pido, del modo más humilde, protección en mi actual estado frente a cualquier alteración.17
Cuando Kant salió de su silencio en 1781, el resultado fue la Crítica de la razón pura (Kritik der reinen Vernunft).6 Aunque hoy sea reconocida unánimemente como una de las más importantes obras en la historia de la filosofía, fue ignorada en el momento de su publicación inicial. El libro era largo, más de 800 páginas en la edición original en alemán, y escrito en un estilo seco y académico. Fue objeto de pocas reseñas, las cuales, además, no concedían importancia a la obra. Su densidad hacía de ella un «hueso duro de roer», oscurecida por «...toda esta pesada telaraña», según la describió Johann Gottfried Herder en una carta a Johann Georg Hamann19.
Esto contrasta intensamente con el elogio que Kant había recibido por obras anteriores, como la citada memoria de 1764 y otros opúsculos que precedieron a la primera Crítica. Estos tratados bien recibidos y legibles incluyen uno sobre el terremoto de Lisboa, que fue tan popular que se vendía por páginas20. Antes de su giro hacia la crítica, sus libros se vendían bien, y para cuando publicó Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime en 1764, se había convertido en un autor popular de cierto renombre21. Kant se decepcionó con la recepción de la primera Crítica. Reconociendo la necesidad de clarificar el tratado original, Kant escribió los Prolegómenos a toda metafísica futura (Prolegomena zu einer jeden künftigen Metaphysik, die als Wissenschaft wird auftreten können) en 1783, como un resumen de sus principales puntos de vista. También animó a su amigo Johann Schultz, a publicar un breve comentario sobre la Crítica de la razón pura.
La reputación de Kant aumentó gradualmente durante la década de 1780, gracias a una serie de obras importantes: el ensayo Respuesta a la pregunta: ¿Qué es Ilustración? (Beantwortung der Frage: Was ist Aufklärung?) de 1784; la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Grundlegung zur Metaphysik der Sitten), de 1785 (su primera obra sobre filosofía moral), y Principios metafísicos de la ciencia natural (Metaphysische Anfangsgründe der Naturwissenschaft), de 1786. Pero el reconocimiento final de Kant llegó desde una fuente inesperada. En 1786, Karl Leonhard Reinhold comenzó a publicar una serie de cartas públicas sobre la filosofía kantiana. En estas cartas, Reinhold enmarcaba la filosofía de Kant como una respuesta a la principal controversia intelectual de la época: la disputa sobre el panteísmo. Friedrich Heinrich Jacobi había acusado al recientemente fallecido Gotthold Ephraim Lessing (distinguido dramaturgo y ensayista filosófico) de spinozismo. Esa acusación, equivalente a la de ateísmo, fue desmentida rotundamente por Moses Mendelssohn, amigo de Lessing, y surgió una amarga disputa pública entre ellos. La controversia gradualmente escaló hasta convertirse en un debate general sobre los valores de la Ilustración y de la razón en sí misma. Reinhold mantenía en sus cartas que la Crítica de la razón pura de Kant podía resolver esta disputa defendiendo la autoridad y los límites de la razón. Las cartas de Reinhold fueron ampliamente leídas e hicieron a Kant el filósofo más famoso de su época.
Últimas obras de Kant[editar]
Kant publicó una segunda edición de la Crítica de la razón pura en 1787, revisando en profundidad las primeras partes del libro. La mayoría de sus posteriores obras se centraron en otras áreas de la filosofía. Continuó desarrollando su filosofía moral, especialmente en la Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft, conocida como la segunda Crítica) de 1788 y la Metafísica de las costumbres (Metaphysik der Sitten) de 1797. La Crítica del juicio (Kritik der Urteilskraft, la tercera Crítica) de 1790 aplicaba el sistema kantiano a la estética y la teleología. También escribió varios ensayos algo populares sobre historia, religión, política y otros temas. Estas obras fueron bien recibidas por los contemporáneos de Kant y confirmaron su posición preeminente en la filosofía del siglo XVIII. Había varias revistas dedicadas únicamente a defender y criticar la filosofía kantiana. Pero, a pesar de su éxito, las tendencias filosóficas se movían en otra dirección. Muchos de los discípulos más importantes de Kant (incluyendo a Reinhold, Beck y Fichte) transformaron la posición kantiana en formas de idealismo cada vez más radicales. Esto marcó la aparición del Idealismo alemán. Kant se opuso a estos desarrollos y denunció públicamente a Fichte en una carta abierta22 en 1799. Fue uno de sus últimos actos filosóficos.
Muerte[editar]
Su salud había venido empeorando desde hacía mucho tiempo. Tuvo arteriosclerosis cerebral y en el invierno de 1803 tenía dolores estomacales, pérdida de memoria y sueño.23
Murió a las once de la noche del domingo 12 de febrero de 1804 en Königsberg, murmurando la palabra «Genug» («suficiente», «basta») antes de expirar.24 Su inacabada obra final, el fragmentario Opus postumum, fue (como su título sugiere) publicada póstumamente. Su entierro fue un acontecimiento en el que asistieron una multitud de personas de todas las clases sociales.25
Algunos años después de su fallecimiento, en 1827, la Iglesia católica incluyó su Crítica de la razón pura en el Índice de Libros Prohibidos, continuando así en las sucesivas ediciones del Index.26
De 1879 a 1881 se recolectó dinero para construir una capilla a modo de monumento. La tumba de Kant se encuentra fuera de la Catedral de Königsberg —actual Kaliningrado— en el río Pregolya y es uno de los pocos monumentos alemanes conservados por los soviéticos después de que conquistaran y anexionaran la ciudad en 1945. La tumba original de Kant fue demolida por las bombas rusas a comienzos de aquel año. Una réplica de una estatua de Kant, ubicada en frente de la Universidad, fue donada por una entidad alemana en 1991. Los recién casados llevan flores a la capilla, como hicieron antes para el monumento de Lenin.
Cerca de la tumba se halla una placa con la siguiente inscripción en alemán y ruso, tomada de la «Conclusión» de Crítica de la razón práctica: «Dos cosas me llenan la mente con un siempre renovado y acrecentado asombro y admiración por mucho que continuamente reflexione sobre ellas: el firmamento estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí».
Mitos y reconocimiento[editar]
Han surgido una variedad de creencias populares con respecto a la vida de Kant. A menudo se sostiene, por ejemplo, que Kant maduró tardíamente, que solo se convirtió en un filósofo importante a sus cincuenta y tantos años, después de rechazar sus anteriores puntos de vista. Aunque es cierto que Kant escribió sus mejores obras relativamente tarde en su vida, existe una clara tendencia a infravalorar sus obras anteriores. Los estudios recientes sobre Kant han dedicado más atención a estos escritos «precríticos» y se ha reconocido una cierta continuidad con sus obras maduras.
Muchos de los mitos comunes acerca de las peculiaridades personales de Kant se enumeran, explican y refutan en la introducción del traductor inglés Goldthwait de las Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime27. Se sostiene que Kant vivió una vida muy estricta y previsible, lo que lleva a la historia, a menudo repetida, de que sus vecinos ponían los relojes en hora cuando daba sus paseos diarios.28 De nuevo, esto es cierto solo en parte. Mientras fue joven, Kant fue una persona muy sociable y un apasionado de los convites durante la mayor parte de su vida. Era delicado, de baja estatura, apenas salió de su ciudad natal y nunca se casó. Entre sus aficiones, le gustaba jugar al billar y bebidas alcohólicas como el vino.29 Solo en una época más avanzada de su vida, la influencia de su amigo, el comerciante inglés Joseph Green, hizo que Kant adoptara un estilo de vida más regular.30 Hans Vaihinger fundó en 1905 la Sociedad Kantiana en Halle, que fue desmantelada por los nazis pero reabierta en 1945. A día de hoy existen varias sociedades kantianas en distintos países del mundo como los Estados Unidos.2931
Immanuel Kant influenció a muchos filósofos entre ellos: Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger, Foucault, Jean-François Lyotard y Jacques Derrida.
Pensamiento filosófico[editar]
Todo aquel que se ocupe de filosofía moderna no puede dejar de lado a Kant; tal vez haya que decir lo mismo de todo aquel que se ocupe de filosofía. Su obra es típicamente alemana, muy elaborada y un tanto nebulosa. Encerrado en su gabinete, donde pasó su larga vida de casi ochenta años, cuidaba poco el filósofo del mundo banal, aun cuando lo frecuentaba con placer. Vivió durante la época de la Ilustración, la cual describió de la siguiente forma:
La Ilustración significa el abandono del hombre de una infancia mental de la que él mismo es culpable. Infancia es la incapacidad de usar la propia razón sin la guía de otra persona. Esta puericia es culpable cuando su causa no es la falta de inteligencia, sino la falta de decisión o de valor para pensar sin ayuda ajena. Sapere aude «¡Atrévete a saber!» He aquí la divisa de la Ilustración.Kant. ¿Qué es la Ilustración?
Encasillado en su subjetividad, a la manera de Descartes, da a sus teorías una dirección muy distinta a la del filósofo francés. Descartes se adentra en su yo, pero ha de encontrar el camino para elevarse a Dios, y a un tiempo, para dar «certidumbre» al mundo físico o de la res extensa. Kant, encerrado en un mundo fenoménico, ha de descalificar la posibilidad de contactar a las cosas en sí mismas, sean las del mundo, la de Dios, o del alma. La filosofía de Kant no niega la existencia de Dios, ni un orden moral, ni la realidad pensable de un mundo físico. Lo que niega —salvo en lo moral— es que la razón humana pueda trascender y llegar a esos entes en sí mismos: sean el «mundo», «Dios» o el «alma». Kant intenta superar la crítica al fundamento epistemológico del principio de causalidad (y por lo tanto al saber científico) que había hecho David Hume, que no tenía una respuesta satisfactoria hasta su época, además de superar la metafísica dogmática de los racionalistas.
Así pues, disgustados del dogmatismo, que no nos enseña nada, e igualmente del escepticismo que, en todas partes, nada nos promete, [...] nos resta solamente una pregunta crítica, según cuya contestación podemos organizar nuestra conducta futura: ¿Es, en general, posible la metafísica? Pero esta pregunta no debe ser respondida por objeciones escépticas [...] sino por el concepto, sólo aún problemático, de una ciencia tal.32
Kant parte de la conciencia, de las representaciones fenoménicas del yo, sean provenientes del mundo externo o interno. Se aboca, desde un principio, a la estética trascendental. Kant entiende por sensación el efecto de un objeto sobre la facultad representativa, en cuanto somos afectados por él. Se entiende que se prescinde por completo de la naturaleza del objeto afectante y que solamente se presta atención al efecto que se produce en nosotros, en lo puramente subjetivo. La intuición empírica es una percepción cualquiera que refleja a un objeto, y así el conocimiento es considerado como un medio. La intuición empírica es la que se refiere a un objeto, pero por medio de la sensación. El fenómeno es el objeto indeterminado de la intuición empírica. El árbol puede afectarnos y de él tenemos una representación fenoménica. Nada podemos saber del árbol en sí. La realidad de la cosa, en ella misma, es un noúmeno no alcanzable.
Kant sintetiza su pensamiento, y en general «el campo de la filosofía en sentido cosmopolita», en tres preguntas: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me está permitido esperar? A la primera interrogante, da su respuesta en el análisis de la Crítica de la razón pura en torno de las posibilidades y límites del conocimiento humano. A la segunda, trata de dar respuesta la moral en la Crítica de la razón práctica. A la tercera trata de responder la religión en la Crítica del juicio.7 Estas tres preguntas pueden resumirse en una sola: ¿Qué es el hombre?33
Kant concluye su estudio epistemológico haciendo especial hincapié en la importancia del deber, que es donde reside la virtud de toda acción. Al hacer coincidir la máxima de cualquier acción con la ley práctica, el ser humano habrá encontrado el principio objetivo y universal del obrar.
Como científico desarrolló ideas de la evolución del sistema solar a partir de una nebulosa gaseosa, el retraso de la rotación de la Tierra por las mareas, el concepto de un Universo compuesto de Galaxias, desempeñando así un papel importante en la configuración de la visión de la Naturaleza como desarrollándose de acuerdo con sus propios procesos.13
Idealismo trascendental[editar]
En la Crítica de la razón pura se parte, asumiendo los resultados del empirismo, afirmando el valor primordial que se le da a la experiencia, en tanto esta permite presentar y conocer a los objetos, desde la percepción sensible o intuición (Anschauung). Este conocimiento independiente de la experiencia se llama a priori y se distingue del empírico, que tiene fuentes a posteriori.34 La capacidad de recibir representaciones se llama sensibilidad, y es una receptividad, pues los objetos vienen dados por esta. La capacidad que tenemos de pensar los objetos dados por la sensibilidad se llama entendimiento. Con esto, Kant hace una síntesis entre racionalismo y empirismo:
La capacidad de pensar el objeto de la intuición es, en cambio, el entendimiento. Ninguna de estas propiedades es preferible a la otra: sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento, ninguno sería pensado. Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas. [...] Ni el entendimiento puede intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. El conocimiento únicamente puede surgir de la unión de ambos.35
Las intuiciones que se refieren a un objeto dado por las sensaciones se llaman intuiciones empíricas y el objeto sensible constituido por la sensación y las formas puras a priori de espacio y tiempo impresas por el hombre, se llama fenómeno (término de origen griego que significa «aquello que aparece»). Asimismo a las representaciones en las que no se encuentra nada perteneciente a la sensación se las llama puras. Se sigue que la ciencia de la sensibilidad es llamada estética trascendental, que forma parte de la Doctrina Trascendental de los Elementos en la Crítica de la razón pura.
Llamo a trascendental a todo conocimiento que se ocupa no tanto de objetos, cuánto de nuestro modo de conocerlos.Kant. Crítica de la razón pura. B 25
Estética trascendental[editar]
El empleo del término «estética» en Kant difiere del uso que hizo Alexander Gottlieb Baumgarten del mismo término, en cuanto ciencia de lo bello. El uso de Kant es en realidad más fiel a la etimología (αισθητική, aisthetike, viene de αἴσθησις, aisthesis, que significa 'sensación, sensibilidad') pero el de Baumgarten tuvo mejor fortuna.
La estética trascendental muestra que, a pesar de la naturaleza receptiva de la sensibilidad, existen en ella unas condiciones a priori que nos permiten conocer, mediante el entendimiento, los objetos dados por el sentido externo (intuición). Estas condiciones son el espacio y el tiempo.
La capacidad (receptividad) de recibir representaciones, al ser afectadas por los objetos, se llama «sensibilidad». La ciencia de todos los principios de la sensibilidad a priori la llamo «estética trascendental» [...] todas nuestras intuiciones no son más que una representación fenoménica. Permanece para nosotros absolutamente desconocido qué sean los objetos en sí, independientemente de toda esa receptividad de nuestra sensibilidad.Kant. Crítica de la razón pura. Madrid. Alfaguara, 1978, p. 7
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