viernes, 27 de junio de 2014

ARQUITECTURA BIZANTINA


ARTE BIZANTINO .-

Se debe suponer que las iglesias con una planta central debían disponer casi siempre de una cubierta abovedada, puesto que la existencia de una cúpula central era su auténtica razón de ser. El espacio central quedaba rodeado por un muro de gran grosor, en el que aparecían profundos huecos por su cara interior, como sucede en la iglesia de San Jorge de Salónica (siglo V), o bien por un deambulatorio con bóveda de cañón, como es el caso en el Mausoleo de Santa Constanza en Roma (siglo IV).
Las profundas aperturas existentes en el espacio central conformarían de ese modo los brazos de una cruz, contribuyendo así al sustentamiento de la bóveda central del edificio, como sucede por ejemplo en el caso del Mausoleo de Gala Placidia en Rávena, datado en el siglo V.
La más famosa de las iglesias pertenecientes a este tipo era posiblemente la iglesia de los Santos Apóstoles, que se hallaba también ubicada en la ciudad de Constantinopla. Los soportes para las bóvedas fueron posteriormente aplicados también a las iglesias construidas con una planta basilical, como es el caso por ejemplo en la iglesia de Santa Irene, también situada en Constantinopla, del siglo VI, en la que la larga nave de la iglesia que conforma su cuerpo queda cubierta por dos cúpulas adyacentes entre sí.
En la iglesia de los Santos Sergio y Baco de Constantinopla y en la iglesia de San Vital en Rávena, iglesias con planta central, el espacio que queda bajo la cúpula queda ampliado con la adición de los ábsides al octágono.
Finalmente, en la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla, datada en el siglo VI, se ideó una combinación que representa muy bien un proyecto arquitectónico interesante y novedoso: el espacio central de forma cuadrada de 30 metros de lado quedó aumentado hasta los 60 metros con la adición de dos hemiciclos en los lados este y oeste; dichos hemiciclos quedan posteriormente ampliados de nuevo mediante el añadido de tres ábsides menores al lado este y de otros dos al lado oeste.

Esta área ininterrumpida de casi 80 metros de largo por más de 30 metros de ancho quedaba internamente cubierta por un sistema de cubrición mediante cúpula. Por otra parte, sobre las cubiertas de los absidiolos se elevan dos grandes semicúpulas que cubren a su vez los hemiciclos, tras las cuales emerge a su vez la gran cúpula que s encuentra sobre el cuadrado central. Esta última se sostiene en sus lados norte y sur mediante cubiertas a dos planos que otorgan a todo el conjunto un aspecto externo cuadrado.





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