jueves, 2 de julio de 2015

anatomía humana

Sistema inmunitario


El sistema linfático es la estructura anatómica que transporta la linfaunidireccionalmente hacia el corazón, y es parte del aparato circulatorio. En el ser humano, está compuesto por los vasos linfáticos, los ganglios, los órganos linfáticos o linfoides (el bazo y el timo), los tejidos linfáticos (como la amígdala, las placas de Peyer y la médula ósea) y la linfa.1
El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio porque está formado por los vasos linfáticos, unos conductos cilíndricos parecidos a los vasos sanguíneos, que transportan un líquido llamado linfa, que proviene de la sangre, tiene una composición muy parecida a la de ésta y regresa a ella. Este sistema constituye por tanto la segunda red de transporte de líquidos corporales.- ..........................................................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=dee8527bf86b4af7d05a7634ee42a8e4818a9ded&writer=rdf2latex&return_to=Sistema+linf%C3%A1tico


Funciones del sistema linfático:
  • Transportar el líquido de los tejidos que rodea a las células, principalmente sustancias proteicas, a la sangre porque debido a su tamaño no pueden atravesar la pared del vaso sanguíneo.
  • Recoger las moléculas de grasa absorbidas en los capilares linfáticos que se encuentran en el intestino delgado.

El sistema linfático está compuesto por:
  • La linfa
  • Los vasos linfáticos
  • Los ganglios linfáticos
La linfa

La linfa es un líquido incoloro compuesto de glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales. Se transporta desde los tejidos hasta la sangre a través de los vasos linfáticos.

En el sistema linfático no existe una bomba que impulse la linfa, a diferencia de lo que ocurre en el aparato circulatorio sino que se mueve, aprovechando las contracciones musculares. Ello es posible porque los vasos linfáticos se sitúan entre el tejido muscular y al realizar el cuerpo movimientos cotidianos o comunes, es cuando se activa la circulación linfática siendo muchísimo más lenta que la sanguínea.

Los vasos linfáticos

Los vasos linfáticos son los conductos por donde circula la linfa y son muy similares a las venas ya que están formados por tejido conjuntivo y unas vál­vulas en las paredes que evitan el retroceso de la linfa.

Los vasos linfáticos, según van penetrando en los tejidos corporales, se van haciendo cada vez más pequeños y más finos hasta convertirse en capilares linfáticos. Aquí es donde se recogen las sustancias que no pueden ir por la sangre debido a que su tamaño les impide atravesar la pared del vaso sanguí­neo siendo transportadas a través de los vasos linfáticos que se van haciendo cada vez más grandes según se van acercando al final del trayecto.

Los vasos linfáticos convergen en dos troncos principales:
  • Conducto linfático derecho que recoge toda la linfa de la parte superior del cuerpo.
  • Conducto linfático torácico que recoge la linfa del lado izquierdo del cuerpo.
Estos conductos desembocan finalmente en el torrente sanguíneo, concreta­mente en la vena cava superior y en la vena subclavia izquierda.

Los ganglios linfáticos

Los ganglios linfáticos son nodulos pequeños en forma de fríjol con un tamaño inferior a un centímetro que en condiciones normales no se llegan a palpar.

Se encuentran formando racimos en varias zonas del cuerpo como el cuello, las axilas, las ingles, el tórax y el abdomen.

Funciones de los ganglios linfáticos:
  • Filtrar la linfa de sustancias extrañas, como bacterias y células cancerosas, y destruirlas.
  • Producir glóbulos blancos, como linfocitos, monocitos y células plasmáticas, encargados de destruir a las sustancias extrañas.

Cuando hay una infección en el organismo, los ganglios linfáticos aumentan su tamaño debido a la producción adicional de glóbulos blancos para hacer frente a la misma. Al hacerse más grande es cuando se pueden llegar a palpar y es un indicador de que nuestro cuerpo está respondiendo.
Si pasado un tiempo el ganglio no vuelve a la normalidad o, incluso aumenta más de tamaño, habría que acudir al médico para que valorara la situación.

El linfoma es un cáncer del sistema linfático y normalmente se manifiesta por el aumento de tamaño de los ganglios, llamándose adenopatías, de ahí la importancia de acudir al médico con la aparición y palpación de un ganglio.

Por último, comentar que el sistema linfático constituye una parte muy importante del sistema inmunológico, es el encargado de defendernos de las agresiones externas, debido a la función de los órganos linfoides. Los órganos linfoides pueden ser primarios o secundarios

Órganos linfoides primarios

En los órganos linfoides primarios es donde maduran los linfocitos y son el timo y la médula ósea.

El timo es una glándula formada por dos lóbulos y situada detrás del ester­nón. Su función es la maduración de los linfocitos T.

La médula ósea es el tejido donde se fabrican las células de la sangre, gló­bulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Se encuentra en el interior de los huesos y es donde maduran los linfocitos B.

Órganos linfoides secundarios

En los órganos linfoides secundarios es donde se presentan las sustancias extrañas o antígenos y se inicia la respuesta inmune específica. Son los ganglios linfáticos, el bazo y el MALT.

Los ganglios linfáticos producen glóbulos blancos ante la presencia de un antígeno.

El bazo esta situado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal y formado por la pulpa blanca, correspondiente al tejido linfoide y la pulpa roja, a los vasos sanguíneos. Su función inmunológica consiste en la producción de anticuerpos y la destrucción de bacterias.

El MALT que es el tejido linfoide asociado a mucosas, se encuentra en el trac­to gastrointestinal, respiratorio y genitourinario.

El sistema linfático es un sistema complejo formado por una serie de órganos y una red de vasos linfáticos. Cada órgano que constituye dicho sistema posee funciones bien definidas y diferenciadas. 

 

Los vasos linfáticos se encargan de llevar la linfa que se origina a nivel de los tejidos hacia el sistema venoso y la reincorpora a la circulación sanguínea. Estos vasos se encuentran presentes en prácticamente todo el organismo (excepto sistema nervioso central, médula ósea y cartílagos). Poseen forma en dedo de guante y se comunican entre sí formando una red de pequeños vasos denominados capilares linfáticos.
La linfa es un líquido de color ligeramente amarillento formado en su mayor proporción (90%) por agua. Asimismo, está constituida por proteínas, que desde el torrente circulatorio han pasado a los tejidos, grasas, restos de células muertas, de bacterias, de células malignas (en el caso de un cáncer) y de células presentes en la sangre como linfocitos. La linfa se depura y es filtrada por los nódulos linfáticos también denominados ganglios linfáticos antes de retornar a la circulación general.
Desde los capilares sanguíneos sale a los tejidos una cierta cantidad de líquido, que en condiciones normales (90%) es reabsorbido, en su mayor parte, por los propios capilares. El resto (10%) se elimina a través de los vasos linfáticos. En todo el organismo se forman de 1 a 2 litros de linfa.
El sistema linfático posee una gran capacidad de adaptación, por lo que en situaciones en los que se produce mayor salida de líquido de los capilares hacia los tejidos es capaz de absorber el excedente de linfa evitando su acúmulo.
A lo largo del recorrido de los vasos linfáticos se presentan engrosamientos que corresponden a los ganglios o nódulos linfáticos. Estos ganglios constituyen una parte fundamental del sistema linfático ya que poseen funciones importantes en la defensa del organismo (inmunidad).
Los ganglios o nódulos linfáticos se sitúan a lo largo de todo el organismo, siendo especialmente abundantes en cuello, axilas e ingles. Poseen una forma variable (redondeado, alargado o con forma de habichuela) y un tamaño que oscila entre 0,5 y 1cm. Su tamaño puede aumentar debido a procesos infecciosos o tumorales.

Otros órganos linfáticos son:
La médula ósea: se encuentra en el interior de los huesos (esternón, costillas, palas iliacas, entre otros) y se encarga de la formación de las células de la sangre entre los que se encuentran los linfocitos, cuyo papel en la inmunidad es fundamental.
Las amígdalas: se encuentran situadas alrededor de la faringe desempeñando funciones defensivas. 
El timo: situado detrás del esternón. Tiene un papel importante en el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la respuesta inmunitaria del organismo. En él maduran parte de los linfocitos que se han formado en la médula ósea.
El bazo: situado en la parte superior izquierda del abdomen entre el estómago y el riñón izquierdo. Actúa como un filtro de la sangre reteniendo y destruyendo las células sanguíneas envejecidas e interviene en la formación de los linfocitos. La sangre que sale de él contiene setenta veces más linfocitos que la sangre que recibe.
 Las funciones del sistema linfático son:
  • Recoge la linfa que se forma en los tejidos y la trasporta al torrente circulatorio.
  • El sistema linfático juega un papel importante en la defensa del organismo.
  • Ejerce la acción de filtro biológico. 

El sistema linfático es una amplia red de drenaje que ayuda a equilibrar los niveles de líquidos corporales y a defender al organismo contra posibles infecciones. Se trata de una red compuesta por vasos linfáticos que transportan linfa (un líquido transparente y acuoso que contiene moléculas proteicas, sales, glucosa, urea y otras sustancias) por todo el cuerpo.
El bazo, ubicado en la parte superior izquierda del abdomen, bajo la caja torácica, también forma parte del sistema linfático y se encarga de proteger al organismo, expulsando glóbulos rojos viejos y otros elementos extraños del torrente sanguíneo para ayudar a combatir las infecciones.

Sobre el bazo y el sistema linfático

Una de las principales funciones del sistema linfático consiste en recoger el líquido linfático sobrante procedente de los distintos tejidos corporales y devolverlo a la sangre. Este proceso es fundamental porque el agua, las proteínas y otras sustancias gotean constantemente desde los diminutos capilares sanguíneos hasta los tejidos corporales circundantes. Si el sistema linfático no drenara el exceso de líquido, el líquido linfático se acumularía en ellos y se hincharían.
Asimismo, el sistema linfático también ayuda al cuerpo a defenderse contra gérmenes, como los virus, las bacterias y los hongos, que pueden provocar enfermedades. Los ganglios linfáticos son pequeñas masas de tejido ubicadas a lo largo de la red de vasos linfáticos y son ellos los que se encargan de filtrar los gérmenes. Los ganglios hospedan linfocitos en su interior, un tipo de glóbulo blanco. Algunos de estos linfocitos fabrican anticuerpos, unas proteínas especiales que luchan contra los gérmenes e impiden que las infecciones se propaguen, ya que atrapan a los gérmenes patógenos y los destruyen.
El bazo también ayuda al organismo a luchar contra las infecciones. El bazo contiene linfocitos y otro tipo de glóbulos blancos, llamados macrófagos, que tragan y destruyen bacterias, tejido muerto y elementos extraños, eliminándolos del torrente sanguíneo cuando la sangre pasa a través del bazo.

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