La Orden de San Agustín (O.S.A), en latín Ordo Fratum Sancti Augustini, es unaorden religiosa mendicante establecida por la Iglesia Católica bajo el pontificado deInocencio IV en el año 1244, ante la necesidad de unificar una serie de comunidades deeremitas que surgieron bajo la experiencia monástica de san Agustín y su Regla delsiglo IV.- ...........................................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Orden_de_San_Agust%C3%ADn&printable=yes
LOS ORÍGENES
La pequeña Unión
El 16 de diciembre de 1243, el papa Inocencio IV promulgó la bula Incumbit nobis. En ella invitaba a numerosas comunidades eremíticas de Toscana a unirse en una sola orden religiosa bajo la Regla de S. Agustín. En marzo del 1244 los ermitaños celebraron capítulo en Roma y se llevó a cabo la unión.
Desde entonces empezaron a ser conocidos como Ermitaños de la Orden de S. Agustín. Para algunos historiadores de la Orden, en general los contemporáneos, este sería el comienzo de la Orden de San Agustín.
Otros, siguiendo la historiografía clásica, hacen remontar su fundación a San Agustín, y ven en este momento y en el de la Gran Unión de 1256 tan solo la institución jurídica de la Orden.
Desde entonces empezaron a ser conocidos como Ermitaños de la Orden de S. Agustín. Para algunos historiadores de la Orden, en general los contemporáneos, este sería el comienzo de la Orden de San Agustín.
Otros, siguiendo la historiografía clásica, hacen remontar su fundación a San Agustín, y ven en este momento y en el de la Gran Unión de 1256 tan solo la institución jurídica de la Orden.
El monacato de S. Agustín
La tradición monástica aceptada por los eremitas en 1244 tiene sus más tempranas raíces en S. Agustín, quien al regresar a África tras su conversión abandonó sus posesiones y con sus amigos comenzó un modo de vida inspirado en el de la primitiva comunidad de los Hechos de los Apóstoles. Ordenado sacerdote y obispo no renunció a su ideal monástico, que reflejó en su Regla. Este ideal agustiniano se extendió a otras partes de África y entre los años 430 y 570 fue introducido en Europa por los monjes que huían de la persecución de los Vándalos.
La Gran Unión de 1256
El 9 de abril de 1256 el papa Alejandro IV promulgó la bula Licet Ecclesiae catholicae. Con ella confirmó la unión de los Ermitaños del Juan Bueno, los Ermitaños de S. Guillermo, los Ermitaños de Brettino, los Ermitaños del Monte Favale y otras congregaciones más pequeñas con los Ermitaños Toscanos.
Tras la Gran Unión, Lanfranco Septala de Milán, anterior superior de los Ermitaños de Juan Bueno, fue el primer prior general de la Orden, que abarcaba 180 casas religiosas en Italia, Austria Alemania, Suiza, Países Bajos, Francia, España, Portugal, Hungría Bohemia e Inglaterra. Los agustinos comenzaron a formar parte de las órdenes mendicantes junto con los dominicos, los franciscanos, y, poco después, los carmelitas.
De esta manera, la identidad espiritual de la Orden tuvo dos fundamentos. El primero en la persona de S. Agustín de quien recibió sus ideas sobre la vida religiosa, especialmente la importancia de la búsqueda interior de Dios y de la vida común. La segunda fue el movimiento mendicante por el que la Orden de S. Agustín llega a ser una fraternidad apostólica.
II. El CAMINO DE LA EDAD MEDIA
Los primeros cien años
Con la Gran Unión la vida fraterna agustiniana se desplazó del campo a la ciudad. Los frailes construyeron grandes iglesias en las ciudades donde predicaban a las muchedumbres y administraban los sacramentos. Se observó estrictamente la pobreza tanto personal como comunitaria. Como otras órdenes mendicantes, eligieron la recitación más breve del oficio divino "conforme a la costumbre de la iglesia de Roma" y lo adaptaron para sus propias necesidades por un Ordinarium.
El paso de la condición de ermitaño a la de fraile no se dio sin problemas. A algunos agustinos, poco dispuestos a abandonar la vida de contemplación, se les permitió permanecer en sus eremitorios. Otros problemas surgieron con la práctica de la pobreza común, que imposibilitaba en algunos casos cumplir las exigencias del apostolado. Como consecuencia, a las casas incapaces de vivir solamente de limosnas, les fue permitido tener las propiedades necesarias para su sustento.
A Lanfranco le siguió en el puesto de prior general Guido de Staggia, procedente de los Ermitaños de Toscana. A este le sucedió Clemente de Ósimo, de los Ermitaños de Brettino. Los Guillermitas de Italia volvieron pronto a su antigua regla, tal como lo hicieron los Ermitaños de Monte Favale. En cambio, otros dos grupos, los Pobres Católicos (1256) y los Frailes del Saco, (1274) se unieron más tarde a la Orden.
Bonifacio VIII confirmó la Orden en 1298. En el primer centenario había 500 comunidades en las más importantes ciudades de Europa. En 1329 la Orden llegó a tener veinticuatro provincias. En 1346 la Orden contaba con más de 6.000 miembros.
Con el fin de prepararse bien para su ministerio, los agustinos tomaron en serio los estudios y empezaron un pujante apostolado intelectual. En 1259 Lanfranco adquirió una casa en París para religiosos jóvenes que frecuentaban la universidad. Egidio Romano estuvo entre los primeros, estudiando bajo la tutela de Sto. Tomás de Aquino.
También se fundaron casas generales de estudio en Bolonia, Padua, Roma, Florencia, Oxford y Cambridge. Las comunidades de la Orden se enriquecieron con vastas bibliotecas. Con el tiempo comenzó a surgir una escuela agustiniana de teología.
Las Constituciones existentes más antiguas fueron aprobadas por el capítulo general de Ratisbona (Regensburg) en 1290. Los principales redactores fueron el Bto. Clemente de Osimo y el Bto. Agustín Tarano.
Los santos comienzan a florecer: San Nicolás de Tolentino, Santa Clara de Montefalco, los dos beatos mencionados en las líneas anteriores, etc.
Las postrimerías de la Edad Media
Los siglos siguientes vieron una serie de sucesos penosos que sacudieron a la Iglesia y a la sociedad: la Peste Negra, el Cisma de Occidente, y la Guerra de los Cien Años. El resultado fue una debilitación de la vida religiosa. Hubo intentos de hacer una reforma y volver a la práctica de la oración, vida común y pobreza. Algunas comunidades de la Orden pidieron ser puestas directamente bajo la jurisdicción del prior general con el fin de empezar una renovación efectiva.
Para salir al paso de esta degradación general surgieron congregaciones de observancia en Italia, países germánicos y España.
Los agustinos aumentaron su presencia en las más importantes universidades europeas y contribuyeron al desarrollo de la escolástica. También encontramos agustinos entre los primeros humanistas que configuraron una nueva cultura por el estudio de la antigüedad.
III. EPOCA DE REFORMAS
Lutero y el impacto de la Reforma en la Orden
Martín Lutero, miembro de la comunidad observante de Sajonia, fue el padre de la Reforma protestante, que marcó profundamente la vida de los agustinos, como la de otras órdenes.
Desaparecieron completamente tanto la provincia como la congregación de Sajonia. Las provincias de Baviera, Renano-Suavia y Colonia se debilitaron mucho. La vida de la Orden en Austria, Bohemia y Moravia disminuyó sensiblemente.
En 1523 toda la comunidad de Amberes se pasó al luteranismo. En Francia murieron algunos agustinos como mártires en las guerras de los Hugonotes. La Provincia de Hungría se perdió totalmente con la conquista de los turcos. En Inglaterra todas casas agustinas, treinta y cinco, fueron confiscadas por el gobierno real y la Orden dejó de existir. La mayor parte de las casas de Irlanda fueron suprimidas.
Respuesta agustiniana
Jerónimo Seripando fue elegido prior general en 1539. Para llevar a cabo la reforma y salvar la unidad de la Orden viajó por las comunidades de Italia, Francia, España y Portugal, y mantuvo correspondencia con los hermanos supervivientes de Alemania, Países Bajos y Hungría. En 1547 convocó un capítulo general especial en Recanati, y en 1551 preparó nuevas constituciones para la Orden.
Cristóbal de Padua (1551-1569), en la línea con Seripando, aplicó las reformas de Trento y vio producirse un crecimiento general en la vida de la Orden. Su sucesor, Tadeo de Perugia (1570-1581), realizó amplias visitas a Francia, España y Portugal, y mantuvo contacto con la Orden en Alemania y Países Bajos.
La provincia de Tierra Santa desapareció con la invasión de los turcos. Fueron cerradas las casas de la isla de Rodas en 1525, y en 1570 las que quedaban en las islas griegas. No obstante, la actividad agustiniana continuó clandestinamente en Corfú, Creta y Chipre.
Por contraste, la Orden experimentó una edad de oro en España, simbolizada por la comunidad de Salamanca, de donde salieron algunas de las figuras de la Orden más grandes de todos los tiempos.
Las congregaciones de observancia
En el capítulo de Toledo en 1588, la provincia de Castilla estableció tres casas para una más estricta observancia de la vida agustiniana. Continuaron formando parte de la provincia hasta 1601, fecha en que pasaron a depender directamente del prior general. En 1621 se estableció una congregación separada de observancia, bajo la autoridad del prior general con el título de "Agustinos Recoletos". En la misma época aparecen casas de observancia en Italia y Francia. En 1593, en el reino de Nápoles, Ambrosio Staibano llegó a ser el primer vicario de los "Agustinos Descalzos". Pronto se extendieron a Alemania, Austria y Bohemia. En Francia los "Petits Pares" se establecieron en 1596 en la iglesia de Nuestra Sra. de la Victoria en París.
IV. LAS MISIONES AGUSTINAS
Cuando los europeos salieron al encuentro de pueblos en lejanas tierras durante todo el siglo XVI, la Iglesia escuchó la nueva llamada para llevarles la luz de Cristo. Los agustinos estuvieron entre los primeros evangelizadores en América Latina, África, Asia e Islas Filipinas.
En 90 años sus actividades misioneras en América Latina se extendieron desde México hasta Chile. La Orden se dirigió primero hacia el oeste, luego al sur. Con el tiempo fue nuevamente hacia el oeste, a través del Océano Pacífico a las islas Filipinas y al Oriente.
En estas misiones los agustinos no se preocupaban solo de la predicación del evangelio, su principal misión, sino que abrieron centros de hospitalidad en sus casas para recoger viajeros y cuidaron de los enfermos pobres de la zona. Fundaron nuevos poblados, construyeron acueductos y abrieron escuelas de alfabetización, aprendizaje de comercio y las primeras nociones de la fe. Importaron árboles frutales y legumbres de Europa y enseñaron a la gente a plantar trigo y a aumentar el cultivo de cereal. Sus grandes iglesias y monasterios, para los que ellos formaron artistas y artesanos locales, están entre los más admirables ejemplos de la arquitectura colonial. Crearon también centros educativos y universidades. Fueron los primeros misioneros que dieron la Eucaristía a los indios y les inculcaron la práctica del sacramento de la Penitencia.
América latina
El 3 de marzo de 1533 los siete primeros religiosos de la provincia de Castilla salieron con dirección a México. Tras esta, siguieron algunas expediciones más. Por el año 1562 había en las cincuenta casas de México más de trescientos misioneros.
Carlos V envió a Lima a catorce religiosos procedentes de España y México. Desde Lima llegaron a Trujillo, Cuzco y otras poblaciones; y luego más lejos hasta La Paz, Potosí y Cochabamba en el alto Perú (hoy Bolivia).
En 1573 Luis Álvarez de Toledo y Gabriel de Saona llegaron a Quito desde el Perú. En pocos años levantaron numerosas fundaciones agustinas. En 1586 se creó la provincia de S. Miguel de Quito.
Desde el Ecuador los religiosos se encaminaron más hacia el norte, a Nueva Granada, en 1575. Y así se establecieron en Colombia y en Venezuela.
En 1595 los hermanos, desde Perú, se dirigen hacia Chile. La nueva provincia de Ntra. Señora de Gracia se establece en 1627.
También los agustinos estuvieron presentes en el siglo XVI en Panamá y más tarde en Cuba (1608) y Guatemala (1610).
Filipinas
El 24 de septiembre de 1559, Felipe II encargó al provincial de México, Alonso de la Veracruz, y al religioso navegante Andrés de Urdaneta, la tarea de formar una expedición a las lejanas tierras del Océano Pacífico. Sus barcos partieron en 1564 yendo a bordo Urdaneta, Martín de Rada, Andrés de Aguirre y Diego Herrera. Al año siguiente llegaron a Cebú en las islas Filipinas. Durante el regreso a México, Urdaneta dejó anotadas las rutas marinas, válidas para los trescientos años siguientes.
Los agustinos fueron la única orden religiosa en las islas durante quince años. Durante los subsiguientes trescientos años más de 2.900 misioneros llegaron desde España a Filipinas.
Japón
Tras un primer contacto pasajero, los agustinos regresaron en 1602 a Japón y con el permiso del Shogun comenzaron el trabajo misionero cerca de Bungo. Establecieron una floreciente tercera Orden y confraternidad de Ntra. Sra. de la Consolación. Numerosos hombres y mujeres de esta asociación ayudaron a los religiosos en su trabajo evangélico.
La historia de los agustinos en Japón y de los laicos asociados está profundamente marcada por el martirio, pues son numerosos los seglares y religiosos que entregaron su vida por dar testimonio de su fe.
Misiones portuguesas
Durante los años 1572-1834, los agustinos de Portugal siguieron las rutas coloniales de su nación y evangelizaron un amplio espacio del globo: Sto. Tomé, el Congo, Guinea y Angola en la costa oeste de África; Mombasa, Zanzíbar y Madagascar en el oeste de África; el golfo persa, Basora (Iraq), Ispahán ( Irán), Georgia, Borneo, Siam, Malaca, Macao y Goa. En 1572 desembarcan en la India y siguen caminos hacia Cochín, Meliapor, Bengala, Hooghly en el Ganges, Calcuta, la isla de Ceilán y a la zona que hoy es Bangladesh. Muchos religiosos fueron nombrados para ocupar sedes episcopales, tales como Goa, Cochín y Meliapor. También llegaron hasta Astrakán, Persia, Bengala e Indonesia.
Europa
Mientras tanto, en Europa, los agustinos belgas entran en los Países protestantes cercanos para atender a los católicos de aquellas regiones. La "Misión holandesa" empezó en 1607 y finalmente llegó a ser la base de la moderna Provincia Holandesa.
V. LA ERA DE LA SUPRESIÓN
En la primera mitad del siglo XVIII la Orden experimentó un substancial aumento de vitalidad. Las reformas introducidas dieron sus buenos frutos. Hacia el año 1750 el número de miembros alcanzó el más alto nivel, unos 18.000.
La situación cambió drásticamente en la segunda mitad del mismo siglo, cuando las autoridades civiles empezaron a promulgar leyes que obstaculizaban o impedían la vida religiosa. Se prohibió a las ordenes recibir novicios. Los miembros extranjeros fueron expulsados. Las casas fueron cerradas y los religiosos dispersados. En muchos lugares se anuló completamente el contacto con Roma.
El emperador José II eliminó todas las casas agustinas de Austria, Bohemia y Moravia que no estuvieran especificadamente dedicadas a la educación o servicio social. En Francia se suprimieron la mayor parte de las casas de la Orden en Francia ya antes de la revolución. Todas las provincias de Francia, con una existencia de casi quinientos años, desaparecieron.
Las invasiones de Napoleón tuvieron semejantes resultados en toda Europa. En Alemania quedaron solo dos casas. Los conventos del norte de Italia quedaron reducidos a ruinas y algunas de sus provincias fueron desapareciendo.
El reparto de Polonia en 1796 originó que dieciséis fundaciones de la provincia quedaran bajo tres gobiernos distintos: Rusia, Prusia y Austria. Sus leyes supresoras afectaron a la casi totalidad de los conventos.
Todas las casas de Bélgica fueron suprimidas por los franceses.
En Irlanda las vocaciones continúan llegando a la Orden, pero para conseguir su formación tienen que enviarlas fuera, a otras casas agustinas del continente.
En España se pierden 138 conventos y 1.200 religiosos quedan dispersados. Después de los estragos causados en Europa, el rey de España obtuvo la bula Inter graviores de Pío VII en 1804, que supuso la independencia real de los agustinos de España y sus colonias.
En Portugal se rompen las relaciones con la Santa Sede en 1833. Un año después se decretó la supresión general de la vida religiosa en Portugal y sus posesiones.
A la unificación de Italia a mediados del s XIX siguió una ola de supresiones.
América Latina vivió una época de revolución e independencia de España con los efectos consiguientes para la vida religiosa. Se perdieron la mayoría de los conventos en Colombia, Chile, Argentina, Perú y México.
VI. VUELTA Y RENOVACIÓN
Todos estos sucesos catastróficos ocasionaron una profunda desmoralización y un declive general de la Orden. Los ideales de fundación quedaron seriamente disminuidos y la unidad profundamente afectada. En 1822 se celebró el primer capítulo general después de treinta años, con solo nueve provincias con representación.
Las cosas mejoraron cuando un religioso maltés, Pablo Micallef, llegó a ser prior general en 1859. Este se preocupó de visitar los países con mayores dificultades, incluidos los de América Latina. Había ya señales alentadoras de vida en otras partes del mundo.
Nuevas expansiones
Veinte años después de la revolución americana, Juan Rosseter y Mateo Carr fueron enviados, en el año 1796, desde Irlanda a Filadelfia para iniciar la vida agustiniana. Los comienzos en el país fueron difíciles; con todo, en cinco años, comenzaron a tener éxito. En 1838 llegó a Sidney el primer agustino irlandés Santiago Alipio Goold. Pronto se le unen otros religiosos irlandeses. Los agustinos fueron los únicos sacerdotes en la zona tropical de North Queensland desde 1884 hasta 1948.
Aparecieron también señales de nueva vida en otros países que habían sufrido la supresión religiosa.
En 1875, con la restauración de la monarquía española, se estableció de nuevo el contacto de España con Roma. En el mismo año se abrió un colegio y noviciado en Calella (Barcelona), comenzando así de nuevo la provincia de Castilla. El ofrecimiento del Monasterio de El Escorial en 1885, fue la causa del surgimiento de la Provincia Matritense diez años más tarde.
En Irlanda se difundió notablemente la vida religiosa. Algunos religiosos irlandeses se encaminaron a Malta para impartir clases en la escuela de la Valletta.
En 1839, cuando las autoridades civiles adoptan la nueva política de tolerancia, los agustinos de Alemania empezaron la recuperación. Pío Keller está considerado como el refundador de la provincia Alemana. Finalmente, en 1889, los agustinos alemanes pidieron constituirse en provincia con cuatro casas.
En 1860 Micallef confirmó la unión de las casas misión de Utrecht y Amsterdam y el convento belga de Gante en un comisariado.
Después de la histórica restauración de la jerarquía de los católicos ingleses, el cardenal Nicolás Wiseman acogió cordialmente la vuelta de los agustinos. En 1864 encargó a los religiosos irlandeses la parroquia de Hoxton Square en la zona más pobre de Londres donde construyeron la iglesia de S. Mónica.
La fundación agustiniana de Brno en Moravia fue elevada a la categoría de abadía en 1752 por el papa Benedicto XIV a petición del emperador José II.
Durante la segunda mitad del siglo XIX las dificultades de los religiosos de América Latina comenzaron a tener alivio. En 1881 se restableció la vida comunitaria en Colombia. En 1888 S. Ezequiel Moreno y siete compañeros agustinos recoletos llegaron de España con la intención de restaurar su propia provincia. En 1863 llegaron al Ecuador ocho religiosos italianos. La provincia de Chile, con setenta religiosos en siete casas, era la única provincia sin necesidad de ayuda. En 1879 comenzó de nuevo la correspondencia entre Roma y México.
En 1880 el papa León XIII llamó a Pacífico Neno, entonces provincial de Villanova, a su nativa Italia para ser comisario general de toda la Orden. Neno reorganizó a fondo la curia general y emprendió nuevas medidas de renovación.
En 1889 se celebró en Roma el primer capítulo general después de veinticuatro años. Tras una larga ausencia los agustinos alemanes estuvieron nuevamente presentes. Fue elegido prior general Sebastián Martinelli. Fue bajo su generalato cuando los agustinos españoles se reintegraron a la Orden. Dos años más tarde convocó un capítulo general en el que tomaron parte los delegados españoles por primera vez en un siglo.
El capítulo general de 1895 fue uno de los más significativos en la historia reciente, porque mostró el grado de madurez y la profunda renovación que se había producido en la Orden durante varios años, e invitó a continuar con valentía por el camino iniciado. El capítulo restableció las provincias de Castilla y Alemania y creó otras nuevas en Holanda y Madrid. También aprobó las nuevas Constituciones de la Orden.
VII. LOS AGUSTINOS EN EL SIGLO XX
En el siglo XX la Orden se expande hacia nuevas áreas del globo.
Los hermanos de la provincia de Filipinas habían establecido misiones en China por el año 1879. La misión terminó en 1951 después de la victoria comunista. El resurgir de la vida agustiniana en España y la independencia de las islas Filipinas permitieron a la provincia dirigir su atención a otras partes del mundo. En 1894 fueron a Perú. En 1898 veintitrés religiosos llegaron a Colombia para restablecer la provincia. En 1899 la provincia de Filipinas tomó una nueva misión en Iquitos. Desde Iquitos fueron a Catalao en el estado de Goias, Brasil, donde abrieron más de veinte casas en veinte años. En 1903 llegaron a la Argentina.
En 1899 los religiosos de la provincia de Villanova fueron a Cuba, donde permanecieron hasta 1961, cuando fueron expulsados por el gobierno de Fidel Castro..
La Provincia Matritense empezó su trabajo misionero con el establecimiento del vicariato de Brasil en 1929. En 1930 los agustinos holandeses fundaron una misión en Bolivia en la región del sur Yungas en Culumani y Irupana.
Expansión en las provincias
Las provincias europeas experimentaron un crecimiento interno con el aumento de casas y religiosos. Así se ve en las provincias de Holanda y Bélgica. También la provincia alemana continuó su expansión después de su restablecimiento por el capítulo general de 1895. Esta expansión les llevaría incluso hasta Estados Unidos y Canadá.
Esta expansión se vio frenada por los ataques de nacionalsocialismo y del comunismo. Setenta miembros de la provincia alemana murieron o se perdieron durante la II Guerra Mundial. En 1900 la provincia de Bohemia tenía siete comunidades en Checoslovaquia. Las vocaciones aumentaron en 1930. Los agustinos fueron duramente castigados durante la ocupación nazi y en 1949 fueron suprimidas por el gobierno comunista todas las casas y los hermanos encarcelados. En 1951 se hicieron cargo de la iglesia de S. Agustín de Viena.
En 1900 dieciséis religiosos vivían en la abadía de Brno. La comunidad fue suprimida por el gobierno comunista y sus hombres conducidos a un campo de trabajos forzados.
El destino de la provincia de Polonia estuvo íntimamente unido a los sucesos de la II Guerra Mundial y a los años comunistas. Durante la ocupación nazi cuatro religiosos de Cracovia murieron en Auschwitz y quedó eliminada la actividad de los otros. En 1950 fue suprimida la provincia, quedando los religiosos privados de su vida agustiniana.
La mitad del siglo vio el comienzo de una expansión en Inglaterra y Escocia. La Orden creció rápidamente en los Estados Unidos, donde se crearon varias provincias.
La revolución de 1898 en Filipinas originó la pérdida de la mayor parte de las misiones españolas. Solamente quedaron las comunidades de Manila y Cebú. La provincia de Filipinas realizó nuevas fundaciones en España. En 1926 se forma una nueva provincia, a la que vienen asignadas la mayor parte de las casas de España así como también las de Argentina y Brasil.
La provincia de Castilla fue a Puerto Rico en 1896, formando al fin el vicariato de las Antillas que comprendía Puerto Rico y la república de S. Domingo.
La provincia de Madrid continuó desarrollando sus fines escolares en El Escorial con sus instituciones de enseñanza, Biblioteca real y revista.
El primer cuarto de siglo fue un período de revolución sangrienta en México. Bajo la administración de Plutarco Calles (1924-28) la constitución anticlerical de 1917 fue aplicada en todo su rigor. Cuando se restableció la paz, la provincia de Michoacán reanudó la formación de candidatos en S. Luis Postosí. La provincia de México recobró las casas de Puebla, Atlixco, Ocuilán, Malinalpo, Metztitlán, Chalma y Ocuituco.
Misiones recientes
En 1933 los agustinos de la provincia de Malta se encargaron del cuidado de la basílica de Annaba en Argelia. En 1951 fundaron otra casa en la Goulette, Túnez. En 1940 dos religiosos irlandeses y otro inglés comenzaron la misión en Nigeria. En 1977 Nigeria se convirtió en viceprovincia. El capítulo general de 2001 la erigió como provincia. En 1952 religiosos belgas llegaron al noroeste del Congo belga. En 1993 las provincias de Bélgica y Alemania formaron una federación para dar paso a una presencia agustiniana zaireña independiente. En 1975 la provincia de Filipinas estableció una misión en Mahanje, Tanzania. En 1952, los agustinos de Villanova y Chicago abrieron una misión en Nagasaki. En 1953 los agustinos holandeses empezaron a trabajar en Irian Jaya, en la misma isla que Papua, Nueva Guinea. La Orden ha vuelto a la India en 1982, cuando la provincia de Filipinas fundó un seminario en Cochín, Kerala
Una tentativa misionera interprovincial empezó en Inchon cuando los religiosos de Australia e Inglaterra-Escocia llegaron a Corea en 1985. Más tarde la nueva provincia de Cebú de Filipinas reemplazó en la misión a los religiosos ingleses.
Con las fundaciones de Maracaibo y Caracas, a partir de 1952, por iniciativa de la provincia de Filipinas, se inició una nueva presencia en Venezuela. En 1964 religiosos de Chicago fueron al noreste de Perú. Comenzaron el trabajo en la prelatura de Chulucanas. En 1986 los agustinos establecieron el vicariato de S. Juan de Sahagún.
En 1968 siete agustinos de cuatro provincias italianas llegaron a las altitudes de Apurímac, donde en 1989 se creó el vicariato agustino de Apurímac.
En 1965 cuatro religiosos de la provincia matritense fueron a Panamá y comenzaron el trabajo en la parroquia catedralicia de la ciudad de Chitré. En 1969 abrieron un centro de misión para los indios ngöbe en Tolé. En 2001 fue erigido en vicariato.
Tres hermanos nicaragüenses de la provincia de Filipinas asumieron la parroquia de Ocotal, en Nicaragua, dando inicio a una nueva presencia regional en 1987. En 1988 la provincia abrió una casa de formación en Costa Rica y en 1994 aceptó la parroquia de Ntra. Sra. de la Divina Providencia en San Salvador.
1969 vio la creación de la misión de Cafayate de la provincia de España entre los indios Calchaquíes, que tiene una extensión de 40.000 Km cuadrados en el noroeste de la Argentina. Se les unieron las Agustinas Misioneras en 1972.
Después del Concilio Vaticano II
Los priores generales, Luciano Rubio y Agustín Trapé, participaron en el Concilio Vaticano II (1962-1965) En respuesta al decreto Perfectae caritatis del concilio y su llamada a la renovación de la vida religiosa, la Orden celebró un capítulo general extraordinario en Villanova, U.S.A., en 1968. Se promulgaron las Constituciones revisadas a la luz de las fuentes de S. Agustín y a de la tradición mendicante de la Orden con las necesarias adaptaciones a los tiempos modernos.
En 1974 se celebró en Dublín, Irlanda, el capítulo general intermedio, en el que se trató de la espiritualidad de la familia agustiniana en relación con los asuntos y aspiraciones de los hombres y mujeres contemporáneos.
En 1969 el prior general Agustín Trapé fundó el Instituto Patrístico "Augustinianum".
El capítulo general de 1977 restableció la antigua provincia de Inglaterra.
En 1978 el prior general Teodoro Tack envió a Guillermo Faix, de la provincia Villanova, a Polonia para restablecer la provincia, y abrir así nuevamente la Orden hacia la Europa del este. La provincia fue oficialmente reconocida por la Iglesia y el gobierno polaco el 14 de julio de 1979.
El capítulo general de 1983 estableció la nueva provincia de Filipinas que se denominó del "Sto. Niño de Cebú".
Dos meses después de la caída del muro de Berlín, el prior general, Miguel Orcasitas, fue a Praga donde se reunió con los religiosos supervivientes de la provincia de Bohemia para animarles y hacer planes para el futuro. Un mes más tarde la provincia celebró su primer capítulo después de cuarenta años, y eligió nuevo provincial. Hoy en Praga la fundación sigue adelante gracias a religiosos de la provincia de España y al P. Faix. El prior general visitó también a los religiosos de la abadía de Brno con su abad, Tomás Martinec, con vistas a determinar los pasos a dar para restaurar la vida común. En 1993 fueron aprobados los nuevos estatutos para la Abadía.
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