jueves, 1 de septiembre de 2016

Monasterios por países - España

monasterios de la provincia de Cuenca


El monasterio de la Concepción Franciscana de Cuenca (Castilla-La ManchaEspaña) estaba ya edificado en1504, año en que el canónigo Alvar Pérez de Montemayor se lo entregó a la Abadesa. Este monasterio, siguiendo los deseos del fundador, fue incorporado a la Orden de la Inmaculada Concepción, de forma semejante a como lo estaba el de Toledo.
El canónigo Pérez de Montemayor estableció en las capitulaciones que la capilla mayor les serviría de enterramiento a él y a su familia; aunque ésta -tanto los Montemayor como los Sánchez de Teruel- disponía de su propia capilla en la iglesia de Santa María de Gracia. Cuando murió don Álvaro fue enterrado en la capilla mayor, delante del altar, en un sepulcro que había labrado el entallador Diego de Flandes, en 1512. El sepulcro, que conocemos por testimonio escrito, era de alabastro y contenía la efigie yacente del fundador acompañado de un paje. Se alzaba sobre unos leones y adornaba sus frentes con cuatro escudos sostenidos por unos niños.
En 2001 el Monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional.

Descripción

En cuanto al monasterio, que tiene tres alturas, presenta unas fachadas casi sin huecos; animadas únicamente por unas pequeñas ventanas, que no guardan simetría alguna —pues están abiertas en función del interior—, y por unos pequeños escudos, que memoran al fundador. Se ingresa por una sencilla puerta en arco de medio punto. Las dependencias conventuales se articulan en torno a un patio de trazado irregular, cuyos pies derechos con zapatas, muy dentro de la tradición gótica, son ajenos a la tipología de un patio conventual.
Del primitivo conjunto del siglo XVI quedan, además del patio adaptado, los tiros de escalera y la portada de la fachada de la iglesia. Esta portada, realizada por Pedro de Alviz, es muy representativa de ese arte plateresco que se desarrolla en Cuenca en la década de los treinta. Su composición es muy sencilla; se reduce a un arco de medio punto, enmarcado por unas pilastras cajeadas y por un amplio entablamento que termina en un frontón triangular. Las enjutas se adornan con unos angelitos, que portan unos escudos; el friso, con unos grutescos y con los clásicos medallones con sus cabezas de perfil; y el tímpano, con una escultura de la Virgen colocada dentro de una hornacina, entre ángeles que ofrecen frutos. Se remata la portada con una figura, que tiene una calavera a su lado, probablemente una alegoría de la muerte.
Cabecera de la iglesia conventual.
En el siglo XVIII comienzan las obras del nuevo edificio, dirigidas porJosé Martín, que diseñó la iglesia en su estilo inconfundible, en el que siempre es patente el gusto por centrar la planta, aunque exista un claro eje longitudinal. Como tal monasterio de clausura, la iglesia posee coro alto a los pies —lo que ayuda a la dicha centralización espacial—, resuelto mediante cúpula elíptica, perforada por lunetos, sobre pilares achaflanados.
La coloración clara y la ligereza de la decoración hacen que pueda incluirse, con reservas, en la estética rococó. Asimismo, ciertos detalles en el tratamiento del muro, como los recuadros y hornacinas que aparecen entre las pilastras de orden compuesto, y las cabezas de querubines que adornan aquéllos, nos remiten a Borromini.
La fachada de la iglesia está enmarcada por unas pilastras de sillería; y se remata por cornisa curva, sobre la que descansa una espadaña. La portada de la fábrica del siglo XVI se conservó por expresa indicación de José Martín.
En la actualidad, la iglesia está abierta al culto y puede visitarse, quedando el resto del edificio restringido para la clausura de las monjas.
Puerta de Valencia.JPG
Monasterio de la Concepción Franciscana.JPG
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El Mmonasterio de Madres Benedictinas, o monasterio de Religiosas de San Benito, con advocación de Nuestra Señora de la Contemplación, en Cuenca fue fundado el día 14 de diciembre de 1448 por encargo y comisión de su fundador Pedro Arias de Vamonde, canónigo de Cuenca, dio a Nuño Álvarez de Fuente Encaladachantrey canónigo de Cuenca.

Descripción

El edificio ocupa el extremo sur de la manzana definida por las calles de González Francés, Pósito y Esperanza, en el inicio de la falta del cerro sobre el que se asienta el casco antiguo de la ciudad en su vertiente hacia el río Huécar. Su planta es un polígono irregular, en el que se levanta la fachada de la calle del Pósito, notablemente inferior, tanto en longitud como en altura, a las otras dos; y en conjunto desde el acceso de la ciudad baja moderna por la calle del Pósito, aparece como una importante mole de cinco plantas.

Fachadas

La fachada SO es la principal del monasterio, donde se encuentra su puerta de acceso; la de mayor nobleza por su fábrica vista de sillería y mampostería, y sobre todo por su ordenada composición de huecos, todos ellos defendidos por rejas de hierro forjado de sencilla traza. Sobre la puerta hay un escudo de reciente factura sin ningún valor artístico.
La fachada se corona con un alero de tres órdenes de bocateja.
La fachada de la calle González Francés presenta un aspecto de rancia severidad, con su gran superficie de piedra vista predominando sobre la de huecos, en apariencia de fortaleza antigua; la fábrica de piedra grisácea es de mampostería con adarajas de sillería; también son de sillería las guarniciones de la mayor parte de los huecos de las tres principales plantas. La composición de huecos es un tanto anárquica en cuanto a disposición y tamaño. Sólo se aprecia una ordenación del alzado en sentido horizontal por la división de éste en tres cuerpos conseguida mediante impostas horizontales de sillería, que determinan una disminución de gruesos de muro, de modo que a partir de cada imposta, el plano de la fachada se retranquea unos centímetros respecto al inferior.
La fachada a la calle de la Esperanza es mucho más heterogénea y falta de unidad, aparentando corresponder a varios edificios distintos. Es sin duda la más alterada respecto a su apariencia primitiva, estando la fábrica revestida en su totalidad, de modo que no tiene nada que ver con las otras dos.
Finalmente, en el extremo derecho más alto de la fachada en la culminación de la cuesta, se aprecia el cuerpo de la iglesia, a su vez, manifestado en dos partes diferentes, también por fajeados resaltados de yeso y remate de cornisa del mismo material y sencilla molduración, en dos niveles escalonados correspondiendo a las diferentes alturas de las cubiertas de ambos cuerpos. En el cuerpo inferior, encontramos una portada de traza románica con arco apuntado y jambas de piedra que sin duda fue el antiguo acceso a la capilla, hoy tapiado y convertido por el interior en una hornacina; sobre él hay un óculo circular, también tapiado. En el cuerpo superior inmediato, la fachada presenta una sencilla composición simétrica con dos ventanas de arco semicircular que dan luz a la cabecera de la iglesia, con rejas de diseñomodernista y recercado moldurado, sobre las cuales y en el eje central de la composición se abre otro óculo similar al de la puerta condenada.

Cubiertas

Sobre las cubiertas de estos dos cuerpos de la iglesia y en segunda crujía, se levantan sendos alzados de otra planta de edificación muy reciente, realizados por necesidades de ampliación del convento, sin ninguna preocupación compositiva y que afean notablemente el aspecto de este extremo superior de la fachada, precisamente por ser más visible desde la plazuela de la Esperanza en que desemboca la calle.

Plantas

El edificio se desarrolla en un total de cinco plantas o niveles:
  • Planta primera: Se ubica en ella la residencia-internado de estudiantes, con fachada y acceso a la calle de González Francés, y parte de la calle del Pósito. A esta misma calle se abre el acceso principal del monasterio y algunas piezas de la hospedería.
  • Planta segunda: En la crujía inmediata a la calle González Francés, se ubica la segunda planta de la residencia, con módulos de dormitorios, la escalera principal del monasterio que comunica entre sí todas las plantas e independiente de la que comunican las del internado, el claustro bajo el torno al patio en su ala NO, y otra escalera inmediata a la principal que enlaza esta planta con la inferior.
  • Planta tercera: El patio tiene a partir de este nivel mayor extensión. En torno al patio se desarrolla el patio ya cerrado; una zona de locales de almacén en su lado SO y la biblioteca en el lado NE.
    • En la crujía correspondiente a la calle González Francés se ubica la última planta de la residencia-internado que ocupa el comedor, cocina y oficio, con una comunicación de este último con el claustro de la clausura.
    • En la crujía correspondiente a la fachada SO se ubica la enfermería, farmacia y una celda con su servicio. En la crujía correspondiente a la fachada de la calle Esperanza se situán de SO a NE, la última planta de la hospedería con una sala de estar, caja de escalera y habitaciones con sus cuartos de baño.
    • El resto de la crujía, paralela al claustro, lo ocupa la iglesia en la doble altura correspondiente a esta planta y la superior. La iglesia está ocupada por el coro conventual de doble sillería de madera y se cubre con una bellísima bóveda nervada del siglo XVI, obra de Pedro de Alviz. El resto de la nave se cubre con una sencilla bóveda de yeso de medio cañón, con falsos arcos fajones que la dividen en cuatro tramos, correspondiendo el último inmediato al coro, alpresbiterio, donde se sitúa el altar exento.
  • Planta cuarta: La ocupa enteramente la clausura, con el refectorio y la cocina y servicios, en la crujía correspondiente a la calle González Francés. La crujía correspondiente a la calle del Pósito la ocupan despachos y salas de estudio y trabajo y el ala SE, crujía correspondiente a la calle Esperanza, la ocupa el primitivo coro.
  • Planta quinta: También dedicada íntegramente a la clausura con el claustro perimetral, que da acceso al conjunto de celdas con ventanas al patio, excepto el ala SE, en que dicho claustro tiene luces directas al mismo.
  • Planta sexta: Se sitúa en la zona NE del edificio, ocupando una pequeña superficie en forma de L, entre ambos patios y en la crujía interior respecto a la calle Esperanza.












El convento de San Pedro de las Justinianas en Cuenca (España), data de mediados del siglo XVIII, cuando el canónigo Lujando decidió llamar a Alejandro González Velázquez y a Blas de Rentería para que hicieran las trazas y redactaran las condiciones de las obras de la iglesia, aunque quien realmente la diseñó fue Alejandro González Velázquez.
La ejecución de la obra corrió a cargo del Arquitecto José Martín, en colaboración con el maestro de cantería y albañilería Francisco Biñuales.

La iglesia, llamada de las Petras, tiene un exterior cúbico y austero. Sus dos fachadas se pintaron en el siglo XVIII.
A finales del siglo XIX se acometen restauraciones en el edificio; en la fachada principal se somete a un tratamiento semejante al de un edificio civil, con ordenación vertical a base de ventanas, en la que únicamente destaca por su disposición, que no por su tratamiento, la portada. La puerta es adintelada, y está enmarcada por unas pilastras que sostienen un amplio entablamento, sobre el que se dispone un óculo ovalado; éste se adorna con una guirnalda en la que figura la insignia del Papa -la mitra y las llaves-, emblema de la Orden de San Lorenzo Justiniano.
El convento tiene una planta elíptica, de tradición barroca, con eje longitudinal en uno de cuyos extremos se abre el coro, mientras en el otro se sitúa un presbiterio profundo y cuadrado.
El tratamiento del muro, con arcuaciones entre pilastras corintias, que soportan la cornisa, es de gran refinamiento, y heredado en parte del siglo XVII. Las tribunas se cierran con unas hermas.
La ornamentación, tan refinada, se vio completada en su día por la pintura que había en el centro de la rebajada bóveda, dentro de un marco elíptico.
El retablo mayor se componía de un bajorrelieve con la Virgen del Pilar, emplazado entre cuatro columnas de orden corintio.
Los seis nichos de la nave se dispusieron como altares pequeños: Dos de ellos estaban presididos por los bajorrelieves de la Santísima Trinidad y de Santa Ana, San José y la Virgen María.
Tanto la pintura de la bóveda como los retablos fueron destruidos durante la guerra de 1936.

Plaza Mayor. Convento de las Petras.JPG
Cuenca, Convento de las Petras 2.jpg

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