lunes, 27 de marzo de 2017

Mapas históricos

La Europa Medieval


La idea imperial carolingia, encarnada por la corte y la Iglesia, chocó con las ambiciones de príncipes y nobles que constituían el Imperio de Carlomagno. Así, después de la muerte de este gran monarca, la Historia asiste a la disgregación de su Imperio, la cual, al cabo de diversas vicisitudes, cristaliza en la formación de los reinos de Alemania, Francia, Borgoña e Italia, llamados a tan importantes destinos en la vida de Occidente.
Este proceso de disgregación imperial y de formación de nuevas nacionalidades se registra en el siglo IX, durante los reinados de Ludovico Pío y sus inmediatos sucesores. Las etapas principales del mismo se expresan en los cuatro gráficos del mapa. En 817 tuvo lugar el primer reparto del Imperio entre los hijos de Ludovico Pío, aunque Lotario, el primogénito, recibiera, con la sucesión imperial, la hegemonía sobre sus hermanos. Más adelante, las discrepancias sobre este reparto produjeron sendas guerras civiles. En 843, vencido Lotario, por el tratado de Verdún reconoció a sus hermanos Carlos el Calvo y Luis el Germánico la posesión respectiva de Francia y Alemania, mientras él se reservaba una faja de terreno entre el mar del Norte e Italia: la Lotaringia. Este corredor desapareció a su muerte, y en 870 Carlos de Francia y Luis de Alemania se repartieron parte de la Lotaringia, mientras aparecían los reinos de Borgoña y de Italia.
Esta situación, con modificaciones favorables a Alemania, se estabiliza en 888, cuando después de la deposición y muerte de Carlos el Simple, puede hablarse de verdadera extinción del que fue el poderoso Imperio carolingio.






Imperio Germánico de los Otones

Signos:  1) Territorios de la monarquía germánica antes de Otón I; 2) Marcas fronterizas entre los eslavos; 3) Territorios imperiales en Bohemia, Francia e Italia; 4) Estados protegidos por el Imperio germánico; 5) Límites del Imperio otónida.
La idea imperial en el Occidente de Europa sobrevivió gracias a la obra conjunta del Papado y de los reyes germánicos. Después de la fragmentación del Imperio carolingio, la monarquía alemana apareció formada por varios grandes ducadosSajonia,TuringiaFranconiaSuabiaBavieraAlta Lorena, y Baja Lorena, además de otros territorios, como FrisiaAustria y Carintia (signo 1). La lucha entre estos príncipes por el mando, se resolvió en la segunda mitad del siglo IX a favor de los duques de Sajonia. Un monarca de esta dinastía Otón I, logró consolidar su poder sobre sus contrincantes y vencer a los húngaroshordas mogolas que habían invadido y saqueado la Europa central, parte de Francia e Italia. Otón I instauró el Imperio germánico.
Además de los territorios ya indicados, bajo Otón I y sus sucesores el Imperio alemán abarcó otros países. En primer lugar, las marcas fronterizas con los eslavos y daneses: Marca Danesa, Bilinga, del Norte, del Este y de Turingia, situadas más allá del Elba (signo 2). En segundo lugar, los territorios sujetos directamente a su influencia; Bohemia y Moravia, Borgoña, Italia (con Lombardía, Verona y Tuscia) (signo 3). En fin, también se situaron bajo la protección imperial los Estados Pontificios y los ducados de Espoleto y Benevento (signo 4). De este modo, los límites del Imperio germánico abarcaron todo el centro de Europa y gran parte de la Península itálica (signo 5).
Fuera del Imperio quedaron Francia, Dinamarca, Polonia, Hungría y Croacia. El Imperio bizantino continuó poseyendo el sur de Italia y parte de Sicilia, que defendió ante los reiterados ataques de los musulmanes.







Imperios de Asia en la Edad Media


Signos:  1) Califato de Bagdad; 2) Imperio Tang; 3) Expansión del Imperio mogol; 4) Rutas comerciales entre Europa y China en la Edad Media.
Asia fue el foco de donde partieron constantes movimientos de los pueblos que alteraron la historia de Europa. A la vez fue teatro de la constitución de colosales y efímeros imperios. No se puede comprender la historia de la Edad Media europea sin tener siempre presente los conflictos asiáticos.
En el mapa se procura sintetizar los cambios históricos experimentados en Asia, reduciendo a tres las grandes formaciones imperiales. La primera es China (signo 2), baluarte civilizado de la raza amarilla frente a las invasiones de los pueblos de la estepa. La segunda es el Califato de Bagdad, que desde el Mediterráneo hasta la India fue durante cuatro siglos emporio de cultura y de riqueza. En fin, la tercera es el imperio de los nómadas mogoles, creado por Gengis-Kan (signo 3). Esta gigantesca formación política que abarcó casi toda Asia había de dividirse en cinco grandes kanatos: los de China, Turquestán, Siberia, Persia y Horda de Oro.
Se indica en el signo 4 la ruta de las caravanas que enlazaba el Mediterráneo con China a través del Turquestán. Durante la Edad Media ésta fue la principal ruta comercial del mundo.








Las Cruzadas

Signos:  A) 2) Ruta de los cruzados alemanes; 3) Íd. de los franceses del Norte; 4) Íd. de los provenzales e italianos. B) 2. Ruta de la II Cruzada; 3) Rutas de Ricardo Corazón de León, Felipe II Augusto y Federico I en la III Cruzada. C) 2. IV Cruzada; 3) V Cruzada; 4) VI Cruzada (Federico II de Alemania); 5) Cruzadas de San Luis. En A, B y C, el signo 1 indica limites entre la Cristiandad y el Islam.
En los tres gráficos se señalan las rutas de las grandes Cruzadas. En cada uno de ellos, el signo 1 indica el límite aproximado, entre el Cristianismo y el Islam en el Mediterráneo.



Imperio Germánico en el siglo XII

Signos:  1) Límites del imperio; 2) Límites entre las partes constitutivas del Imperio; 3) Límites de las regiones autónomas (Provenza) o semidependientes (Silesia); 4) Territorios gibelinos; 5) Territorios güelfos en Italia; 6) Territorios güelfos en Alemania.
La oposición entre el Papado y el Imperio, que dio lugar a la guerra de las Investiduras, y el desarrollo del comercio y de la vida urbana en Italia a consecuencia de las Cruzadas, hicieron aparecer en el seno del Imperio germánico grandes fermentos de descomposición. Sin embargo, bajo Federico I Staufen todavía adquirió su mayor expansión territorial, englobando muchos territorios eslavos, el reino de Borgoña y gran parte de Italia, según abarca el límite correspondiente al signo 1. El 2 expresa los límites entre las diversas partes del Imperio, y el 3 corresponde a regiones que, como Provenza, adquieren cierta autonomía, o, como Silesia, están a punto de ser integradas en el Estado germánico.
El territorio del Imperio puede dividirse en partidarios del Papado (güelfos) y del emperador (gibelinos). A estos últimos corresponden los coloridos encarnados del signo 4, que abarcan, como núcleo central, Franconia y Suabia, y como adheridos Borgoña, Saboya y Lombardia. También se incluye entre ellos el reino de Sicilia, fundado por los normandos, celosos partidarios del Papado, pero que en esta época cae bajo el influjo de los Staufen. Los verdes del signo 5 corresponden a los güelfos, con centro en Roma y los Estados Pontificios, extendiéndose en Italia por la marca de Ancona y la Romaña, Tuscia, Córcega y Cerdeña, y en Alemania por Sajonia y Baviera, como expresa el signo 6.
Fuera de los límites imperiales aparece la ciudad de Venecia, cuyo territorio comprenden también la porción occidental de la península de Istria, en espera del momento en que su comercio por el mar Adriático y los mares de Levante se transforme en hegemonía política.







Francia e Inglaterra en la Alta Edad Media


Signos:  1) Límites del imperio; 2) Límites entre las partes constitutivas del Imperio; 3) Límites de las regiones autónomas (Provenza) o semidependientes (Silesia); 4) Territorios gibelinos; 5) Territorios güelfos en Italia; 6) Territorios güelfos en Alemania.
Durante la Alta Edad Media, Francia fue el país de Occidente donde más se desarrolló el feudalismo. Este hecho explica cantonalismo que presenta el mapa del Estado francés en esta época, dividido entre numerosos señores feudales, según los límites correspondientes al signo 6. Fijemos atención en que las fronteras de Francia en el Este se hallaban muy alejadas de donde aparecen en la actualidad (signo 5).
Esta situación política debilitaba el poder de la monarquía de los Capetos, que en un principio estuvo reducido, en realidad, al territorio entre París y Orléans correspondiente al signo 3. En cambio, la monarquía inglesa de los Plantagenet, cuyas raíces se hallaban en Normandía y el Anjou, llegó a poseer, además de Inglaterra y parte de Irlanda (signo 1), un considerable territorio en Francia, formado (signo 2) por Normandía, Maine, Anjou, Turena, Poitou, Angulema, Auvernia, Guyena y Gascuña.
La monarquía feudal anglofrancesa no podía sobrevivir a los éxitos de la dinastía de los Capetos. Cuando Felipe II Augusto de Francia venció a la coalición de ingleses y alemanes en Bouvines (1214), el territorio donde se ejercía la plena autoridad real quedó aumentado según se indica en el signo 4. Es decir, que abarcó, entre otras posesiones menos importantes: Artois, Vermandois, Champaña, Normandia, Maine, Anjou, Turena, Blois y Auvernia. Los ingleses quedaron arrinconados en el sudeste del país. Por aquella misma época, los cruzados franceses se apoderaron del culto Lenguadoc.





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