Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamara tu alabanza.
R. Y mi boca proclamara tu alabanza.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Salmo 83
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones,
caminan de altura hasta ver a Dios en Sión.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones,
caminan de altura hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.
Un sólo día en tu casa vales más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.
Un sólo día en tu casa vales más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!
Ant. 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Ant. 2. Venid, subamos al monte del Señor.
Cántico Is. 2,2-5
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la palabra del Señor."
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la palabra del Señor."
Será el árbitro de las naciones, el juez de los pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven: caminemos a la luz del Señor.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven: caminemos a la luz del Señor.
Ant. 2. Venid, subamos al monte del Señor.
Ant. 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Salmo 95
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras días su victoria.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza
más temible que todo los dioses.
cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras días su victoria.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza
más temible que todo los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente."
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente."
Alégrense el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto ha y en ellos, aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.
vitoreen los campos y cuanto ha y en ellos, aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.
Ant. 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
LECTURA BREVE(St. 2, 12 -13)
Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad, Pues habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Sólo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Sólo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
PRECES
Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y digámosle:
Haz, Señor, que te glorifiquemos.
- Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy. Haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos.
- Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.
- Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.
- A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, concédenos el gozo y la paz.
- Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.
- Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.
- A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, concédenos el gozo y la paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, rey de los cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabra y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Vísperas
Oración de la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Salmo 122
A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia.
Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Ant. 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Salmo 123
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrán arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo cielo y la tierra.
nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo cielo y la tierra.
Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Ant. 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico Ef. 1, 3-10
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derrocha para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derrocha para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que toas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
cuando llegase el momento culminante:
hacer que toas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE
(St. 4, 11-13ª)
(St. 4, 11-13ª)
No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a una hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no eres cumplidor de la ley, sino su juez. Uno es el legislador y juez: el que puede salvar o perder. Pero tu, ¿quién eres para juzgar al prójimo?.
RESPONSORIO BREVE
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: "Señor, ten misericordia".
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: "Señor, ten misericordia".
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.
PRECES
Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación. Digámosle, pues, confiadamente:
Atrae, Señor, a todos hacia ti.
- Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
- Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo.
- Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos.
- Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y alos que viven abandonados; ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos.
- Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos.
- Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo.
- Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos.
- Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y alos que viven abandonados; ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos.
- Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...
ORACION
Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espíritu en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente nuestras faltas. Por nuestros Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Laudes tercera semana - Martes
Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Salmo 84
Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo, has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios, salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas ha estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo?.
has perdonado la culpa de tu pueblo, has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios, salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas ha estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo?.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón."
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón."
La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besa;
la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto.
la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besa;
la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.
Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Cántico Is. 26, 1-4. 7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti.
Confíad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua:
la senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor,
te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti.
Confíad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua:
la senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor,
te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas nos las realizas tú.
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas nos las realizas tú.
Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
Salmo 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
LECTURA BREVE
(I° Jn. 4, 14 -15)
(I° Jn. 4, 14 -15)
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
- Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, y haz que no deje nunca de glorificarte.
- Que nunca, Señor, quedemos confundidos, los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
- Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
- Que nunca, Señor, quedemos confundidos, los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
- Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro.
ORACION
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; has que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Vísperas
Oración de la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiemblan, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.
no tiemblan, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel!
no sea que los justos extiendan su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel!
Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.
Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
no pretendo grandezas que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico Ap. 4, 11; 5,9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos
porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Dignos es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Dignos es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE
(Rm. 12, 9 -12)
(Rm. 12, 9 -12)
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:
Escúchanos, Señor.
- Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo; haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
- En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar.
- Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
- Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
- En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar.
- Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
- Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día, no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro...
ORACION
Nuestra oración vespertinas suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Laudes tercera semana - Miércoles
Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL:
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Salmo 85
Inclina tu oído, Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí.
Señor, que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí.
Señor, que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor,
bendecirán tu nombre:
En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor,
bendecirán tu nombre:
"Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios."
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo.
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tu, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí.
una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tu, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava, dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Ant. 1. Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Ant. 2. Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Cántico Is. 33,13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho; los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores, y un temblor se apodera de los perversos:
¿"Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?".
Temen en Sión los pecadores, y un temblor se apodera de los perversos:
¿"Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?".
El que procede con justicia y habla con rectitud y rehusa el lucro de la opresión; el que acude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto, tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto, tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Ant. 2. Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Ant. 3. Aclamad al Rey y Señor.
Salmo 97
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra.
Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud.
Ant.3. Aclamad al Rey y Señor.
LECTURA BREVE
(Jb. 1, 21; 2, 10b)
(Jb. 1, 21; 2, 10b)
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré al él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
CANTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.
PRECES
Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
- Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; haz que sepamos agradecerte este magnífico don.
- Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado.
- Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. - - Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría.
- Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado.
- Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. - - Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que nos has creado con tu sabiduría y nos gobiernas con tu providencia, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y haz que nuestra vida y nuestras acciones estén del todo consagradas a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Vísperas
Oración de la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant. 1. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas;
son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.
una recompensa es el fruto de las entrañas;
son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.
Ant. 1. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant. 2. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos."
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos."
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Ant. 2. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Ant. 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico Col. 1,12-20
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de lo pecados.
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de lo pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
las celestes y terrestres, visibles e invisibles,
tronos, dominaciones, principados, potestades;
todo fue creado por él y para él.
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
las celestes y terrestres, visibles e invisibles,
tronos, dominaciones, principados, potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres,
así del cielo como de la tierra.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres,
así del cielo como de la tierra.
Ant. 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE(Ef. 3,29-21)
A aquel que tiene sumo poder para hacer muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, con la energía que obra en nosotros, a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo supremo de su pueblo, diciendo:
Que tu pueblo, Señor, te alabe.
- Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la salvación; haz que sepamos corresponder y así logremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
- Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad y vivan unidos por la caridad.
- Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos:acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro.
- Acuérdate también de todos lo que viven entregados al servicio de los demás; que no se dejen vencer por el desaliento ante la incomprensión de los hombres.
- Ten piedad de nuestros hermanos difuntos y líbralos del poder del Maligno.
- Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad y vivan unidos por la caridad.
- Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos:acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro.
- Acuérdate también de todos lo que viven entregados al servicio de los demás; que no se dejen vencer por el desaliento ante la incomprensión de los hombres.
- Ten piedad de nuestros hermanos difuntos y líbralos del poder del Maligno.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro...
ORACION
Llegue a sus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia a fin de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
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