domingo, 5 de marzo de 2017

Oraciones para rezar

Laudes tercera semana - Sábado

Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Salmo 118, 145-152
Te invoco de todo corazón; respóndeme Señor, y guardaré tus leyes; a ti grito: sálvame, y cumpliré tus decretos; me adelanto a la aurora pidiendo auxilio, esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche, meditando tu promesa; escucha mi voz por tu misericordia, con tus mandamientos dame vida; ya se acercan mis inicuos perseguidores, están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables; hace tiempo comprendí que tus preceptos los fundaste para siempre.
Ant. 1. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Ant. 2. Mándame tu sabiduría, señor, para que me asista en mis trabajos
Cántico Sb. 9,1-6, 9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra formaste al hombre,
para que dominase sobre tus creaturas,
y para que rigiese el mundo con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos, porque siervo tuyo soy,
hijo de tu esclava, hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti, será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría conocedora de sus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo, y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala de tus santos cielos y de tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras, y me guardará en su esplendor.
Ant. 2. Mándame tu sabiduría, señor, para que me asista en mis trabajos
Ant. 3. La fidelidad del Señor dura por siempre.
Salmo 116
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Ant. 3. La fidelidad del Señor dura por siempre.
LECTURA BREVE
(Flp. 2, 14 -15)
Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones, a fin de que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de esta generación mala y perversa, entre la cual aparecéis como antorchas en el mundo.
RESPONSORIO BREVE
V. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Mi heredad en el país de la vida.
R. Tú eres mi refugio.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
PRECES
Invoquemos a Dios por intercesión de María, a quien el Señor colocó por encima de todas las creaturas celestiales y terrenas, diciendo:
Contempla, Señor, a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
- Padre de misericordia, te damos gracias porque nos has dado a María como madre y ejemplo; santifícanos por su intercesión.
- Tú que hiciste que María meditara tus palabras, guardándolas en su corazón, y fuera siempre fidelísima hija tuya, por tu intercesión haz que también nosotros seamos de verdad hijos tuyos y discípulos de tu Hijo.
- Tú que quisiste que María concibiera por obra del Espíritu Santo, por intercesión de Ella otórganos los frutos de este mismo Espíritu.
- Tú que diste fuerza a María para permanecer junto a la cruz y la llenaste de alegría con la resurrección de tu Hijo, por intercesión de María confórtanos en la tribulación y reanima nuestra esperanza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, fuente y origen de nuestra salvación, haz que, mientras dure nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos constantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén


Laudes tercera semana - Domingo

I° Vísperas
Sábado por la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.
¡Quién como el Señor Dios nuestro, que se eleva en su trono
y se abaja para mirar al cielo y a la tierra!
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.
Ant. 1. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Ant. 2. Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre, Señor.
Salmo 115
Tenía fe, aun cuando dije: " ¡Qué desgraciado soy!".
Yo decía en mi apuro: "Los hombres son unos mentirosos".
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.
Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos Señor la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor, en medio de Ti. Jerusalén.
Ant. 2. Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre, Señor.

Ant. 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
Cántico Flp. 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomo la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra,
en el abismo y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Ant. 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
LECTURA BREVE
(Hb. 13, 20 - 21)
El Dios de la paz, que sacó de entre los muertos, por la sangre de la alianza eterna, al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, cumpliendo en vosotros los que es grato en su presencia por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Cuántas son tus obras, Señor.
R. Cuántas son tus obras, Señor
V. Y todas las hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Suba mi oración como incienso en tu presencia.
PRECES
Recordando la bondad de Cristo, que s compadeció del pueblo hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe:
Escúchanos, Señor.
- Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de tu bondad; haz que no sean estériles, sino que den fruto, encontrando un corazón noble de nuestra parte.
- Dios nuestro, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan testimonio de ti en el mundo, enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
- Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos, y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
- A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos, te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Dígnate agregar a los difuntos al número de tus escogidos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir: Padre Nuestro.
ORACION
Señor, atiende benignamente las súplicas de tu pueblo; danos luz para reconocer tu voluntad y la fuerza necesaria para cumplirla. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes
Domingo a la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamrá tu alabanza.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92
El Señor reina vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor, levantan los ríos su voz, levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas, más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término.
Ant. 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.

Ant. 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico Dn. 3, 57-88.56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor; bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
(No se dice Gloria al Padre)
Ant. 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.

Ant. 3. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Salmo 148
Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles, alabadlo todos su ejércitos,
alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes, y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas, lo viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra; él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido.
Ant. 3. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
LECTURA BREVE
(Ez. 37,12b -14)
Así dice el Señor. Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblos mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor; os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago". Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dios ha mirado la humillación de su esclava.
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
- Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz, y te pedimos que este domingo que ahora empezamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza.
- Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo, haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
- Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo, envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.
- Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios, por esto nos atrevemos a decir: Padre nuestro...
ORACION
Dios todo poderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas
Domingo por la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha." Aleluya.
Salmo 109, 1-5.7
Oráculo del Señor a mi Señor.
"Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies".
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados,
yo mismo te engendré como rocío, antes de la aurora."
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno según el río de Melquisedec".
El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.
Ant. 1. Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha". Aleluya.

Ant. 2. El Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Salmo 110
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra, su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles; recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder, dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Ant. 2. El Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.

Ant. 3. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Cántico Ap. 19,1-7
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios.
Porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos.
Los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero.
Su esposa se ha embellecido.
Aleluya.
Ant. 3. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
LECTURA BREVE
(I° Pe. 1, 3 - 5)
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, no ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
V. Digno de gloria y alabanza por los siglos.
R. En la bóveda del cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Desde ahora me llamarán Bienaventuradas todas las generaciones.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó el mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.
- Señor, tú que en el universo, obra de tus manos, nos revelas tu poder, haz que sepamos ver tu providencia en los acontecimientos del mundo.
- Tú que por victoria de tu Hijo en la cruz anunciaste la paz al mundo, líbranos de todo desaliento y de todo temor.
- A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla, concédeles que cooperen con sinceridad y concordia en la edificación de un mundo mejor.
- Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos y fortalece a los débiles, para que en todos se manifieste el triunfo de la cruz.
- Tú que al tercer día resucitaste a tu Hijo gloriosamente del sepulcro, haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesús, al finalizar nuestra oración vespertina consagramos a tu santa majestad los afectos e inspiraciones que nos concediste a lo largo del día para que enriquecidos bajo la luz de tu mirada alcancen nuevos beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén

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