Marmarica en la geografía antigua se refiere a la parte costera del norte de África entre Cirenaica y Egipto. Corresponde a lo que hoy es la región de frontera entre Libia y Egipto, incluyendo las ciudades de Sidi Barrani(antigua Zygra) o Bomba (antigua Phthia). Se extendió hacia el sur a una distancia considerable, hasta incluir el Oasis de Siwa, en el momento conocido por su santuario de Amón. La parte oriental de Marmarica, por algunos geógrafos considerada un distrito separado entre Marmarica y Egipto, era conocida como Libycus Nomus. En la Antigüedad tardía, Marmarica también era conocida como Libia Inferior, mientras que Cirenaica era Libia Superior.
Libia era considerada la parte de África al oeste del Nilo, más precisamente al oeste de la desembocadura del Nilo en Canopo. El periplo de Escílax de Carianda nombra a los Adyrmachidae como los primeros habitantes de Libia (África). Marmarica estaba delimitada hacia el este por la escarpa de Catabathmus Magnus, ahora conocido como Akabah el-Kebir, en Salum.
Los geógrafos del periodo helenístico incluían Egipto en el continente asiático, señalando la frontera entre Asia y África (Libia) en este punto. Bajo el Imperio Romano, la definición de Marmarica se amplió para incluir la Libycus Nomus, entre el Catabathmus y la Bahía de Plinthine (Sinus Plinthinetes) que anteriormente se había considerado parte de Egipto. La ciudad de Paraetonium (también Ammonia, moderna Mersa Matruh) era la ciudad más occidental de Egipto, por lo que junto con Pelusio eran conocidas como los "cuernos de Egipto". Cerca de 10 estadios al oeste de Paraetonium estaba Apis, que marca la frontera del Lybicus Nomus. Menelaus Portus (cerca de la actual Zawiyat Umm Rukbah), según la tradición fue fundada por Menelao y era conocida como el lugar de la muerte de Agesilao II.
Los habitantes de Marmarica eran conocidos genéricamente como Marmaridae, pero se les daba los nombres especiales de Adyrmachidae y Giligammae en los distritos costeros, y de Nasamones y Augilae en el interior. El Adyrmachidae se dice que diferían considerablemente de las tribus nómadas del país, que se asemejaban fuertemente a los egipcios. El territorio al sur del Nomo de Jamahiriya fue habitado por los Ammonii, centradaos en el oasis célebre y fértil de Amón (Siwa)
Tanto Cirenaica como Marmarica se incluyeron en el diócesis de Egipto en el siglo IV, dentro de la más grande de la prefectura pretoriana del Este (mientras que Tripolitania fue parte de la prefectura pretoriana de Italia).
Sedes episcopales[editar]
Antiguas sedes episcopales de la provincia romana de Marmarica o Libia Inferior, según aparecen en el Annuario Pontificio como sedes titulares:1
- Ammoniace
- Antiphrae (cerca de Dresiyeh)
- Antipyrgos
- Darnis
- Zagylis
- Zygris
Mauretania Cesariense a fue una provincia romana organizada por el emperador Claudio en el siglo I.
Historia[editar]
En el siglo I, el emperador Claudio dividió el recientemente anexionado reino de Mauritania en dos provincias: Mauritania Tingitana (con capital en Tingis, la actual Tánger) al oeste, y Mauritania Cesariense (con capital en Iol Caesarea, la antigua capital real, actualmente Cherchell, a unos noventa kilómetros al oeste de Argel) al este, fijándose la capital en el río Mulucha (Muluya), situado a unos sesenta kilómetros al oeste de Orán. Mauritania Cesariense ocupaba pues el norte del actual territorio argelino, al norte de la cordillera del Atlas, limitando al este con la provincia de Numidia.
Las principales exportaciones de la provincia eran los tíntes púrpura y las maderas nobles. Los mauri eran también reputados soldados empleados en los ejércitos romanos, especialmente como caballería ligera. La provincia dio al imperio uno de los mejores generales de Trajano, Lusio Quieto, y un emperador, Macrino.
Las reformas de Diocleciano en 285 tuvieron dos efectos importantes en la provincia. El primero fue la escisión de la parte más oriental de la provincia, para formar una nueva provincia, Mauritania Sitifense, con capital en Sitifis, una ciudad interior, con un importante puerto en Saldae (en la actualidad Bejaia). El segundo efecto fue la asignación de ambas provincias a la diócesis de África, perteneciente a la prefectura de Italia y África (Mauritania Tingitana fue, en cambio, asignada a la diócesis de Hispania, dentro de la prefectura de las Galias).
Para el año 330, Iol Caesarea se había convertido en una ciudad con una importante población judía, y Sitifis uno de los centros del culto de Mitra. El cristianismo se extendió por la zona durante los siglos IV y V.
Mauritania Cesariense se convirtió en parte del reino de los vándalos con sede en Cartago, cuando en 430 cruzaron el estrecho de Gibraltar desde Hispania y conquistaron las provincias del África romana. Alrededor de 533, el reino vándalo desaparece ante el empuje de los ejércitos bizantinos liderados por Belisario. Los territorios bizantinos norteafricanos se integrarían en una nueva prefectura de África, más tarde transformada en el exarcado de Cartago, que fue conquistado por los Omeyas a finales del siglo VII, poniendo fin a la cultura romana cristiana en esta zona.
Mauritania Tingitana (Mauretania Tingitana en latín) fue una antigua provincia romana situada en el extremo occidental de la costa africana del mar Mediterráneo. Dependió de las provincias hispánicas, por lo que fue llamada también Hispania Transfretana (que está más allá del estrecho, o fretum).
Se correspondía aproximadamente con la parte noroeste del actual Marruecos (abarcando también las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y las plazas de soberanía en el norte de África). Limitaba al este con Mauritania Cesariense y al oeste con el océano Atlántico, si bien el territorio bajo su jurisdicción varió a lo largo de la vida del imperio, permaneciendo los territorios al sur de la provincia en manos de tribus mauri locales.
Se incorporó relativamente tarde al Imperio romano, en el año 40, cuando Calígula ordenó asesinar al monarca legítimo del reino de Mauritania, Ptolomeo, convirtiéndose su reino en una provincia romana más.
Tras estallar una sublevación encabezada por Aedemon, liberto de Ptolomeo, que fue sofocada, el emperador Claudio, sucesor de Calígula, la dividiría en dos provincias en el año 42, tomando como límite entre ambas el río Mulucha (Muluya), situado a unos 60 kilómetros al oeste de donde está actualmente Orán: en la parte occidental, Mauritania Tingitana, con capital en Tingis, la moderna Tánger, y en la oriental, Mauritania Cesariense, con capital en la antigua capital del reino, Cesárea (o Iol Cesárea, en la actualidad Cherchell, en Argelia).
El territorio provincial ocupado efectivamente por Roma fue el comprendido en el triángulo formado por Tingis, la capital de la provincia, la Colonia Sala, en la costa atlántica y Volubilis, en el interior, comprendiendo también la pequeña franja de tierra situada entre el Mediterráneo y la cordillera del Rif hasta el río Muluya, frontera con la Cesariense.
Las ciudades más importantes de la provincia eran la propia Tingis, Volubilis y Rusadir (la moderna Melilla)
Las exportaciones principales de la Tingitana eran tintes púrpuras, maderas nobles y aceite. Los habitantes de la zona, los mauri (término del que procede el actual "moro"), fueron altamente apreciados por los romanos como soldados, especialmente como caballería ligera. La influencia romana estaba confinada sobre todo a la costa, y Roma gobernó el interior a través de caudillos mauri locales.
El cristianismo se extendió rápidamente por la región. Según la tradición, el martirio de San Marcelo ocurrió el 28 de julio de 298 en Tingis.
Hacia 285, Diocleciano decidió abandonar el territorio provincial situado al sur de Lixus (junto al actual Larache), lo que incluía el abandono de Volubilis, y la provincia pasó a formar parte de la diocesis Hispaniarum (y por lo tanto de la prefectura de las Galias), constituyendo una de sus provincias, y así permaneció hasta su conquista por los vándalos en 429.
Los vándalos se habían establecido en la Bética en 422 liderados por su rey Gunderico, y desde allí parecen haber realizado incursiones sobre Mauretania Tingitana. En 427, el entonces Comes Africae (conde de la diócesis de África), Bonifacio rechazó una orden de cese del emperador Valentiniano III, y derrotó al ejército enviado contra él. Fue menos afortunado cuando una segunda fuerza fue enviada en 428 (año en el que Gunderico fue sucedido por Genserico). Bonifacio invitó a Genserico a África, proporcionándole una flota para permitir el paso de los vándalos a Tingis en 429. La intención de Bonifacio era confinar a los vándalos en Mauritania, pero una vez pasado el estrecho rechazaron cualquier control y marcharon hacia Cartago, arrasando todo a su paso en las provincias de Mauritania. Con el hundimiento del poder romano en la zona, esta pasó a ser virtualmente independiente, en manos de jefes locales mauri.
En 533, Belisario reconquistó la diócesis de África de manos de los vándalos en nombre del emperador Justiniano. Algunas posiciones serían recuperadas por los bizantinos el 534. Después, en una fecha entre 552 y el 564, ocuparon territorios al sur de Hispania (Spania) que unieron a las posiciones del norte de África de la antigua Tingitana, dando a todo el territorio el nombre de Mauritania Secunda. Así se restableció un Dux Mauretaniae (duque de Mauretania), el cual mantenía una unidad militar en Septem (la actual Ceuta).
Los yacimientos arqueológicos romanos más importantes son Volubilis (patrimonio de la Humanidad), Lixus(próximo a al actual Larache) y Augusta Zilil (o Zilis, en Arcila).
Relaciones con otras provincias del imperio[editar]
La práctica totalidad de las fuentes atestiguan la existencia de la provincia de Mauritania Tingitana desde su creación en el año 42 hasta su desaparición tras la invasión de los vándalos. Tuvo buenas relaciones económicas con la Bética(de hecho, llegó a depender económicamente de aquella) hasta la incorporación de la provincia a la diócesis de Hispania tras la reforma diocleciana.
Las relaciones entre ambas Mauritanias fueron también frecuentes, especialmente en el plano militar. Según cuenta Tácito en el libro primero de sus «Historias», en el año 68, Albino fue nombrado por Nerón gobernador de Mauritania Cesariense. Posteriormente, Galba le concedió el gobierno también de la Tingitana, pero al morir aquel tomó el partido de Otón, y empezó a amenazar Hispania, por lo que fue eliminado por partidarios de Vitelio. Posteriormente en varias ocasiones, el mando militar de ambas provincias fue unificado (no así el civil), debido a los continuos enfrentamientos con las tribus mauri de la zona.
Durante el reinado de Marco Aurelio, se produjeron diversas incursiones de tribus mauri en la Bética, generando una crisis militar. Una inscripción menciona para este periodo la denominación Nova Hispania Ulterior Tingitana.
Con la reforma diocleciana, lo que quedaba de la provincia (abandonado el sur de ella más allá de Lixus y perdida la contigüidad territorial con la Cesariense) se convirtió en el limes de la diócesis, con dos fines: controlar el estrecho e impedir las incursiones bereberes en las ricas provincias de Hispania.
Tomás García Figueras, ideólogo del africanismo militarista y delegado de Asuntos Indígenas en el Protectorado Español de Marruecos, siempre justificó la presencia española en África como fruto de las relaciones entre la península y el norte de Marruecos, que rastreaban hasta los tiempos romanos. García Figueras afirmó en su obra «Marruecos (la acción de España en el norte de África)» (Madrid, 1939) que:
El emperador Otón, en prueba de estimación a la provincia de la Hispania Ulterior que él había mandado, y con el fin de que aumentara su comercio y la extensión de su gobierno, en el año 69 d. C. agregó la provincia imperial de la Mauritania Tingitana (que ocupaba dicha orilla sur hasta el río Malva o Muluya, y tenía su capital en Tingis-Tánger) a la provincia Bética y al convento jurídico de Cádiz (aunque posteriormente tuvo convento jurídico propio) llamándola Hispania Transfretana (o que está más allá del Estrecho o fretum). Más tarde, el emperador Vespasiano dividió la Hispania Ulterior en dos provincias: la Lusitania y la Betica, quedando la España transfretana unida a esta última. Bajo Adriano(117-138), Hispania se dividió en las siguientes provincias: Tarraconensis, Carthaginensis, Gallaecia, Lusitania, Baetica y Mauritania Tingitana. La Tingitania entonces tuvo su gobernador propio, que residía en Tánger y también recibió jurisdicción al crearse el Convento de Tánger. El emperador Caracallarebautizó esa provincia como Nova Hispania Ulterior Tingitana. Posteriormente, con la reforma administrativa del Imperio que lleva a cabo Diocleciano (284-305) se reorganizó el Imperio creando las llamadas diócesis. Una de ellas fue precisamente Hispania cuya capital, parece que estaba en Córdoba. En el 297 la diócesis de Hispania comprendía las seis provincias antes referidas.
El historiador jesuita catalán Juan Francisco de Masdeu escribió en el tomo XVII de su obra «Historia Crítica de España, y de la cultura española», de 1796:1
Así, en la página 89 de mi tomo séptimo escribí así: El emperador Othon por los años sesenta y nueve de la Era Cristiana dio a los Andaluces para mayor ayuda del comercio las costas de la Mauritania, donde están ahora los Reynos de Fez y Marruecos, que tomaron desde entonces el nombre de Hispania Tingitana, y quedaron sujetos a la Isla de Cádiz. En las páginas once y dieciséis del tomo octavo volví a decir: cincuenta y cuatro años después de la muerte de Augusto, el emperador Salvio Othón añadió a los dominios de España la Tingitania, no como provincia diferente sino como parte de la Bética... Dicha provincia Tingitana, que se llamó también Hispania Transfretana, cogía el pequeño trecho de África, en que están ahora los Reynos de Fez y Marruecos en frente de las costas de Gibraltar. Además de Tingi, que era su capital, conocida con el nombre de Tánger, había en ella otras muchas ciudades, como Volubilis
Fray Bartolomé de las Casas, en su opúsculo a la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias, habla de la conquista española y portuguesa de África. Dirá:
Terminada la reconquista de Portugal, los portugueses no se detuvieron en su propio territorio sino que ayudaron en varias ocasiones a Castilla y, al fin, se lanzaron a la conquista de territorios del otro lado del estrecho de Gibraltar, que consideraban también objetivo de re-conquista, ya que habían sido tierras cristianas conquistadas por los árabes. Así, tomarán las ciudades de Ceuta (1415), Alcazarseguer (1458), Anfa (1468), Arcila (1471), Larache y Tánger (1471), etc.De modo parecido procederán los españoles (castellanos y aragoneses) después, quienes no pararon hasta re-conquistar Melilla (1497), Mazalquivir (1505), el Peñón de Vélez de la Gomera (1506), Orán (1509), Bugía y Trípoli (1510), etc.Unos y otros, por lo demás, saltaron al sur del estrecho incluso con la idea de que no sobrepasaban las propias fronteras y la operación era de verdadera re-conquista interna, pues, según los autores del siglo XV, el noroeste del continente (la Mauritania tingitana), formaba parte de la antigua Hispania; era la parte que llamaban "Hispania Ulterior", que llegaba hasta el monte Atlas
Precisamente en una edición de este opúsculo de Fray Bartolomé hecha en Salamanca en 1989 se hace un comentario extenso sobre esta hispanidad de la Mauritania tingitana:
Véase Roger Bacon, Geographia, en su opus maius, edit. cit., p. 292, y Pedro de Ailli, Imago Mundi, c. 8.Baco dice:"Hispania... ulterior transit Gaditanum fretum usque in provinciis Africae. Unde extenditur ultra Gades Herculis et attingit montem Atlatem". Cita a Plinio, ([His. nat. lib III proem.]); a Paulo Orosio, Ormesta mundi (o sea, su Historia adversus paganos, libri VII, escrita después del 416 [lib. 1, c.2]. "Ormesta mundi" la llaman unos códices. "Hormesta undi" otros. Sigiverto Havercamp, comentador de la obra, dice que tales expresiones son corrupciones de "miseria mundi", en que se centra la obra y que aparece también en el título de algunos códices: "De Cladibus et Antiquis Miseriis Mundi". Cf. Patrología latina, XXXI, 642b). Cita también a San Isidoro (Etimologiarium, lib, lib. XIV, [c.4]). Pero, en estos autores, la distinción en citerior y ulterior tiene el conocido sentido limitado a la península; no dicen que la Ulterior pasase el estrecho y llegase hasta el Atlas. Cita asimismo la profecía de Merlino Jofre Mommouth, obispo de San Asaph (Prophetiae de Merín, escritas entre 1135-1154). Pero acerca de esta obra no puedo opinar por no tenerla a mano. Ailly, quien se inspira en Bacon, da un paso más y dice: "Et non loquitur de Hispania citeriori quae nunc Hispania communiter dicitur". Entiende, por tanto, que la citerior es la península entera, mientras que la citerior comenzaba al sur de lo que ahora es el estrecho de Gibraltar; de manera que se identificaba con el actual Marruecos hasta el monte del Altas. Estos autores, como se ve, utilizan la terminología de la primitiva división romana de Hispania en citerior y ulterior (cuya división por el Mediterráneo era Cartagena). Pero se lanzan a los tiempos míticos de cuando todavía no existía- dicen- el estrecho de Gibraltar. En tales autores, la base lingüística subyacente de incluir en la Hispania ulterior el actual Marruecos pienso que es el hecho de que los romanos llamaban "Hesperia" a la región más occidental del mundo por ellos conocida; así llamaban a nuestra península y también a la costa Atlántica del continente africano hasta el cabo que llaman Hesperionceras. Mas, aparte el remite a los tiempos míticos en que no existía el estrecho y a la base lingüística griega, existió una base histórica mucho más reciente. En efecto, después de haber sido creadas en el 197 a.C. las provincias hispánicas citerior y ulterior; de haber subdividido Augusto en el 27 a.C. la ulterior en Lusitania y Bética; y haber subdividido transitorialmente Caracalla, entre 2014-217, la citerior en Tarraconensis y Gallaecia; y la Hispania ulterior en Lusitania, Bética y Tingitania; ésta constituida por primera vez en provincia hispánica. De manera que la Mauritania tingitana (que ya desde antes había sido apéndice de Bética) fue constituida en Hispania tingitana (o tangerina), también llamada Hispania transfretana (de más allá del estrecho).Desde la caída del Imperio romano occidental (a. 476), la historia de esta provincia es decadente y oscura. Después de haberse apoderado de ella los vándalos, en 426, quienes llegaron hasta Cartago, y haber establecido allí su reino vándalo es recuperada por los visigodos en tiempos de Alarico II (484-507). Hacia 542 pasa a poder de los bizantinos. Con Sisebuto (612-671) pasa de nuevo, al parecer, a los visigodos. Y, según parece también, a principios del siglo VIII, a la vez que D. Rodrigo era duque (gobernador) de la Bética y D. Oppas arzobispo de Sevilla, D. Julián era conde (gobernador) de Tingitania, quien (conquistado Tánger, la capital, por los árabes, en 708) pasó a Ceuta, donde se rindió al moro Muza en 709.
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