Raimundo I de Poitiers, conocido como Raimundo I de Antioquía (Poitiers, 1099 o 1115 - Antioquía, 29 de junio de 1149) fue un aristócrata medieval francés, miembro de la casa de Poitiers —hijo menor de Guillermo IX, duque de Aquitania y su esposa Felipa, condesa de Tolosa—, que por su matrimonio con Constanza de Antioquía llegó a ser príncipe de Antioquía (en Asia Menor) de 1136 a 1149.
Después de las regencias del principado de Antioquía por parte de Balduino II de Jerusalén (1130-1131) y de Fulco de Jerusalén (1131-1136), en 1136, Raimundo de Poitiers (de 31 años) asumió dicha regencia al casarse con la heredera de Bohemundo II de Antioquía, Constanza, una niña de 10 años. El matrimonio fue bendecido por el patriarca de Antioquía, pero no gustó a Alicia de Antioquía, madre de la niña, ya que creía que Raimundo estaba destinado a ser el esposo de ella.
Los primeros años del mandato de Raimundo y Constanza fueron de continuos conflictos con el emperador bizantino Juan II Comneno, quien realizó varias incursiones al sur de su imperio con el fin de recobrar Cilicia del poder de León de Armenia y, en segundo lugar, exigir sus derechos sobre Antioquía. Raimundo se vio obligado a rendir homenaje al emperador e incluso a prometerle que le entregaría el principado a cambio de otro feudo, feudo que el emperador Juan le entregaría tan pronto como pudiera conquistarlo de los musulmanes en los territorios situados al Este de Antioquía. La expedición para llevar a cabo dicha conquista se inició en 1138. Raimundo se unió a este ataque, que, obviamente, resultó un fracaso, dado que Raimundo no puso el más mínimo interés en él, debido a que el éxito en la conquista suponía por su parte la pérdida de Antioquía. Juan II Comneno regresó sin obtener resultado alguno a Constantinopla después de exigir a Raimundo que le entregara la ciudadela de Antioquía, exigencia que no encontró respuesta por parte de Raimundo.
A esta expedición le siguió una lucha entre Raimundo y el patriarca. Aquel estaba molesto porque se vio obligado a rendir homenaje al patriarca ortodoxo (griego) en 1135, y la manera irregular en que dicho patriarca había sido elegido dio una excusa a Raimundo para oponerse a él. Inicialmente Raimundo salió victorioso de esta lucha, ya que consiguió que el patriarca fuera depuesto en 1139. No obstante, Juan II Comneno volvió al ataque en 1142, aunque esta vez Raimundo se negó a renovar su acto de vasallaje, y aunque Juan II asoló los alrededores de Antioquía no pudo hacer nada contra él. Tras la muerte de Juan II en 1143 Raimundo pidió a su heredero Manuel I Comneno la cesión de varias ciudades de Cilicia, encontrando en esta forma el emperador Manuel ocasión para vengarse. Manuel obligó a Raimundo a una humillante visita a Constantinopla, durante la cual tuvo que renovar su juramento y rendirle homenaje nuevamente, así como reconocer al patriarca griego.
Con motivo de la Segunda Cruzada en 1148, Luis VII de Francia y su esposa Leonor de Aquitania (sobrina de Raimundo) visitaron Antioquía. Raimundo intentó impedir que Luis VII se dirigiera a Jerusalén e inducirle a que se quedara en Antioquía con el fin de que le ayudara a conquistar Alepo y Cesarea. Existen muchos rumores de que Raimundo tuvo una relación incestuosa con su sobrina Leonor. Según Juan de Salisbury los recelos de Luis comenzaron al ver que Raimundo prestaba mucha atención a Leonor, así como al observar las largas conversaciones entre los dos. Guillermo de Tiro dice que Raimundo sedujo a Leonor como venganza, ya que Luis se negó a ayudarle en su lucha contra los sarracenos, y que «al contrario de lo que era esperable de su dignidad real, Leonor renegó de sus votos matrimoniales y fue infiel a su marido».
Fuera como fuese, Luis abandonó a toda prisa Antioquía quedando Raimundo sin apoyo en sus planes. En 1149, durante una expedición contra Nur al-Din, murió Raimundo en la batalla de Inab. El militar musulmán Shirkuh, tío de Saladino, le cortó la cabeza, que fue introducida en una caja de plata y enviada al califa de Bagdad.
Raimundo, según la descripción de Guillermo de Tiro (la máxima autoridad tratándose de él) era «un señor de gran nobleza, de figura alta y elegante, el príncipe más guapo sobre la tierra, una persona con una amabilidad y conversación encantadoras, espléndido y magnífico más allá de lo conveniente»; notable en el uso de las armas y en su experiencia militar, «litteratorum, licet ipse illiteratus esset, cultor» (aunque no versado en ciencias, fue un gran mecenas de la literatura) – apoyó la composición del cantar de gesta la Chanson des chétifs); un marido fiel de una religiosidad media, fuerte de corazón, irascible e irracional, con una gran pasión por el juego.
Con su esposa Constanza tuvo tres hijos: Bohemundo III de Antioquía, María de Antioquía y Felipa de Antioquía.
Raimundo II de Trípoli (c. 1115-1152) fue conde de Trípoli de 1137 hasta su muerte, sucediendo a su padre. Era hijo de Ponce de Trípoli y Cecilia de Francia.
Herencia del Condado[editar]
En 1137 se casó con Hodierna, hija del rey Balduino II de Jerusalén. Poco después, el mismo año sucedió a su padre al frente del vondado de Trípoli, después de que Ponce muriera en la batalla contra el ejército del sultán de Damasco. Presente en la batalla, Raimundo consideró a los cristianos sirios de Trípoli responsables de la traición que causó la derrota y muerte de su padre, y después aprisionó un gran número de ellos, los torturó y los mató, siendo apoyado y elogiado por los cristiano latinos de su condado.
Les hizo diversas torturas en presencia del pueblo y, en la justa proporción de la enormidad del crimen que habían cometido, les hizo sufrir la muerte en sus formas más cruel [...] Tales fueron las primeras pruebas de valor mostradas por el joven conde, por las cuales ganó los afectos de todo su pueblo y la aprobación universal.Traducción de la crónica de Guillermo de Tiro.
El mismo año, el atabeg Zengi de Alepo y Mosul cercó el castillo de Baarin en el territorio de Trípoli. Raimundo solicitó la ayuda del rey Fulco de Jerusalén, pero el líder musulmán los derrotó y Raimundo fue hecho prisionero. Zengi continuó el cerco pero inició negociaciones con los sitiados cuando tuvo noticias de la inminente llegada de un ejército comandado por Raimundo de Poitiers, Joscelino II de Edesa y por el emperador bizantino Juan II Comneno. Las fuerzas cristianas cercadas en Barin no tenían conocimiento de los movimientos de sus aliados y acordaron en ceder el castillo al musulmán en pago de la liberación de su conde.
En 1142 Raimundo estableció la Orden del Hospital en el condado, donándoles el Krak de los Caballeros, una enorme fortaleza en la carretera de Damasco al mar Mediterráneo, así como otros castillos más pequeños. Esta orden militar era virtualmente independiente del condado y frecuentemente responsable de la protección de las fronteras de Trípoli, muchas veces atacadas por los musulmanes de Damasco y por las fuerzas de Zengi.
Conflicto con Alfonso Jordán[editar]
Raimundo II era bisnieto de Raimundo IV de Tolosa, uno de los líderes de la Primera Cruzada y el fundador de este condado, aún antes de la conquista de la ciudad de Trípoli. Sin embargo, descendía del primero a través de Beltrán de Tolosa, un hijo ilegítimo. Cuando Alfonso Jordán de Tolosa, el hijo legítimo de Raimundo IV, llegó a Tierra Santa en la Segunda Cruzada en 1147, se temía que pudiera hacer valer su pretensión al condado.
Alfonso Jordán murió súbitamente de camino a Jerusalén, por lo que inmediatamente se sospechó que había sido envenenado, posiblemente por la reina Melisenda de Jerusalén a pedido de su hermana, Hodierna de Trípoli, esposa de Raimundo II. Esta acusación nunca fue probada, pero Raimundo rechazó ofrecer cualquier ayuda a la cruzada, que terminó en fracaso.
Después, el hijo de Alfonso Jordán, también llamado Beltrán y también ilegítimo, tomó el castillo de Araima en Trípoli. Raimundo buscó la ayuda del hijo y heredero de Zengi, Nur al-Din, así como del gobernador de Damasco, Mu'in ad-Din Unur. Estos aliados musulmanes retomaron Araima, que devolvieron a Raimundo, y aprisionaram a Beltrán y su familia.
Descendencia y sucesión[editar]
De su boda en 1137 con Hodierna, hija del rey Balduino II de Jerusalén y de Morfia de Melitene, nacieron:
- Raimundo III de Trípoli, su heredero en el condado
- Melisenda de Trípoli
El matrimónio de Raimundo fue conflictivo. Tal como sus hermanas, Hodierna era una mujer independiente, pero el conde de Trípoli reprobaba este comportamiento y la mantenía en reclusión. Había incluso rumores de que su hija Melisenda de Trípoli (bautizada con el nombre de la reina de Jerusalén) era hija de una relación adúltera. Melisenda de Jerusalén y su hijo Balduino III tuvieron que intervenir políticamente en el condado en 1152.
Raimundo y Hodierna acordaron una reconciliación, pero fue decidido que la condesa debería volver a Jerusalén con su hermana por un corto período. El conde los acompañó a caballo durante un corto recorrido, y al volver a Trípoli fue muerto por la Secta de los Asesinos frente a los portones de la ciudad, junto con dos de sus jinetes. Fue así el primer no-musulmán al ser muerto por los Asesinos, probablemente en relación al establecimiento de la Orden del Hospital en el condado.
Hodierna volvió inmediatamente a sus dominios para asumir la regencia del condado en nombre de su hijo Raimundo III, aún un niño. Balduino III garantizó el apoyo de los nobles de Trípoli y Hodierna acordó en ceder el castillo de Tartous a los Caballeros Templarios, para defenderse de los ataques de Nur ad-Din, que había invadido estas tierras al tomar conocimiento de la muerte de Raimundo II.
Melisenda de Trípoli, su hija, fue posteriormente considerada esposa del emperador bizantino Manuel I Comneno. El acuerdo matrimonial parecía confirmado y la joven Melisenda fue hasta referida como la futura emperatriz. Sin embargo, cuando Manuel supo de su supuesta ilegitimidad, se casó con María de Antioquía. Raimundo III asumió esto como una ofensa personal y en respuesta atacó Chipre, que en esa época estaba en manos bizantinas.
Reinaldo I de Châtillon o Reinaldo I de Antioquía (c.1125 - 4 de julio de 1187) fue un caballero francés que participó en la Segunda Cruzada y permaneció en Tierra Santa tras el fracaso de la misma. Fue príncipe de Antioquía de 1153 a 1160, gracias a su matrimonio con Constanza de Antioquía, la heredera del principado.
Biografía[editar]
Reinaldo en la Segunda cruzada y su relación con Manuel I[editar]
Era un hijo segundón de Enrique, señor de Châtillon, descendiente de una familia de la nobleza media de Champaña, a la que también pertenecía Eudes de Châtillon, papa Urbano II. Se unió a la Segunda Cruzada en 1147 para buscar fortuna. Entró al servicio de Constanza de Antioquía, cuyo primer marido había muerto en 1149, y se casó con ella en secreto en 1153, sin consultar al señor feudal de Constanza, el rey Balduino III de Jerusalén. Ni Balduino ni Américo de Limoges, Patriarca Latino de Antioquía, vieron con buenos ojos el matrimonio de Constanza con un hombre de linaje inferior. Gracias a este matrimonio, Reinaldo se convirtió en príncipe de Antioquía.
En 1156 Reinaldo, arguyendo que el emperador bizantino Manuel I Comneno no había cumplido su promesa de pagarle cierta cantidad de dinero, decidió como represalia atacar la isla de Chipre. El Patriarca Latino de Antioquía se negó a sufragar los gastos de la expedición. Reinaldo lo hizo torturar y después ordenó que se le desnudase, se le cubriesen las heridas de miel y se le dejase al descubierto. Después de un día de sufrir este tormento, el Patriarca aceptó financiar la expedición a Chipre. Las fuerzas de Reinaldo devastaron la isla, saqueando y violando.
Como consecuencia, el emperador Manuel I Comneno emprendió la marcha hacia el principado de Antioquía. Enfrentado a una fuerza muy superior, Reinaldo optó por humillarse: descalzo y andrajoso, suplicó públicamente el perdón del rey, postrándose ante él. En 1159 se le obligó a pagar tributo al emperador como castigo por su ataque, y se comprometió a aceptar un Patriarca griego de Antioquía. Cuando Manuel visitó Antioquía al año siguiente para encontrarse con Balduino III de Jerusalén, Reinaldo entró en la ciudad conduciendo de la brida el caballo de Manuel, expresando así su sumisión al emperador.
Encarcelamiento y venganza[editar]
Poco después, en 1160, Reinaldo fue capturado por los musulmanes durante una expedición de saqueo contra los campesinos sirios y armenios de Marash. Estuvo confinado en Alepo durante diecisiete años y sólo fue liberado cuando se pagó en 1176 la extraordinaria suma de 120.000 dinares de oro. Reinaldo regresó de su cautividad más ambicioso y sediento de sangre que nunca. Puesto que su esposa, Constanza, había muerto en 1163 y su hijastro había heredado el principado, contrajo matrimonio con otra viuda rica, Estefanía de Milly, viuda de Hunfredo III de Torón y de Miles de Plancy, y heredera del señorío de Transjordania, incluyendo los castillos de Kerak y Montreal, al sudeste del mar Muerto. Estas fortalezas controlaban la ruta de las caravanas entre Egipto y Damasco, y permitían el acceso al mar Rojo. Se hizo famoso por su crueldad, pues a menudo despeñaba a sus enemigos desde lo alto del castillo para que se hicieran pedazos con las rocas que había al pie de la fortaleza.
En noviembre de 1177, a la cabeza del ejército del Reino de Jerusalén, Balduino IV derrotó a Saladino en la batalla de Montgisard. El propio sultán solo se salvó gracias a su guardia personal, compuesta por mamelucos. En 1181, violando la tregua que se había firmado entre cristianos y musulmanes, Châtillon se dedicó a asaltar las caravanas árabes que pasaban por las cercanías de Kerak. Aunque Saladino exigió al rey de Jerusalén que castigase a Reinaldo, Balduino IV se confesó impotente para controlar a su vasallo. El resultado fue el reinicio de las hostilidades entre cruzados y musulmanes.
En 1182 Reinaldo puso en práctica un proyecto que había acariciado desde hacía tiempo: lanzar una escuadra por el mar Rojo para atacar las ricas caravanas marítimas que iban a La Meca e incluso atacar la misma Ciudad Santa del islam. Hacia fines del año se dirigió hasta Aila, en la cabecera del golfo de Aqaba, llevando galeras que había construido con maderas procedentes de los bosques del Moab y que había probado en las aguas del mar Muerto. Aila, que había estado en poder de los musulmanes desde 1170, fue ocupada por él, pero resistió la fortaleza de la isla próxima, la isla de Graye de los cronistas francos, y Reinaldo se quedó con dos de sus barcos para bloquearla. El resto de su flota zarpó alegremente, con piratas indígenas como pilotos. Navegaron por la costa africana del mar Rojo, atacando las pequeñas ciudades costeras por donde pasaban, y finalmente atacaron y saquearon Aidib, el gran puerto nubio frente a La Meca. Allí capturaron varios mercantes cargados con riquezas que procedían de Adén y de la India. Un grupo desembarcó y saqueó una enorme caravana indefensa que había pasado por el desierto procedente del valle del Nilo. Desde Aidib los corsarios cruzaron a la costa de Arabia.
El mundo musulmán en caos por Reinaldo[editar]
Incendiaron las embarcaciones en al-Hawra y Yambo, los puertos de Medina, y penetraron hasta ar-Raghib, uno de los puertos de la misma Meca. Acto seguido hundieron un barco de peregrinos que iba a Jedda.
Todo el mundo musulmán fue presa del horror. Incluso los príncipes de Alepo y Mosul, que habían solicitado ayuda franca, estaban avergonzados de tener aliados que hacían semejantes ultrajes a la fe. El hermano de Saladino, Malik al-Adil, gobernador de Egipto tomó medidas. Envió al almirante egipcio Husan ed-Din Lulu con una flota tripulada por marineros marroquíes en persecución de los francos. Lulu corrió primero al castillo de Graye y reconquistó Aila, de donde Reinaldo se había retirado, y después se enfrentó con la flota corsaria en aguas de al-Hawra, destruyéndola y haciendo prisioneros a casi todos los hombres que había a bordo. Algunos de ellos fueron enviados a La Meca, para ser ceremoniosamente ejecutados en el lugar del sacrificio, en Mina, durante la próxima peregrinación. Los prisioneros restantes se los llevaron a El Cairo, donde todos fueron decapitados. Saladino juró solemnemente que Reinaldo no sería perdonado nunca por el ultraje cometido y, de ser necesario, le mataría con sus propias manos.
Ese mismo año, 1182, el sultán atacó Kerak mientras se estaba celebrando en el castillo el matrimonio del hijastro de Reinaldo, Hunfredo IV de Torón, con Isabel de Jerusalén. El sitio fue levantado gracias a la intervención de Raimundo III de Trípoli, y Reinaldo pudo volver a estar tranquilo hasta 1186.
Dicho año se alió con Sibila y Guido de Lusignan contra Raimundo III de Trípoli, y su influencia contribuyó a lograr el reconocimiento de Guido como nuevo rey de Jerusalén en detrimento del conde Raimundo. También en 1186 Reinaldo atacó una caravana en la que viajaba la hermana de Saladino, rompiendo así la tregua que se había establecido entre el sultán y los Estados cruzados. Aunque Guido le reprendió por su acción, intentando así apaciguar a Saladino, Reinaldo replicó que era señor de sus propias tierras y que él no había firmado la paz con los musulmanes.
En 1187, Saladino invadió el reino de Jerusalén y derrotó a los cruzados en la batalla de Hattin. Tanto Reinaldo como el rey Guido fueron hechos prisioneros en la batalla. El cronista Imad al-Din refiere lo que ocurrió a continuación (en las crónicas árabes Reinaldo es llamado Arnat):
- Salah al-Din invitó al rey a sentarse a su lado y, cuando entró Arnat (Reinaldo), lo instaló cerca de su rey y le recordó sus fechorías: "¡Cuántas veces has jurado y luego has violado tus juramentos, cuántas veces has firmado acuerdos que no has respetado!" Arnat le mandó contestar al intérprete: "Todos los reyes se han comportado siempre así. No he hecho nada más de lo que hacen ellos." Mientras tanto, Guido jadeaba de sed, cabeceaba como si estuviera borracho y su rostro traslucía un gran temor. Salah al-Din le dirigió palabras tranquilizadoras y mandó que le trajeran agua helada, que le ofreció. El rey bebió y luego le tendió el resto a Arnat que apagó la sed a su vez. El sultán le dijo entonces a Guido: "No me has pedido permiso antes de darle de beber. No estoy obligado, por tanto, a concederle la gracia. Tras haber pronunciado estas palabras, el sultán salió, montó a caballo y luego se alejó, dejando a los cautivos presa del terror. Supervisó el regreso de las tropas y después volvió a su tienda. Una vez allí, mandó traer a Arnat, avanzó hacia él con el sable en la mano y lo golpeó entre el cuello y el omóplato. Cuando Arnat cayó al suelo, le cortaron la cabeza y luego arrastraron su cuerpo por los pies ante el rey, que se echó a temblar. Al verlo tan impresionado, el sultán le dijo con tono tranquilizador: "Este hombre sólo ha muerto por su maldad y su perfidia."1
Al rey Guido se le perdonó la vida. Estuvo prisionero en Damasco durante un tiempo, y luego se le dejó en libertad.
Matrimonio y descendencia[editar]
Reinaldo y Constanza tuvieron dos hijas:
- Inés de Châtillon, que contrajo matrimonio con el príncipe Bela, que vivía en la corte del emperador en Constantinopla, futuro rey Bela III de Hungría.
- Juana de Châtillon, probablemente la segunda mujer del marqués Bonifacio de Montferrato.
Reinaldo y Estefanía tuvieron un hijo y una hija:
- Reinaldo de Châtillon, que murió joven.
- Alix (Alice) de Châtillon, que casó con Azzo VI d'Este.
En la película de 2005 Kingdom of Heaven, el personaje de Reinaldo de Châtillon fue interpretado por el actor Brendan Gleeson.
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