Amadeo III de Saboya (Carignano, Piamonte 1095 - Nicosia, abril de 1148) fue conde de Saboya y de Maurienne desde 1103 hasta su muerte. También es conocido como El Cruzado.1
Fue hijo de Humberto II de Saboya y de Gisela de Borgoña, hija de Guillermo I de Borgoña, y sucedió a su padre como Conde tras su muerte.2 Amadeo tenía cierta tendencia a exagerar sus títulos, ya numerosos, pues era duque de Lombardía, duque de Borgoña, duque de Chablais, y vicario del Sacro Imperio Romano Germánico, título este último que había sido dado a su padre por Enrique IV del Sacro Imperio Romano Germánico.
Amadeo ayudó a restaurar la abadía de San Mauricio de Agauno, donde se había coronado a los reyes anteriores de Borgoña, y del cual él mismo era abad hasta 1147. También fundó la abadía de San Sulpicius en Bugey, la abadía de Tamié en el Bauges, y la abadía de Hautecombe en Lac du Bourget.
En 1128, Amadeo extendido su reino, conocido como la “Vieja Chablais”, agregando a él la región que extiende desde Arve hasta Dranse d'Abondance, que vino a ser llamado la “Nueva Chablais” con su capital en St. Moritz. A pesar de su matrimonio con Mahaut, siguió luchando contra su cuñado, que murió en la batalla de Montmeillan. Después de esto, el rey Luis VI de Francia, se casó con su hermana Adela de Saboya, intentando confiscar Saboya. Amadeo fue ayudado por la intervención de Pedro de Amiens el Ermitaño, y por su promesa de participar en las Cruzadas previstas por Luis.
En 1147, acompañó a su sobrino Luis VII de Francia y a su esposa Leonor de Aquitania en la Segunda Cruzada. Financió su expedición con ayuda de un préstamo de la abadía de San Maurice. En su expedición estaban muchos barones de Saboya, incluyendo los señores de Faucigny, Seyssel, La Chambre, Miolans, Montbel, Thoire, Montmayeur, Vienne, Viry, La Palude, Blonay, Chevron-Villette, Chignin, y Châtillon. Amadeo viajó al sur a través de Italia hasta Brindisi, en cruzó hasta llegar a Durazzo, y marchando al este a lo largo de la Vía Egnatia para encontrarse con Luis en Constantinopla a finales de 1147. Después de cruzarse en la Anatolia, Amadeo, que conducía la vanguardia, se separó de las fuerzas de Luis cerca de Laodicea, y las fuerzas de Luis fueron destruidas casi por completo.
Marchando hacia Adalia, Louis, Amadeo, y otros barones decidieron continuar a Antioquía en nave. En el viaje, Amadeo cayó enfermo en Chipre, y murió en Nicosia en abril de 1148. Lo enterraron en la iglesia de la Sainte Croix en Nicosia. En Saboya, su hijo Humberto III le sucedió en el trono, bajo la regencia del obispo Amadeo de Lausanne.
Familia y descendientes[editar]
No tuvo ningún hijo con su primera esposa Adelaida. En 1123 se casó con Mahaut (o Mafalda, o Matilda) de Albon, la hermana de Guy IV del Delfinado, con la que tuvo diez hijos:
- Elisa de Saboya (1120-?) casada con Humberto de Beaujeu
- Mafalda (Matilde o Mahaut), (1125-1158), casada con Alfonso I de Portugal
- Inés de Saboya (1125-1172), casada con Guillermo I, Conde de Ginebra
- Humberto III de Saboya (1136-1188)
- Juan de Saboya
- Pedro de
- Saboya
- Guillermo de Saboya
- Margarita de Saboya (muerta en 1157), monja en Bons.
- Isabel de Saboya
- Juliana de Saboya (muerta en 1194), abadesa de San André-le-Haut
Balduino III (1130 – 10 de febrero de 1162) fue rey de Jerusalén de 1143 a 1162. Era el hijo mayor de Melisenda y Fulco de Jerusalén, y nieto de Balduino II de Jerusalén.
Sucesión[editar]
Baudouin-Balduino tenía 13 años cuando murió su padre Fulco, y el reino pasó a su madre Melisenda, hija de Balduino II. Con una mujer y un niño en el trono de Jerusalén, la situación política no era fácil: los principados cruzados del norte tendían a marcar su independencia, y no había rey para dirigir el ejército. Zengi, en el norte de Siria amenazaba desde Mosul y Alepo, y buscaba añadir Damasco a sus territorios. En 1144, tomó Edesa, un shock que daría lugar a la convocatoria de la Segunda Cruzada.
Esta cruzada tardó en llegar a Jerusalén, y mientras tanto, Zengi fue asesinado (1146) y sucedido por su hijo Nur al-Din, que tenía las mismas intenciones sobre Damasco. Jerusalén se alió con Damasco para su mutua protección, aunque luego los damascenos se aliaron en contra de Jerusalén.
Segunda Cruzada[editar]
En 1148 llegó la cruzada, liderada por Luis VII de Francia, su mujer Leonor de Aquitania y Conrado III. La consiguiente reunión de cruzados decidió atacar Damasco, que fue un fracaso y la ciudad cayó en manos de Nur al-Din. En 1149 los cruzados volvieron a Europa, dejando un reino más debilitado, lo que aprovechó Nur al-Din para invadir el Principado de Antioquía. Balduino acudió en su ayuda para hacerse con la regencia del principado. También perdió el último resto del condado de Edesa a favor del emperador bizantino Manuel I Comneno en 1150.
Guerra civil[editar]
En 1152 hacía siete años que Balduino había alcanzado la mayoría de edad, y pidió mayores poderes. Desde 1150 se había ido separando de su madre, y Balduino culpó a Manases de esto. En 1152 pidió al patriarca una segunda coronación en solitario, que le fue denegada. Acordó con su madre dirimir sus diferencias en la Haute Cour; la cual decidió dividir el reino en dos unidades administrativas: el norte (Galilea) con Acre y Tiro para Balduino, y el sur, más rico (Judea y Samaria) para Melisenda, con Nablus y la propia Jerusalén. La solución no gustó a ninguno de los dos, y a las pocas semanas Balduino invadió el sur. Melisenda con su hijo menor Amalarico y otros buscaron refugio en la torre de David. La mediación de la Iglesia entre madre e hijo supuso la concesión de la ciudad de Nablus y sus tierras a Melisenda de por vida, y el juramento solemne de Balduino de mantener la paz. Melisenda había "perdido" la guerra civil con su hijo, pero mantuvo gran influencia y evitó ser recluida en un convento de por vida.
Recuperación[editar]
Durante la guerra civil, Nur al-Din consolidó su poder en Damasco. Con Siria unida bajo un solo poder, Jerusalén sólo podía mirar hacia el sur, hacia Egipto, si quería expandirse. Egipto también estaba debilitado por las guerras civiles. Hacia 1150 Balduino reforzó Gaza ante la presión egipcia desde Ascalón, y en 1153 logró tomar la propia Ascalón. Un año antes también había derrotado un intento de invasión de los ortóquidas.
En 1156 se vio obligado a firmar un tratado con Nur al-Din; pero en el invierno de 1157-1158, dirigió una expedición contra Siria, aunque tuvo que retirarse por una disputa interna de los cruzados. Aun así, pudo hacerse con Harim, un antiguo territorio de Antioquía, y en 1158 derrotó al propio Nur al-Din.
Alianza bizantina[editar]
La modesta recuperación de Balduino le confirió prestigio suficiente para buscar esposa en el Imperio bizantino. En 1157 negoció con el emperador Manuel I y se decidió su matrimonio con Teodora Comnena, sobrina del emperador. La alianza era más favorable para Bizancio que para Jerusalén, pues Balduino tuvo que reconocer la soberanía bizantina sobre Antioquía.
Las relaciones entre Jerusalén y Bizancio mejoraron y en 1159 Balduino conoció a Manuel en Antioquía. Se hicieron amigos y Manuel, adoptando las costumbres y ropajes occidentales participó en un torneo contra Balduino. A finales de ese año, Balduino pasó a ser regente de Antioquía de nuevo (pues Reinaldo de Châtillon había sido capturado en batalla), pero esto ofendió a Manuel, que consideraba Antioquía territorio imperial. El emperador reforzó sus lazos con el principado en 1160 al casarse con María de Antioquía, prima de Balduino.
Muerte[editar]
La reina Melisenda murió en 1161 y Balduino en Beirut al año siguiente. Según ciertos rumores, había sido envenenado en Antioquía por su médico, un sirio ortodoxo. Teodora, la reina viuda sólo tenía 16 años y ningún hijo. A Balduino le sucedió su hermano Amalarico I.
Carácter personal[editar]
Guillermo de Tiro, que le conoció personalmente, da la siguiente descripción del rey:
"…Era más alto que la media, pero sus extremidades estaban tan bien proporcionadas a su altura que en nada se salía de la armonía. Sus rasgos eran refinados, su piel florida, prueba de su fuerza innata... Sus ojos, de tamaño medio, era prominentes y tenían brillo. El pelo era liso y rubio, y tenía barba. Era amplio de cuerpo, aunque no se podía decir que estuviese entrado en carnes, como su hermano, o que fuese demasiado delgado, como su madre..."
Recibió una magnífica educación, hablaba bien y era muy inteligente. Dedicaba mucho tiempo a la lectura de obras de historia y tenía conocimientos del ius consuetudinarium del reino, que sería recopilado por juristas posteriores como Juan de Ibelín y Felipe de Novara en los "assizes de Jerusalén". Respetó la propiedad eclesiástica y no la cargó de impuestos. Fue popular y respetado por sus súbditos, y se ganó también el respeto de sus enemigos, como Nur al-Din, quien dijo a su muerte: "los francos han perdido un príncipe como no existe en el presente".
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