Preludio[editar]
La Cuarta Cruzada se reunió para acudir a luchar contra los infieles en Tierra Santa, sin embargo, los jefes franceses de la cruzada hicieron un trato con Venecia para el transporte, suministros y protección en el mar pero al llegar menos hombres de los esperados se dieron cuenta que no tenían dinero suficiente para pagar.6 En su marcha desde Venecia hasta Egipto, la Cuarta Cruzada se detuvo en la costa dálmata para conquistar Zara (actual Zadar). Allí acudió en abril de 1203, el príncipe Alejo Ángelo para pedir ayuda a fin de ocupar el trono de Bizancio. En su búsqueda de dinero, los cruzados accedieron a colocar en el trono al príncipe bizantino exiliado que era hijo del emperador Isaac II, el cual había sido derrocado, encarcelado y cegado años atrás por su hermano, Alejo III.7
En junio de 1203 los habitantes de Constantinopla descubrieron consternados la llegada de una formidable flota enemiga. A bordo de las galeras de la República de Venecia, se acercaba un ejército de unos 20.000 hombres compuesto por hombres de Francia, Alemania, Flandes e Italia7
Los cruzados pensaban que la presencia del ejército bastaría para que los bizantinos aceptaran al príncipe desterrado como Emperador sin embargo se burlaban de él y se aprestaron a la defensa así que los cruzados decidieron hacerlo emperador por la fuerza.
El asedio[editar]
Los muros que daban al Cuerno de Oro, el gran puerto de Constantinopla, eran accesible como zona donde se podía desembarcar y colocar escalas. Durante siglos el Cuerno de Oro había estado protegido en época de guerra por una gran cadena colgada de dos torres situadas en la boca del puerto con la que se cerraba el acceso de barcos. Los cruzados atacaron la fortaleza de Gálata-una de las que sostenía las cadenas-. El ataque se realizó desde el mar, con la galeras venecianas remolcando barcos de transporte hasta la orilla, dadas las malas condiciones del mar. Los barcos de transporte llevaban unas rampas y al llegar a la playa descendía directamente la caballería ya montada para enfrentarse contra los bizantinos que intentaban defender la playa.6 Los cruzados consiguieron tomar la fortaleza entre el 5 y el 6 de julio de 1203 y destruyeron la cadena de hierro y penetraron en el Cuerno de Oro.
Tras penetrar en el Cuerno de Oro los cruzados ya pudieron asediar la ciudad por mar y desembarcar tropas frente a las murallas del palacio de Blaquernas. La muralla de la ciudad medía 9 m. de alto y estaba defendida con ballesteros y por máquinas lanza piedras.
Los cruzados dividieron sus tropas: los franceses atacaron los muros por tierra y los venecianos se acercaron por mar. Estos prepararon sus barcos con pieles por miedo al fuego griego y forraron los navíos con maderos y enredaderas para que las piedras tuvieran menos efecto. Además construyeron puentes levadizos lo suficientemente anchos para que cupieran tres hombres juntos de modo que pudieran hacerlos descender desde los mástiles de varios navíos de transporte.
El 17 de julio tuvo lugar el asalto. El dogo veneciano Enrico Dandolo mandó personalmente el asalto. Dispuso los navíos en línea con la intención de asaltar a la vez varios puntos. Al mismo tiempo un grupo que había desembarcado colocó escalas en la muralla y los mercantes bajaron los puentes sobre varias torres. Una vez en las torres, los venecianos abrieron las puertas a sus compatriotas. De esta forma, los venecianos se hicieron con un amplio sector de la muralla pero tuvieron que abandonar lo conquistado para ir a ayudar a los franceses que se habían encontrado una enconada resistencia. A pesar de todo habían vencido.
Consecuencias del asalto[editar]
La ferocidad de los cruzados provocó el terror de Alejo III que huyó de Constantinopla con gran parte del tesoro imperial. Abandonados a su suerte, los habitantes de la ciudad liberaron a Isaac II Ángel y recibieron con todos los honores a su hijo que poco después fue coronado emperador en Santa Sofía con el nombre de Alejo IV y que gobernó colegiadamente con su padre.
Sin embargo su reinado duro pocos meses. Tras colocarlo en el trono, los cruzados exigieron el cumplimiento del pago pactado pero el emperador no pudo por falta de liquidez. La posición de Alejo IV se hizo cada vez más delicada porque los romanos lo veían como un títere de los cruzados y los cruzados se impacientaban por no cobrar. Además los intentos de Isaac y Alejo de forzar el final de Cisma entre la Iglesia Ortodoxa y la Católica fueron muy mal recibidos. En enero de 1204 Alejo IV fue depuesto por un noble griego llamado Alejo Ducas que se coronó con el nombre de Alejo V y los cruzados planearon una segunda conquista de la ciudad.
El segundo asedio cruzado de Constantinopla ocurrió en abril de 1204 y fue provocado por no pagar la cantidad convenida entre el emperador Alejo IV y los cruzados para que estos le colocaran en el trono.
Preludio[editar]
Desde la coronación de Alejo IV como emperador de Bizancio no había parado de crecer la tensión entre cruzados y bizantinos. A esto contribuyó el que los súbditos bizantinos consideraran al monarca y a su padre como marionetas de los cruzados. No ayudó tampoco el intento por parte de Alejo IV y de Isaac II de forzar el cisma entre la Iglesia ortodoxa y la romana. Por parte cruzada estaba el pago no efectuado de las cantidades acordadas con el emperador para que le colocasen en el trono.
El 1 de enero de 1204 se produjo un primer ataque de los bizantinos contra la flota cruzada, mediante barcos incendiados sin tripulación, que pudo ser repelido.4Días después, tras una operación de represalia por parte de las tropas cruzadas, el noble griego Alejo Ducas, apodado Murzuflo (El cejijunto), derrocó a Isaac II y a Alejo IV y se proclamó emperador con el nombre de Alejo V. Poco después ambos morían en prisión.4Los cruzados perdieron toda esperanza de cobrar lo prometido y planearon una segunda conquista de la ciudad a principios de 1204.
Primer asalto[editar]
El asalto por tierra y mar se programó para la segunda semana de abril. Los peones francos atacaron con escalas y arietes el palacio de Blanquerna, mientras que los venecianos trataban de ocupar las torres de la muralla marítima desde sus navíos fondeados en el Cuerno de Oro. Los muros marítimos habían sido elevados, por lo que los puentes levadizos tuvieron que ser colgados desde más arriba de los mástiles. Los barcos venecianos estaban listos para actuar como torres móviles de asalto, cubiertas con maderos, enredaderas y pieles como protección.5
El ataque general tuvo lugar el 9 de abril. Los barcos de poco calado vararon en la playa mientras los hombres tenían que vadear cargados con escalas y demás pertrechos. También se envió un mercante con puentes colgantes contra cada torre, pero la ausencia de viento hizo que solo cinco mercantes llegaran a las torres y ninguno pudo fijar su puente levadizo.6El asalto terrestre no fue mejor y los bizantinos lograron repeler el asalto con lluvias de piedras y aceite hirviendo, lo que desmoralizó a los occidentales, además de causarles muchas bajas.7
Para levantar la moral, los clérigos católicos tildaban a los cristianos ortodoxos de herejes y prometían grandes recompensas espirituales a quienes combatieran con ardor.
Segundo asalto[editar]
Fortalecidos por la fe y las esperanzas de botín, los cruzados volvieron a atacar el 12 de abril. Esta vez 40 mercantes fueron unidos por parejas y enviados contra cada torre. Esta maniobra consiguió dar más estabilidad a las naves y dotar a los asaltos de una fuerza doble.8
La lucha empezó igualada hasta mediodía, en que una fuerte ráfaga de viento empujó contra la muralla a las naves de los obispos de Soissons y Troyes. Dos hombres murieron al intentar cruzar el puente, pero el tercero logró alcanzar la torre y ocuparla. Tras él pasaron otros, con lo que la posición se afianzó.7En la zona de Blanquerna, un clérigo francés, hermano del cronista Roberto de Clari, entró en la ciudad por una brecha del muro, seguido por un destacamento. Su acción sembró el pánico entre los bizantinos.7 Sin embargo, aquel día no se consiguió tomar la ciudad.
Sin atreverse a combatir, Alejo V huyó en un barco de pesca.7 Los romanos proclamaron otro emperador, pero viendo la situación el nuevo soberano también se dio a la fuga.
La rendición[editar]
Viendo imposible resistir, una delegación del clero de Santa Sofía se dirigió al campamento occidental para presentar la rendición, confiados en poder evitar el saqueo.7 Pero no evitaron que los cruzados entrasen en la ciudad y la saquearan como si fuera una ciudad musulmana.
Mientras los principales caudillos ocupaban los palacios imperiales, el ejército se abalanzó sobre el resto de la ciudad durante casi una semana. No se respetó ni Santa Sofía, ni los tesoros más venerados por los bizantinos, como la corona de espinas de Cristo y el icono de la Virgen Nicopea, que fueron robados y se encuentran hoy en Sainte Chapelle de París y San Marcos de Venecia, respectivamente.9
Los peores desmanes los sufrió la población civil, los cruzados violaron a miles de mujeres de toda edad matando a los familiares que intentaban defenderlas. Según el historiador bizantino Nicetas Choniates,9 algunos occidentales intentaron defender a los indefensos pero fueron la excepción. Los que no pudieron huir tuvieron que resignarse a perder sus fortunas.
Consecuencias[editar]
Pocas semanas después se nombró emperador al conde Balduino de Flandes (Balduino I de Constantinopla). Con su reinado comienza la historia del Imperio Latino de Constantinopla, un Estado de corte feudal en el que la población ortodoxa sufría una fuerte discriminación. La duración del Imperio Latino sería breve, ya que los herederos de los cruzados fueron expulsados en 1261.
El sitio de Zara (10-23 de noviembre de 1202) fue la primera gran acción de la Cuarta Cruzada. Fue el primer ataque cruzado contra una ciudad católica, la ciudad de Zara (la actual Zadar, Croacia).
Antecedentes[editar]
Poco después de su elección como papa en 1198, el Inocencio III (1161-1216) publicó varias encíclicas papales que pedían la invasión y la reconquista de Tierra Santa a sus inquilinos musulmanes. Su plan para lograr esto difería de las anteriores fallidas Segunda y Tercera Cruzadas de varias maneras. En lugar de la nobleza laica que dirigió las anteriores cruzadas, ésta sería, en teoría, completamente bajo el control papal. El plan de Inocencio también incluía que los ejércitos invasores viajaran a Egipto por mar y aprovecharan el delta del Nilo, que podría utilizarse como base para invadir Palestina. Su llamamiento fue inicialmente mal recibido entre las familias gobernantes de Europa, pero en 1200, un ejército de unos 35 000 soldados se había reunido bajo Bonifacio de Montferrato.
Inocencio III negoció un acuerdo con la República de Venecia, potencia marítima de la Europa del momento, la construcción de una flota de buques de guerra y transporte, que se pagaría en el momento de su utilización. El acuerdo estipulaba que alrededor de 35 000 cruzados usarían el transporte y se pagaría a los venecianos 85 000 marcos de plata. Después de que los venecianos hubieran suspendido sus operaciones comerciales durante un año para construir y reunir tripulación para los barcos, sólo alrededor de 12 000 hombres se presentaron en Venecia. Por lo tanto, los cruzados se encontraron sólo en condiciones de pagar 51 000 marcos a los venecianos. En respuesta, los venecianos indicaron que aceptarían la invasión de Zara (en la actualidad Zadar, Croacia), una ciudad católica en la costa del Adriático, cerca de Trieste, en lugar del pago. Zara se había rebelado contra la República de Venecia en 1183, y se colocó bajo la doble protección del Papado y el rey Emerico de Hungría (que recientemente también había llegado a un acuerdo para unirse a la cruzada).
Aunque un gran número de cruzados encontraron el acuerdo repulsivo y se negó a participar, la mayoría estuvo de acuerdo (a pesar de las protestas por escrito de Inocencio III), citando como el único medio necesario para alcanzar el objetivo más amplio de tomar Jerusalén. En el invierno de 1203, Inocencio excomulgó a todo el ejército cruzado, junto con los venecianos, por tomar parte en el ataque. «He aquí», escribió el papa, «su oro se ha convertido en metal sin valor y su plata se ha oxidado casi completamente, ya que, apartándose de la pureza de su plan de inflexión y caminando por la senda hacia el camino intransitable, que tiene, por así decirlo, retirado de su mano al arado [...] para cuando debe tener apresurara a la tierra que fluye leche y miel, que se le negara el paso, ya que se ha desviado en dirección del desierto». El papa Inocencio posteriormente concedería una absolución a todo el ejército.
El ataque[editar]
El ataque contra Zara tomó la forma de un desembarco anfibio seguido de un breve sitio. El incidente prefiguró el sitio de Constantinopla ocurrido más tarde en la campaña. Los cruzados utilizaron 50 transportes anfibios, 100 transportes de caballos y 60 buques de guerra diseñados y construidos para ellos por los venecianos. Sus transportes eran de aproximadamente 30 m de largo, 9 m de ancho y 12 m de altura, con una tripulación de 100 hombres. Cada uno podía llevar hasta 600 infantes. Los transportes de caballos estaban especialmente diseñados para llevar su carga de caballos, y ofrecían una rampa que podía ser abierta para permitir el desembarco directo de los caballeros montados en la costa. Los barcos de guerra venecianos eran impulsados por 100 remeros y cada uno portaba una maza con punta de metal como su principal arma.1
Se colocaron cadenas a través de la entrada del puerto de Zara como defensa, pero los cruzados irrumpieron a través de ellas en sus barcos venecianos y desembarcaron a sus tropas y equipo sin acoso. Zara cayó el 23 de noviembre de 1202.
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