jueves, 21 de mayo de 2020

CRUZADAS - HISTORIA Y PERSONAJES

SEGUNDA CRUZADA

Jaufré Rudel de Blaye, en occitano original Jaufrés Rudèls de Blaia (h. 1113 en Blaye - h. 1170), trovador y poeta aquitano en lengua de oc.

Biografía[editar]

Llamado "el príncipe de Blaye", villa cercana a Burdeos, en el estuario del Garona, de la que fue señor, era un caballero de la corte de Leonor de Aquitania originario de Saintonge y estuvo relacionado con Alfonso Jordán de Tolosa y con Hugo Bruno VII de Lusignano. Participó en la Segunda Cruzada (1147-1149), organizada por el rey Luis VII de Francia. Según la leyenda, habría oído hablar de la princesa de Trípoli y se enamoró de oídas, pero perdidamente, de ella. En el curso de la Segunda Cruzada cayó muerto en los brazos de la princesa de Trípoli.
Escribió chansons de amor en que habla de «L'amour de loin» (amor lejano), es decir, el amor imposible y sin esperanza, celebrando quizá a la condesa Hodierna de Trípoli, una dama de buen linaje e inaccesible, o según otros a Melisenda, hija del conde Raimundo I, descendiente de los condes de Toulouse, y de Hodierna de Jerusalén, hija a su vez de Balduino du Bourg y de la princesa armenia Morfia; de ella habría oído hablar a algunos peregrinos de Antioquía. Parece que falleció realmente de amor por una dama establecida en Oriente y que, por razones materiales o psicológicas, este amor fue un amor imposible, amour de loin o, en su nativa lengua provenzal, («amor de lonh» o «amor de terra londhana»). Han subsistido seis, según otros ocho poemas de Rudel, de los cuales cuatro poseen notación melódica. Fueron editados por el medievalista Alfred Jeanroy.

La leyenda[editar]

Muerte de Jaufré Rudel. Biblioteca Nacional de Francia.
La leyenda se recoge en una de las numerosas rasós o vidas de trovadores provenzales que se han transmitido, y dice así: enamorado de oídas, empezó a escribir poemas a esta musa según las reglas del amor cortés, una de las cuales era no mencionar el nombre de la dama. Como su pasión crecía y no se menguaba, se le hizo necesario hacer tan largo viaje para ir a cantarle sus sentimientos de tú a tú, pero el trayecto era largo y costoso, y Jaufré era pobre y además tenía una salud precaria. Se propuso por lo menos que ella supiera de él y confió sus escritos a los caballeros que partían a Tierra Santa y les hacía prometer que los harían llegar a las manos de Melisenda. Tardó años, pero logró ahorrar lo suficiente para embarcarse y conocer a la protagonista de sus pensamientos a la que dedicaba cada verso que escribía.
Se embarcó en Marsella en una nave templaria; pero su salud ya se había quebrantado mucho y las penurias de la travesía le dieron la puntilla; llegó gravemente enfermo a Palestina. Aun así, arribó a Trípoli y se acercó al palacio pidiendo audiencia con la condesa, pero los guardias se rieron de él y le dieron largas. Su insistencia hizo, sin embargo, que la señora supiese de su presencia y murió en sus brazos, como cuenta la "vida" (reseña biográfica) anónima:
Él enfermó estando en la nave, y fue llevado a Trípoli, a un albergue y tenido por muerto. Se lo hicieron saber a la Condesa; y ella fue a él, hasta su lecho y lo tomó entre sus brazos. Y él supo que era ella, que era la Condesa y al momento recobró el oído y la respiración, y loaba a Dios que la había mantenido con vida hasta que la hubo visto. Y así él murió entre sus brazos. Y ella lo hizo sepultar con gran honor en la casa del Temple. Y luego, en aquel mismo día, ella se hizo monja, por el gran dolor que sentía por la muerte de él.
La leyenda de Jaufré Rudel les resultó un tema irresistible a los poetas del Romanticismo. Escribieron sobre él Ludwig UhlandHeinrich HeineRobert Browning (Rudel to the Lady of Tripoli) y Giosuè Carducci (Jaufré Rudel). Algernon Charles Swinburne retomó este tema constantemente desde su The Triumph of Time, en The Death of Rudel y en Rudel in Paradise (también titulado The Golden House) . Inspiró la pieza teatral de Edmond Rostand La Princesse lointaine (La princesa lejana) y la ópera L'amour de loin de Kaija Saariaho, sobre libreto de Amin Maalouf. También el compositor mexicano Ricardo Castro estrenó en 1906 una ópera sobre el tema titulada "La Leyenda de Rudel",con libreto de Henry Brodi. En 1926, sir Nizamat Jung Bahadur, de Hyderabad, escribió también un poema de épica culta sobre este tema, Rudel of Blaye. Recientemente, José Guadalajara ha realizado una versión de esta leyenda bajo el personaje de Jorge de Rudelia, trasunto de Jaufré Rudel, en su novela histórica El alquimista del tiempo (2015).








Teodorico de Alsacia1​ (hacia 1099/1101 - † 17 de enero de 1168 en Gravelinas), hijo del duque Teodorico II de Lorena (Teodorico el Valiente) (v.1055 - † 1115) y de Gertrudis de Flandes (v.1070 - † 1117), hija a su vez del conde Roberto I de Flandes, conocido como Roberto el frisón, y de Gertrudis de Sajonia.
Fue señor de Bitche (fechas desconocidas) y conde de Flandes de 1128 a 1168. Enviudó en 1133 de Margarita de Clermont Beauvaisis, viuda ella misma de Carlos el Bueno, con la que solo tuvo una hija, y se casó de nuevo tras su regreso de Palestina con Sibila de Anjou.

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Vida[editar]

Tras la muerte de Carlos I de Flandes (Carlos el Bueno), en 1127, Teodorico de Alsacia reivindica el condado de Flandes, como nieto del conde Roberto I, pero el rey Luis VI de Francia impone a su protegido, su cuñado Guillermo Clito. La política y la actitud del nuevo conde hacia las libertades flamencas lo hacen rápidamente impopular y a final del año, Brujas y Gante, y después Lille y Saint-Omer, reconocen como conde a Teodorico, inicia la lucha contra Guillermo apoyado por nobles del Flandes imperial.
Luis VI pide al arzobispo de Reims la excomunión de Teodorico, y después sitia Lille, pero debe retirarse ante la amenaza inglesa (Enrique I de Inglaterra, tío de Guillermo, apoyaba a Teodorico y le había transmitido sus derechos sobre Flandes). Teodorico sufre sendas derrotas en Tielt y Oostkamp y se refugia en Brujas, de donde también debe huir, refugiándose finalmente en la fortaleza de Aalst, donde Guillermo le pone sitio ayudado por Godofredo el Barbudo y las tropas francesas. El asedio termina con la inesperada muerte de Guillermo Clito el 27 de julio de 1128, que deja a Teodorico como único aspirante al condado.
En 1128 inaugura su gobierno en Gante, y después se hace reconocer en todas las ciudades del condado y por el rey de Inglaterra, que obliga a los señores ingleses de Flandes a rendir vasallaje a Teodorico. A partir de 1132, el nuevo conde jura lealtad a Luis VI para conseguir el apoyo del rey francés contra las pretensiones de Balduino IV de Henao al condado de Flandes.
Una de las características de la vida de Teodorico es el número de sus viajes a Tierra Santa, donde parte de cruzada cuatro veces, la primera en 1139.
En Palestina lidera una victoriosa expedición contra Cesarea de Filipo, ciudad fundada por el tetrarca Herodes Filipo II. Gracias a esta victoria obtuvo la mano de Sibila de Anjou, viuda de Guillermo Clito, su adversario por el condado de Flandes. Sibila era hija de Fulco V de Anjourey de Jerusalén, lo que dio gran prestigio a este matrimonio. Teodorico combatió al lado de su suegro Fulco V la invasión de las colinas de Galaad, una zona montañosa al este del río Jordán.
Vuelve a Flandes para intervenir en las querellas sobre el ducado de Baja Lorena. Teodorico responde a la llamada del consejo de regencia de Godofredo III de Lovaina y reprime la rebelión de dos señores sublevados en Vilvoorde. Después, el conde de Flandes recibe el homenaje del duque de Brabante.
Teodorico parte de nuevo en 1147 para participar en la Segunda Cruzada. Dirige el paso del río Menderes y asiste a la Haute Cour celebrada en 1148 en Ptolemaida Hermia que reunió al rey Luis VII de Francia, el emperador Conrado III de Alemania y el rey Balduino III de Jerusalén. Combate en la batalla de Antalya y ese mismo año se une al ejército del rey Balduino II en Acre.
Durante su ausencia, Balduino IV de Henao invade el Condado de Flandes. La condesa Sibila, que está de parto, reacciona con firmeza y hace saquear el Condado de Henao en respuesta a los abusos perpetrados por Balduino en Artois. El obispo de Reims interviene y consigue que se firme una tregua. A su regreso en 1150, Teodorico se resarce venciendo en Bouchain a Balduino IV, a pesar de que este contaba con la ayuda del conde Enrique IV de Namur y del obispo de Lieja, Enrique II de Leez. En las conversaciones de paz entre los dos condes, Teodorico concede la mano de su hija Margarita al hijo de Balduino IV, el futuro Balduino V de Henao.
En 1155 funda la Casa de la Orden del Temple en Douai.
Siguiendo con su política matrimonial, Teodorico casa en 1156 a su hijo mayor con Isabel de Vermandois, hija y heredera del conde Raúl I de Vermandois y Valois. Al año siguiente vuelve a Tierra Santa, esta vez con su esposa. Participa en el sitio que pone Balduino II a la fortaleza de Shaizar, pero a causa de una disputa entre Teodorico y Reinaldo de Châtillon sobre los derechos de ambos sobre la potencial captura, la fortaleza se mantiene en manos musulmanas. Regresa a Flandes en 1159 sin Sibila, ya que la condesa decide permanecer en Betania y tomar los hábitos en el convento de San Lázaro. Su hijo Felipe, que se ha encargado con acierto del gobierno durante su ausencia, queda asociado al poder.
En 1164 vuelve a Palestina, donde acompaña al rey Amalarico I de Jerusalén a Antioquía y Trípoli. Tras su regreso en 1166, adopta como sello un arbusto con dátiles, y de reverso, una cabeza coronada de laureles.
Muere el 17 de enero de 1168 en Gravelinas y es enterrado en la Abadía de Watten, cerca de Saint-Omer.

Balance de su gobierno[editar]

El gobierno de Teodorico fue moderado: restaura una cierta paz interior, desarrollando una administración condal que hasta entonces había sido poco más que embrionaria. La suya es una era de desarrollo económico, de expansión de las tierras agrícolas por roturación y de fundación de establecimientos comerciales. Bajo el mandato de Teodorico, Flandes conoce su mayor extensión territorial.
Fue también un infatigable caballero cruzado, como demuestran sus cuatro peregrinaciones a Tierra Santa.








Thoros II de Armenia (m. 1169) fue señor de la Cicilia armenia (o Armenia menor), de 1140 a 1169. Era hijo de León I, señor de Armenia y de Beatriz de Rethel.
Junto con su padre y su hermano menor Roupen, estuvo cautivo en Constantinopla en 1138, donde murió su padre en 1140, y Roupen en 1141. Pero Thoros logró escapar y volver a Cilicia en 1145. Recuperó algunos territorios, pero en 1152 Manuel I Comneno envió un ejército con su primo Andrónico, que fue derrotado por Thoros. Los bizantinos incitaron entonces a los selyúcidas del Rüm para que atacasen Cilicia en 1153. Thoros reconoció la soberanía de éstos y así detuvo su ataque, pero éstos volvieron a intentarlo en 1154. Finalmente, se llegó a una situación de relativa paz con estos vecinos del norte.
Thoros tuvo también una disputa territorial con Reinaldo de Châtillon por el castillo de Bagras, en el límite con el principado de Antioquía. Un nuevo ataque bizantino le obligó a refugiarse en las montañas. Por mediación de Balduino III de Jerusalén evitó una segunda cautividad, pero tuvo que reconocer la soberanía imperial.
Sus últimos años estuvieron enturbiados por un intento de su medio hermano Mleh de acabar con su vida, el cual tuvo que huir a Antioquía primero, y luego a Alepo, donde estuvo al servicio de Nur al-Din. Thoros se retiró luego a un monasterio y dejó el trono a su hijo Rubén II de Armenia, menor de edad, bajo la regencia de su sobrino Tomás.
Tuvo al menos tres hijos: Rubén II, una hija que se casó con Hethum III de Lampron, y otra hija que le casó con el rey de Chipre.

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