sábado, 27 de febrero de 2016

Lengua y literatura

La generación del 27 (I).

En torno a la segunda década del siglo XX surge un nuevo grupo de poetas jóvenes que rechazan la poesía de moda, dominada por los malos imitadores de Rubén Darío y el ultraísmo. Los rasgos comunes a todos ellos son la formación universitaria, el origen familiar más bien acomodado, las actitudes progresistas en política y, en especial, el deseo de modernizar la poesía española.

Nómina del 27

Entre los miembros indiscutibles del 27 se suele citar a Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gerardo Diego (ver t36), Federico García Lorca y Rafael Alberti (ver t37).
A esta lista suelen añadirse algunos nombres más: Dámaso Alonso, Juan José Domenchina, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre y Miguel Hernández (ver t37).

Dámaso Alonso

Su contribución más importante es la revalorización de la figura de Góngora y su descubrimiento a los jóvenes autores del 27 del contenido mitológico y estético de su obra.
Como autor, sólo las obras de su primera etapa, influidas por Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, se inscriben en la estética del 27. En su segunda etapa destaca Hijos de la ira (1944), perteneciente a la «poesía desarraigada» de los años cuarenta y cincuenta (ver t40).

Manuel Altolaguirre

Nació en Málaga en 1905. Se alió a la causa republicana y, al acabar la guerra, se exilió a Cuba y a México. En uno de sus viajes a España murió en Burgos en 1959.
Es posiblemente el poeta más espiritual e intimista de la generación del 27. En sus composiciones se observa la huella de san Juan de la Cruz (ver t11), Garcilaso (ver t10), Juan Ramón y Salinas.
Los miembros de la generación del 27 participaron, junto a otros intelectuales, en numerosos actos comunes. La fotografía muestra a algunos asistentes al homenaje a Góngora celebrado en 1927 en el Ateneo de Sevilla: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabás,Mauricio Bacarisse, José María Platero, Manuel Blasco Garzón, Jorge Guillén, José Bergamín, Dámaso Alonso y Gerardo Diego

Etapas

Los factores históricos y las influencias europeas permiten distinguir dos etapas en el desarrollo del grupo:
  • 1922-1928: esta etapa está marcada por el dominio de la poesía pura y la admiración por Juan Ramón Jiménez. Se caracteriza por:
    • La supresión del sentimentalismo y el encomio de la inteligencia.
    • La búsqueda absoluta de la belleza.
    • El rigor en la construcción poética y la depuración del lenguaje.
    • La tendencia a la creación de poemas breves.
  • 1928-1936: la cohesión del grupo empieza a resquebrajarse. Algunos de sus miembros, como Guillén y Salinas, permanecen fieles a la poesía pura de Juan Ramón, mientras que Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda y García Lorca buscan nuevas formas de expresión a través de las vanguardias.
En esta segunda etapa domina la influencia del surrealismo, con matizaciones. Del surrealismo aceptan la rebeldía, la antirreligiosidad, la libertad imaginativa, el mundo de los sueños, pero rechazan la escritura automática.
La Guerra Civil (1936-1939) supone el final de la generación del 27. La mayoría de sus componentes han de exiliarse: Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti, etcétera; otros, como Gerardo Diego, Aleixandre y Dámaso Alonso, se quedan en España, y otros son víctimas del régimen franquista: García Lorca y Miguel Hernández.
Las revistas literarias desempeñaron un papel fundamental en la difusión de la producción poética de la generación del 27. En la imagen, portada de Litoral, una de las revistas más destacadas del momento.

Características

  • Modelos: Juan Ramón se erige como el único poeta español contemporáneo capaz de superar el modernismo y promover una auténtica renovación con su «poesía pura».
  • Ortega y Gasset aparece como el maestro que marca el cambio ideológico respecto a la generación anterior, con su modernidad y europeización.
  • Lenguaje común: los rasgos expresivos comunes a toda esta generación son:
    • Importancia del lenguaje y cultivo de la metáfora. De ahí la admiración por Góngora, al que consideran uno de los autores más originales en el manejo de la lengua.
    • Preferencia por los factores estéticos: la poesía ha de ser fiel a sí misma y no ha de convertirse en vehículo transmisor de problemas sociales, morales o ideológicos.





La generación del 27 (III). La poesía popular

Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández. En ellos se aúnan la tradición, el popularismo y la fuerza trágica, tanto en poesía como en teatro. Acaso fueron los autores más marcados por el drama de la Guerra Civil. La muerte de Lorca y Hernández a edades tempranas contrasta con la soledad y el largo exilio del escritor gaditano.

Federico García Lorca

Obra poética

La obra poética de Lorca sigue una clara evolución que va desde la sencillez de sus primeros poemas a la fuerza del Romancero y al atrevimiento vanguardista dePoeta en Nueva York.
Son libros de juventud: Libro de poemas (1921), Canciones (1927) y Poema del cante jondo (escrito entre 1922-1926), en el que Lorca recrea la poesía popular del cancionero y da entrada al folclore andaluz.
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) es un largo lamento por la muerte de su amigo el torero Sánchez Mejías.
Romancero gitano (1928) mezcla lo popular y lo culto, lo espontáneo y lo reflexivo. Consta de dieciocho romances que giran en torno al mundo gitano, con sus fatalismos, presentimientos, despechos y venganzas.
Diván del Tamarit (1940) refleja la atracción que siempre sintió por el mundo oriental. Los temas centrales son la muerte y la identificación del poeta con la naturaleza.
Poeta en Nueva York (1940) comprende los poemas surrealistas de denuncia social escritos durante su estancia en Nueva York.

El teatro

Lorca se inicia en el teatro con El maleficio de la mariposa (1920). No obstante, su primer éxito lo obtiene con Mariana Pineda, una historia de amor, fidelidad y sacrificio. Mariana Pineda muere por la causa liberal y por no delatar a su marido.
Bodas de sangre, estrenada en 1933, desarrolla la tragedia de una pasión irrefrenable donde se desatan el amor, el odio y la muerte.
Yerma, estrenada en 1934, presenta el drama de una mujer rural estéril.
La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936, desarrolla el tema de la autoridad y la libertad, en una casa donde Bernarda exige a sus hijas un luto de ocho años tras la muerte de su marido.
Mariana Pineda en el convento de Santa María Egipciaca, dibujo de Federico García Lorca en la portadilla de Mariana PinedaBIBLIOTECA NACIONAL, MADRID.

Rafael Alberti

Obra poética

  • Poesía neopopularista: los primeros libros de Alberti intentan revalorizar la poesía popular española. Marinero en tierra(1924) desarrolla el conflicto interior del poeta, que se debate entre el mar y la tierra adentro.
  • Poesía neogongorista y vanguardista: el afán gongorino que irrumpió en torno a 1927 influyó directamente en Alberti, como se puede comprobar en el clasicismo, el hermetismo y la belleza formal de Cal y canto (1929).
  • Poesía surrealista: Sobre los ángeles (1929) aparece en el contexto de la adhesión al surrealismo y una profunda crisis personal. En la búsqueda que el poeta emprende del paraíso perdido, surge un pavoroso drama interior, la lucha con las fuerzas del inconsciente, simbolizadas por ángeles bélicos, vengativos, crueles...
    Otros libros surrealistas son Sermones y moradas (1929-1930) y Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos(1929), colección de poemas de carácter burlón y humorístico dedicados a cómicos de cine.
  • Poesía civil y política: a partir de 1931, los temas sociales y políticos se incorporan vigorosamente a sus poemas, que quedan recogidos en El poeta en la calle (1931- 1935) y Madrid, capital de la gloria (1936-1938).
  • Poesía nostálgica: en el exilio, continúa la poesía cívica y política iniciada en España, al tiempo que escribe nuevos poemas marcados por la evocación de la niñez, la juventud y el paisaje.
Rafael Alberti

Miguel Hernández

Por su inclinación a la estética neogongorina y surrealista de su primera época se suele considerar a Miguel Hernández como miembro de la generación del 27, aun cuando por su evolución posterior se le incluye en la generación del 36.
Su trayectoria poética se divide en cuatro etapas:
  • Poesía pura: su primer libro de poemas, Perito en lunas, desarrolla escenas de la vida cotidiana y temas como la muerte, los toros y el sexo, en una mezcla de elementos cultos y populares.
  • Poesía neorromántica: El rayo que no cesa (1936), obra de madurez, conjuga el neogongorismo con sentimientos amorosos. En ella se incluye su famosa «Elegía» a Ramón Sijé.
  • Literatura de urgencia: la poesía vuelve a ser un arma de combate en Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha(1939).
  • Exploración interior: a raíz de la muerte de su primer hijo y su ingreso en la cárcel escribe Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). En él da testimonio de la ausencia de aquello que da sentido a la vida: la libertad, la familia, etcétera.
Miguel Hernández, retrato de Antonio Buero Vallejo. BIBLIOTECA NACIONAL, MADRID.

No hay comentarios:

Publicar un comentario