miércoles, 16 de marzo de 2016

IMPERIOS

EL IMPERIO ACADIO

LOS ACADIOSSIGUIENTE

La segunda mitad del tercer milenio fue una época de grandes cambios. Los pueblos indoeuropeos del oeste de Asia se desplazaron hacia el sur. Una tribu de grecohablantes ocupó el noreste de los Balcanes. Por aquel entonces los indoeuropeos ya conocían la agricultura, si bien se decantaban más por la ganadería. Sus armas eran de piedra, pues no conocían la metalurgia. En el sur de Grecia, la población nativa (no indoeuropea) hacía tiempo que comerciaba con el bronce, que obtenía principalmente de Chipre. Los pueblos semitas que habían invadido Mesopotamia cinco siglos antes empezaron a salir de su "edad oscura". La ciudad de Mari desarrolló una cultura mixta que conservaba su lengua semítica, pero, por ejemplo, adoraba a los dioses sumerios.
En Perú aparecen las primeras casas semisubterráneas, mayoritariamente en zonas costeras o junto a cauces de ríos, pues sus habitantes eran principalmente pescadores.
En Egipto se instauraba la V dinastía, que reinó desde el 2500 hasta el 2430, cuando se instauró (obviamente) la VI dinastía. Al parecer, el monarca que sucedió a Menkure fue un sacerdote de Ra, lo que culminaba el ascenso político de este cuerpo sacerdotal. La construcción de pirámides entró en decadencia. Probablemente los egipcios decidieron invertir sus esfuerzos en cosas más útiles, como el refuerzo de sus ejércitos.
Mientras tanto, alrededor del 2425, los elamitas se unieron por primera vez bajo la dinastía de Awan. Siglos después pervivió una tradición según la cual esta ciudad había dominado Mesopotamia antes de la llegada de los sumerios. Puede ser cierto y puede ser que la leyenda se creara a partir de este periodo de esplendor. Por esta época, los elamitas ya habían adaptado la escritura sumeria a su propia lengua.
Hacia el 2400 en Sumer destacó Eannatum, rey de la ciudad de Lagash, que al parecer derrotó a los ejércitos unidos de Uruk y de Ur. Como conmemoración de sus victorias, Eannatum erigió una serie de columnas de piedra o estelas con inscripciones e imágenes. La más famosa es la Estela de los buitres, en la que se ve una formación de soldados con cascos y lanzas avanzando sobre los cadáveres de los enemigos devorados por perros y buitres. Según las inscripciones, el ejército vencido era el de la ciudad de Umma, que provocó la guerra al quitar ciertas piedras que marcaban las fronteras. Naturalmente, no conocemos la versión de los vencidos. Lagash conservó su preeminencia durante algo más de un siglo. Llegó a dominar un territorio de unos 4.500 kilómetros cuadrados. Su último rey fue Urukagina, que ascendió al trono alrededor del año 2350. Por estas fechas los semitas crearon otro reino poderoso alrededor de la ciudad de Ebla, en Siria, cerca de Fenicia, que llegó a dominar muchas ciudades del norte de la media luna fértil, de Anatolia y de la Alta Mesopotamia. Otro tanto sucedió con la ciudad de Mari, que dominó muchas ciudades de su entorno, entre ellas Assur.
Volviendo a Lagash, parece ser que Urukagina fue un rey ilustrado, que trató de impulsar reformas sociales para reducir el excesivo poder de los sacerdotes en beneficio del pueblo. Sin embargo, los sacerdotes podían llegar a tener más poder que el rey sobre un pueblo temeroso de los dioses. Lagash se debilitó por sus convulsiones internas y Umma encontró la ocasión de vengar su pasada derrota. A la sazón su rey era Lugalzagesi, que se apoderó de Ur, se proclamó rey de Uruk y, desde allí, en el año 2330 atacó Lagash y la saqueó. Pronto adquirió el control de todo Sumer.
Naturalmente, si conocemos todos estos detalles es porque a partir del año 2800 los sumerios empezaron a usar sistemáticamente la escritura con fines históricos y literarios (los egipcios harían otro tanto a partir del 2100). A los sumerios de siglos posteriores les debió de sorprender la ausencia de registros anteriores al 2800. Posiblemente no se les pasó por la imaginación que la causa fuera que antes se desconocía la escritura o, por lo menos, que ésta tenía un uso aún muy restringido, así que conjeturaron que ésa debía de ser la fecha del Diluvio Universal, una leyenda sobre una inmensa inundación que posiblemente era mucho más antigua. Los sumerios ubicaron todas sus leyendas en la época "antediluviana".
Según dichas leyendas, el mundo fue creado en siete días. El número siete se debe a que los astrónomos sumerios habían identificado siete cuerpos celestes, aparte de las estrellas: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Estos astros eran divinidades que influían sobre los hombres. El destino de una persona dependía fuertemente del astro dominante el día y la hora de su nacimiento. Cada día se nombraba según el astro que dominaba en su primera hora, y así surgió la división del tiempo en semanas de siete días.
Las listas de reyes sumerios fueron completadas con diez reyes antediluvianos, a los que atribuían reinados de decenas de miles de años. El último y más famoso de estos reyes fue Gilgamesh, rey de Uruk. Su leyenda se basa indudablemente en el Gilgamesh histórico que reinó hacia el 2700, pero el Gilgamesh legendario fue situado antes del Diluvio, como era preceptivo. Según la leyenda fue un héroe valiente que realizó hazañas increíbles. Tras la muerte de un amigo se puso a buscar el secreto de la vida eterna. Así pasó una larga serie de peripecias. Entre ellas sobrevivió al diluvio, causado por unos dioses enojados. Otro de los supervivientes fue Utnapishtim quien, favorecido por los dioses, construyó un barco en el que se salvó juntamente con su familia. Los dioses, sin hombres que les ofrecieran sacrificios, sintieron hambre, pero Utnapishtim, cuando el Diluvio hubo pasado, sacrificó animales en acción de gracias. Dice el poema:
Los dioses olieron su aroma,
Los dioses olieron el dulce aroma,
Como moscas, se agruparon sobre el sacrificio...
En agradecimiento, los dioses otorgaron a Utnapishtim el don de la inmortalidad. Se encontró con Gilgamesh y le indicó que debía buscar cierta planta mágica. La encontró, pero, cuando se disponía a comérsela, una serpiente se la robó (lo que explicaba la creencia antigua de que las serpientes rejuvenecen al cambiar de piel).
Otra ciudad semita que había alcanzado cierto esplendor era Kish. Mientras Lugalzagesi reinaba en Uruk y ejercía su influencia sobre todo Sumer, el primer ministro del rey de Kish se las arregló para usurpar el trono, tras lo cual adoptó el nombre de Sargón, que significa "Rey legítimo". Su legitimidad no debía de estar tan clara, pues el nuevo rey prefirió trasladar la corte a una nueva capital fundada por él mismo y que no estuviese asociada a la monarquía anterior. Esta capital fue Agadé, o Acad, y desde entonces el rey fue conocido como Sargón de Acad. Alrededor del 2300 Sargón se enfrentó a Lugalzagesi y lo derrotó. Según sus inscripciones conmemorativas, esta victoria le dio el dominio de todo Sumer, pero parece ser que en realidad necesitó varias campañas más para lograr esta meta. En cualquier caso, Sargón acabó dominando una extensa región de Mesopotamia que incluía a todo Sumer y que fue conocida como el Imperio Acadio. Más aún, sometió al reino de Elam, dejándolo bajo el gobierno del rey de Susa,una de sus ciudades menos destacadas, que a partir de este momento empezó a ganar influencia.
Sargón siguió combatiendo y sojuzgando ciudades del norte y del este, mientras la capital de Acad iba engrandeciéndose. Por ejemplo, la ciudad de Assur se había liberado recientemente del dominio de Mari, e instauró una monarquía propia, pero sus reyes se convirtieron en tributarios de Sargón. La propia Mari no tardaría en someterse también al yugo acadio. Por el contrario, Ebla estuvo a punto de derrotar a Sargón, quien, no obstante, logró rehacerse. Ebla conservó su independencia y se convirtió en un importante centro cultural que absorbió la cultura acadia (que a su vez había incorporado la cultura sumeria). En sus restos se han encontrado numerosas tablillas cuneiformes escritas en eblaíta con textos jurídicos, religiosos, diplomáticos, administrativos y económicos. Incluso se han encontrado diccionarios sumerio-eblaítas. Según los escritos acadios, Sargón llegó en sus campañas hasta la costa de Canaán.
El Imperio Acadio fue el primer imperio histórico en el sentido de un pueblo que dominó militarmente a otros pueblos extranjeros. En este sentido, el Imperio Antiguo egipcio no era un imperio, sino una cultura homogénea que poblaba un territorio extenso. El gobierno de Sargón fue opresivo para los pueblos que sojuzgó. Los gobernantes sumerios del sur fueron sustituidos por guerreros brutales, lo que causó muchas revueltas que Sargón tuvo que sofocar. Por otra parte, Sargón instituyó el acadio como lengua oficial del imperio y debió de tomar medidas para fomentarlo pues, a pesar del prestigio que tenía el sumerio, terminó desplazándolo.
Indudablemente, la entrada de los acadios conquistadores en las ciudades de Sumer debió de generar una gran confusión, agravada por el hecho de que los recién llegados hablaban una lengua que casi nadie entendía. Tal vez las gentes más humildes, cuya visión del mundo se reducía a su entorno más inmediato, ni siquiera entendían por qué "de repente" habían aparecido hombres que hablaban una lengua tan extraña que ahora se veían coaccionados a aprender. Era natural pensar en un castigo de los dioses. Con el tiempo, cuando Sumer y Acad se borraron de la memoria de las gentes, pervivió la leyenda de que hubo un tiempo en que todos los hombres hablaban la misma lengua (o sea, el sumerio), pero que un día los dioses los castigaron y sembraron la confusión haciendo que hablaran dos lenguas distintas. Por otra parte, los zigurats eran ya monumentos del pasado y lo que la gente sabía de ellos es que habían sido construidos para acercarse al cielo. Esto era cierto: muchos pueblos con divinidades celestes eligen lugares elevados para estar más cerca de sus dioses al hacer sus sacrificios, y los zigurats fueron la peculiar forma que tuvieron los sumerios de plasmar esta idea. Sin embargo la gente encajó muy bien ambas historias: los antiguos construían torres cada vez más altas con la pretensión de alcanzar el cielo, pero los dioses se enojaron por este intento de "invasión" y lo evitaron sembrando la confusión: les hicieron hablar cientos de lenguas distintas, con lo que ya no podían trabajar conjuntamente y el proyecto fracasó. Los hombres se dispersaron según sus lenguas, y esta era la causa de que en el mundo hubiera tantos pueblos con tantas lenguas diferentes. Por una cuestión de coherencia esta leyenda tuvo que ubicarse después del Diluvio (los hablantes de lenguas extrañas no habían perecido), lo cual, por otra parte también encajaba en la historia: tal vez los antiguos querían llegar al cielo para salvarse en caso de que los dioses provocaran otro diluvio universal.
Hacia el 2300 se inicia un periodo de esplendor en el valle del Indo. La llamada civilización del Indo fue extendiéndose hasta ocupar un territorio mayor que el actual Pakistán. Se construyeron grandes ciudades de ladrillo con casas rectangulares y calles de 8 metros de ancho, disponían de instalaciones sanitarias, almacenes, piscinas y un sistema de canales muy estudiado. Sus habitantes cultivaban el trigo y la cebada, y se han encontrado los restos más antiguos del cultivo del algodón. Disponían de una escritura reducida de 270 signos diferentes (cuyo significado se desconoce), que únicamente se han encontrado en sellos, por lo que debían de ser identificaciones de mercancías. Sorprende la ausencia de templos en las ciudades, si bien se han encontrado objetos de culto, tal vez antecedentes de la futura religión de la India. Tampoco había palacios, lo que suscita muchos interrogantes sobre el tipo de estructura social de esta cultura. Las capitales más importantes eran Harappa y Mohenjo-Daro. Se ignora si eran capitales de estados distintos o si formaban parte de un mismo imperio. Hay constancia de un intenso comercio marítimo con Sumer.
Por esta época reinaba en Egipto el tercer rey de la VI dinastía, Pepi I, nativo de Menfis. Los nómadas del desierto de Libia empezaron a hostigar el país, pero fueron rechazados cinco veces por los ejércitos egipcios, dirigidos por un general llamado Uni. Este general consolidó también el dominio de Egipto sobre la península del Sinaí, rica en metales, e incluso supervisó expediciones a Nubia, al sur de la primera catarata del Nilo. El Imperio Antiguo alcanzó así su apogeo. Probablemente, Pepi I decidió que las relaciones comerciales que Egipto mantenía con Fenicia desde hacía mucho tiempo no eran satisfactorias: los cananeos pagaban poco por las exportaciones egipcias y cobraban mucho por sus productos. (Cuando dos personas negocian y una tiene a sus órdenes un ejército poderoso, es natural que llegue a esta conclusión.) Los fenicios fueron exhortados a pagar periódicamente un tributo al rey, pero algunas ciudades decidieron negarse. Como consecuencia, Uni dirigió una expedición contra Fenicia: una columna marchó por tierra y otra, transportada por mar, desembarcó hacia el sur de Biblos. El ejército derribó murallas, incendió ciudades, destruyó cosechas, se apoderó de toda clase de objetos valiosos y, sin duda, consiguió que las ciudades castigadas se comprometieran a pagar el tributo.
Hacia el año 2280 muere Sargón de Acad. Inmediatamente, Sumer y los pueblos de los montes Zagros vieron en la muerte del rey una oportunidad para liberarse de la tiranía acadia y se rebelaron. Sin embargo, Sargón fue rápidamente sucedido por su hijo mayor Rimush, quien, con ayuda de su hermano Manishtusu, sofocó las revueltas.
En 2272 el hijo de Pepi I subió al trono de Egipto con el nombre de Pepi II. Era sin duda un niño, pues su reinado duró noventa años, y es, al parecer, el más largo de la historia.
En 2252 Naram-Sin, nieto de Sargón, ocupa el trono de Acad. Tras sofocar varias revueltas internas, Naram-Sin continuó la tradición imperial de su abuelo, reemprendiendo expediciones a tierras lejanas. En el 2200 destruyó el floreciente reino de Ebla. Para consolidar su autoridad se hizo proclamar dios, organizó un cuerpo de nobles-funcionarios que supervisaban o sustituían a los reyes locales e instaló colonias de acadios en las ciudades sospechosas de rebeldía. La cultura floreció en la corte de Acad. Los escribas acadios desarrollaron y superaron las tradiciones sumerias. Aunque el lenguaje de la cultura siguió siendo el Sumerio, los comerciantes y la administración hablaban acadio.
Mientras tanto, como es habitual, en los cielos se reproducían los acontecimientos de la tierra: Los dioses acadios se mezclaron con los sumerios. Es fácil distinguirlos porque tienen nombre semíticos. Además son todos dioses celestes, como corresponde a las culturas de pastores. Así,  Sin, dios de la luna, se convirtió en el dios principal de Ur (Naram-Sin significa "amado por Sin"); Ishtar, identificada con el planeta Venus, diosa del amor y la belleza, se convirtió en la diosa principal de Uruk, desplazando el culto a Anu. Esto era aceptable, pues pronto se descubrió que Ishtar era hija de Anu. También estabaShamash, dios del Sol, que no consiguió tanta notoriedad como sus compañeros. 

En el siglo XXIII a.C. termina el dinástico temprano con el reinado del semita Sargón de Akkad. Este gobernante es la primera gran personalidad de Mesopotamia, siendo el fundador de la dinastía acadia. Convertido en copero del rey de Kish, al que destronará, conseguirá no sólo unificar todas las ciudades-estado de Mesopotamia sino también dominar parte de Siria, Asia Menor y el Elam iraní, es decir, será el arquitecto del primer gran imperio de la región. 
Sargón I deberá su triunfo, entre otros factores, a una nueva técnica militar. Sus tropas se arman con jabalinas, arcos y flechas, más eficaces que las pesadas lanzas de las falanges sumerias. Obra de Sargón es también la construcción de una nueva capital para su imperio, Akkad, y la instauración de un sistema imperial para dominar los territorios conquistados, según el cual gobernadores acadios dirigen la vida de las ciudades sometidas. También el acadio desplaza al sumerio como lengua oficial. Sin embargo, fueron constantes las revueltas y sublevaciones de los pueblos sometidos, una característica que se repetirá a lo largo de todo el periodo imperial acadio. 
La unificación bajo un mando único de tan vastas regiones se tradujo en un gran desarrollo económico y artístico, abriéndose al comercio nuevos mercados y llegando a la región nuevas materias primas. La glíptica y la metalurgia alcanzaron gran desarrollo, la última especialmente gracias a la invención o perfeccionamiento de la técnica de la cera perdida. 
El sostenimiento del aparato imperial se apoya ahora en la divinización del gobernanteSargón y sus sucesores son adorados por el pueblo como deidades, probablemente por influencia egipcia, lo que podemos apreciar en la estela de Naram-Sin. Precisamente con este gobernante el imperio acadio alcanzó aun mayor tamaño, pues él mismo se denominaba "rey de las cuatro regiones del mundo". Sin embargo, a finales de su gobierno encontramos ya síntomas de una irreversible decadencia, marcada por las luchas sucesorias. De esta situación de debilidad se aprovechará un pueblo extranjero, los guti, llegados de los Montes Zagros del occidente iraní. Estos, en la segunda mitad del siglo XXII a.C., arrasarán Akkad, debilitada por una rebelión de los antiguos estados sumerios, y se instalarán en el norte de Mesopotamia durante los siguientes cien años. El periodo de dominio de los guti apenas deja rastros, más allá de algunas inscripciones y monumentos. 
Con todo, el respeto y veneración por el legado acadio y, en especial, la referencia a Sargón, serán una constante en Mesopotamia durante muchos siglos después de su caída. 
En el sur, las antiguas ciudades sumerias continúan su desarrollo, ya sin la dominación acadia, aunque desconocemos cuál fue la naturaleza de sus relaciones con los guti. Lagash parece ser la dominante en primera instancia, aunque será Utu-hegal de Uruk quien consiga expulsar a los guti. Un hermano de éste, Urnammu, rey de Ur, conseguirá dominar a las demás ciudades-estado y restaurar, en menor medida, el imperio acadio, aunque esta vez con capital en Ur. Este periodo es conocido como el de la III dinastía de Ur, abarcando entre 2047 y 1939 a.C. 
Las diferencias entre el imperio acadio y el fundado por Urnammu no son sólo de tamaño. Las ciudades son gobernadas por un príncipe -"ensi"-, designado por el rey de Ur. El imperio se administra mediante una pléyade de funcionarios organizados de manera muy centralizada, encargados de controlar la producción y el tributo, sobre cuya labor nos han quedado numerosos documentos. La principal referencia en el Imperio de Ur es el pasado sumerio, en el que se basan sus soberanos a la hora de tomar decisiones. La llegada de nuevas gentes nómadas semitas no parece producir roces con la población nativa; antes al contrario, ambos elementos se mezclan, respetando la hegemonía de la cultura sumeria. 
Durantes este periodo tienen lugar importantes innovaciones. Una es la tipificación del zigurat, que ahora queda como elemento definitorio de los templos, a modo de torre. Otra innovación es la de recoger en un texto todas las disposiciones legales importantes, precedente del famosísimo código de Hammurabi. El más importante texto jurídico de este periodo es el código de Urnammu
Hacia el siglo XX a.C. cae el reino neosumerio, debido a la presión ejercida por pueblos extranjeros como losamorritas y elamitas. El último monarca será Ibbisín, quien fallecerá cautivo en Elam.



El imperio Akkadio

Sumerios y semitas

El elemento étnico sumerio, arribado en tiempos neolíticos desde algún punto nororiental, fue siempre numericamente superior en la zona sureña, mientras que mas al norte, a partir de Nippur, lo fue el conjunto de pueblos semíticos, que de modo continuo se fueron infiltrando en toda Mesopotamia. Como contrapartida al expansionismo sumerio hacia el norte, las gentes semitas se desplazaron hacia el sur, logrando instalarse de modo definitivo en la región de Kish, en cuyas proximidades fundarían Akkad o Agadé. Los hechos hablan de esta interconexión como el de una sociedad mixta, en vías de total fusión. En la época Dinástica Arcaica, la iniciativa política había recaído en los Sumerios, aunque a partir del Imperio Acadio, la situación iba a cambiar totalmente.

Así la migración semita, desde Akkad y gracias a una poderosa dinastía, pudo dominar el país de Sumer y en general toda Mesopotamia, durante dos siglos; la existencia de dos zonas con cultura propia y en proceso de fusión, que terminarían por mezclarse y semitizarse, fue una realidad.


La dinastía de Akkad
“Sargón rey de Akkad, comisario de Innana, rey de Kish, sacerdote de Anu, rey del país, gobernador de Enlil, la ciudad de Uruk tomó y sus murallas derribó (Inscripción de Sargón)”

Alcanzó el poder por el mismo método que sus anteriores homólogos y como dice la Lista Real, “Uruk fue abatida por las armas, la realeza pasó a Akkad”, en su dinastía reinaron once reyes por un total de 181 años; el primero y quizás mas importante de ellos fue, Sargón de Akkad, 2335-2279 a.C. no se conocen muy bien sus orígenes, si bien a pesar de ello se convirtió pronto en un héroe. Existie una leyenda muy significativa que describe su nacimiento como el de un niño abandonado en una cesta en el río Eufrates, siendo recogido posteriormente de las aguas y adoptado; factor que luego se repetiría en otros personajes de la Historia (Moisés, Rómulo y Remo, Perseo...)
mascara de Sargon de Acad
Máscara de Sargón
Aunque la realidad histórica lo sitúa en un principio como copero en la corte del rey Ur-Zababa de Kish, mas tarde se desplazará hacia zonas de asentamiento semita y fundandará una nueva ciudad situada junto al Eufrates (y todavía no localizada), Akkad, proclamándose rey.

Sus primeras conquistas gracias a su disciplinado ejército las efectuó fuera de Mesopotamia, en el Oeste y Noroeste, estableciendo un gran anillo territorial alrededor de Akkad aunque sin desafiar todavía a ninguna de las antiguas ciudades-Estado sumerias. Fue de ellas de quienes partió el ataque, pues a la insurrección inicial de Kazallu, se unieron todas las demás. El cabecilla de todos estos movimientos era Lugalzagesi de Uruk, con quien Sargón intentó primero un acercamiento amistoso, pero que al fracasar, acabó atacando y destruyó las murallas de Uruk tomando como prisionero a Lugalzagesi y a los gobernadores del resto de ciudades-Estado sumerias, ganando 34 batallas y sometiendo a 50 ensi abarcando su Imperio desde el actual kuwait, Sur-Oeste de Irán, pasando por Irak, Siria, Sur-Este de Turquía y la isla de Chipre; así pues, Sargón, pudo reinar sus últimos años plenamente como señor de todo Sumer y Akkad, en calidad de verdadero Rey de la Totalidad. Su largo reinado supo crear las bases estructurales de un Imperio Universal asentado en un nuevo concepto de sucesión dinástica y legitimidad divina en una familia real particular; tuvo gran habilidad para aunar relaciones entre sumerios y semitas akkadios (autorizó como lengua real la sumeria junto a la akkadia) manteniendo a los jefes sumerios vencidos, como gobernadores de sus ciudades. La economía siguió gravitando en torno al templo en el área sumeria y en torno al palacio en la akkadia, en donde la propiedad privada, frente al colectivismo sumerio, se desarrolló plenamente. Sargón fue una figura importantísimas convirtiéndose en el ideal mesopotámico de la realeza.
Mapa de la extension del Imperio Acadio
Mapa de la extensión territorial del Imperio Akkadio

Tras Sargón ocupó el trono de Akkad su hijo Rimush, 2278-2270 a.c. que hubo de hacer frente a una gran revuelta sumeria, originada al morir Sargón. El nuevo rey la reprimió muy duramente siendo dominada, tras aquella masacre el ansia independentista de Sumer; acabando Nippur por recapitular ante el akkadio y reconocerle rey de Sumer. Rimush controló todo el país, si bien, a base de luchas continuas, tras gobernar durante nueve años, fue asesinado en el transcurso de una revolución palaciega.

A la muerte de Rimush, su hermano gemelo Manishtushu, 2269-2255 a.c. ocupó el poder y esta vez los sumerios no crearon ningún tipo de problema, en Susa se hallaron diferentes estatuas y un obelisco, hecho de diorita, tallado en forma de pirámide y cubierto por un texto de donación de tierras. Este rey, al igual que su hermano, murió asesinado en el transcurso de una conjura palaciega.

A Manishtushu, le sucedió en circumstáncias poco claras, su hijo Naram-Sin, 2254-2218 a.c. cuyo reinado de 37 años, transcurrió prácticamente en medio de luchas constantes, tanto en el interior de su imperio, como en la periferia del mismo, su periodo, constituyó el mas brillante de todo el Imperio Acadio. Fue un gran conquistador y un gran expedicionario, teniendo que resolver diversos problemas fronterizos con los hurritas y los lullubi, logrando derrotar totalmente a estos últimos y erigiendo la famosa Estela de la Victoria de Naram-Sin de Akkad. Sus numerosas victorias hicieron ampliar su titulatura añadiendo el de Rey de las Cuatro Zonas, con marcado estilo imperialista, llegando sus conquistas desde el mar del golfo Pérsico has a el Mediterranio y conquistando plazas donde otros reyes habían sucumbido, como fueron Armanum y Ebla.

“Desde la fundación de la humanidad ningún rey entre los reyes había destruido Armanum ni Ebla. Nirgal le despejó el camino a Naram-Sin el fuerte (Inscripción de Naram-Sin hallada en Nippur)”
Estela de la victoria de Naram-Sin
Estela de la victoria de Naram-Sin

En sus textos hizo preceder su nombre casi siempre con el ideograma “ilu” (en sumerio, divino), provocando con esta práctica una rápida evolución, que llegó hasta la divinización aplicada al soberano, acabando por ser el primer rey divinizado e introduciendo en Mesopotamia una radical transformación de las concepciones relativas de la realeza y el mundo de los dioses, y que finalizó en un culto al gobernador viviente y a los reyes fallecidos y creando una corriende “divina” que se mantuvo con el resto de los reyes akkadios y de la etapa Neosumeria; todo ello le acarreó una larga tradición como modelo de rey infame y desgraciado, que pudo deberse en gran parte al cambio de poderes ya iniciado por Sargón, y que denotaba un cambio social en la forma de ostentar el poder, pasando éste, de las clases sacerdotales a las palaciegas (factor que le acarrearía una mala publicidad entre los ambientes sacerdotales).
Palacio de Naram-Sin en Tell Brak
Palacio de Naram-Sin en Tell Brak

En el final de sus días, las confrontaciones con el pueblo bárbaro de los Guti dieron origen al principio de la decadencia del Imperio Acadio.

A Naram-Sin le sucedió uno de sus hijos, Sharkalisharri, 2217-2193 a.c. cuyo reinado de 25 años inició la decadencia del Imperio Acadio. El nuevo rey hubo de ver la independencia del Elam así como de hacer frente a un nuevo peligro, los Amorreos, o Martu, pueblo semita y semi-nómada que a la caida definitiva de Sumer, llegaría a tomar un importantísimo papel, éstos se adueñaron de toda la zona Noroeste del Imperio Acadio; este rey también hubo de hacer frente a los qutu, acabándose por retirar al interior de las murallas de Akkad al no poder hacerles frente, dejando el resto del territorio abandonado a merced de los qutu. Como colofón a todo este proceso insubornidador, Uruk también se sublevó, con lo cual Sumer se sumaba al estado general de insurrección. Con todo ello este rey perdió varios de sus títulos y pasó de nombrarse, Rey de las Cuatro Zonas a nombrarse solamente Rey de Akkad, pudo mantenerse en el poder hasta el 2139 a.c. y como el resto de sus familiares a excepción de Sargón, acabó siendo asesinado tras una sublevación palaciega.


La caida de Akkad

La caída del Imperio akkadio fue motivada sobretodo por cuestiones religiosas (ataque por parte del clero de Nippur contra Akkad) y otras coyunturales (incursiones de diferentes pueblos, reclamaciones de independencia por parte de ciudades, etc) siendo los qutu una causa no tan aparente como se podría llegar a pensar, ya que a éstos, para completar sus conquista, se les debieron de unir otros pueblos como los elamitas, los lullubi, los hurritas o los amorreos.

Los movimientos de estos pueblos, debidos al malestar general de las ciudades sumerias, causados por las reformas akkadias y por problemas religiosos, motivaron la definitiva caída del Imperio akkadio.


La IV Dinastía de Uruk

La caída de Agadé posibilitó la vuelta de los reyes sumerios a sus propias ciudades-Estado. Las consecuencias políticas, sociales y económicas que originaba la vuelta al sistema de organización cantonal hubieron de ser compatibilizadas con la presencia de gentes qutu, establecidas prácticamente en todo el país.

La realeza recayó entonces en Uruk, donde gobernaron cinco reyes, por un periodo de 30 años; poco se conoce de estos reyes y poco es el legado que nos han dejado.


La Dinastía Qutu

Tras la IV Dinastía de Uruk, la Lista Real sitúa al frente de Sumer, a la horda de los qutu, a la cual adjudica 21 reyes por un gobierno de 91 años y 40 días, aunque se supone que debieron estar un máximo de 145 años y un mínimo de 99; entre los años 2220 y 2120 a.c.

De este pueblo han llegado muy pocos datos y resulta ser una de las etapas mas oscuras de toda la Historia sumeria.

Los qutu o guti fueron los habitantes de una zona montañosa cuya exacta ubicación geográfica no está claramente definida, actualmente se supone que esta, estará situada en la actual Kurdistán.

Una vez derrotado el Imperio akkadio, su establecimiento en Mesopotamia y su control, aunque general, fue muy débil en el Sur, habiendo ciudades-Estado totalmente independientes al gobierno qutu.

Poca información hay de sus reyes, siendo Erridupizir, 2220-2211 a.c. el primero.

El concepto general del pueblo sumerio hacia los qutu, fue bastante negativo, señalando los propios sumerios que además de devastar los campos, robar las estatuas de los dioses y los tesoros de los templos, éstos agobiaron al pueblo con impuestos excesivos y dejaron al abandono mas absoluto campos y canales, por todo ello, el pueblo sumerio celebró con tanto alborozo su expulsión.

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