martes, 29 de marzo de 2016

La Diversidad de los seres vivos

Anfibios
Los anfibios son los sapos, ranas y salamandras. Vertebrados que poseen en lugar de aletas patas. Son animales que se reproducen sexualmente, siendo la fecundación externa, ya que se produce en el agua. La circulación es doble e incompleta, debido a que la sangre se mezcla en el corazón. El corazón de los anfibios tiene tres cavidades, un ventrículo y dos aurículas. El tegumento posee como anexos muchas glándulas, de tipo mucosas (que mantienen húmeda la piel para permitir la respiración cutánea) y venenosas (para defenderse). Los anfibios son predadores, se alimentan de insectos, crustáceos y pequeños peces. Tienen la particularidad de sufrir un cambio muy marcado en su morfología corporal, la metamorfosis.




Los Anfibios son animales vertebrados que se caracterizan porque tienen su piel desnuda, sin escamas  y tienen metamorfosis (cuando nacen viven en el agua, respiran por branquias y no tienen patas, sólo una larga cola que les sirve para nadar; cuando son adultos respiran por pulmones y cuatro patas con membrana interdigital  y algunos tienen colas). Los anfibios adultos viven en el agua y en la tierra. También respiran por la piel (respiración cutánea), para lo cual es necesario que la piel esté húmeda, lo que conducen con una glándulas que segregan mucus. Se reproducen por huevos (oviparos). Su reproducción es sexual. Se alimentan de otros animales, por lo que son carnivoros. Son la salamandra, las ranas, los sapos y el tritón.

Los Anfibios fueron los primeros vertebrados que intentaron sobrevivir en tierra firme. Lo consiguieron sólo en parte: en ella pueden moverse y respirar, pero no se pueden reproducir. Durante un periodo de tiempo, los anfibios alcanzaron un gran desarrollo, tanto en número de especies como en tamaño corporal, pero cuando surgieron los Réptiles quedaron reducidos al humilde grupo que conocemos en la actualidad. La conquista de la tierra no fué fácil. Había que solucionar varios problemas: evitar la desecación de la piel, sostenerse en un medio que no atenua la gravedad y conseguir el oxigeno que está mezclado con otros gases en el aire y no en el agua.




Características principales de los anfibios. Descripción

Los anfibios son animales vertebrados anamniotas poiquilotermos, caracterizados en la mayoría de los casos por sufrir metamorfosis, es decir, importantes cambios en su organismo; principalmente desarrollan dos tipos de fases, una larvaria en la que su respiración es branquial y otra pulmonar al llegar a la edad adulta. En su primer ciclo vital permanecen en el agua y al llegar a la edad adulta suelen llevar una vida semiterrestre. Si bien son los primeros animales que conquistaron la tierra, nunca se han independizado por completo del medio acuático.
Entre sus características principales destacan su piel fina y húmeda, lisa o rugosa en función de la especie, carece de pelos o escamas y está provista de glándulas con una multitud de funciones esenciales para proteger al animal, por ejemplo, controla su temperatura corporal, colabora en su respiración, pueden desprenden sustancias tóxicas para persuadir a su enemigo e incluso les ayuda a permanecer desapercibidos en su hábitat natural. Normalmente su color se adapta al medio, aunque existen especies de anfibios con pigmentación en la piel muy pronunciada (aposematismo) con la finalidad de mantener alejados a sus depredadores, pues como mantuvimos con anterioridad les advierte de sustancias nocivas.
Los ojos son grandes y saltones, permitiendo al anfibio cazar con facilidad sus presas, algunos ejemplares poseen una pupila vertical, que posibilita la visión nocturna, aunque existen también ejemplares con pupila horizontal e incluso redonda, en aquellos anfibios con costumbres diurnas. Los dedos de sus pies se adaptan a los hábitos del anfibio, pueden ser palmeados, para capacitar un mejor movimiento en el medio acuático, o con almohadillas, las cuales facilitan al anfibio adherirse y trepar entre la vegetación, tanto las manos como los pies son generalmente pentadáctilos, a excepción de las cecilias o ápodos que carecen de extremides.
Otra característica de los anfibios es lo concerniente al aparato circulatorio, poseen un corazón tricameral; dos aurículas y un ventrículo. La circulación es cerrada, doble e incompleta.
Al tratarse de animales vertebrados presentan columna vertebral, la cual se ajusta con el cráneo gracias a la presencia de los cóndilos. Son animales tetrápodos, es decir, poseen extremidades y sus correspondientes articulaciones, aunque ausente en las cecilias.
En lo referido al sistema digestivo es otra característica de los anfibios que no debe pasar desapercibida, los dientes son escasos y son de gran ayuda para sujetar a las presas, la lengua está especializada para la captura de alimentos; el estómago tiene forma tubular, presentan intestino grueso corto, dos riñones y vejiga urinaria.

Respiración de los anfibios

Como manifestamos con anterioridad los anfibios presentan diferentes tipos de respiración, así tenemos que en edad larvaria, al llevar vida acuática, respiran por branquias, en edad adulta pierden las branquias y mediante el desarrollo de sus pulmones se produce la respiración pulmonar; entre las características de los anfibios es de destacar que también disponen de respiración cutánea, gracias a su piel fina y húmeda se produce el intercambio gaseoseo, de esa manera pueden completar sus necesidades respiratorias.

Alimentación

Su fuente principal de alimentación es una dieta rica en insectos, babosas, gusanos y arañas, no obstante, en estado larvario se alimentan de vegetales. Los de mayor envergadura también pueden consumir pequeños mamíferos e incluso existen especies con dietas especializadas, por ejemplo, los acuáticos se alimentan de peces y larvas. En épocas cálidas y calurosas generalmente registran mayor actividad en cuanto la ingesta de alimentos, cuando la temperatura es muy baja suelen permanecer inactivos y sobreviven gracias a la reserva de grasas acumuladas en su cuerpo: brumación.

Reproducción

La reproducción es mayoritariamente ovípara y de fecundación externa o interna; las hembras poseen dos ovarios y los machos dos testículos. Una características importante en la fecundación interna es el hecho de no presentar órganos copuladores, los machos expulsan al exterior los espermatozoides ya encapsulados (espermatóforo), de esa manera  las hembras pueden introducirlos en su cloaca.
En la etapa reproductiva normalmente se agrupan en comunidad y habitualmente coincide con la llegada de las estaciones lluviosas. Los machos suelen emitir vocalizaciones para atraer a las hembras. El ciclo reproductivo, salvo determinadas excepciones, atraviesa por tres fases: el huevo, la fase larvaria, que se produce tras la eclosión de los huevos, y la metamorfosis, en este último caso los renacuajos empiezan a experimentar importantes cambios fisiológicos, permanecen primeramente en el agua y a medida que crecen desarrollan sus miembros para posibilitar la integración en el medio terrestre.

Clases o tipos de anfibios

Existen multitud de especies, actualmente el número supera con creces los 6.500 ejemplares, aunque la población de estos animales ha disminuido dramáticamente en los últimos años, principalmente por la destrucción de su hábitat, contaminación, el cambio climático y la escasa protección, desde el punto de vista jurídico, que actualmente se ofrece a muchas de las especies amenazadas.
Las especies de agrupan en tres clados, anuros (ranas y sapos), caudados (salamandras) y ápodos (sin extremidades)

Clasificación de los anfibios

Clase: Amphibia. Anfibios.
– Orden:  Anura, anuros, ranas y sapos.
– Orden: Caudata, caudados o urodelos, salamandras y tritones.
– Orden: Gymnophiona, ápodos, célidos o cecilias.



Los anfibios y los reptiles aparecieron en la Tierra hace muchos, muchos millones de años, y sus parientes más cercanos son los peces, las aves y los mamíferos. A estos cinco grupos se les ha denominado vertebrados, porque en su interior tienen esqueleto y, sobre todo, porque poseen una parte muy importante: el cráneo.
Todos estos animales forman una especie de "cadena", pues los anfibios son peces evolucionados. A su vez, de ciertos anfibios se derivaron los reptiles. Y de éstos últimos, las aves y los mamíferos. Y como nosotros, los seres humanos, somos el último eslabón de esta "cadena", o sea, somos mamíferos, mira nada más toda la historia que venimos arrastrando.
Pero, como lo primero es lo primero, en este libro vamos a hablar de los anfibios, llamados así porque pueden vivir de dos maneras: dentro del agua, como peces, o sobre la tierra, como cualquiera de nosotros.
Imagen de una rana
Cuando están dentro del agua, los anfibios adultos respiran a través de la piel, pero hay algunos, como los ajolotes, que además respiran por las branquias.
En cambio, cuando salen a tierra, los anfibios toman aire por medio de sus pulmones y también por la piel.
Aunque les gusta vivir tanto dentro del agua como fuera de ella, su existencia depende más del medio acuático que del terrestre.

Imagen de la respiración de los anfibios

Por lo general, las hembras ponen sus huevecillos en los charcos, los pantanos, los ríos o las lagunas. Pero espérate tantito. En realidad, lo que la hembra pone no son huevos precisamente, sino que se trata de óvulos que ella deposita en el agua, después de que el macho la ha estimulado.
Luego, el macho deposita sus espermatozoides, también en el agua, y éstos nadan y se introducen en los óvulos. Es en este momento cuando la fecundación se produce. Y al cabo de un tiempo, nacen las crías.
Imagen de la reproducción de los anfibios
Otra característica curiosa de los anfibios es que son los únicos vertebrados capaces de vivir en la tierra y en el agua que nacen en estado larvario. Es decir, cuando los pequeños salen del huevecillo, la forma de su cuerpo es diferente de la que tendrán al hacerse adultos. Tienen una cola similar a la de los peces, respiran solamente a través de branquias, pues todavía no poseen pulmones, y además, carecen de extremidades. Después, cuando pasa el tiempo y van creciendo, adquieren su forma definitiva.
Imagen de los anfibios al salir de los huevecillos
¿Has oído hablar alguna vez de "animales de sangre fría"?
Pues a los anfibios, y a los peces y los reptiles, se les llama así porque ellos no pueden calentarse por sí mismos como lo hacen los mamíferos y las aves, los cuales producen calor dentro de su cuerpo al quemar parte del alimento que consumen diariamente.
El hombre, como buen mamífero que es, genera calor dentro de su cuerpo y además usa ropa, evitando que el calorcito se le escape.
Imagen de una tortuga, una rana y un pez

Imagen de un niño con un perro y una gallina
En cambio, los anfibios siempre tienen el cuerpo a la misma temperatura del lugar donde habitan.
Si los llevas a un clima muy frío, ¡pobres! Y si los cambias a una zona muy cálida también sufren.

Como sucede con todos los animales, entre los anfibios existen diferencias. Sin embargo, hay algunos que se parecen entre sí.
Tomando en cuenta estas semejanzas y diferencias, y para evitar que nos hagamos un lío fenomenal, los especialistas hicieron la siguiente clasificación en subconjuntos:
Imagen de sapos, ranas, salamandras, ajolotes y cecílidos

a) Sapos y ranas
b) Salamandras y ajolotes
c) Cecílidos
En el lenguaje científico, el primer subconjunto se conoce con el nombre de anuros, lo que significa "anfibios sin cola". El segundo se denomia urodelos, que quiere decir "anfibios con cola". Y el tercero se llama ápodos, cuyo significado es "anfibio sin extremidades".
Imagen de ranas y sapos
Bueno, de todos ellos, nos resultan más familiares las ranas y los sapos. Tú ya los conoces. Los podemos encontrar, sobre todo, en las épocas de lluvia. Y aunque a veces no los vemos, sí podemos escucharlos, porque los sapos y las ranas tienen voz... ¡Y además, cantan! Su canto es utilizado por el macho para llamar a la hembra y aparearse cuando llega el tiempo de la reproducción. Cada especie canta de manera diferente, ya que si cantasen igual se harían bolas y podría suceder que una hembra acudiera al llamado de un macho que no fuera de su especie, y éste habría gastado en vano su voz de inspirado cantor.

Imagen de un apareamiento de anfibios


El apareamiento de los anfibios parece ser más espectacular de lo que se pudiera pensar. Los científicos han sorprendido a ciertas salamandras realizando danzas muy complicadas antes de la fecundación.
También se ha visto, dentro del grupo de las ranas, que los machos pertenecientes a ciertas especies son unos peleoneros. Cuando ven una hembra, todos se la disputan. ¡Y se arman grandes pleitos!
En cuanto al cuidado maternal, existen unas ranas que, en vez de dejar sus huevos fecundados en el agua, los cargan en el lomo, cubriéndolos con una capa gelatinosa. O los esconden en una cavidad que tienen en la boca. De esa manera, impiden que sus huevecillos sean devorados por otros animales, y así sus ranitas nacen a salvo.
Siguiendo con este asunto de las ranas y los sapos, sabrás también que son muy buenos nadadores. Para impulsarse dentro del agua, utilizan sus patas traseras, cuyos dedos están unidos entre sí por membranas. Posiblemente este sistema fue copiado por el hombre cuando inventó las aletas para bucear.
Imagen de una rana cargando sus huevos en el lomo
Hay también ranas y sapos que habitan la mayor parte de su tiempo sobre tierra. Éstos tienen dedos fuertes, terminados en punta, con los que cavan hoyos que les sirven de guarida. Y además, hay otras ranas que no viven ni en el agua ni en la tierra. Sucede que decidieron pasarse la vida en los árboles, como los changos o los papagayos. La forma de sus patas es diferente de la de las demás, pues las puntas de sus dedos son anchas y en forma de ventosa; gracias a ellas pueden subir a los árboles sin el menor riesgo de resbalarse.
Imagen que muestra la diferencias entre las ranas y los sapos
En México también hay salamandras y ajolotes, o sea, esos anfibios que los científicos denominan urodelos porque tienen cola. En realidad no son muy abundantes y se les ve poco, porque parece que son muy huidizos.
La gran mayoría de las salamandras son de tamaño pequeño. Su cuerpo, que es alargado y semicilíndrico, mide unos veinte centímetros con todo y cola. Sólo hay dos especies que alcanzan los dos metros y medio: una en China y otra en Estados Unidos.
Imagen de una salamandra y un ajolote
En cuanto a los ajolotes, son animales típicamente mexicanos, conocidos ya por nuestros antepasados prehispánicos. Y la verdad, la verdad, el ajolote es uno de los anfibios más extraños. Parece pez y hasta tiene branquias en forma de penacho, a cada lado de la cabeza. Posee cola, con la que se impulsa al nadar. Tiene patitas como los lagartos y pulmones como los mamíferos, las aves y los reptiles.
Imagen de un hombre prehispánico con una red para pesca
Imagen de dos ajolotes
Casi siempre está en el fondo del agua. Pero a veces, cuando se le ocurre ver cómo están las cosas en la superficie, asciende desde abajo como un submarino e infla sus pulmones para poder permanecer flotando.
Y por fin llegamos a los cecílidos, que son unos anfibios cilíndricos, alargados y sin extremidades, parecidos a las lombrices. Su cuerpo vertebrado apenas llega a los ocho centímetros de largo y su cola es muy corta.
Los cecílidos no habitan en el agua, pero tampoco sobre la tierra.

¿Y entonces, dónde?
Imagen de un cecílido
Siempre enterrados en los pantanos. Para desplazarse, se encogen y se estiran como acordeón, haciendo uso de la cabeza para abrirse camino. Y como son muy pocos los cecílidos existentes en la actualidad y siempre están ocultos, sus costumbres son poco conocidas. ¡Vete a saber qué harán ahí, debajo de tanto fango!
¿De qué se alimentan los anfibios?
Imagen de sapos comiendo insectos
Pues de insectos, principalmente. Sólo que cada quien tiene su propia estrategia. Aquellos que cazan en la tierra, se aproximan con sigilo a su presa,
luego extienden su lengua tentando al insecto.

Y ahí se acabó la historia, pues como la lengua de los anfibios secreta una sustancia pegajosa, los insectos quedan adheridos a ella y de inmediato pasan al estómago del cazador.
Imagen de diversos anfibios comiendo insectos

¿Astutos, no?
Como ves, los anfibios no causan daño a los intereses del hombre. No molestan a nadie, y hasta son beneficiosos, pues muchos de ellos se usan para controlar plagas de insectos.
Imagen de sapos

 Y en el caso de ciertas ranas y salamandras, mucha gente guisa con ellas platillos deliciosos.
Imagen de una ranaImagen de un platillo hecho a base de rana
Por otro lado, los anfibios no tienen manera de defenderse frente a los seres humanos. Prueba de ello es que, cuando el hombre fue estabeciéndose en lugares habitados por anfibios, muchos de éstos fueron desapareciendo.

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