La era o El verano es el más grande de los cartones para tapices pintados porFrancisco de Goya para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Formaba parte de su quinta serie, dedicada a temas costumbristas y con destino a la Pieza de Comer de los Príncipes de Asturias en el Palacio del Pardo.
Mide 276 por 641 centímetros. Francisco de Goya utiliza colores cálidos como marrón, amarillo o naranja. Un grupo de segadores descansa del calor sentados sobre trigo recién cosechado. A pesar de que algunas personas en la derecha prosiguen el trabajo, en la izquierda unos hombres intentan embriagar a un campesino, conocido como el bobo del pueblo, a tenor de sus ropas y actitudes.
Como parte de su programa decorativo de las cuatro estaciones, Goya no recurre aquí a la tradicional representación del verano —Ceres coronada de espigas— sino que muestra una escena popular y campechana. La esencia del artista se plasma de una manera magistral en la siesta de los trabajadores.
Goya recurre aquí a la composición en pirámide heredada de Mengs, alcanzando así un gran éxito. El atardecer estival ha sido logrado con maestría, recayendo la luz sobre las tonalidades amarillentas del trigo. Pero son los gestos de las figuras lo que convierten a esta obra en una fiel preconización del posterior talento del aragonés como retratista, al captar magníficamente los gestos de las figuras. El mínimo tamaño de los equinos, sin embargo, resta mérito a la representación goyesca del ambiente.
El cuadro, perteneciente al Museo del Prado, fue sometido a una restauración en 2014-15, centrada en la eliminación de capas de barnices oxidados. Se presentó al público ya limpio en julio de 2015, al hilo de la reapertura de varias salas del museo dedicadas a los cartones de Goya y a otros autores de su época.
Existe un boceto para este cuadro, titulado La trilla y que se custodia en el Museo Lázaro Galdiano.
La ermita de San Isidro es un óleo de Francisco de Goya, pintado para la serie Cartones para tapices. Actualmente se conserva en el Museo del Prado, Madrid en la segunda planta, en la sala 93. Representa la Ermita de San Isidro y la celebración de las fiestas de San Isidro Labrador.
Procedencia
Obra realizada en la primavera de 1788. Fue vendido a los duques de Osuna en 1799, y estuvo en el palacete de La Alameda, Madrid. El duque de Osuna lo vendió en 1896 y lo adquirió Pedro Fernández Durán, quien lo legó al Museo del Prado, donde ingresó a su muerte, en 1931.
Comentario
La escena transcurre ante la ermita de San Isidro de Madrid el día 15 de mayo. En primer término, un grupo de majas sentadas en el suelo espera a sus compañeros, que llegan con los vasos del agua bendita. Al fondo, la muchedumbre hace cola para acceder a la fuente, distinguiéndose las figuras de dos guardias de corps, reconocibles por sus uniformes, lo que podría significar la presencia del rey o de los príncipes de Asturias entre los asistentes.
El cuadro es un boceto preparatorio para uno de los cartones del conjunto que Goya tenía que pintar para la manufactura de los tapices del dormitorio de las Infantas, las hijas del futuro Carlos IV (1748-1819) y de su esposa, María Luisa de Parma (1751-1818), en el Palacio de El Pardo. Por su formato, la escena resultante habría ocupado el paño central de uno de los muros laterales, enfrentado a La gallina ciega. Goya recibió el encargo en 1787, pero la muerte de Carlos III, interrumpió este proyecto, ya que su sucesor, Carlos IV, prefirió acudir a otros Sitios Reales, como el Palacio de La Granja, el Palacio de Aranjuez y El Escorial. Se conocen cinco bocetos, tres en el Museo del Prado y un cartón, asimismo en el Prado, para este conjunto.
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