La anfisbena1 (del latín:amphisbaena y éste del griego:ἀμφίσβαινα ‘que va en dos direcciones’, de amfis, ‘ambos lados’ y bainein, ‘ir’), también llamada Madre de las Hormigas, es una criatura mitológica representada como una serpiente comedora de hormigas, con una cabeza en cada extremo de su cuerpo. En la mitología griega anfisbena había nacido de la sangre que goteó de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseovoló sobre el desierto libio con ella en su mano. El ejército de Catón la halló entonces en su marcha junto con otras serpientes. La anfisbena se alimentaba de los cadáveres que quedaban atrás. Poetas como Nicandro, John Milton, Alexander Pope, Jorge Luis Borges y Lord Alfred Tennyson han mencionado a la anfisbena, y como criatura mitológica y legendaria lo han hecho Lucano, Plinio el Viejo, Isidoro de Sevilla y Thomas Browne, desacreditando este último su existencia.
Existen figuras similares en otras mitologías, como las centroamericanas precolombinas y las africanas, con significados diferentes. Este animal aparece en numerosos bestiarioseuropeos medievales, situándosele casi siempre en África.
Una novela de Henri de Régnier de 1912 lleva por título Amphisbène. Es citada igualmente por Jorge Luis Borgesen su Manual de zoología fantástica2 (1957) y en El libro de los seres imaginarios (1967).
Apariencia[editar]
Las descripciones más antiguas de la anfisbena la describen básicamente como una serpiente (quizá una boa de arena india) pero con una cabeza en cada extremo. Así, Plinio el Viejo afirmaba en su Naturalis Historia (siglo I):
La anfisbena tiene cabezas gemelas, es decir una también al final de la cola, como si no le bastase con verter veneno por una boca.
Sin embargo, representaciones medievales y posteriores la muestran a menudo con dos o más patas escamadas, en concreto patas de pollo, y alas con plumas. Algunos incluso la representaban con cuernos en la cabeza delantera y pequeñas orejas redondas en la trasera, o con cuernos en ambas. Estos cuernos eran largos y curvados hacia arribas o ligeramente en espiral. Mientras algunos bestiarios medievales la mostraban con la segunda cabeza al final de su cola, otros lo hacían con dos «cuellos» de igual tamaño, por lo que no podía determinarse cuál era la trasera. Muchas descripciones de la anfisbena decían que sus ojos brillaban como velas o relámpagos, pero el poeta Nicandro parece contradecir esto describiéndola como «siempre con ojos nublados». También decía que «en cada extremo sobresale una barbilla roma, cada una lejos de la otra».
Thomas Browne, refiriéndose a las descripciones clásicas, detallaba:
Mientras una lloraba la otra reía, mientras una callaba la otra hablaba, mientras una estaba despierta la otra dormía; así se afirma en tres ejemplos notables de Petrarca, Vicencio y la Historia de Escocia de Buchanan.
Habilidades[editar]
- Regenerativas — si la anfisbena era cortada en dos pedazos, ambas partes podían volver a juntarse.
- Colmillos venenosos — la anfisbena es venenosa, como indica Plinio el Viejo: «La anfisbena tiene cabezas gemelas, es decir una también al final de la cola, como si no le bastanse con verter veneno por una boca.»
- Duplicidad eficaz — sus cabezas pueden realizar más de una tarea a la vez, como explica Sir Thomas Browne: «... mientras una lloraba la otra reía, mientras una callaba la otra hablaba, mientras una estaba despierta la otra dormía; así se afirma en tres ejemplos notables de Petrarca, Vicencio y la Historia de Escocia de Buchanan.»
- Velocidad — según algunas fuentes, la anfisbena puede moverse muy rápidamente y, en el caso de las que no tenían patas, podía deslizarse en ambas direcciones, como indica Isidoro de Sevilla: «Puede moverse en la dirección de cada cabeza con un movimiento circula.» El poeta Nicandro, sin embargo, la describe como «lenta de movimiento».
- Rodar — sujetando las mandíbulas de sus dos cabezas o agarrando el cuello de una en la boca de la otra, la anfisbena podía rodar como un aro de manera semejante al Uróboros, y así era representada por artistas medievales.
- Sangre caliente — a diferencia de la mayoría de las serpientes, la anfisbena aparentemente no se veía afectada por el frío, como indica Isidoro de Sevilla: «Única entre las serpientes, la anfisbena aparece en el frío.»
Usos[editar]
- Embarazo — las mujeres embarazadas que lleven una anfisbena en torno a sus cuellos tendrían supuestamente embarazos seguros; de acuerdo con esto, las mujeres poderosas llevarían brazaletes con la forma de una anfisbena.
- Artritis — llevar una anfisbena muerta o su piel curaría la artritis.
- Sabañones — llevar la piel de una anfisbena reduciría estas tumefacciones de las manos provocadas por el frío.
- Resfriados — llevar una anfisbena muerta o su piel sería una cura para el resfriado.
- Tala — clavar la piel de una anfisbena a un árbol antes de talarlo haría que éste cayera más fácilmente y mantendría caliente al leñador.
Referencias en heráldica[editar]
Además de una criatura legendaria referida por los historiadores antiguos y un monstruo de la mitología griega, la anfisbena es un término heráldico indicando, por ejemplo, en el blasón de Gwilt: «sobre un sotuer oro, entrelazada con dos anfisbenas azures con lenguas gules una rosa con puntas y semillas púrpuras». Es decir, una rosa con espinas y pétalos púrpilas entrelazados por anfisbenas azules de lenguas rojas, con una X amarilla en el fondo.
LEYENDAS GRIEGAS: ANFISBENA…
Dentro de los bestiarios mitológicos hay criaturas de las más diversas formas y nombres una de ellas y que probablemente no sea tan popular como el resto es la Anfisbena, esta bestia mítica es una especie de reptil gigante poseedor de dos cabezas de serpiente, una a cada lado y no solo eso sino que su cuerpo posee alas emplumadas más bien vestigiales así como patas dos de ave.
Los antiguos griegos ubicaban a este monstruo en África, específicamente en el desierto de Libia, decían que la bestia había nacido de la sangre aún caliente de Medusa cuando el héroe Perseo había decapitado a la infame Gorgona, es así que este ser era el vástago de uno de los seres más famosos y terribles de la mitología helénica.
Además de su ferocidad la Anfisbena era famosa por su capacidad de producir grandes cantidades de veneno, tanta era la efectividad de este y su capacidad para crearlo que por ello necesitaba de las dos cabezas para inyectarla a sus enemigos por medio de sus terribles colmillos que con facilidad podían destrozar a un león de buen tamaño.
Como si su veneno y tamaño no fueran suficientes la Anfisbena era conocida por su extrema velocidad, para ello la cabeza superior agarraba el cuello de la inferior que hacia lo mismo con su hermana, echo esto la bestia podía rodar de forma vertiginosa, curiosamente cuando la Anfisbena no adoptaba esta forma era más bien lenta debido a que cada cabeza quería ir hacia su propia dirección ocasionando grandes pleitos entre ellas.
Otra característica de la dualidad de este ser es que sus dos cabezas nunca hacían lo mismo, es decir si una estaba gustosa la otra estaba enojada, así pues la anfisbena nunca dormía completamente pues mientras una de las cabezas se entregaba al descanso la otra se encontraba siempre alerta a cualquier enemigo que se encontrase.
Entre las propiedades de este monstruo se decía que era muy difícil matarla puesto que si una de las cabezas era cortada la hermana le buscaba para volver a fusionarse inmediatamente, sus ojos eran otro asunto pues mientras unos la describían como brillantes otros decían que estaban nublados, algo que probablemente variaba según el estado de humor de la bestia.
Estas propiedades regenerativas daban a la anfisbena la fama de ser curativa, principalmente su piel pues se decía que estaba curaba males como el sabañón (inflamación bajo la piel), artritis o resfriados.
https://eter22.wordpress.com/2010/03/30/leyendas-griegas-anfisbena/
LA ANFISBENA
La Farsalia enumera las verdaderas e imaginarias serpientes que los soldados de Catón afrontaron en los desiertos de África; ahí están la parca «que enhiesta como báculo camina» y el yáculo, que viene por el aire como una flecha, y la pesada anfisbena, que lleva dos cabezas. Casi con iguales palabras la describe Plinio, que agrega: «como si una no le bastara para descargar su veneno». El Tesoro de Brunetto Latini —la enciclopedia que éste recomendó a su antiguo discípulo en el séptimo círculo del Infierno— es menos sentencioso y más claro: «La anfisbena es serpiente con dos cabezas, la una en su lugar y la otra en la cola; y con las dos puede morder, y corre con ligereza, y sus ojos brillan como candelas». En el siglo XVII, Sir Thomas Browne observó que no hay animal sin abajo, arriba, adelante, atrás, izquierda y derecha, y negó que pudiera existir la anfisbena, en la que ambas extremidades son anteriores. Anfisbena, en griego, quiere decir que va en dos direcciones. En las Antillas y en ciertas regiones de América, el nombre se aplica a un reptil que comúnmente se conoce por doble andadora, por serpiente de dos cabezas y por madre de las hormigas. Se dice que las hormigas la mantienen. También que, si la cortan en dos pedazos, éstos se juntan.
Las virtudes medicinales de la anfisbena ya fueron celebradas por Plinio.
https://anfisbenablog3.wordpress.com/que-es-anfisbena/
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