lunes, 28 de marzo de 2016

Apuntes de Cardiología


Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
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Alrededor de 12 millones de personas en los Estados Unidos sufren de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la cifra sigue en aumento. Es más, la EPOC es la tercera causa de muerte en los Estados Unidos.
¿Qué es la EPOC?
La EPOC es en realidad un grupo de enfermedades pulmonares, siendo las más comunes el enfisema y la bronquitis crónica.
  • El enfisema es una enfermedad en la que los sacos de aire dentro de los pulmones (denominados «alvéolos») se dilatan de manera excesiva (como un globo que se ha inflado casi hasta explotar). Esta dilatación excesiva se debe a que las paredes de los alvéolos están dañadas, lo cual provoca el colapso de las vías respiratorias.
  • La bronquitis es una inflamación de los bronquios. Los bronquios comunican la tráquea a los pulmones. Cuando los bronquios se inflaman, se reduce el flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Además se produce un exceso de mucosidad que estrecha y obstruye las vías respiratorias. Se considera que la bronquitis es crónica cuando ha durado tres meses o más, dos años seguidos.
La EPOC dificulta la respiración porque el flujo de aire que entra y sale de los pulmones está parcialmente obstruido. La EPOC también puede producir alta presión arterial en los pulmones (hipertensión pulmonar), la cual puede dar lugar a un tipo de enfermedad del corazón denominada «cardiopatía pulmonar».
¿Cuál es la causa de la EPOC?
El consumo prolongado de cigarrillos es la causa de casi todos los casos de enfisema y bronquitis crónica. Es más, hasta un 20 por ciento de los fumadores padecen EPOC.
La enfermedad es más común en:
  • Gente de raza blanca.
  • Personas mayores de 60 años de edad.
  • Personas que trabajan en ambientes contaminados por vapores químicos y polvos nocivos que pueden dañar los pulmones.
  • Personas que sufren de asma crónica.
  • Personas con antecedentes familiares de enfisema.
Otros factores, tales como la exposición pasiva al humo del tabaco, la contaminación del aire, el bajo peso al nacer y otras infecciones pulmonares, también pueden hacer que la persona sea más susceptible de padecer EPOC.
¿Cuáles son los síntomas?
Muchas personas creen que los síntomas de la EPOC son simplemente algo que sobreviene con la edad y no una señal de algo más grave. Por ese motivo, es posible que alguien sufra de EPOC por mucho tiempo antes de que los síntomas se conviertan en un problema suficientemente grande como para consultar al médico.
Las personas que sufren de EPOC típicamente presentan los síntomas tanto de enfisema como de bronquitis crónica.
En las primeras etapas de la EPOC, los síntomas son:
  • Una tos que generalmente produce una gran cantidad de mucosidad (esputo) de los pulmones.
  • Dificultad para respirar, falta de aliento y respiración sibilante.
  • Una sensación de cansancio, incluso después de realizar actividades diarias sencillas.
  • Dificultad para dormir porque uno se despierta sin aliento o tosiendo.
En etapas más avanzadas de la EPOC, los síntomas son:
  • Una coloración azulada de la piel de los labios y los dedos de las manos y de los pies (lo que se denomina «cianosis»).
  • Una acumulación de líquido en las piernas y los pies (lo que se denomina «edema»).
  • Una extrema falta de aliento que hace muy difícil realizar todo tipo de actividades.
  • Adelgazamiento.
  • Dolor de cabeza al despertarse por la mañana.
¿Cómo se diagnostica la EPOC?
Es importante diagnosticar la EPOC en sus primeras etapas. Cuanto antes se deje de fumar y se eviten otros factores de riesgo que pueden agravar la EPOC, mejores serán las probabilidades de retardar el daño pulmonar.
La mayoría de los médicos pueden hacer un diagnóstico provisional de EPOC a partir de los síntomas comunicados por el paciente y la realización de una exploración física. Otros estudios útiles son:
  • Las radiografías de tórax, que se emplean para descartar otras enfermedades que tienen los mismos síntomas que la EPOC.
  • La espirometría, que es un estudio de función pulmonar que mide lo bien que el aire entra y sale de los pulmones.
  • Los análisis de sangre (gasometría arterial y oximetría), que permiten determinar la cantidad de oxígeno presente en la corriente sanguínea.
  • La electrocardiografía (ECG) y la ecocardiografía, que se emplean para descartar las alteraciones cardíacas que podrían causar los mismos síntomas.
Si se sospecha EPOC en pacientes que son jóvenes o que nunca han fumado, se realiza un análisis para detectar una proteína sanguínea denominada «alfa1-antitripsina». Las personas que no tienen una cantidad suficiente de esta proteína en la sangre a menudo padecen de EPOC.
¿Cómo se trata la EPOC?
Aunque pueden aliviarse los síntomas con tratamiento, la EPOC no tiene cura. Una vez que las vías respiratorias y los pulmones se han dañado, el daño es irreversible. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en casos excepcionales, cirugía.
Modificación del estilo de vida
  • Si fuma, abandone el hábito.
  • Siga una alimentación equilibrada y mantenga un peso normal.
  • Evite las zonas donde haya contaminación atmosférica o smog.
  • Evite los climas fríos y secos, o calurosos y húmedos.
  • Aprenda los métodos de respiración que le permitirán respirar con más facilidad (entrenamiento respiratorio).
  • Permanezca lo más activo posible, mediante la participación en un programa de ejercicio aprobado por el médico.
  • Vacúnese contra la gripe todos los años para evitar las infecciones respiratorias que puedan agravar la EPOC.
Medicamentos
Los medicamentos pueden aliviar los síntomas de la EPOC. Los siguientes medicamentos se recetan con frecuencia a los pacientes con EPOC:
  • Broncodilatadores, que abren las vías respiratorias. Los broncodilatadores se presentan en forma de comprimidos, líquidos o inhaladores. Posiblemente se necesite una combinación de estos medicamentos para que sean más eficaces.
  • Corticoesteroides, que reducen la hinchazón y la producción de mucosidad. Los corticoesteroides se presentan en forma de comprimidos o inhaladores.
  • Antibióticos, que protegen a los pulmones de las infecciones.
  • Tratamientos con oxígeno, que elevan el nivel de oxígeno de la sangre. El oxígeno se administra en forma de gas por medio de una mascarilla o una cánula nasal.
Cirugía
La EPOC casi nunca se trata con cirugía. En los casos en que es necesario realizar una intervención quirúrgica, los médicos podrían recomendar la extirpación de una parte del pulmón o un trasplante de pulmón. Estas intervenciones quirúrgicas nunca son la primera opción para tratar la EPOC. El médico recomendará una intervención quirúrgica sólo si el estado de salud del paciente no ha mejorado con la modificación del estilo de vida y los medicamentos.







Enfermedad valvular
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Cada vez que el corazón late, la sangre se introduce en el corazón, circula por su interior y luego sale. Es más, el corazón bombea alrededor de 100 galones (379 litros) de sangre al organismo cada hora.
El corazón bombea la sangre en una sola dirección. Las válvulas cardíacas desempeñan un papel esencial en este flujo unidireccional de sangre, al abrirse y cerrarse con cada latido. Los cambios de presión detrás y delante de las válvulas, les permite abrir sus «puertas» que son como hojuelas (denominadas «valvas») precisamente en el momento debido y luego cerrarlas firmemente para evitar el retroceso de la sangre.
El corazón tiene cuatro válvulas: tricúspid, pulmonar, mitral, aórtica
Diastole: la sangre es bombeada de las auriculas a los ventriculos. Diastole: la sangre es bombeada de las auriculas a los ventriculos.
Dos tipos de problemas pueden alterar el flujo de sangre por las válvulas: la regurgitación y la estenosis.
La regurgitacióntambién se denomina «insuficiencia» o «incompetencia». La regurgitación se produce cuando una válvula no cierra bien y permite que se produzca un reflujo de sangre, en lugar de que ésta fluya, en forma unidireccional, como corresponde. Si es grande el reflujo de sangre, sólo una pequeña cantidad de sangre puede fluir hacia los órganos del cuerpo. El corazón trata de compensar realizando un mayor esfuerzo, pero con el tiempo el corazón se agranda (dilata) y es menor su capacidad de bombear sangre al cuerpo.
La estenosis es cuando las valvas no se abren lo suficiente y sólo puede pasar una pequeña cantidad de sangre por la válvula. Se produce una estenosis cuando las valvas se vuelven más gruesas, se endurecen o se fusionan. Debido al estrechamiento de la válvula, el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al cuerpo.
¿Cuál es la causa de la enfermedad valvular?
Antes de que comenzaran a usarse los antibióticos, la fiebre reumática era la principal causa de enfermedad valvular. Hoy en día, es más probable que la enfermedad valvular esté vinculada a uno de los siguientes factores:
  • Un debilitamiento del tejido de la válvula ocasionado por cambios energéticos en el organismo. Esto se denomina «degeneración mixomatosa». Se produce con mayor frecuencia en las personas de edad avanzada y comúnmente afecta a la válvula mitral.
     
  • Una acumulación de calcio en las válvulas aórtica o mitral, que produce un engrosamiento de las válvulas. Esto se denomina «degeneración cálcica».
     
  • Una válvula aórtica de forma irregular o una válvula mitral estrechada. Éstos son típicamente defectos congénitos, es decir que la mayoría de las personas que tienen estos problemas nacieron con ellos.
     
  • El uso de los medicamentos fen-phen y Redux para el tratamiento de la obesidad que fueron retirados del mercado tras ser vinculados a enfermedades de las válvulas cardíacas.
     
  • Una infección de la túnica interna de las paredes y válvulas del corazón (el endocardio). Esto se denominaendocarditis infecciosa.
     
  • Una enfermedad arterial coronaria.
     
  • Un ataque cardíaco.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas dependen del paciente y del tipo de enfermedad valvular y su gravedad. Algunos pacientes no tienen síntoma alguno. En otros casos, la enfermedad valvular puede afectar a la persona después de muchos años. Con el tiempo, los pacientes pueden padecer una insuficiencia cardíaca congestiva. Además, la enfermedad valvular puede producir una enfermedad del músculo cardíaco (cardiomiopatía), latidos cardíacos irregulares (arritmia) y coágulos sanguíneos.
Más información en este sitio web:
¿Cómo se diagnostica la enfermedad valvular?
El médico puede determinar si uno tiene una enfermedad valvular auscultando el corazón con un estetoscopio a fin de detectar la presencia de los chasquidos y soplos característicos de la enfermedad valvular. Los siguientes son otros estudios que el médico puede solicitar:
  • Una radiografía de tórax, que puede mostrar si el corazón está agrandado. Esto puede suceder si una válvula no funciona bien.
     
  • La ecocardiografía, que puede producir una imagen del grosor de las paredes del corazón, la forma y el movimiento de las válvulas, y el tamaño de las aberturas de las válvulas. La ecocardiografía Doppler (ultrasonido) puede emplearse para determinar la gravedad del estrechamiento (estenosis) o del reflujo (regurgitación) de sangre.
     
  • La electrocardiografía (ECG), que puede emplearse para ver si los ventrículos o las aurículas están agrandadas. La ECG también permite determinar si hay una irregularidad de los latidos (arritmia).
     
  • La angiografía coronaria, que es parte de una cateterización cardíaca. Permite observar el corazón mientras bombea. La angiografía puede ayudar a identificar una válvula estrechada o un reflujo de sangre. Este estudio también ayuda a los médicos a decidir si el paciente necesita una intervención quirúrgica y, de ser así, de qué tipo. Además, el estudio puede indicar la presencia de una enfermedad arterial coronaria.
     
  • La resonancia magnética (RM) de tórax, que permite obtener una imagen tridimensional del corazón y las válvulas.
¿Cómo se trata la enfermedad valvular?
Las personas que no presentan síntomas o que sólo tienen síntomas mínimos, pueden no necesitar tratamiento. Otras personas se benefician del tratamiento con medicamentos que alivian el dolor de los síntomas, pero los medicamentos no pueden curar la enfermedad valvular. Si la enfermedad se agrava, se vuelve difícil de controlar o los medicamentos dejan de producir efecto, puede ser necesario realizar una intervención transcatéter o una intervención quirúrgica.
Modificación del estilo de vida
No hay mucho que pueda hacerse para prevenir la enfermedad valvular, pero aun así es importante llevar un estilo de vida sano para el corazón y controlar la mayor cantidad posible de factores de riesgo. Una medida que uno puede tomar es asegurarse de no contraer fiebre reumática, la cual es causada por una infección bacteriana como la amigdalitis estreptocócica. Las infecciones de la garganta deben diagnosticarse lo antes posible y es necesario tomar todo el medicamento que el médico recete para evitar una recurrencia de la infección.
Si tiene una enfermedad valvular, debe informar siempre al dentista, porque posiblemente deba tomar un antibiótico antes de someterse a un procedimiento dental. Siempre que dé a un médico sus antecedentes médicos, no olvide decirle que sufre de una enfermedad valvular. Al igual que con los procedimientos dentales, posiblemente deba tomar algún medicamento antes de someterse a una intervención quirúrgica u otros procedimientos. Si sufre de una enfermedad valvular y no toma antibióticos antes de un procedimiento dental o quirúrgico, podría aumentar su riesgo de sufrir una infección en la túnica interna del corazón. Esta infección se denomina «endocarditis infecciosa».
Medicamentos
Se administran medicamentos para aliviar el dolor de los síntomas, reducir el esfuerzo del corazón y normalizar el ritmo del corazón. Los siguientes medicamentos son los que más se recetan:
  • Digitálicos, que reducen el esfuerzo del corazón y alivian algunos de los síntomas de la enfermedad valvular.
     
  • Diuréticos, que pueden reducir los niveles de sal y líquido en el organismo. Los diuréticos también reducen la hinchazón y alivian el esfuerzo del corazón.
  •  Antiplaquetarios, que evitan la formación de coágulos. 
     
  • Anticoagulantes, que evitan la formación de coágulos sanguíneos, especialmente en los pacientes que se han sometido a una intervención quirúrgica valvular y tienen una prótesis valvular de material sintético.
     
  • Betabloqueantes, que controlan la frecuencia cardíaca y reducen la presión arterial.
     
  • Bloqueantes cálcicos, que afectan a las contracciones del tejido muscular del corazón. Como reducen la presión arterial y el esfuerzo del corazón, los bloqueantes cálcicos pueden postergar la necesidad de una intervención quirúrgica valvular.
Intervenciones percutáneas
La valvuloplastia con balón es un procedimiento que puede emplearse para dilatar las válvulas tricúspide, pulmonar o mitral y, en casos excepcionales, la válvula aórtica. El procedimiento tiene el mismo efecto en las válvulas que la angioplastia con balón tiene en las arterias. Al igual que la angioplastia, se realiza en el laboratorio de cateterización cardíaca. Un catéter con un globo en la punta se introduce en la válvula. Cuando se infla el globo, éste comprime las acumulaciones que haya en el borde de la válvula, agrandando la zona central de la válvula. A continuación se retiran de la válvula el catéter y el globo desinflado.
Cirugía
La cirugía es la opción más invasiva para el tratamiento de la enfermedad valvular. Durante una intervención quirúrgica, las válvulas pueden repararse o sustituirse.
La reparación puede consistir en dilatar una válvula estrechada eliminando las acumulaciones de calcio o en reforzar una válvula que no cierra bien. También puede realizarse una reparación para tratar los defectos congénitos y los defectos de la válvula mitral.
La sustitución puede realizarse para tratar una válvula enferma que no puede repararse. Consiste en extirpar la válvula defectuosa y suturar en su lugar una prótesis valvular. Las prótesis valvulares pueden ser mecánicas (hechas de materiales tales como el plástico, el carbono o el metal) o biológicas (hechas de tejido humano o animal). Las válvulas mecánicas aumentan el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en la válvula nueva. Los pacientes que tienen válvulas cardíacas mecánicas deben tomar diluyentes de la sangre el resto de su vida.
La cirugía valvular es típicamente una técnica de corazón abierto. Es decir que los cirujanos emplean una máquina de circulación extracorpórea, porque es preciso detener el corazón por corto tiempo durante la intervención. En algunos pacientes, los cirujanos pueden reparar o sustituir válvulas cardíacas empleando técnicas mínimamente invasivas, pero le corresponde al médico decidir si un paciente es candidato a una intervención de este tipo.







Enfermedad vascular periférica
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La enfermedad vascular periférica (EVP) consiste en un daño u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón: las arterias y venas periféricas. Las arterias y venas periféricas transportan sangre hacia y desde los músculos de los brazos y las piernas y los órganos del abdomen. La EVP puede también afectar a las arterias que llevan sangre a la cabeza (ver Enfermedad de las arterias carótidas). Cuando la EVP afecta sólo a las arterias y no a las venas, se denomina «enfermedad arterial periférica» (EAP). Los principales tipos de EVP son los coágulos sanguíneos, la hinchazón (inflamación) y el estrechamiento y la obstrucción de los vasos sanguíneos.
Las enfermedades de las arterias pueden ocasionar
Las enfermedades de las venas pueden ocasionar
Obstrucciones arteriales
Al igual que las arterias coronarias, las arterias periféricas pueden ser obstruidas por placa.
¿Cuál es la causa de las obstrucciones arteriales?
La EVP puede deberse a una enfermedad denominada «aterosclerosis», un proceso en el que se forma una sustancia cérea dentro de las arterias. Esta sustancia se denomina «placa».
Cuando se acumula demasiada placa dentro de una arteria, ésta se obstruye y el flujo de sangre disminuye o se detiene. La disminución del flujo sanguíneo puede ocasionar una «isquemia», es decir, un aporte insuficiente de oxígeno a las células del organismo. La obstrucción de las arterias periféricas de la región inferior del cuerpo ocasionan principalmente dolor y calambres en las piernas.
Los factores de riesgo de aterosclerosis en las arterias periféricas son iguales a los de la aterosclerosis en las arterias coronarias. Se cree que el consumo de cigarrillos (tabaquismo), la diabetes, la presión arterial alta y los niveles elevados de colesterol dan lugar a la formación de placa.
Los pacientes pueden sentir dolor en las pantorrillas, los muslos o las nalgas, según el lugar de la obstrucción. En general, la intensidad del dolor es un signo de la gravedad de la obstrucción. En casos graves, es posible que los dedos de los pies se vuelvan azulados, que los pies estén fríos y que el pulso en las piernas sea débil. En algunos casos podría producirse la muerte de tejido (lo que se denomina «gangrena») y ser necesaria una amputación.
A veces pueden sentirse calambres en las piernas al caminar, empeorando generalmente el dolor a medida que aumenta la actividad física. Estos calambres se denominan «claudicación intermitente». Al igual que el dolor de la angina de pecho, el dolor en las piernas ocasionado por la claudicación intermitente generalmente desaparece con el reposo. Las temperaturas bajas y algunos medicamentos también pueden provocar dolor en las piernas.
Los médicos pueden diagnosticar una obstrucción arterial basándose en los síntomas que describe el paciente y revisando el pulso en las arterias de los pies para determinar si es débil. El diagnóstico puede confirmarse mediante los siguientes estudios:
  • Ecografía (o ultrasonido): un estudio que consiste en emplear ondas sonoras para producir una imagen del flujo de sangre por las arterias.
     
  • Arteriografía: un estudio que puede realizarse si el médico considera que la obstrucción es lo suficientemente grave como para necesitar una intervención percutánea o quirúrgica. El estudio consiste en inyectar en las arterias un colorante inofensivo que permite determinar la gravedad de la obstrucción y su ubicación.
Cuando las obstrucciones no son graves, esta clase de EVP puede controlarse reduciendo el peso excesivo, absteniéndose del tabaco y siguiendo un plan de ejercicio físico regular aprobado por el médico.
En caso de haber una arteria muy obstruida que ocasione dolor u otros síntomas, podría ser necesario realizar una intervención percutánea (una angioplastia con balón o la colocación de un stent).
El médico también podría recomendar un procedimiento denominado «bypass vascular periférico». Este procedimiento consiste en derivar el flujo sanguíneo alrededor de uno o más vasos sanguíneos estrechados. Tras realizar una incisión en el brazo, la pierna o la región inferior del abdomen, el cirujano cose al vaso obstruido un tubo hecho de un material sintético o una sección de una vena del paciente (lo que se denomina «injerto») de manera que comunique puntos que se encuentran por encima y por debajo de la obstrucción. Esto permite que la sangre fluya alrededor de la obstrucción.
Aneurismas aórticos
Un aneurisma es una dilatación parecida a un globo que se produce en la pared de un vaso sanguíneo debilitado. Si la dilatación estira demasiado la pared del vaso éste podría romperse.
La aorta es la arteria que transporta sangre del corazón al resto del organismo. Los aneurismas en la aorta se denominan «aneurismas aórticos». Si esta importante arteria se rompe debido a un aneurisma y no se obtiene asistencia médica inmediata, podría producirse la muerte del paciente. Los aneurismas aórticos pueden producirse en el pecho (aneurismas torácicos), pero la mayoría se forman debajo de los riñones, en la región inferior del abdomen (aneurismas abdominales).
¿Cuál es la causa de los aneurismas?
Toda enfermedad que debilite las paredes de las arterias puede dar lugar a la formación de un aneurisma. La aterosclerosis (una acumulación de placa en las arterias), la presión arterial alta y el consumo de cigarrillos aumentan el riesgo de padecerlos. Las infecciones, lesiones y heridas profundas también pueden ocasionar dilataciones en los vasos sanguíneos. En algunos casos los aneurismas pueden deberse a una enfermedad congénita, es decir, una enfermedad de nacimiento. Ciertas enfermedades heredadas también pueden aumentar el riesgo de sufrir un aneurisma. Por ejemplo, el síndrome de Marfan es una enfermedad heredada que afecta a los tejidos conectivos del cuerpo y produce huesos largos y articulaciones muy flexibles. Las personas con este síndrome a menudo sufren de aneurismas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los aneurismas aórticos pueden producir falta de aliento, una voz áspera o ronca, dolor de espalda o dolor en el hombro izquierdo o entre los omóplatos. Los aneurismas aórticos en el abdomen pueden causar dolor o molestia. También pueden producir náuseas o reducir el apetito.
¿Cómo se detectan los aneurismas?
Los aneurismas pueden detectarse durante un examen médico, mediante radiografías básicas de tórax o abdomen o utilizando ultrasonido. Pueden determinarse el tamaño y la ubicación mediante ecocardiografía o técnicas de imagenología radiológica, tales como la arteriografía, la resonancia magnética y la tomografía computada.
¿Cómo se tratan los aneurismas?
El tratamiento depende del tamaño y de la ubicación del aneurisma y del estado general de salud del paciente. Los aneurismas aórticos en la región superior del pecho (en la aorta ascendente) generalmente se operan enseguida. Los aneurismas en la región inferior del pecho o del abdomen (en la aorta descendente torácica y abdominal) pueden ser menos peligrosos. Los aneurismas en estas zonas deben vigilarse por un espacio de tiempo, según su tamaño. Si alcanzan unos 5 cm (casi 2 pulgadas) de diámetro, siguen creciendo o comienzan a producir síntomas, posiblemente sea necesaria una intervención quirúrgica para evitar su ruptura.
En el caso de los aneurismas aórticos o los aneurismas que se forman en los vasos periféricos, se realiza una intervención quirúrgica para colocar un injerto artificial (un tubo hecho de un material sintético) a fin de recubrir o sustituir la sección debilitada del vaso.
Cuando se trata de aneurismas estables o de menor tamaño en la aorta descendente o abdominal, es decir, las secciones de la aorta que se encuentran más alejadas del corazón, los médicos generalmente recomiendan chequeos periódicos para vigilar su crecimiento. Es posible vivir muchos años con un aneurisma si éste no aumenta de tamaño. También pueden recetarse medicamentos, especialmente aquellos tales como losbetabloqueantes que reducen la presión arterial. Los medicamentos que reducen la presión arterial alivian la tensión en las paredes de la aorta y son particularmente útiles cuando el riesgo de una intervención quirúrgica supera al riesgo del aneurisma.
Más información en este sitio web: Aneurismas
Enfermedad de Buerger
La enfermedad de Buerger está relacionada con el consumo de cigarrillos (tabaquismo). La enfermedad produce hinchazón en las arterias pequeñas y medianas (y a veces las venas) de los pies y las piernas. Esta enfermedad poco común, que hace que los vasos periféricos se estrechen o contraigan, es más común en los hombres, especialmente en fumadores de entre 20 y 40 años de edad.
El consumo de tabaco ocasiona la constricción de los vasos sanguíneos en todos los fumadores, pero en los que padecen la enfermedad de Buerger, el estrechamiento de los vasos es tal que podría producirse una falta de oxígeno en las células (isquemia) o la muerte de tejido (necrosis).
Los síntomas pueden ser diferentes en cada persona, pero la enfermedad típicamente produce hinchazón y dolor al tacto en las zonas que se encuentran encima de los vasos sanguíneos, seguidos de una sensación de frío en los pies y las manos. Una obstrucción arterial puede producir dolor en las piernas al caminar (lo que se denomina «claudicación intermitente»). En los casos más graves a veces se produce la muerte de tejido, lo cual podría hacer necesario amputar los dedos de las manos o de los pies. Los que sufren de la enfermedad de Buerger deben dejar de fumar por completo; la circulación generalmente mejora al poco tiempo de hacerlo.
Fenómeno de Raynaud
El fenómeno de Raynaud es más común en las mujeres. Se trata de un trastorno circulatorio que produce contracciones o espasmos en las arterias de los dedos de las manos y de los pies por efecto de las temperaturas bajas o el tabaco o en situaciones de estrés emocional.
A menudo no es posible determinar la causa del fenómeno de Raynaud. A veces es un efecto secundario de otras afecciones, tales como las enfermedades de los tejidos conectivos, los traumatismos o las enfermedades de las glándulas o del sistema nervioso central. Las personas afectadas pueden sentir entumecimiento u hormigueo en los dedos de las manos y de los pies. También podrían observar que la piel se vuelve pálida o azulada, enrojeciéndose a continuación las zonas afectadas. Los ataques pueden durar desde unos minutos hasta varias horas y generalmente se tratan con el calentamiento progresivo de los dedos de las manos y de los pies para restablecer el flujo sanguíneo. El tratamiento puede también incluir la administración de analgésicos o bloqueantes cálcicos, la abstención del tabaco y la evitación de las temperaturas bajas y las emociones fuertes.
Coágulos sanguíneos venosos
Casi seis millones de estadounidenses tienen coágulos sanguíneos en las venas (también denominados «trombos venosos» o «trombosis venosas»). Cuando el coágulo se forma en una vena profunda de la pierna, se denomina «trombosis venosa profunda» (TVP). El problema puede ser peligroso si el coágulo sanguíneo se desprende y, arrastrado por la corriente sanguínea, llega a los pulmones, ya que allí puede obstruir totalmente el flujo sanguíneo.
 Cómo evitar la trombosis venosa profunda (TVP)
Las personas que viajan y pasan mucho tiempo sentadas en un avión o un auto corren más riesgo de sufrir trombosis venosa profunda (TVP).
Las personas que sufren TVP tienen un coágulo de sangre en una vena profunda de la pierna. Por lo general, el coágulo se debe a que la sangre circula más lentamente en las piernas y los pies, de modo que pasar mucho tiempo sentado puede elevar el riesgo de la TVP. 
La manera más sencilla de prevenir la TVP es mantenerse en movimiento. Si va a emprender un viaje largo en auto, pare cada 2 o 3 horas para caminar un rato o trate de flexionar los tobillos y los músculos de la pierna y la cadera cuando esté sentado.
La deshidratación puede aumentar la viscosidad de la sangre y elevar el riesgo de que se formen coágulos. Tome mucha agua cuando esté de viaje. La cafeína y el alcohol causan deshidratación;prefiera el agua o los jugos. Durante una escala o cuando llegue a su destino camine a paso rápido para restablecer la circulación de las piernas. 
Si sigue estos consejos sencillos, puede reducir el riesgo de sufrir TVP.
¿Cuál es la causa de los coágulos sanguíneos venosos?
Los coágulos en las venas generalmente son causados por una disminución del flujo sanguíneo a las piernas y los pies; al fluir más lentamente la sangre, ésta puede coagularse con más facilidad. Los coágulos sanguíneos venosos también pueden formarse cuando una vena se daña debido a una lesión o una infección. La velocidad del flujo sanguíneo puede disminuir debido a la inactividad física (p. ej., por tener que guardar cama o llevar un estilo de vida inactivo). En algunas personas, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye después de estar mucho tiempo sentadas. Otros factores que contribuyen a enlentecer el flujo sanguíneo en las piernas y los pies son el consumo de cigarrillos, las enfermedades del corazón, la diabetes, la presión arterial alta y ciertos tumores. El uso de ciertas hormonas, especialmente el estrógeno, y el embarazo también han demostrado aumentar el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las piernas. Las enfermedades genéticas también pueden incrementar el riesgo.
¿Cuáles son los síntomas de un coágulo sanguíneo venoso?
Los coágulos sanguíneos que se forman en las venas cerca de la superficie de la piel pueden ocasionar hinchazón leve, dolor al tacto y enrojecimiento. Los síntomas de los coágulos venosos profundos son:
  • Hinchazón de los tobillos o las pantorrillas.
  • Dolor al tacto, hinchazón, enrojecimiento y calor alrededor de la zona afectada.
  • Dolor al elevar el pie.
¿Cómo se diagnostican los coágulos sanguíneos venosos?
Los médicos pueden generalmente determinar si el paciente tiene un coágulo sanguíneo venoso presionando sobre la pierna. De ser necesario, pueden observarse las venas por medio del ultrasonido, un estudio que consiste en emplear ondas sonoras para crear una imagen de la vena sobre una pantalla. Los coágulos que se encuentran en el muslo pueden identificarse colocando el manguito de un esfigmomanómetro alrededor de la pierna para medir el flujo sanguíneo (pletismografía). Si los coágulos sanguíneos profundos no se encuentran en la pierna sino en otras partes del cuerpo, podrían ser imposibles de detectar con estos métodos. El diagnóstico podría requerir técnicas especiales tales como estudios de coagulación sanguínea o radiografías de las venas, resonancia magnética y tomografía computarizada.
¿Cómo se tratan los coágulos sanguíneos venosos?
El tratamiento depende de la causa del coágulo. En la mayoría de los casos, se administra un diluyente de la sangre (o anticoagulante). El paciente debe guardar cama y mantener las piernas elevadas durante 3 a 5 días. El calor húmedo y ciertos medicamentos pueden aliviar la hinchazón y el dolor.
Las personas que han presentado un coágulo en los pulmones o las que no pueden tomar anticoagulantes pueden requerir un cateterismo para introducir un filtro en un vaso sanguíneo a fin de impedir la llegada de coágulos a los pulmones. 
Embolia pulmonar
La embolia pulmonar es ocasionada por un coágulo sanguíneo (émbolo pulmonar) que se desprende del lugar donde se formó en una vena y es arrastrado por la corriente sanguínea hasta los pulmones.
¿Cuáles son los síntomas de una embolia pulmonar?
La embolia pulmonar puede no presentar síntoma alguno, por eso puede ocasionar la muerte en forma súbita e inesperada. Cuando presenta síntomas, los siguientes son los más comunes:
  • Dolor en el pecho, especialmente al inspirar
  • Falta de aliento
  • Tos sanguinolenta
  • Mareo
  • Desmayo
¿Cómo se diagnostica una embolia pulmonar?
Primero se determina el nivel de oxígeno en la sangre de las arterias. Un nivel bajo podría indicar la presencia de un émbolo en los pulmones. El diagnóstico generalmente se confirma mediante una gammagrafía. Como estudio complementario podría realizarse una angiografía pulmonar, un procedimiento de cateterización que consiste en inyectar un colorante en la corriente sanguínea para observar cómo fluye la sangre a través de los pulmones. Se pueden realizar otras pruebas, como una ecografía para ver si el embolismo se debe a coágulos sanguíneos en las piernas, y una tomografía computarizada de las piernas y los pulmones.
¿Cómo se trata una embolia pulmonar?
La mayoría de los casos de embolia pulmonar se tratan con anticoagulantes (medicamentos que impiden la coagulación de la sangre) y trombolíticos (medicamentos capaces de disolver coágulos). En casos excepcionales podría ser necesaria una intervención quirúrgica para extraer el coágulo, pero la mayoría de los pacientes responden bien a los medicamentos.
Flebitis
Existen dos clases de flebitis. La más común es la hinchazón de una vena que se encuentra cerca de la superficie de la piel, generalmente en la pierna. Es la denominada «flebitis superficial». La hinchazón de las venas que se encuentran en el interior de la pierna es menos común pero más grave. Es la denominada «flebitis profunda».
En la flebitis superficial, la zona afectada se enrojece y duele. El dolor generalmente puede tratarse con calor húmedo, aspirina o medicamentos antiinflamatorios.
La flebitis más peligrosa, la flebitis profunda, generalmente produce más dolor. Las personas con flebitis profunda suelen tener fiebre. Generalmente puede confirmarse si están afectadas las venas profundas mediante una gammagrafía, un estudio Doppler de flujo venoso o colocando el manguito de un esfigmomanómetro alrededor de la pierna para medir el flujo sanguíneo (pletismografía). Quienes sufren de esta clase de flebitis tienen un mayor riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las venas y de que uno de ellos llegue a los pulmones (émbolo pulmonar). Cuando un paciente es diagnosticado con flebitis profunda generalmente recibe una semana de tratamiento con un diluyente de la sangre (o anticoagulante) intravenoso. Durante ese espacio de tiempo también se revisa al paciente para determinar si tiene coágulos sanguíneos en los pulmones. Para uso prolongado, probablemente se le recete un anticoagulante en forma de comprimido.
Ver Embolia pulmonar más arriba.
Várices
Las várices son venas hinchadas y moradas en las piernas que pueden verse debajo de la piel. Pueden deberse a un daño sufrido por los vasos sanguíneos que se encuentran cerca de la superficie de la piel, una disminución del flujo sanguíneo o la presencia de válvulas dañadas o defectuosas en las venas. Normalmente la sangre se desplaza por las venas con la ayuda de válvulas que permiten que la sangre fluya hacia arriba, contra la fuerza de gravedad. Si estas válvulas son débiles o es lento el flujo de sangre por las venas, la sangre puede acumularse y dilatar las venas.
Las várices son más comunes en las mujeres que en los hombres. El problema también es hereditario. Las mujeres embarazadas pueden sufrir várices debido a cambios hormonales y a la presión adicional que el feto ejerce sobre la región inferior del abdomen. Las várices también pueden ser causadas por un sobrepeso considerable o por permanecer de pie durante períodos prolongados.
¿Cuáles son los síntomas de várices?
El síntoma más evidente son las venas azules o moradas de aspecto tortuoso. Se producen cerca de la superficie de la piel y pueden sobresalir de la superficie de la pierna. Grupos de capilares dilatados denominados «arañas vasculares» a veces rodean las várices. Las várices pueden ocasionar hormigueo o dolor en las piernas. A veces los tobillos se hinchan a la noche. En la mayoría de los casos, las personas que obtienen tratamiento para las várices lo hacen por motivos estéticos.
¿Cómo se tratan las várices?
En las etapas iniciales de la enfermedad, las medias elásticas de compresión pueden aliviar el dolor y la hinchazón pero no eliminan las várices.
El tratamiento para eliminar las várices puede consistir en inyectar una solución salina que contrae las venas. Otra posibilidad es inyectar un líquido denominado «agente esclerosante» que hincha las paredes de la vena. A continuación se venda firmemente la pierna para comprimir las paredes de las venas. La cicatrización que se produce en la vena hace que las paredes se adhieran.
Algunos tipos de várices y arañas vasculares pueden tratarse con láser. El calor del láser se emplea para destruir las venas, las cuales se aplastan y cierran.
La eliminación quirúrgica se denomina «flebectomía» (extirpación venosa) y consiste en ligar la vena en ciertos puntos y extirpar la porción afectada. El organismo responde creando nuevas vías por donde puede circular la sangre.








Espasmo de la arteria coronaria
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No se sabe bien por qué, pero a veces puede producirse un espasmo en una arteria coronaria (uno de los vasos sanguíneos que alimentan el músculo cardíaco). Esto se denomina también «vasoespasmo». El espasmo estrecha momentáneamente la arteria coronaria impidiendo que el corazón reciba suficiente sangre. Los espasmos coronarios típicamente se producen en arterias coronarias obstruidas o con una acumulación significativa de placa grasa (aterosclerosis),pero también pueden producirse en arterias coronarias sanas.
las arterias coronarias
Los espasmos de la arteria coronaria producen un tipo de angina de pecho poco común denominado «angina variante» (o angina de Prinzmetal). La angina de pecho es una sensación de asfixia, o presión o ardor en el pecho. A diferencia de la angina típica, la angina variante generalmente aparece en momentos de reposo. En algunos pacientes, los ataques suelen sobrevenir principalmente entre la medianoche y las 8 de la mañana, y a menudo se producen cada día a la misma hora. Estos ataques pueden ser muy dolorosos.
Un medicamento llamado nitroglicerina puede aliviar un episodio de angina. Pueden administrarse ciertos medicamentos denominados bloqueantes cálcicos a para aliviar los síntomas de la angina variante.También se pueden emplear betabloqueantes. Los pacientes que padecen de angina variante tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, una irregularidad de los latidos (arritmia) e incluso una muerte súbita.

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