La filosofia griega
Tales de Mileto (en griego: Θαλῆς ὁ Μιλήσιος (Thalḗs o Milḗsios), Mileto, 625/624 a. C. - ibídem, 547/546 a. C.)1 fue unfilósofo, matemático, geómetra, físico y legislador griego.
Vivió y murió en Mileto, polis griega de la costa jonia (hoy en Turquía). Fue el iniciador de la Escuela de Mileto a la que pertenecieron también Anaximandro (su discípulo) y Anaxímenes (discípulo del anterior). En la antigüedad se le consideraba uno de los Siete Sabios de Grecia. No se conserva ningún texto suyo y es probable que no dejara ningún escrito a su muerte. Desde el siglo V a. C. se le atribuyen importantes aportaciones en el terreno de la filosofía, la matemática, la astronomía, lafísica, etc., así como un activo papel como legislador en su ciudad natal.
A menudo Tales es considerado el iniciador de la especulación científica y filosófica griega y occidental,2 3 4 aunque su figura y aportaciones están rodeadas de grandes incertidumbres.
Se suele aceptar que Tales comenzó a usar el pensamiento deductivo aplicado a la geometría, y se le atribuye la enunciación de dos teoremas geométricos que llevan su nombre.
Biografía
Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de la mentalidad del narrador.
Tales nació en la ciudad de Mileto (griego Μίλητος, turco: Milet) c. 624 a. C., una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es laprovincia de Aydın en Turquía), cerca de la desembocadura del río Menderes. La mayoría de los historiadores lo presentan como genuino milesio (aunque, segúnDiógenes Laercio, doxógrafo griego, fue admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo). Nacido o no en Mileto, es incuestionable que residió en aquella ciudad, y que fue allí donde desarrolló su filosofía, sus investigaciones científicas y sus intervenciones políticas.
Era hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula), y quizás tuvo ascendencia fenicia. Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente con Egipto yBabilonia, es probable que Tales visitara Egipto en alguna etapa de su vida, y allí podría, por un lado, haber recibido enseñanzas de los sacerdotes, quienes registraban con mucho celo todo evento astronómico o meteorológico excepcional por motivos religiosos y que poseían, por consiguiente, copiosa información al respecto; y, por el otro, haber adquirido conocimientos matemáticos, que los egipcios habían desarrollado a un nivel práctico con el fin de medir y delimitar las parcelas de tierra cuyos límites solían borrarse con las continuas crecidas del río Nilo. Podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros, y una fuente lo vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis, pero estos datos en absoluto son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de la época de Tales. De los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos científicos. Sí es más seguro que el filósofo Anaximandrohaya sido su discípulo, así como Anaxímenes el de este.
Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio consejero político de jonios y lidios.
Entre las anécdotas que de Tales se cuentan, refiere Heródoto (I, 75) que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Heródoto mismo descree de esto, pero modernos especialistas no descartan por completo su veracidad). Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) cómo una vez que, habiéndosele reprochado su pobreza y su falta de preocupación por los asuntos materiales, y luego de haber previsto, gracias a sus conocimientos astronómicos, que habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente temporada, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta. Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto: que predijo a los jonios el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse ocurrió, en efecto, en medio de una batalla, lo que llevó a los contendientes a detenerse y a avanzar un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una advertencia divina. También es muy conocido lo que cuenta Platón: que, al caer Tales en un pozo mientras miraba el movimiento de las estrellas, una campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo «que tenía ansias de conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba... justo a sus pies se le escapaba»5
Apolodoro, en su Cronología, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años; Sosícrates, que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años. Actualmente se acepta que murió cerca del año 546 a. C.
Obras
Simplicio de Cilicia escribió: «Se dice de Tales que no dejó nada escrito, excepto la llamada Astrología náutica (Ναυτιχῆς αστρολογίας)».6
En cambio Diógenes Laercio escribe: «Según algunos, nada dejó escrito, pues dicen que la Astrología náutica que se le atribuye es de Foco Samio [...] Pero, según otros, escribió dos obras: Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio».7 Así, son tres las líneas de opinión: que solo escribió la Astrología, que solo escribió Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio y que no escribió nada. De cualquier manera, lo cierto es que, de haber escrito algo, sus escritos se perdieron pronto, y, respecto de las pocas fuentes que citan presuntos dichos de Tales, no puede determinarse con certeza si tales fuentes tenían en sus manos o bien escritos de Tales o bien fuentes secundarias o si solo repetían tradiciones orales.
Aportes matemáticos
Se atribuyen a Tales varios descubrimientos matemáticos registrados en los Elementos de Euclides: la definición I. 17 y las proposiciones I. 5, I. 15, I. 26 y III. 31.
Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de un método de comparación de sombras que Tales habría utilizado para medir la altura de las pirámides egipcias: el milesio se percató de que se podría saber la altura exacta de las pirámides midiendo la sombra de estas en el momento del día en que su sombra era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Este método fue aplicado luego a otros fines prácticos de la navegación.8 Se supone además que Tales conocía ya muchas de las bases de la geometría, como el hecho de que cualquier diámetro de un círculo lo dividiría en partes idénticas, que un triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas por una línea recta perpendicular.
Los egipcios habían aplicado algunos de estos conocimientos para la división y parcelación de sus terrenos. Esta necesidad surgió a raíz de que el Nilo, con sus constantes crecidas, borraba las líneas divisorias de los campos de cultivo, por lo que era necesaria una manera de medir de nuevo el terreno. Mas, según los pocos datos con los que se cuenta, Tales se habría dedicado en Grecia mucho menos al espacio (a las superficies) y mucho más a las líneas y a las curvas, alcanzando así su geometría un mayor grado de complejidad y abstracción.
Filosofía
Se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente por haber sido quien intentó la primera explicación racional a distintos fenómenos del mundo de la que se tiene constancia en la historia de la cultura occidental. En su tiempo predominaban aún las concepciones míticas, pero Tales buscaba una explicación racional, lo que se conoce como «el paso del mito al logos», donde la palabra griega logos alude en este contexto a «razón», uno de sus significados en castellano.
Fuentes
La filosofía de Tales de Mileto no se conoce de primera mano, pues no ha sobrevivido ningún escrito de Tales (de hecho, ni siquiera es seguro que haya escrito algo). Las afirmaciones registradas que se le atribuyen probablemente hayan llegado a los transmisores por segunda mano o incluso por tradición oral; entre las ideas que se le atribuyen, no es posible establecer a ciencia cierta cuánto es realmente de lo que Tales dijo como tampoco si Tales se expresó en los mismos términos en que sus ideas se han transmitido. En cuanto a su filosofía, contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en su descripción, diferencia los dichos atribuibles con alguna certeza al mismo Tales («Tales dijo que...») de los hechos dudosos («dicen que Tales dijo que...») y de sus propias opiniones («quizá Tales quiso decir que...»). Aristóteles lo considera, en su relato de las ideas metafísicas (Metafísica, libro A) como el primero que se dedicó a investigar las primeras causas y los primeros principios, señalándolo así como el primer filósofo y fundador de la filosofía natural.
Cabe destacar que en su época, estos primeros filósofos (los presocráticos) no trataban acerca de ética, política o moral, de hecho se les considera físicos porque teorizaban racionalmente sobre el origen del universo, se dedicaban al estudio de la naturaleza y empezaron a estudiar el campo de las matemáticas, geometría y aritmética.8
Pensamiento
La explicación universal y racional que sostuvo Tales fue que el agua es origen de todas las cosas que existen, el elemento primero:
La mayoría de los primeros filósofos consideró que los principios de todas las cosas eran solo los que tienen aspecto material […] En cuanto al número y a la forma de tal principio, no todos dicen lo mismo, si no que Tales, el iniciador de este tipo de filosofía, afirma que es el agua, por lo que también declaró que la tierra esta sobre el agua. Concibió tal vez esta suposición por ver que el alimento de todas las cosas es húmedo y porque de lo húmedo nace del propio calor y por él vive. Y es que aquello de lo que nacen es el principio de todas las cosas. Por eso concibió tal suposición, además de porque las semillas de todas las cosas tienen naturaleza húmeda y el agua es el principio de la naturaleza para las cosas húmedas.Aristóteles, en Metafísica9
En cuanto al alma, la considera como dadora de vida, movimiento y divina. Como en la época en la que vive, todavía no se diferenciaba entre seres vivientes y no vivientes. Tales atribuye vida al agua, porque como el agua se mueve sola (véanse los mares o los ríos), esta debe tener alma, puesto que el alma es lo que hace moverse las cosas. Y también es divina (está llena de dioses) porque el alma es divina para él. «Así por lo tanto, el agua para Tales es, el origen de todo, está llena de dioses y tiene vida propia». Y de manera parecida que con el agua, razona para con las piedras imán. Como estas se mueven solas, piensa que están vivas, o que «hay algo vivo en ellas».
Algunos afirman que el alma se haya entreverada en el todo. Posiblemente por este motivo es por el que Tales pensó que todo estaba lleno de dioses.Aristóteles, en Acerca del alma10
Parece que también Tales, según cuentan, supuso que el alma era algo capaz de producir movimiento, si es que afirmó que la piedra imán tiene alma porque mueve al hierro.Aristóteles.11
Y por último, de nuevo Aristóteles en Acerca del cielo y Séneca en Cuestiones naturales afirman que Tales sostenía que la tierra sobre la que pisamos es una especie de isla que «flota» sobre el agua de forma parecida a un leño y por ello la tierra a veces tiembla. Al no estar sostenida sobre unas bases fijas si no que como está flotando sobre el agua, esta la hace tambalearse.
Importancia de su labor
Con todo esto, se puede entender claramente por qué se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente, y es que, como ya hemos dicho, fue el primer hombre occidental (del que se sabe) que trató de conocer la verdad del mundo mediante explicaciones racionales y no fantásticas o místicas, como hasta entonces se hacía en la Antigua Grecia por medio de los mitos. Y por lo tanto, Tales es verdaderamente importante para la Historia de la filosofía occidental. Fue el iniciador de la misma y con ello, creó un legado de búsqueda y amor a la sabiduría, que continuará inmediatamente con Anaximandro y Anaxímenes, y que llegará a su esplendor, en la Antigua Grecia; más de un siglo después con Sócrates, Platón y Aristóteles: tres filósofos que se han convertido en los pilares del pensamiento que hoy conocemos bajo el nombre de filosofía occidental.
Origen de su pensamiento
Es muy probable que haya sido uno de los primeros hombres que llevaron la geometría al mundo griego, y Aristóteles lo consideraba el primero de los φυσικόι o ‘filósofos de la naturaleza’. Muchas de estas ideas parecen provenir de su educación egipcia. Igualmente, su idea de que la tierra flota sobre el agua puede haberse desprendido de ciertas ideas cosmogónicas del Oriente próximo.
Tales de Mileto |
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Las fuentes procedentes de Diógenes Laercio y de Suidas datan el nacimiento de Tales en torno al año 640 a.n.e., y su muerte hacia el 545. Ahora bien, la fecha, generalmente aceptada, de la madurez de Tales es el 585, año en que tuvo lugar un eclipse de sol que el milesio Tales predijo, según testimonio de Herodoto (I, 74) y de Plinio (Hist. Nat. II, 53). Si suponemos que en esta fecha tenía entre 40 y 45 años (edad aceptada como propia de la madurez de un pensador), entonces la fecha de su nacimiento no debe situarse más allá del 630 ó 625 a.n.e., fecha que concuerda aproximadamente con la de la olimpíada 39 (624) que transmite también Diógenes Laercio (I, 37-38).
Los testimonios nos informan de dos obras atribuidas a Tales (una, denominada Astrología Náutica, y otra Sobre los solsticios y los equinoccios), sin embargo, los propios testimonios conceden escaso valor a estas informaciones. Lo que sí parece cierto es que Tales visitó Egipto, según testimonio de Josepho y de Aecio, quien le atribuye, además, una teoría sobre las crecidas del Nilo (De placitis reliquiae, IV, 1, 1). Refuerzan esta noticia Plinio (Hist. Nat. XXXVI, 82) y Plutarco (Septem sapientium convivium, 147a) que informan que Tales descubrió la forma de conocer la altura de las pirámides.
La tradición considera a Tales como uno de los siete sabios (junto a Bias, Solón, Quilón, Pítaco, Cleóbulo y Periandro), con los atributos propios del sabio distraído que cae a un pozo por ir observando las estrellas (Platón, Teeteto, 174a), o como el sabio desinteresado a quien no interesan las riquezas, pero que demuestra a sus conciudadanos «qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo» (anécdota de las prensas de aceite, en Aristóteles, Política, I, 11, 1259a).
Otras veces, Tales es presentado como el arquetipo de científico interesado por múltiples especialidades, aún en estado embrionario, como la astronomía (eclipse de sol del 585) y la geometría. A Tales se le atribuye el descubrimiento de cinco teoremas geométricos. En primer lugar, el teorema relativo a la proporcionalidad de los segmentos cortados por rectas paralelas. El teorema, de dudosa atribución a Tales a pesar de llevar su nombre en la mayoría de los tratados elementales de geometría, aparece demostrado por primera vez en el libro VI de los Elementa de Euclides. No obstante, la atribución no carece de fundamento pues Tales lo habría, al menos, ejercitado en la determinación de la altura de las pirámides. Proclo atribuye, además, a Tales los tres teoremas siguientes (Diels-Kranz, 11 A 20): de la bisección del círculo, de la igualdad de los ángulos de la base en un triángulo isósceles, y de la igualdad de los ángulos opuestos por el vértice. Por último, según nos transmite D. Laercio (I, 24-25), Panfila atribuye a Tales el descubrimiento del teorema del triángulo diametral.
La imagen de Tales que las anécdotas de Herodoto nos transmiten es la imagen, no ya de un científico especializado, sino de un hombre práctico, de un ingeniero que presenta al rey Creso (en su campaña contra Ciro) un expediente para desviar el río Halis (Herodoto, I, 75), o de un organizador político que antes de la ruina de la Jonia aconseja la federación de sus ciudades con una junta suprema en Teos (Herodoto, I, 170).
Pero la tradición considera a Tales no sólo como un sabio, un científico o un hombre práctico, sino, ante todo como un filósofo, más aún, como el fundador de la Filosofía (Aristóteles, Laercio). En este sentido, Tales habría enunciado, de acuerdo con la escasa información de los testimonios, las tres tesis filosóficas siguientes:
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¿La tesis de Tales «todo es agua» (Aristóteles, Metafísica, A, 3, 983 b 6) es una afirmación científica categorial, queriendo enunciar algo así como que Tales habría dicho más o menos que el agua entra a formar parte en un setenta por ciento en la constitución de los organismos —tal como enuncia la ciencia moderna—, o debe ser considerada más bien como una tesis de tipo filosófico?
Tal pregunta polariza las interpretaciones de Tales en dos sentidos: Tales científico (astrónomo, meteorólogo, ingeniero, &c.; es decir la versión de Tales como un maestro de sabiduría) y Tales filósofo, en cuanto iniciador de un tipo de pensamiento (no sólo de una escuela, sino también de una tradición), que aunque no se puede denominar propiamente filosofía, se constituye como una especie de protofilosofía que caracterizamos como «metafísica», y como una etapa necesaria al advenimiento de la filosofía. La pregunta retrotrae la cuestión de las interpretaciones de Tales a la relación entre ciencia y filosofía, y entre categorías e ideas, cuestión tanto más importante en un caso, como el de Tales, en el que las actividades científicas y filosóficas coinciden en la misma persona subjetiva.
Consideramos que la tesis de Tales («todo es agua»), en cuanto solidaria de la idea de physis es una proposición filosófica y no una afirmación de tipo científico. Si interpretamos a Tales como un científico o como un físico no se podría justificar desde ningún punto de vista la afirmación «todo es agua»:
a) Ad primum. No es justificable desde el punto de vista de la observación empírica puesto que ningún dato observable nos permitiría afirmar la omnipresencia del agua en el mundo de la naturaleza. Podría concederse incluso que desde un punto de vista físico la afirmación no es ajustada, pero que Tales puede ser interpretado desde supuestos químicos, puesto que a partir del hidrógeno, sustancia que genera el agua, se pueden sintetizar todos los demás elementos (Russell, Sabiduría de Occidente, y también Gomperz, Pensadores griegos, ed. Guarania, Asunción 1951, p. 77, nota 1, vol. I), o también interpretado como un biólogo, al modo como se plantea en la pregunta anterior. Pero en ambos casos no es aplicable la afirmación de Tales. Interpretar a Tales como un químico es completamente anacrónico, supondría que los griegos tendrían un concepto del agua semejante al nuestro, como H2O. En el segundo caso (Tales como biólogo) se limita la afirmación de Tales a los organismos, y dentro de estos a un setenta por ciento, lo que supondría admitir que, en todo caso, Tales se habría equivocado en un treinta por ciento.
b) Ad secundum. Aún en el supuesto de la omnipresencia del agua empírica en el mundo de la naturaleza (M1), la tesis de Tales tiene un sentido más radical; pues no solamente son agua las determinaciones físicas, sino que la «totalización» abarca a las determinaciones morales, psicológicas, políticas, etc; es decir, a todos los contenidos del mundo (Mi). Este sentido radical, esta extensión del todo al Mundus adspectabilis, nunca sería legítimo desde un punto de vista científico.
El agua de Tales, en cuanto solidaria de la idea de physis se caracteriza por ser:
a) Un monismo naturalista, consistente en la reducción de todas las formas del universo (Mi) a determinaciones naturalistas o físicas, propias del primer género de materialidad (M1), pero que al ejercer este carácter totalizante dejan de ser meramente físicas en el sentido estrictamente científico; y
b) Un monismo de la sustancia, consistente en la elección de una forma o sustancia física (el agua), que, siendo parte, se eleva a la categoría del todo (M), como sustancia primordial o arjé(a1rch'), negándose como parte, pero sin aniquilar, al mismo tiempo, el mundo de las formas (Mi). Al menos es en este sentido como cabe interpretar la afirmación de Aristóteles de que «si las sustancias físicas fueran las primeras entre todas las esencias, entonces la física sería la Filosofía primera» (Metafísica, XI, 7, 1064 b, 9-11). Ahora bien, por vía modus ponensestableceremos: «las sustancias físicas —para Tales y los milesios— son las primeras entre todas las sustancias» (salva veritate), luego, concluimos nosotros, «la afirmación de Tales respecto al agua no es de índole física, sino más bien metafísica».
En este orden de cosas es necesario afirmar que la tradición iniciada por Tales de Mileto no se reduce a una especie de curiosidad científica, que se incluye, no se sabe por medio de qué mecanismos, en la Historia de la filosofía. Denominamos al período del pensamiento presocrático como una «protofilosofía», como un tipo de reflexión objetiva sobre temas que, probablemente, son ya patrimonio del pensamiento mítico, como mítica es ya la idea de la reducción de todas las cosas a un todo. Pero esta reducción, presente ya en el mito, se presenta ahora bajo la forma «filosófica» de unmonismo axiomático.
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¿La filosofía de Tales se agota en el monismo, o es este monismo una herencia mítica, que tomado como material de la reflexión filosófica terminará por ser triturado?
Desde supuestos diversos se propenderá a valorar de Tales su monismo. Desde un punto de vista teológico Tales habría enunciado, aunque obscuramente, una verdad fundamental: que todo procede de un primer principio divino (versión teológica de la tesis del hilozoísmo). Heidegger valorará también el monismo de Tales, desde el cual habría captado «el sentido del ser». Incluso desde supuestos materialistas groseros se valorará de Tales su monismo naturalista. En este orden de cosas es paradigmática la tesis de Gomperz quien valora en los filósofos jonios su monismo naturalista y concibe esta tendencia al monismo como una tendencia a la sabiduría. Según Gomperz lo esencial en estos primeros filósofos consistiría, en primer lugar, en la adopción del punto de vista físico (científico positivo) y como consecuencia de esta perspectiva los presocráticos habrían enunciado dos tesis presentes en la física moderna: a) el reconocimiento de la existencia de sustancias elementales, y b) la idea de que la materia es indestructible, de que la materia solamente se transforma. En segundo lugar, según Gomperz, los jonios se caracterizarían por la superación del punto de vista científico positivo, el de la pluralidad de las sustancias elementales, en pro de la unidad de estas sustancias; es decir, en pro del monismo. Este monismo es valorado de tal modo por este pensador que advierte, incluso, que la tendencia al monismo comienza a aparecer en los últimos adelantos científicos que propugnan una especie de protomateria como componente esencial de los átomos de todos los elementos (Gomperz,op. cit., vol. I, pp. 73 y ss.).
La interpretación metafísica positiva de Tales propende a identificar la racionalidad con el monismo. Desde una perspectiva crítica, no metafísica, concebir racionalmente la realidad no consiste en concebir la realidad como un todo sino concebir la unidad de esa realidad de un modo racional. Si simbolizamos la tendencia al monismo por m (inicial de mónoV) y el racionalismo por l (inicial delógoV), entonces m = l caracterizaría la valoración positiva metafísica del monismo. En cambio, la fórmula (m » l) = p, siendo p î m y p î l podría caracterizar la interpretación racionalista del monismo presocrático.
La identificación del monismo con la racionalidad está hecha desde supuestos metafísicos: lo que hay de verdad en la filosofía de Tales es el monismo. Pero si se admite esto, entonces no hay forma posible de establecer la diferencia entre los relatos míticos y el pensamiento filosófico presocrático, pues la idea de reducción de todas las cosas a una unidad no es específica de los milesios, sino que la toman de las concepciones míticas totalizantes de Hesíodo o del orfismo (el huevo primordial). Igualmente la concepción de la tierra en forma circular, como un plato que «flota sobre el agua», no es original de Tales, como tampoco es original la omnipresencia del agua si hacemos caso al testimonio de Aristóteles: «Pero algunos consideran también que los hombres más antiguos, muy anteriores a la generación actual y los primeros en hablar sobre los dioses, pensaron así [como Tales] sobre la naturaleza. Hicieron, en efecto, a Océano y Tetis, padres de la generación, y del juramento de los dioses agua —denominada por los poetas mismos Estigia—, ya que lo más antiguo es lo más venerado y lo más venerado es el juramento» (Metafísica, A3, 983b 27-34).
Desde una perspectiva no metafísica, las ideas de Todo y del universo en forma circular son temas propios de la conciencia mitológica que actúan ad modum de material sobre el cual reflexiona la razón filosófica. Lo esencial para el materialismo es que estos primeros pensadores empiezan a organizar este material de una forma diferente, con una racionalidad distinta de la racionalidad propia del mito. Por ello la fórmula m » l, propuesta más arriba, es engañosa por ser demasiado abstracta; es decir, por cuanto la fórmula no es capaz de diferenciar la racionalidad propia del mito de la racionalidad filosófica, y sólo es útil a efectos de diferenciar la perspectiva crítica de la perspectiva metafísica positiva presente en la fórmula m = l.
Desde la perspectiva crítica, desde la cual tratamos de interpretar a Tales, lo específico de su pensamiento y por lo que lo valoramos, no es haber concebido la realidad como un todo sino concebir la unidad de esa realidad según lo que hemos denominado la racionalidad en sentido estricto (propia de la ciencia y de la filosofía). Según la racionalidad en sentido estricto, las ideas presentes en el relato mítico comienzan a organizarse de tal modo que las operaciones, —que en el mito van ligadas a sujetos insustituibles (los dioses)— en el logos, están asociadas a sujetos (humanos) en tanto son sustituibles unos por otros; y las relaciones —organizadas en el mito como relaciones personales, como relaciones de parentesco— aparecen ahora como relaciones necesarias que se establecen entre los fenómenos, como leyes que pueden ser descubiertas por el logos.
El racionalismo estricto incluye, como hemos visto, el ejercicio de actividades y operaciones individuales, pero de tal suerte que la propia actividad, aún la más individual, se realiza mediante su absorción en un orden transindividual y objetivo que, en la época de Tales se estaría realizando en la actividad geométrica y en la razón jurídica-política solidaria del nomos democrático. En la demostración de sus teoremas geométricos, Tales estaría ejercitando o realizando la idea de razón en sentido estricto. El modelo geométrico de racionalidad podría haber servido a Tales para extenderlo a todo el universo. Lo que Tales habría encontrado en este modelo geométrico, no es la concepción circular del universo, dado que tal modelo circular estaba ya presente con carácter totalizante en el mito (el “huevo órfico”), sino más bien la autonomización de esta totalidad, dado que en el mito ésta no es autónoma. No cabe, pues, hablar de un primer principio extraño a esa totalización. El arjé(a1rch') como primer principio es inmanente a este todo que no tiene un comienzo temporal pues laphysis (fúsiV) es el ahora y siempre que sostiene el universo visible. El modelo geométrico extendido al universo, tritura las concepciones míticas. La circunferencia al girar no tiene arriba y abajo, y esta concepción extendida al universo elimina los soportes del cielo y de la tierra. El universo ya no necesita columnas.
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¿La identificación del arjé con el agua, es decir, con una forma determinada, propia del mundo de las formas, que adquiere los atributos del todo, es una tentativa racional o es, por contra, una tentativa carente totalmente de sentido?
Anaximandro ya habría objetado a Tales que el arjé no puede ser nada determinado porque es infinito y «si alguno de los elementos fuera infinito sus contrarios serían destruidos por él». (Simplicio, Física, 479-480). Desde esta perspectiva la tentativa de Tales habría sido completamente estéril. La dificultad implícita en el racionalismo de Tales, puesta de manifiesto por Anaximandro, sólo se puede apreciar cuando tal modelo comienza a romperse internamente. De este modo la crítica de Anaximandro se nos presenta como un desarrollo interno del racionalismo de Tales, y éste como una fase previa y necesaria del desarrollo de la razón. Pues lo que importa en Historia de la filosofía no es que Tales se equivocó, sino comprender la necesidad interna del desarrollo racional.
Tales instituye un proceso dialéctico entre las partes y los todos: el agua, como parte del todo, debe negarse como tal parte para convertirse en el todo, pero siendo fenómeno o parte al mismo tiempo.
Esta dialéctica es una idea que está presente en multitud de formas de pensamiento: lashomeomerías de Anaxágoras (al menos una de sus acepciones), la mónada de Leibniz, el metafinitomatemático, la omnipresencia del alma en todas y cada una de las partes del cuerpo («toda en cada una de las partes del cuerpo, y toda en su conjunto», Plotino, IV Enéada, II, 1), &c. Pero no se trata de justificar la tesis de Tales con la persistencia de esta idea en nuestra tradición cultural pues, en todo caso, sería esta persistencia la que quedaría justificada a partir de su origen en Tales.
Lo que es verdaderamente importante es que este proceso dialéctico debería estar presente de alguna manera en las propiedades del agua empírica, aquellas propiedades que Tales pudo observar para poder elevarla a la categoría del todo. Por ello, es necesario constatar qué propiedades del agua empírica son capaces cumplir las dos funciones dialécticas siguientes:
a) El arjé se presenta como fenómeno. Al realizarse como fenómeno el arjé adoptará la forma del fenómeno consistente en ocultarse a sí mismo como arjé. La propia transparencia del agua oculta la riqueza de los contenidos disueltos en ella. La transparencia es, pues, una propiedad del agua empírica con una función completamente apariencial que nos oculta la realidadcontenida en ella. Todas las cosas se convierten u ocultan en el agua (la tierra, por ejemplo, al disolverse como lo hace la sal o el azúcar). Por ello, la distinción entre apariencia / realidadestá siendo ejercitada ya por el propio Tales.
b) El fenómeno como arjé. El fenómeno o forma, en cuanto parte, debe negarse como tal para desempeñar el papel de la totalidad. Esto sólo será posible en tanto en cuanto el fenómeno elegido contenga en sí mismo el esquema de transformación en las demás partes, de tal modo que todas las formas del mundo (A, B, C, ...) no son sino transformados de la misma sustancia (monismo de la sustancia). Contribuiría a la elección del agua como sustancia primordial capaz de transformarse en otras muchas formas, el hecho de los diferentes estados en que se presenta el agua: sólido, líquido y gaseoso; también la observación de su transformación en mármol en las cavernas (las estalactitas, según cuenta Jenófanes de Colofón, frag. 47). Pero, sobre todo, el agua empírica parece poseer esta propiedad metamórfica en los procesos de rarefacción (mánwsiV) y condensación (púknwsiV), que Simplicio (Física, 24, 28-31 y 180, 14-16) atribuye a Tales y a Anaxímenes.
Los procesos de condensación y rarefacción son transformaciones recíprocas que nos permiten atribuir a la escuela de Mileto la racionalidad propia de un grupo de transformaciones. Este grupotendría los postulados siguientes:
1) Postulado de cierre. El producto de dos rarefacciones es siempre una rarefacción y el de dos condensaciones una condensación. Es decir si por condensación paso de A a B, y de B aC, entonces el paso directo de A a C es también una condensación. Lo mismo se puede aplicar a la rarefacción. Si p = condensación, y m = rarefacción, resultará
mi / mj = mk
2) Transformación inversa. A cada condensación corresponde una rarefacción y viceversa.
A mi corresponde mi-1 = pi
3) Transformación neutra. Existe una transformación que aplicada a cualquier fenómeno lo deja invariante. Por ejemplo, la traslación de un cuerpo sin variación de volumen.
4) Cotas. Este proceso tendría dos cotas: la rarefacción máxima correspondiente al espacio infinito y la condensación máxima correspondiente al punto. En ambos casos el mundo de las formas desaparecería, pero parece ser que esta perspectiva está cerrada para el pensamiento de Tales, aunque no para Anaximandro.
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En el concepto del racionalismo del grupo de transformaciones (propio de la escuela milesia), están contenidas múltiples ideas, algunas explícitas en los propios fragmentos de Tales, y otras cuya atribución parece obligada.
1) El hilozoísmo. La cota máxima de condensación funcionaría en Tales como una idea límite en el sentido de que si bien no es posible su realización absoluta, puesto que en tal caso desaparecería el mundo de las formas, sin embargo a mayor condensación relativa correspondería mayor sustancia relativa. De este modo, la abundancia del agua, más que extensiva, sería intensiva y aparecerá sobre todo en las determinaciones más ricas, como en la vida y en los organismos (hilozoísmo). El proceso de la vida no consistirá, pues, sino en el mismo proceso de conservación del grado de condensación, que cuando no ocurre conlleva a la muerte.
2) La Idea de continuo. La Idea de transformación de unas cosas en otras contiene la idea de continuidad (de un monismo continuista). En última instancia todas las partes del mundo no son sino metamorfosis de lo mismo. En el agua empírica las partes del agua se absorben en el todo perdiendo sus perfiles (la gota de agua desaparece en el conjunto de las gotas, y el movimiento se propaga por continuidad en el agua a partir de un centro). La transformación de unas cosas en otras se produce en Tales de un modo directo e inmediato.
3) La Idea de eterno retorno. El mundo de Tales sería un mundo atemporal. La fúsiV es aquello de lo que todo procede ahora y siempre. El universo de Tales no da lugar a una disolución temporal de las formas, dado que el proceso es siempre reversible: a toda condensación corresponde siempre una rarefacción y viceversa.
4) Una antropología relativista. La reversibilidad de las transformaciones concluye necesariamente en una moral de corte relativista: todos los valores son, al fin y al cabo, simples transformaciones de la misma sustancia. Este proceso reversible sirve a la vez de argumento a la organización democrática de la política, e, incluso, las división entre los pueblos (griegos / bárbaros) es relativa.
5) Modelo reflexivo del conocimiento. El agua como esquema de identidad podría haber servido a Tales para establecer una teoría del conocimiento y de la visión como reflexión. El ojo es agua o humor acuoso que refleja los objetos externos, al igual que el agua de las charcas refleja los arbustos de sus orillas.
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