sábado, 12 de enero de 2019

OBRAS LITERARIAS


Cuentos chinos es una obra publicada por Andrés Oppenheimer en 2011. Narra las exposiciones conceptuales de la economía política de diversos países, por ejemplo, México, Irlanda, Chile y Estados Unidos. Nos habla de una mentira, populista que, ha sumergido a varios países a un subdesarrollo en todos sus ámbitos. Con base a la experiencia que CNNThe Miami Herald y El Nuevo Herald, le han permitido obtener en sus investigaciones, nos presenta entrevistas enriquecedoras para ahondar en las problemáticas, discursos y esperanzas de América Latina.

Citas[editar]

  • «La propia expresión 'mano dura', un término que no hasta hace mucho era visto como resquemor por la mayoría de los latinoamericanos, se ha convertido en una palabra con connotaciones positivas»
  • «Si tú tienes un discurso de país y eres capaz de enganchar consistentemente con liderazgo la medida que adoptas, la medida pasa»
  • «El Estado debe jugar un rol importante en el desarrollo económico, pero no debe ser demasiado entrometido ni demasiado distante»
  • «El principal interés comercial de China en América latina era la compra de materias primas, como el petróleo de Venezuela, la soja de Argentina, y Brasil, y el cobre de Chile»
  • «Fishman, el autor de 'China.Inc' señala que lo más frustrante para muchos empresarios extranjeros en la china de hoy es la ligereza con que las empresas chinas tratan los acuerdos comerciales, y su frecuente falta absoluta de respeto a la legalidad. Lo cierto es que las empresas chinas nacieron en un clima en que la ilegalidad era la única opción disponible»
  • «Las grandes glorias de Irlanda, como las de América latina, se dieron en las artes, las letras y la equitación más que en las Ciencias, la tecnología o el mundo empresarial. Los irlandeses que hicieron historia fueron W. B Yeats, James Joyce, Oscar Wilde, Samuel Beckett, George Bernard Shaw, el pintor Francis bacon y —más recientemente— el conjunto de danza celta Riverdance, el grupo The chieftains [...] Pero cuando uno pregunta si el país tiene figuras de semejante calibre en las ciencias, los irlandeses se miran unos a otros como buscando ayuda para recordar algún nombre. Por lo menos en mis conversaciones con ellos, no les vino ninguno a la memoria»
  • «Si Irlanda, hasta hace poco un país agrícola pobre, conocido apenas por su afición por la cerveza, sus poetas y músicas, la impuntualidad de su gente, su falta de apego a las leyes y la violencia política pudo convertirse en una potencia económica en sólo doce años, no hay razones biológicas por los cuales los países de América latina no puedan copiar varias recetas y convertirse en éxitos económicos parecidos»
  • «Cuento chino: 'Como una locomotora que después del arranque va tomando cada vez mayor velocidad, hoy México avanza cada día más rápido'»
    • Portal de Internet de la Presidencia de la República. Mensaje del Ex-Presidente Vicente Fox Quesada, 22 de Octubre del 2004.













Citas[editar]

  • «Los Loros son tan dañinos como la langosta, por que abren los choclos para picotearlos, los cuales, después, se pudren con la lluvia».
    • Fuente: Horacio Quiroga, Cuentos de la selva para niños, Duodecima edicion, Editorial Losada, Buenos Aires 1968, capitulo El Loro Pelado, pagina 31.
  • «Estas abejas suelen ser muy viejas, con gran experiencia de vida y tienen el lomo pelado por que han perdido todos los pelos de rozar contra la puerta de la colmena».
    • Fuente: Horacio Quiroga,  Cuentos de la selva para niños, Duodecima edicion, Editorial Losada, Buenos Aires 1968. Capitulo: La Abeja Haragana,  pagina 110.




Reseña[editar]

La selva es el escenario y personaje omnipresente de estos cuentos. Por ese entonces, Quiroga decide abandonar la comodidad del ambiente urbano para instalarse en la selva misionera. Esta, con su violencia natural incontenible, frente al hombre, aliado a veces, destructor las más, de esa naturaleza salvaje. Quiroga quiso inventar un lenguaje selvático de América, en contraposición de la tendencia del común de los escritores a imitar las modas literarias de Europa.1

Relatos[editar]















Cuentos sobrenaturales es una obra del escritor mexicano Carlos Fuentes.

Citas[editar]

  • «Sentí la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de algún rompecabezas abandonado; pero el arcón de los juguetes se va olvidando, y al cabo, quién sabrá a dónde fueron a dar los soldados de plomo, los cascos, las espadas de madera. Los disfraces tan queridos, no fueron más que eso».
  • «Y todo en México es eso; hay que matar a los hombres para poder creer en ellos»
  • «A veces como niño, separando trabajosamente cada letra; otras, nerviosa, hasta diluirse en lo ininteligible»
  • «... Si un hombre atravesará el paraíso en sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y al despertar encontrara esa flor en su mano... ¿Entonces, qué?».
  • «Lea, escriba, lleve su vida habitual»
  • «La luna acaba de asomarse y la escucho cantar; todo es tan indescriptiblemente bello»
  • «¡Cuando se es viejo, se busca la belleza y se anhelan las cosas simples!»
  • «Respétenlo todo o violenlo todo: todo será yermo, se convertirá en gelatina para las costillas sin vida de México, armazón suntuoso de la carne muerta, oscura, espantosa que va chupando palabras y quehaceres, ¡nuestro destino es el fracaso: fuimos hechos a su semejanza, laboramos sin tregua para consumarlo, en él está nuestra obra, meta y realización!»
  • «Me habían arrebatado la dignidad, la posición social, la cortesía, mi voluntad entera, ¡ahora acabarían por matar mi sexo!»
  • «Y entonces corrí fuera de los aposentos a las reacciones de aquellos hombres tan respetables, tan límpios, que en México se cuentan con los dedos de la mano»
  • «—No sé —hago un esfuerzo por sonreír—. Quizás prefiero ir de arriba hacia abajo y no...—mi falsa sonrisa se va derritiendo— ...de abajo hacia arriba»
  • «No nos olvidemos ni un minuto de que todos nosotros estamos en el mundo, poseemos un cuerpo y conocemos al mundo directamente. No se olviden nunca de que nuestros actos, son parte, desde ahora de la dinamica del mundo»
  • «¡Chingue a su madre Descartes!»
  • «—Pero el nombre es solo un concepto que acompaña a una imagen individual y con ello niega la existencia de los universales —opino el robot alemán»
  • «Uno que es Dos, que es Tres que es Uno, no es Nadie. Sobre semejante absurdo no puede asentarse la ciencia de la informática, y la teología se desacredita si Dios es Nadie».
  • «Sabemos razonar porque aprendimos igual que los niños, poquito a poco. Ni tu señor, ni adan, ni eva, la tuvierón. Nos parecemos mas a los hombres que ustedes»
  • «Un nombre es solo una aproximación a la naturaleza de las cosas»
  • «¿Que es primero? ¿el nombre o la cosa?»
    • Platón, Cratilo.
  • «Pero yo ya había leído en la escuela, el cuento de Poe traducido por Cortázar, el de la carta robada. Alli se demuestra que el mejor lugar para esconder algo, es el lugar mas obvio, el mas visible, que de tan visible se vuelve invisible»
  • «...Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...»
  • «Sin embargo, no te engañas: esos ojos fluyen, se transforman, como si te ofrecieran, un paisaje que solo tú puedes adivinar y desear»
  • «No sabemos qué es el cuerpo. No sabemos qué es el alma. Y nada nos identifica más que la ignorancia de lo que somos»
  • «—Llega, ciudad de Dios; suena, trompeta de gabriel; ¡Ay, pero cómo tarda en morir el mundo!».
  • «—Buenos días, señor Montero. ¿Durmió bien? —Si. Leí hasta tarde».
  • «—Quieren que estemos solas, señor Montero, porque dicen que la soledad es necesaria para alcanzar la santidad. Se han olvidado de que en la soledad la tentación es más grande».
  • «—El cielo no es alto ni bajo. Está encima y debajo de nosotros al mismo tiempo».
  • «—¿Me querrás siempre? —Siempre, Aura, te amaré para siempre. —¿Siempre? ¿Me lo juras? —Te lo juro —¿Aunque envejezca?¿Aunque pierda mi belleza? ¿Aunque tenga el pelo blanco? —Siempre, mi amor, siempre. —¿Aunque muera, Felipe?, ¿me amarás siempre, aunque muera? —Siempre, siempre. Te lo juro. Nada puede separarme de ti. —Ven, Felipe, ven...»
  • «No volverás a mirar tu reloj, ese objeto inservible que mide falsamente un tiempo acordado a la vanidad humana, esas manecillas que marcan tediosamente las largas horas inventadas para engañar el verdadero tiempo, el tiempo que corre con la velocidad insultante, mortal, que ningún reloj puede medir»













Las desventuras del joven Werther es una novela epistolar y semiautobiográfica de Johann Wolfgang von Goethe, publicada en 1774.

Citas[editar]

"Hay una sonata que ella ejecuta en el clavicémbalo con la expresión de un ángel: ¡tiene tal sencillez y tal encanto! Es su música favorita y le basta tocar su primera nota para alejar mi zozobra cuidados y aflicciones. No me parece inverosímil nada de lo que se cuenta sobre la antigua magia de la música ¡Cómo me esclaviza este canto sencillo! ¡Y cómo sabe ella ejecutarlo en aquellos instantes en que yo sepultaría contento una bala en mi cabeza...! ."
  • “¡Qué necios aquellos que no ven que en realidad no es importante la posición en sí, y que los que están ubicados en el primer puesto casi nunca juegan realmente el primer papel! ¡Cuántos reyes son gobernados por sus ministros y cuántos ministros por sus secretarios! ¿Y quién es entonces el primero? Aquél, creo yo, que supera a los otros y además dispone de tanta fuerza y viveza como para aprovecharse del ímpetu y las pasiones ajenas en la consecución de sus propios fines”.
  • "El hombre que por voluntad de otros, sin seguir sus inclinaciones o su propia necesidad, se consume trabajando por el dinero o por los honores, será siempre un loco."
  • "Mucho podría decirse en pro de las reglas, casi tanto puede decirse en alabanza de la sociedad burguesa. Quien se forma con arreglos a ella nunca producirá algo malo o de mal gusto, lo mismo que el que se deja guiar por las leyes y los buenos modales nunca podrá ser un vecino inaguantable ni un singular malvado, pero, dígase lo que se diga, ¡También las reglas destruyen el verdadero sentimiento de la naturaleza y la auténtica expresión!"
  • "Los sufrimientos de los hombres serían más leves si éstos -¡sabe Dios por qué los hizo así!- no se dedicasen con tal encono de la imaginación a evocar los recuerdos de los males pasados antes que a afrontar un ahora indiferente."
  • "Los malentendidos y la pereza acarrean más desaciertos en el mundo que la perfidia y la maldad juntas. Al menos estas dos son incuestionablemente más escasas."
  • "Mi corazón, este corazón, única cosa que me enorgullece, única fuente de fuerza, de felicidad y de infortunio. ¡Ah! Lo que yo sé cualquiera lo puede saber; pero mi corazón sólo lo tengo yo."
  • "Si pudiera un momento, uno solo estrecharla contra mi corazón, todo este vacío se llenaría."
  • "A nadie en este mundo le es fácil entender a los demás."
  • "Ella se detuvo, se apoyó de codos y su mirada penetró el paisaje: miró al cielo y me miró a mí, y vi sus ojos llenos de lágrimas: puso su mano en la mía y dijo "¡Klopstock!". Recordé en seguida su grandiosa oda, en que ella pensaba, y me sumergí en el torrente de impresiones que derramaba sobre mí en aquel momento."
  • "¿Qué otro destino le cabe al hombre sino el de llenar todo el camino con sus dolores, y apurar su cáliz hasta las heces?"
  • "¡Vayan al diablo los razonadores!"
  • " Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo no halla nada."
  • " Las flores de la vida no son sino vanas vivencias. ¡Cuántas se marchitan sin dejar el más mínimo rastro! ¡Cuán pocas fructifican y qué pocas de estas frutas llegan a madurar! Y sin embargo,[...] ¿podemos no hacer caso de los frutos maduros, despreciarlos y dejarlos pudrir sin disfrutarlos?"
  • " ¿Un ángel! ¿Bah! Es lo que dicen todos de la suya, ¿no es cierto? Y, sin embargo, no puedo decirte hasta qué punto es perfecta, ni por qué es perfecta... Basta. Ha cautivado todos mis sentidos.
  • " Todo lo que diga sobre ella, no es más que vana palabrería, abstracciones molestas que no expresan uno solo de los rasgos de su carácter.
  • " Vivo días tan felices como los que Dios reserva a sus santos, y de mí puede ser lo que quiera, no podré decir que no he gozado los placeres, los más puros placeres de la vida.
  • " He meditado mucho acerca del ansia que tiene el ser humano de explayarse, de hacer nuevos descubrimientos, de andar vagando de aquí para allá, para luego, sobreponiéndose a ese impulso interno, de nuevo consagrarse voluntariamente a la limitación, volviendo al curso de la costumbre, sin preocuparse por lo que ocurre a derecha e izquierda.
  • La raza humana es harto uniforme. La inmensa mayoría emplea casi todo su tiempo en trabajar para vivir, y la poca libertad que les queda les asusta tanto que hacen cuanto pueden por perderla. ¡Oh, destino del hombre!
  • La poca libertad que nos queda nos asusta tanto que hacemos cuanto podemos para perderla.
  • Hay una sonata que ella ejecuta en el clavicémbalo con la expresión de un ángel: ¡tiene tal sencillez y tal encanto! Es su música favorita y le basta tocar su primera nota para alejar mi zozobra cuidados y aflicciones. No me parece inverosímil nada de lo que se cuenta sobre la antigua magia de la música ¡Cómo me esclaviza este canto sencillo! ¡Y cómo sabe ella ejecutarlo en aquellos instantes en que yo sepultaría contento una bala en mi cabeza...!
  • Vemos gente feliz que no nos debe su felicidad, y esto nos es insoportable.
  • Siempre se ha dado el nombre de beodo o insensato a todos los hombres extraordinarios que han hecho algo grande, que parecía imposible.
  • Cuando el hombre no se encuentra a si mismo no encuentra nada.
  • Si fuera algo más superficial sería el hombre más feliz de la tierra.
  • Cada vez que veo cómo son los demás, estoy mucho más contento de ser como soy.
  • Cada día me convexo más de lo estúpido que es querer juzgar a los demás.
  • Dejaría de buen grado seguir a todos su camino si ellos me dejaran andar a mí por el mío.
  • En el fondo lo único que quiero es aproximarme más a Carlota.
  • Que diferente me parece todo cuando camino por los lugares que atravesamos aquel día.
  • Sí; yo no soy otra cosa que un viajero, un peregrino en el mundo. ¿Y tú? ¿Eres algo más?
  • Sólo Dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás.
  • Quererla es pecado…. ¿Pecado?
  • Al dirigir mis ruegos a Dios, no puedo decir: “¡Conservádmela!” Y, sin embargo, hay momentos en que creo que me pertenece. Tampoco puedo decir: “¡Dádmela!”, porque pertenece a otro. Así es como me agito sin cesar sobre mi lecho de dolores.
  • "¡Siento tantas cosas… y mi pasión por ella devora todo! ¡Tantas cosas! Y sin ella, todo se reduce a nada." (27 de octubre, por la tarde.)
  • En una nota ruego a tu padre que proteja mi cadáver. En el cementerio hay dos tilos, en el rincón del fondo, hacia el campo, allí me gustaría descansar. Él puede hacerlo y lo hará por su amigo. Pídeselo tú también. No quiero forzar a cristianos piadosos a que su cuerpo repose junto al de un pobre desgraciado. ¡Ah!, yo quisiera que me enterraseis al borde del camino o en un valle solitario para que sacerdotes y levitas al pasar de largo junto a la piedra en la que está grabado mi nombre se santigüen y el samaritano derrame una lágrima.




Las penas del joven Werther, que también ha sido titulada con múltiples nombres, entre los que cabe mencionar Las desventuras del joven Werther,1​ Las penas del joven Werther,2​ Los sufrimientos del joven Werther,3​ o simplemente El joven Werther (en alemánDie Leiden des jungen Werthers), es una novela epistolar semiautobiográfica de Johann Wolfgang von Goethe, publicada en 1774. La escena principal muestra fundamentalmente la traducción alemana de Goethe de una porción del ciclo de poemas Ossian que, aunque originalmente se consideraban traducciones de obras antiguas, posteriormente se descubrió que habían sido escritos por James Macpherson.[cita requerida]
Werther es una novela importante del movimiento Sturm und Drang en la literatura alemana. Es uno de los pocos trabajos de este movimiento que Goethe escribió antes de que, junto a Friedrich von Schiller, comenzara el movimiento Weimar. También influyó en la literatura del Romanticismo que siguió a este movimiento.
El libro4​ hizo que Goethe se convirtiera en una de las primeras celebridades literarias. Hacia el fin de su vida, viajar a Weimar y visitar al maestro era un ritual para muchos jóvenes que viajaban a Europa. Muchos de los que lo visitaban, sólo habían leído ese libro, entre todos los que él había escrito.


Las penas del joven Werther se presenta como una colección de epístolas escritas por Werther, un joven artista de temperamento sensible y enamorado, a su amigo Guillermo. En estas cartas, Werther revela datos íntimos de su estancia en el pueblo ficticio de Wahlheim (basado en la ciudad de Garbenheim), donde queda encantado por las tradiciones simples de los campesinos. Werther huye de la banalidad y la incomprensión de su ciudad natal cuando llega a Wahlheim, en un baile conoce y se enamora de Lotte (forma hipocorística de Charlotte —Carlota en español—), una hermosa joven que cuida a sus hermanos después de la muerte de su madre. Desafortunadamente, Lotte ya está comprometida con Albert, un hombre once años mayor que ella. Werther cultiva una amistad íntima con Charlotte y Albert a pesar de la pena que esta relación le produce, pena que finalmente lleva a Werther a abandonar Wahlheim para dirigirse a Weimar intentando olvidar a Lotte. Allí conoce a Fräulein von B. Werther sufre una gran pena al enterarse de la boda de Lotte y Albert.
Tiempo después regresa a Wahlheim, donde sufre más que nunca, ya que Lotte y Albert están casados. Cada día que pasa le recuerda que Lotte nunca podrá corresponder su amor. Con pena por Werther y respeto por su esposo, Lotte decide que Werther no debe visitarla tan frecuentemente. Él la visita por última vez y después de recitar un pasaje de Ossian, ambos se besan, Lotte se encierra en una habitación y pide a Werther que se vaya. Werther sabía, antes de este incidente, que uno de ellos —Lotte, Albert o Werther— tenía que morir. Incapaz de hacerle daño a otro ser, Werther no ve más opción que el suicidio.
Lotte ante la tumba de Werther.
Después de escribir una carta de despedida (para que fuera encontrada después de su muerte), le escribe a Albert pidiéndole dos pistolas con la excusa de que las necesitaba para un viaje. Albert recibe esta petición en presencia de Lotte, a quien le pide que le mande las pistolas, a lo cual ella accede aunque temblando, pues sabe que Werther es capaz de suicidarse. Luego, Werther se quita la vida en el momento en el que suenan las campanas de medianoche en Wahlheim.
Tras el disparo, su criado encuentra su cuerpo moribundo que tardará varias horas en morir. Será sepultado a las afueras del cementerio, pues según la tradición los suicidas no merecen ser enterrados en un camposanto. Será su amigo Guillermo quien narre el último tramo de la historia al final del libro.

Inspiración y paralelismos[editar]

Goethe mencionó en su primera versión de su 'Römische Elegien', que su sufrimiento juvenil fue en parte inspiración para la creación de la novela. Cuando terminó sus estudios de Derecho en el verano de 1772, Goethe encontró empleo en la Cámara Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico en Wetzlar.
Goethe cultivó la amistad del secretario Karl Wilhelm Jerusalem. La noche del 9 de junio de 1772, los dos amigos estaban presentes en un baile. En este evento social, Goethe conoció a la joven Charlotte Buff y su prometido, Johann Christian Kestner, un hombre mayor. Goethe se enamoró instantáneamente de Charlotte. Goethe galanteó a Charlotte y la relación entre ambos entró en un ciclo de amistad y rechazo. Charlotte fue honesta con Goethe y le dijo que no había esperanza de una aventura. El 10 de septiembre, Goethe se fue sin despedirse.
Los paralelismos entre este incidente y la novela son evidentes. Charlotte Buff, como su contraparte en la novela, era la hija de un oficial y tenía muchos hermanos. Goethe, como Werther, encontró difícil terminar sus trabajos. Goethe y Werther celebran su cumpleaños el 28 de agosto, y ambos abandonaron a sus amadas el 10 de septiembre. La novela también cuenta con varios eventos paralelos o similares en la vida del amigo de Goethe, Jerusalem. Al igual que Werther, Jerusalem se suicidó. Goethe fue informado de que el motivo de este acto era el amor no correspondido que Jerusalem sentía hacia la mujer de otro hombre. Jerusalem también se suicidó con pistolas prestadas.

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