miércoles, 16 de marzo de 2016

IMPERIOS

Imperio Maurya


El Imperio Maurya (मौर्य राजवंश Maurya Rājavśa) fue el primer gran imperio unificado de la India. Regido por la dinastía Maurya, duró desde 320 a. C. hasta 185 a. C. (fechas probables), dominando todo el norte y centro de la India y algunas regiones de Afganistán y Pakistán.
Originado del reino de Magadha en los llanos de la cuenca Indo-Ganges en la hoy moderna ciudad de Bihar yBengala, con su capital Pataliputra (cerca de la moderna Patna), el Imperio fue fundado en el año 321 a. C. porChandragupta Maurya,1 que había derrocado a la Dinastía Nanda y comenzado a ampliar su poder a través de la India central y occidental.
El imperio fue expandido hacia el norte, a lo largo de las fronteras naturales del Himalaya, y al este hacia el hoy estado de Assam. Al oeste, alcanzó más allá de Pakistán e incluyó Beluchistán en Persia y partes significativas del ahora Afganistán, incluyendo Herat y las provincias de Kandahar. El Imperio fue ampliado en las regiones centrales y hacia el sur de la India por el emperador Bindusara, pero esto excluyó una pequeña parte de las regiones inexploradas cerca de Kalinga.
Después de la conquista de Kalinga, Ashoka el Grande termina la extensión militar del Imperio. Los reinos dePandya y Cheras en el sur de la India conservaron así su independencia, aceptando la supremacía del emperador Maurya. El Imperio Maurya fue quizás el mayor imperio que haya gobernado el subcontinente indio hasta la llegada de los británicos. Su decadencia comenzó cincuenta años después de la muerte de Ashoka, y se disolvió en el año 185 a. C. con la fundación de la dinastía shunga, en Magadha.
Bajo Chandragupta, el Imperio Maurya liberó la región que estuvo bajo la ocupación macedonia. Chandragupta derrotó a los invasores conducidos por Seleuco I, un general griego del ejército de Alejandro. Bajo Chandragupta y sus sucesores, tanto el comercio interno como externo, la agricultura y las actividades económicas prosperaron y se ampliaron a través de la India gracias a la creación de un sistema único y eficiente de finanzas, administración y seguridad. Después de la Guerra de Kalinga, el Imperio experimentó medio siglo de paz y seguridad bajo Ashoka: la India era un Imperio próspero y estable de gran poder económico y militar, cuya influencia política y comercio se extendieron a través del Asia central, occidental y Europa.
La India también disfrutó de una era de armonía social, la transformación religiosa, y la extensión de las ciencias y del conocimiento. El abrazo de Chandragupta Maurya a la religión yaina aumentó la renovación social y religiosa y la reforma a través de su sociedad, mientras que la conversión de Ashoka al budismo fue la fundación del reinado de paz social y política y no violencia a través de la India. Ashoka patrocinó la extensión de los ideales budistas en Sri Lanka, el sudeste de Asia, el Asia occidental y el Mediterráneo europeo. Se cree que en esta época se escribió el texto ateísta Brihaspati sutras, lo que podría indicar la libertad religiosa sin precedentes que se vivió en esta época.
El ministro Kautalya de Chandragupta escribió el Artha shastra, uno de los mayores tratados sobre economía, política, asuntos exteriores, administración, artes militares, guerra y religión alguna vez producido en Asia. ElArtha-sastra y los Edictos de Ashoka son las fuentes primarias de los registros escritos sobre los maurya. El Imperio maurya es considerado uno de los períodos más significativos en la historia india. El capitel de los leones de Ashoka en Sarnath es el actual emblema de la India.

Historia

Período de formación

Cuando Alejandro Magno conquistó el noroeste de la India en el 326 a. C., estableció una alianza con el rey Ambhi de Taxila (llamado Taxiles u Omphis en las fuentesgriegas), con cuyo apoyo logró vencer, en la batalla del Hidaspes, al rey Poros de Pauravas, un reino de Panyab occidental. Alejandro creó varios Estados vasallos, gobernados por los reyes Ambhi y Poros (tras atraerlo a su causa), fundando varias fortalezas. En la región del bajo Indo, Alejandro dejó como gobernador a Peithon, y en la del alto Indo a Filipo, que se estableció en la ciudad de Taxila.
A la muerte de Alejandro en Babilonia (323 a. C.), su imperio se fragmentó y se fundaron numerosos reinos nuevos. En la India, Chandragupta Maurya aprovechó para crear el primer imperio unificado del subcontinente indio.

Chandragupta Maurya

En 320 a. C., un nuevo monarca, Chandragupta, derroca a la dinastía reinante en la ciudad de Magadha, los Nanda, e instaura una nueva dinastía, la Maurya.
Chandragupta entró de nuevo en conflicto con los griegos, cuando, en el 305 a. C.Seleuco I, monarca del Imperio seléucida, intentó reconquistar las regiones noroccidentales de la India que habían formado parte del Imperio de Alejandro. Chandragupta derrotó a Seleuco, y ambos monarcas firmaron un tratado de paz. Chandragupta contrajo matrimonio con la hija de Seleuco y recibió los territorios de Gandhara y Aracosia. Seleuco recibió 500 elefantes de guerra, que jugarían posteriormente un papel decisivo en su victoria contra los reinos helenísticos occidentales en la batalla de Ipso, en 301 a. C. Ambos reinos establecieron relaciones diplomáticas, y varios embajadores griegos, como el historiador Megástenes, residieron en la corte Maurya.
Chandragupta, asesorado por Kautalya, creó un Estado fuertemente centralizado con una compleja administración. La capital del imperio estaba en Pataliputra, actualPatna (en Bihar); según Megástenes, estaba rodeada por una muralla de madera con 64 puertas y 570 torres y rivalizaba en esplendor con las ciudades coetáneas Susa yEcbatana del extinto Imperio persa.

Bindusara

Bindusara, hijo de Chandragupta, extendió el Imperio hasta la India central y meridional. Existe muy escasa información acerca de su reinado. En su corte hubo también un embajador del Imperio seléucida, llamado Démaco, y un representante de Ptolomeo Filadelfos, llamado Dyonisos.

Ashoka

Ashoka (Aśoka) (273232 a. C.), nieto de Chandragupta, es el más importante de los monarcas del Imperio maurya.
Tras varias campañas militares, amplió el antiguo reino de Magadha hasta Afganistán y Bengala, y desde Nepal hasta el río Krishna, en el Decán. Se convirtió albudismo, según la inscripción que figura en uno de sus edictos rupestres, a causa de los remordimientos que le causaron sus sangrientas conquistas en Kalinga (actualOrissa), y decidió adoptar como norma de conducta en su reino la ley del dharma. Su política estuvo caracterizada por los ideales de no violencia, tolerancia religiosa y respeto por los padres, maestros y mayores. Envió misioneros budistas a CachemiraPersia y Sri Lanka. Convocó en Pataliputra el tercer concilio budista.

Capitel de Ashoka.
Sus edictos fueron grabados sobre piedra o en pilares monolíticos de arenisca, llamados lat o stambha, que se colocaron por todos los lugares de su imperio. Estos pilares muestran inscripciones en diferentes dialectos vernáculos del prácrito y constituyen los ejemplos más antiguos conocidos de utilización de los alfabetos brahmi y kharosthi. En las zonas fronterizas del Imperio —por ejemplo, en Kandahar— se emplearon también lenguas como el griego y el arameo. Los edictos de Ashoka son una de las principales fuentes de información sobre su reinado.
Construyó, según la tradición, 84.000 stupas budistas por toda la India, así como carreteras y hospitales. Erigió un gran palacio en su capital, Pataliputra, inspirándose en el arte persa.
El llamado capitel de Ashoka, que remata la columna de Sarnath, es en la actualidad el escudo oficial de la India. Presenta en relieve figuras de caballos, toros, elefantes y leones; en el centro, la rueda del budismo y, encima de ella, tres leones.

Decadencia

La decadencia del Imperio se inició posiblemente en los últimos años de la vida de Ashoka, tal vez por los privilegios otorgados por el monarca a la religión budista en detrimento del hinduismo. A la muerte de Ashoka, el reino se dividió entre su hijo Kunala y sus nietos Dasaratha y Samprati, a la vez que los territorios meridionales del Imperio se independizaron. Los Puranás mencionan otros tres reyes, el último de los cuales es Brihadratha, cuya muerte (y por tanto el final del Imperio maurya) se ha situado entre los años 187 y 180 a. C.
Fue asesinado por un usurpador, Pusiamitra, quien fundó el imperio Shunga.
También fue la decadencia de la cultura de la cerámica negra pulida norteña (una cultura de baja tecnología que existió entre el siglo VIII y el II a. C.), que dejó rastros en la importante llanura gangética, entre los ríos Ganges y Yamuná, en el centro-norte de la India.

La administración del imperio

El imperio estaba dividido en cinco virreinatos: el emperador gobernaba directamente el primero, cuya capital era Pataliputra; los otros cuatro gobernantes (príncipes reales o kumara), nombrados por el emperador, se hacían cargo de las otras capitales: Taxila (en el actual Pakistán), al noroeste del reino; Tasali (en Kalinga, actualOrissa), al este; Ujjain o Ujayin (en el actual Madhya Pradesh), al oeste; y Suvarnagari (en el actual Andrhra Pradesh), al sur. Cada uno de estos virreinatos se dividía a su vez en distritos, gobernados por mahamatras y con su propio cuerpo de funcionarios encargados de las diferentes tareas administrativas.

El Imperio Maurya
El imperio Maurya abarcó la mayor parte del subcontinente indio desde finales del siglo IV aC hasta principios del siglo II aC. Chandragupta Maurya, el fundador de la dinastía, tomó el control de la dinastía Nanda que había gobernado Magadha (el sur del moderno Bihar, en el norte de la India) desde su capital en Pataliputra (el moderno Patna). Según la tradición literaria india, Chandragupta Maurya se convirtió en soberano con la ayuda de Kautilya (o Canakya), un ministro brahmán considerado tradicionalmente el autor del Arthasastra, un manual sánscrito de gobierno. Se han conservado relatos contemporáneos de la vida política, social, económica y religiosa en el norte de India durante el período Maurya gracias a las crónicas fragmentarias de Megástenes, un embajador Seléucida. Cuando Chandragupta Maurya renunció al control de Bindusara hacia el 297-8 aC, su dominio alcanzaba desde el valle del Ganges-Yamuna hasta las fronteras noroccidentales del subcontinente indio. Bindusara extendío después las fronteras del imperio Maurya hasta la península del Deccan en el sur de la India, antes de morir en el año 272 aC.
El imperio Maurya llegó a su cénit durante el reinado de Asoka (que reinó entre ca. 268-232 aC). Se han encontrado inscripciones de Asoka en monumentos de piedra en el noroeste de Pakistán y el este de Afganistán, el oeste de la India (Gujarat y Maharashtra), el sur de la India (Karnataka y Andhra Pradesh), y el este de la India (Orissa), demostrando una red de control administrativo que se extendía desde Pataliputra. Estas inscripciones estaban escritas en varios dialectos vernáculos del prácrito, y son los ejemplos más antiguos de escritura en brahmi y kharosthi. Traducciones bilingües al griego y al arameo en Kandahar e inscripciones arameas en el este de Afganistán ilustran la importancia de promulgar su mensaje a las gentes de las zonas fronterizas en sus propias lenguas. Las series mayores y menores de edictos sobre roca, inscripciones en pilares de piedra arenisca pulida, e inscripciones en las cuevas dan constancia de las proclamaciones públicas sobre las políticas morales y administrativas de Asoka, declaraciones a la comunidad budista (sangha), y donaciones a los Ajivikas (otra comunidad heterodoxa que recibió el patrocinio Maurya). La conquista de Kalinga (el moderno Orissa) en año ocho de su reinado provocó que Asoka expresara su remordimiento en el treceavo edicto mayor sobre roca. En este edicto, proclama a sus descendientes y súbditos que ellos deberían “considerar la conquista del Dharma como la verdadera conquista." Asoka implora a la gente y a los ministros de su reino que vivan y gobiernen según los principios del Dharma, que en su opinión incluye los ideales de no violencia, tolerancia religiosa, y respeto por los padres, maestros y mayores.
A pesar de que las políticas del Dharma esbozadas en las inscripciones de Asoka no se corresponden son precisión con las doctrinas budistas, Asoka se proclamó un ardiente patrón laico del Budismo que visitó personalmente muchos lugares de peregrinaje relacionados con hechos de la vida del Buda histórico. Los textos budistas proporcionan muchas ilustraciones del papel de Asoka dando donaciones a laSangha, redistribuyendo reliquias de Buda y convocando el tercer concilio budista en Pataliputra. Con el apoyo de Asoka, los misioneros budistas (según los textos pali, estos incluían a su hijo Mahinda y su hija Samghamitta) expandieron la red de instituciones monásticas budistas por todo el imperio Maurya y Sri Lanka, Cachemira y el valle de Swat. Los restos arqueológicos de stupas y monasterios establecidos durante el periodo Maurya muestran que los centros budistas en estas regiones funcionaron como bases para la transmisión del Budismo hacia el Sureste asiático y Asia Central.
La sucesión de soberanos Maurya después de Asoka no es segura, ya que las genealogías de los textos que nos han llegado difieren. Según el Divyavadana, un texto budista sánscrito, el sucesor inmediato de Asoka, Kunala, no gobernó; sino que fue su hijo Samprati (conocido en la literatura jainí como su gran patrón) quien se convirtió en emperador Maurya. El último soberano Maurya según las fuentes puránicas fue Brihadratha, que fue derrocado hacia el 185 aC por Pusyamitra, el fundador de la dinastía Shunga. Aunque cincuenta años después de la muerte de Asoka el imperio Maurya se había desintegrado, su legado se preserva en sus numerosas inscripciones (que son indispensables para comprender la historia antigua de la India), se menciona en numerosas tradiciones literarias (incluyendo la sánscrita, las fuentes clásicas occidentales y los textos budistas tibetanos y chinos), y en las tradiciones artísticas Maurya, a las que se debe el león principal del pilar de Asoka en Sarnath, que es ahora el sello oficial del gobierno de la India.


El primer imperio documentado de la India fue el construido por la dinastía maurya (322-187 a.C.), siendo también artífice del primer arte indio y del establecimiento delbudismo como religión oficial. 
Los gobernantes maurya establecieron un gobierno centralista y sentaron las bases para la futura administración de los territorios indios. El imperio fue dividido en cinco virreinatos, cada uno con una capital. El primero fue gobernado directamente por el emperador, con capital enPataliputra. Los otros cuatros fueron encargados a virreyes, que respondían directamente al emperador. Eran los de Taxila, Tasalia, Ujjain y Suvarnagiri. Cada virreinato estaba a su vez dividido en distritos, al frente de los cuales estaban los mahamatras, auxiliados por un numeroso grupo de funcionarios. Éstos se encargaban de tareas diversa como la inspección, la administración y la justicia. 
Los emperadores maurya dispusieron, por último, de un cualificado cuerpo de diplomáticos, que fueron enviados tanto a Occidente como al sur de la India y Sri Lanka.


  1. Historia y Arte de los Mauryas

Este artículo inicial sobre la historia de la India dedicado a la dinastía Maurya, después de trazar la formación de los primeros estados que la precedieron, aborda el surgimiento y expansión de su imperio para luego estudiar su arte y arquitectura. Es un documento de tipo hipertexto pues clicando en los enlaces (de color marrón) se puede acceder a las fuentes escritas y a imágenes de edificios y esculturas. Un mapa, sumado a los dos de la página de geografía, ayuda a ubicar ciudades y estructuras y a comprender la situación política. He incluido, además, una lista de gobernantes y otra de monumentos.

  1. Los Antecedentes
    La India emerge muy lentamente en la historia por la casi total ausencia de fuentes tanto internas como externas. Sólo con la captura por parte de los persas aqueménidas de las regiones del extremo noroeste del subcontinente y su incorporación como satrapías de su imperio se filtran al occidente algunas noticias del país las cuales recoge Heródoto en su “Historia” (430-426 aC). Más tarde, Alejandro, siguiendo la huella de los persas, aborda los confines de la India y sus lugartenientes agregan un testimonio directo aunque no siempre fidedigno que perdura de manera fragmentaria en las obras de los autores clásicos. Información más substancial proporcionan las fuentes budistas que afirman la existencia de 16 estados mayores (maha-janapadas) y multitud de otros menores en la mitad norte del país a mediados del primer milenio aC. La mayoría se repartía el valle del Ganges, otros ocupaban el área centro-occidental y dos el noroeste, en los confines del Indo. La monarquía era la forma de gobierno usual, pero muchos de los estados más pequeños, conservando resabios de una organización tribal, estaban regidos por asambleas de notables, encabezadas por un jefe, pudiendo categorizarse como repúblicas oligárquicas. El estado de Magadha ocupando el sur del actual Bihar en una posición ideal para dominar el transporte de mercaderías sobre el Ganges oriental y con acceso a los yacimientos de Chota Nagpur, proveedores de hierro para herramientas y armas más efectivas, terminó por absorber a sus rivales. La historia de Magadha es oscura, pero sabemos que su política expansionista continuó con la dinastía Nanda cuyo fundador Mahapadma, coronado en 343 aC, era inusualmente un śudra, es decir un miembro de la última de las cuatro grandes divisiones socio-religiosas. Los Nandas lograron en su corta existencia llenar los cofres del erario, gracias al eficiente cobro de impuestos, lo que les permitió financiar un formidable ejército, instrumento de su hegemonía sobre territorios cada vez mas dilatados y sustento de una ambición imperial que sólo el golpe de estado dirigido por Candragupta Maurya en 321 aC pudo frustrar.
    En este tiempo, la aldea es todavía la unidad básica de una sociedad eminentemente agrícola sustentada, sobre todo, por el alto rendimiento del cultivo del arroz. Se afianza, sin embargo, una nueva etapa de urbanización, dos mil años después que una primera, la del valle del Indo, se había eclipsado y caído en el olvido. Todavía conocemos poco de estas ciudades incipientes, aparte de su hábito de rodearse de grandes murallas construidas con ladrillos de barro o ladrillos cocidos y, ocasionalmente, con bloques de piedra. El tráfico de mercancías por el Ganges (ver mapa a continuación) era de una importancia crucial para el comercio, conectándose la vía fluvial con la marítima en Tamralipti (Tamluk), puerto de la costa de Bengala adonde llegaban barcos de cabotaje provenientes del sur del país y de Sri Lanka. En el oeste, el puerto de Bharuch (Bhrigukaccha) en el golfo de Cambay proporcionaba una salida hacia el Mar Arábigo, mientras que Taxila, capital de Gandhara, controlaba la ruta terrestre hacia Irán y el Asia Central. Los crecientes intercambios impulsaron la acuñación de las primeras monedas, “grabadas con punzón” en una sola cara, a partir del siglo V aC, con diseños que permitían distinguir la proveniencia. En este período se forman, asimismo, las primeras corporaciones de artesanos y muchos oficios se hacen hereditarios sentando las bases del sistema de castas. 


  1. El Imperio Maurya
    Una nueva era se inició cuando los Nandas de Magadha fueron derrocados por un tal Candragupta Maurya (c. 321-297 aC) inaugurando así una de las más famosas dinastías de la India antigua. Puede afirmarse que con los Mauryas comienza, de verdad, la historia de la India pues por primera vez contamos con documentos escritos autóctonos. Al mismo tiempo, aparecen los primeros monumentos y obras de arte. El nuevo soberano consolidó la toma nominal del poder mediante campañas militares en el norte y centro del país incorporando a sus dominios el Panjab, todo el valle del Ganges y Orissa para fundar, de hecho, el primer “imperio” del subcontinente. Su mayor empresa de política exterior fue enfrentarse al heredero de Alejandro en Asia, uno de sus generales que con el nombre de Seleuco Nicator I gobernaba el ex imperio persa. La potencia seléucida carecía, sin embargo, de los recursos humanos y militares necesarios para controlar un área tan extensa y ante unos Mauryas en ascenso debió ceder las tierras situadas al sur y al este del Hindu Kush a Candragupta mediante un tratado firmado en el 305 aC. El nuevo status quo fue cimentado por un regalo de 500 elefantes de guerra por parte de Candragupta, por una alianza matrimonial y por intercambio de embajadores.
  La capital de los Mauryas era Pataliputra (moderna Patna) situada a orillas del Ganges, en la región de Magadha, centro político (aunque no geográfico) del imperio. Se trataba de una ciudad relativamente nueva fundada hacía poco más de un siglo por Ajatasatru, un rey local, como un mero fuerte. En ella se instaló el griego Megástenes, embajador seléucida ante los Mauryas, quien escribió una descripción de la India en la que incluyó no pocos datos sobre su organización social y política. Su obra, intitulada “Índica”, no sobrevivió íntegra el paso del tiempo, pero perdura como epítome en la obra de Arriano y de otros autores clásicos constituyendo una de las principales fuentes para el conocimiento de este período. El griego comenta que la ciudad: 

  1. “Tiene la forma de un paralelogramo y está cercada por un muro de madera con troneras para descargar flechas. Posee, además, un foso para defensa y para recibir las aguas servidas”. 

  1. “Se extiende con sus barrios habitados hasta una longitud máxima de 80 estadios (c. 14,5 km) y su anchura es de 15 estadios (c. 2,7 km) estando rodeada por un foso de 600 pies (183 m) de ancho y 30 cúbitos (13,7 m) de profundidad. Su muralla está coronada con 570 torres y se abre por 64 puertas”. 

    La arqueología, además de confirmar varias de estas observaciones, descubrió un gran hall de influencia aqueménida, sustentado por un bosque de columnas, seguramente parte de un palacio real de Candragupta o de alguno de sus sucesores. Megástenes se interesó, también, por el estado y la sociedad Mauryas concibiendo al primero como altamente centralizado y gobernado por una burocracia organizada minuciosamente, subordinada a un rey cuyo estatus era realzado por un magnífico ceremonial.
Sus extensos viajes por la India le permitieron obtener información de primera mano sobre su sociedad aunque las barreras culturales pueden haber nublado su interpretación. La describió como compuesta por siete estratos constituidos por filósofos, agricultores, pastores, artesanos, soldados, magistrados y consejeros, afirmando erróneamente la inexistencia de la esclavitud cuya realidad es atestiguada por otros documentos aunque su escala y valor productivo fueron mucho menores que en el mundo grecorromano. También es cuestionable su aseveración de que toda la tierra pertenecía al rey confundiendo, quizás, propiedad con un sistema eficaz de cobro de impuestos los que, por cierto, habían devenido una de las principales fuentes de ingresos del estado en una economía mayoritariamente agraria.
    Aún más importante que Megástenes para comprender al mundo Maurya, es el Artha-śāstra (“Ciencia de la Prosperidad”), un manual de economía política y administrativa atribuido por la tradición a Kautilya, un ministro de Candragupta quien mediante una estrategia maquiavélica habría facilitado su acceso al puesto supremo. La datación de esta obra esencial es, empero, problemática ya que si bien la versión disponible parecería ser del siglo II o III dC, una buena parte de su material sería una reelaboración de otro más antiguo. Un segundo problema surge de la índole teórica e idealista del texto cuyas precisiones sobre el funcionamiento del estado no reflejan necesariamente la realidad ni son aplicables sin corroboración a esta era. ElArtha-śāstra propone un modelo de gobierno centralizado y detalla puntillosamente una maquinaria burocrática que no excluye el uso de espías y no retrocede ante el asesinato. Según el mismo, las actividades económicas deben estar, en su mayor parte, estrechamente reguladas por los funcionarios y ligadas en última instancia al rey. Confiando en la veracidad de este texto y en los comentarios de Megástenes muchos han supuesto que el estado Maurya, a diferencia de otros posteriores, fue un verdadero imperio cuya gran extensión, aumentada por Bindusara (297-272 aEC) a la península del Deccán, sólo fue posible mediante un firme gobierno monopólico. Esto no parece demasiado verosímil si tenemos en cuenta que durante toda la historia india nunca se vio una organización tan sólida del estado, que la escritura necesaria para una administración eficiente recién nacía y que, como veremos a continuación, la construcción Maurya colapsó apenas unas décadas después de su principio.

    Bindusara había completado la obra de su padre Candragupta al conquistar la mayor parte de la península aunque no su extremo sur ni tampoco el interior habitado por tribus indómitas, limitándose a controlar las regiones costeras. Su hijoAśoka (272 o 268-232 aEC), en cambio, se contentó con conservar estas ganancias manteniendo relaciones amistosas con los reinos meridionales. La fama de Aśoka no depende de su capacidad militar sino de una serie de edictos distribuidos en lugares concurridos del país y redactados para facilitar su comprensión por todo el pueblo en varias lenguas vulgares (prácritos), además de en griego y arameo en el extremo noroeste. La serie más completa de sus inscripciones es la de los “edictos mayores”, catorce en total, grabados en la roca; los “edictos menores”, sobre el mismo material, tienen un alcance más limitado. Otros siete edictos se encuentran burilados en impresionantes pilares de piedra pulida, de una docena de metros de altura, coronados por esculturas.
Los edictos predican un nuevo orden moral o Dhamma (Dharma en sánscrito) motivado, según la confesión del propio Aśoka (nombrado como Piyadasi en las inscripciones), en su arrepentimiento por la destrucción causada por él al conquistar Kalinga (Orissa) en el 260, de hecho la única campaña digna de mención durante su período:

“El rey Piyadasi, amado de los dioses, conquistó Kalinga ocho años después de su coronación. Ciento cincuenta mil fueron deportados, cien mil fueron asesinados y muchos otros murieron. Después de la conquista de Kalinga, el amado de los dioses experimentó una poderosa atracción por el Dhamma, amor por el Dhamma y por la enseñanza del Dhamma. Ahora, el amado de los dioses siente un profundo remordimiento por la conquista de Kalinga y gran pena por las muertes, asesinatos y deportaciones que tienen lugar cuando se subyuga a un país libre”.
  1. Edicto mayor N° 13 (en la roca)

Aśoka en algún momento se convirtió al budismo como lo declara explícitamente en los “edictos menores”, pero el Dhamma si bien está inspirado por el pensamiento budista no contiene elementos doctrinarios sino que se aplica a todos los hombres cualesquiera sean sus creencias o religión:

“El rey Piyadasi, amado de los dioses, dice: no hay don como el don del Dhamma, el conocimiento del Dhamma, la difusión del Dhamma, la relación con el Dhamma. Consiste en lo siguiente: conducta apropiada hacia empleados y sirvientes, respeto a padre y madre, generosidad con los amigos, relaciones, brahmanes y ascetas, y no matar a los seres vivientes”.
  1. Edicto mayor N° 11 (en la roca)

El rey nombró una serie de oficiales encargados de verificar el cumplimiento del Dhamma y de evitar injusticias judiciales al mismo tiempo que tomó medidas prácticas para el bienestar general:

“El rey Piyadasi, amado de los dioses, dice: hice plantar bosquecillos de mango e higueras de Bengala a la vera de los caminos para dar sombra a hombres y animales. Hice cavar pozos y construir posadas y en varios lugares manantiales para el uso de hombres y animales. Pero esos son logros menores. Estas cosas para contentar a la gente las han hecho, también, otros reyes. Mi propósito es alentar a la gente a practicar el Dhamma”.
  1. Edicto mayor N° 7 (en pilares)

El Dhamma no es sólo para el presente sino también para la posteridad:

“Hice escribir este edicto sobre el Dhamma con el fin de persuadir a mis hijos y nietos a no emprender nuevas conquistas militares o si estas ocurren que imperen clemencia y lenidad o, mejor aún, que la conquista sea sólo a través del Dhamma que fructifica en este mundo y en el siguiente”.
  1. Edicto mayor N° 13 (en la roca)

“El amado de los dioses dice: dondequiera haya pilares o lajas de piedra, este edicto sobre el Dhamma debe ser grabado para perdurar mientras vivan mis hijos y nietos y mientras el sol y la luna brillen. Así, la gente recibiendo instrucción pueda practicarla y practicándola alcance la felicidad en este mundo y en el próximo”.
  1. Edicto mayor N° 7 (en pilares)

    Las inscripciones de Aśoka constituyen el testimonio inicial de la escritura en la India la cual habría sido introducida desde el Medio Oriente vía el imperio persa. La mayoría de las mismas utiliza un alfabeto, más precisamente un silabario, leído de izquierda a derecha, llamado brahmi, cuya filiación es bastante controvertida aunque, en última instancia, derivaría de precursores semíticos profundamente reelaborados para adaptarlos a la fonología indoaria. El origen del kharosthi, un segundo alfabeto usado en el noroeste del país y leído en sentido inverso al anterior, es más claro ya que parece descender del arameo, un pariente cercano del hebreo. Los pilares de Aśoka no sólo son importantes en la historia de la escritura sino también en la historia del arte, particularmente por los magníficos capiteles zoomorfos en el ápex de sus altos fustes monolíticos que se cuentan entre las primeras esculturas del subcontinente.

    Aśoka protegió todas las religiones citando en sus edictos a budistas, jainistas, brahmanes y ajivikas (una secta fatalista), excavando para estos últimos varias cuevas donde refugiarse en la estación de las lluvias.
El más favorecido fue, sin embargo, el budismo enviando Aśoka una misión proselitista a Sri Lanka, encabezada por su hijo (o hermano menor) Mahendra, para promover su implantación en ese país. Mantuvo, también, una activa relación diplomática con los seléucidas mediante el intercambio de embajadores y estableció contactos, según lo afirma en una de sus inscripciones, con Antíoco II de Siria, Ptolomeo III de Egipto, Antígono Gonatas de Macedonia, Magas de Cirene y Alejandro de Epiro. Aśoka, como otros soberanos Mauryas, emitió monedas similares, en líneas generales, a las acuñadas por los maha-janapadas aunque las formas se tornaron más regulares y uniformes a lo largo de todo el imperio predominando las emisiones cuadradas con cuatro pictogramas a las que siguieron otras redondas más pequeñas. A las series de plata se sumaron otras en cobre, de menor valor, innovándose con un método que empleaba el metal fundido para verterlo en moldes permitiendo la aplicación de diseños en ambos lados de la moneda.
   Los cincuenta años posteriores a la muerte de Aśoka son un anticlímax al estar marcados por la decadencia y la desintegración del imperio. Este se redujo rápidamente hasta quedar limitado al núcleo original de Magadha yBrihadratha, el último de los Mauryas, fue asesinado en 185 aEC por su comandante en jefe para fundar la dinastía Śunga.


  1. El Arte Maurya
    La leyenda cuenta que el reparto de los restos del Buda después de su cremación originó una guerra entre siete poderosos reyes los que luego de un arbitraje aceptaron compartir sus reliquias. Cada uno de los monarcas acordó, también, construir un stupa, una suerte de gran montículo conmemorativo, para albergarlas. Aśoka habría destruido estos stupas primordiales, con el fin de recuperar las preciadas reliquias y distribuirlas en el excesivo número de 84.000 nuevos stupas. Estas ficciones contienen un fondo de verdad al subrayar el rol clave del rey Aśoka en la historia religiosa y artística de la India señalando, asimismo, al stupa como la forma más significativa de arquitectura durante el apogeo de los Mauryas. Este era inicialmente de tierra, pero luego fue reemplazado por estructuras más permanentes. Restos de un stupa temprano fueron revelados por las excavaciones de Vaiśali, no lejos de la capital Pataliputra. Hecho con ladrillos cocidos y provisto de pequeñas plataformas salientes en los puntos cardinales, fue agrandado en tres oportunidades, comenzando en la era pre-Maurya. El núcleo inicial de otro stupa de esta época, el Dharmarajika en Sarnath (cerca de Varanasi), era al igual que el anterior de ladrillo siendo, luego, englobado por estructuras de piedra como lo fueron otros en Pakistán adonde el budismo se propagó precozmente. 
    Una especie de templo budista, llamado caitya, se asociaba frecuentemente a los grandes stupas. Ninguno ha sobrevivido íntegro el paso del tiempo y la prueba de su existencia temprana la aportan excavaciones arqueológicas en la misma Sarnath y en el corazón de Madhya Pradesh, en Sanchi, donde se identificaron estructuras constituidas por un cuerpo oblongo y un extremo absidal, albergando este último un pequeño stupa.
En Bairat, una antigua ciudad del Rajasthán, en cambio, se encontró un caitya de base circular provisto de una cúpula sostenida por pilares de madera (figura a la derecha). El caitya devino más tarde uno de los hitos de la arquitectura rupestre al adoptar como modelo la primera forma y consistir, en su madurez, en un hall rectangular abovedado con uno de sus extremos redondeado para albergar unstupa cultual.
    En la era Maurya el caitya rupestre es todavía embrionario como puede verse en las cuatro grutas de Barabar al norte de Bodh Gaya, las únicas excavadas con certeza en esta época. La datación es posible por una inscripción del emperador Aśoka en una de ellas indicando su donación a la secta determinista de losajivikas en el décimo año de su reinado (263 o 258 aEC) para que sus adeptos pudieran refugiarse en la estación de las lluvias.
  1. Monumentos in situ 
  2. Cuevas de Barabar, Bihar
  3. Stupa Dharmarajika en Sarnath, Uttar Pradesh
  4. Pilar de Aśoka  en Vaiśali, Bihar
  5. Pilar de Aśoka en Lauriya Nandangarh, Bihar
  6. Capitel de Aśoka, Sankissa, Uttar Pradesh
  7. Elefante en Dhauli, Orissa


  1. Esculturas en museos
  2. Capitel de Aśoka, Sarnath (Museo de Sarnath)
  3. Capitel de Aśoka, Sañchi (Museo de Sañchi)
  4. Capitel de Aśoka, Rampurva (Museo de Calcuta)
  5. Torso de Lohanipur (Museo de Patna)
  6. Capiteles pseudojónicos de Sarnath y Pataliputra
  7. Capiteles con toros de Kumrahar y Lohanipur
  8. Discos de piedra
  9. Figurinas de terracotta
 Dos de las grutas de Barabar son simples halles rectangulares, pero en las dos restantes (Sudama y Lomas Rishi) un hall oblongo con bóveda de cañón, perpendicular a la entrada, se conecta mediante una puerta interna con una cámara circular revestida de una cúpula. La gruta de Sudama carece por completo de decoración aunque el interior es realzado por un pulido minucioso de los muros responsable de un brillo especial, característico de muchas obras Mauryas. La de Lomas Rishi, en cambio, ostenta sobre la puerta de entrada el primer ejemplo degavaksha o arco en herradura (aquí ligeramente ojival), empleado de ahora en más, regularmente, en este y en otros tipos de monumentos con fines decorativos o estructurales. En Lomas Rishi es puramente ornamental reproduciendo en forma esquemática elementos de un prototípico edificio abovedado de madera con postes, capiteles trapezoidales, travesaños y un pináculo. Por debajo hay un friso de elefantes terminando en una suerte de cocodrilos fantásticos llamados makaras, el estreno de uno de los motivos más populares del arte indio.
    Las muestras de la arquitectura civil de los Mauryas son magras por la falta de estudios arqueológicos adecuados y porque en este tiempo, al igual que durante toda la era preislámica, se utilizaron en ella casi exclusivamente materiales perecederos, reservándose la piedra para los edificios religiosos. En Pataliputra, aparte de las murallas defensivas, lo único significativo son los restos de un amplio hall sostenido por unos ochenta pilares de madera sobre bases de piedra, imitando las salas de recepción de los palacios aqueménidas. La influencia irania se detecta, también, en los pilares de Aśoka rematados con espléndidos capiteles zoomorfos. Parte arquitectura, parte escultura, son unas de las primeras obras de arte creadas en la India.
 Los pilares, con un promedio de 15 metros de altura (incluyendo unos tres bajo tierra) y hasta 50 toneladas de peso, son una muestra de los recursos y organización a disposición del imperio ya que muchos fueron extraídos de Chunar, una cantera cercana a Varanasi, y transportados a su destino final, distante, por lo general, cientos de kilómetros. Dos se conservan intactos en su emplazamiento original, en Vaiśali (figura a la derecha) y Lauriya Nandangarh, al norte de Patna, en ambos casos sus capiteles figurando un león sentado sobre un ábaco y un loto campaniforme. De otros pilares sobreviven apenas sus capiteles como el de los leones cuádruples del museo de Sarnath, hoy símbolo nacional de la India, esculpido con cuatro ruedas de la doctrina en el ábaco a las que se sumaba otra de grandes dimensiones en su cúspide. Hay uno similar en el museo deSañchi, pero no tan bien conservado. Las esculturas no se limitaban a felinos pues la del capitel de Rampurva es un toro y la del de Sankissa, en Uttar Pradesh, todavía in situ, representa un elefante. Otros edictos fueron tallados en moles rocosas, a veces acompañados de figuras animales como en Dhauli, en el estado de Orissa, donde se preserva la parte delantera de un proboscidio monumental. 
    Además de las anteriores, hay un reducido grupo de estatuas independientes, imposibles de datar con certeza, de las que dos torsos de hombres desnudos de Lohanipur (museo de Patna), probablemente ascetas jainistas, tienen buenas probabilidades de ser Maurya. Como los pilares, han sido finamente pulidos y por su tratamiento recuerdan extrañamente a un torso del valle del Indo ejecutado más de un milenio y medio atrás. En cambio, la famosa portadora de cauri (una suerte de espanta moscas) de Didarganj, en el mismo museo, que muchos autores han considerado Maurya por ser de piedra de Chunar pulida, parece pertenecer a una época posterior. Otras piezas de probable origen Maurya son dos capiteles en una suerte de estilo jónico encontrados en Sarnath y en el área de Pataliputra, este último con un diseño floral, a los cuales hay que sumar un par de capiteles de Kumrahar y Lohanipur rematados por toros adosados. Finalmente, hay que citar enigmáticos discos de piedra labrados en su superficie con imágenes de mujeres desnudas relacionados, quizás, con un culto de la fertilidad y figurinas en terracotta entre las que destacan representaciones de la diosa madre con elaborados tocados y ornamentos.

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