martes, 26 de diciembre de 2017

SANTOS POR MESES Y DÍAS


SANTOS DEL DÍA 29 DE ENERO

San Pedro Nolasco (Mas-Saintes-Puelles1180 - Barcelona1245) fue un religioso barcelonés, fundador de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced para la redención de cautivos.

San Pedro Nolasco
O. de M.
StPeterNolasco.jpg
Retrato oficial de Nolasco
Confesor
Fundador de los Mercedarios
NombrePedro Nolasco
Nacimientoca. 1180 / 11821
Flag of Aquitaine.svg Mas-Saintes-Puelles,1​ Ducado de Aquitania
Fallecimiento6 de mayo de 1245
Siñal d'Aragón.svg BarcelonaCorona de Aragón
Venerado enIglesia católica
Canonización1628, por el papa Urbano VIII
ÓrdenesEmblem mercedarians.png Orden de la Merced
Festividad29 de enero Vetus ordo
6 de mayo novus ordo
AtributosUsando hábito blanco; portando una bandera, con el escudo de su orden monacal; cadenas, estandarte, rama de olivo; en algunos casos, se le representa presenciando el martirio de San Pedro.


Biografía[editar]

Al parecer había nacido en Barcelona, en 1180, pero según los historiadores, nació en Aquitania, región francesa, que para ese entonces era un ducado. Cuando se menciona a Barcelona, es porque su familia se trasladó allí, cuando nació.
En 1203 Pedro Nolasco, como seglar, iniciaba en Valencia la redención de cautivos de manos de los musulmanes. Con su propio patrimonio organizaba expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciante le facilitaba esa labor. Después fundó grupos para recaudar la limosna para los cautivos.
En la noche del 1º al 2 de agosto de 1218 se le apareció la Virgen pidiéndole que fundara una orden que se dedicara a la redención de los cautivos.
El Papa Gregorio IX la aprobó en 1235 y le dio la “regla de san Agustín”. Estaba compuesta por religiosos y caballeros que recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar de Jaime I. Sus miembros se obligaban, por un cuarto voto, a entregarse como rehenes para la liberación de los cautivos si no tenían el dinero necesario para su rescate. Los mercedarios pronunciaban cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia y, cuarto, estar dispuestos a entregarse como rehenes si ése fuera el único medio de cumplir con su promesa. Muchos eran, por entonces, los cristianos capturados y vendidos como esclavos a los musulmanes de África, lo que siguió ocurriendo hasta que desapareció la piratería. Los mercedarios cumplieron con la promesa hecha y en su historia constan, perfectamente documentadas, 344 redenciones y más de 80 000 redimidos.
En 1248, cuando Fernando III de Castilla toma la ciudad de Sevilla, Pedro Nolasco lo acompaña y, poco después, funda el Convento de la Merced Calzada de la Asunción.
Pedro Nolasco fue canonizado y su fiesta se celebra el 6 de mayo. Se le representa vistiendo el hábito blanco de los mercedarios, con unas cadenas rotas que simbolizan la liberación de los cautivos, un estandarte con las armas de la Corona de Aragón, una cruz y un ramo de olivo.
Zurbarán le representó en un ciclo de cuadros para el convento de los Mercedarios de Sevilla, conservados hoy en el Museo del Prado de Madrid, y que constituyen la iconografía más conocida de este santo.
Es el Patrón de El Viso del Alcor (Sevilla), debido a la vinculación de esta población de los Alcores sevillanos con la orden mercedaria.

SANTOS DEL DÍA 30 DE ENERO

Martina, venerada como santa por la Iglesia Católica, según la leyenda fue una noble romana que llegó al martirio en la primera mitad del siglo III bajo el emperador Alejandro Severo.
El Greco - Madonna and Child with Saint Martina and Saint Agnes (NGA).jpg
La Virgen María con Santa Inés y Santa Martina
El Greco
Virgen y Mártir
Fallecimiento228DC
Roma
Venerada enIglesia Católica
Beatificaciónculto inmemorial
Festividad30 de enero
PatronazgoRoma

Tradición[editar]

Según una tradición legendaria, la diaconisa Martina, de familia de tradición cristiana fue arrestada por haber profesado abiertamente su fe y repartido sus bienes entre los más necesitados, negando retractarse de su Fe delante de una estatua de Apolo y, a continuación, en frente de la estatua de Diana, en ambos casos hizo pedazos y derribó las estatuas del templo aplastando a los sacerdotes al invocar a Dios. Se le echó a un foso con leones los cuales no la atacaron por lo que fue finalmente decapitada.

Controversia[editar]

Algunos autores consideran que bien esta santa no existió, o bien fue magnificada. Basan dichos argumentos en la similitud de su passio con el de Santa Taciana, y con la desaparición de sus reliquias entre el fervor medieval y la contrarreforma barroca. Además se sospecha de la irregularidad en la identificación de sus supuestos restos en la iglesia del Foro Romano o en un templo anterior situado en la Via Ostiense, por no hablar de la irregularidad histórica que supone achacar a Alejandro Severo una supuesta persecución a cristianos, pues era abierto a otras religiones llegando a contar incluso con Cristo como una divinidad protectora más en su panteón familiar.

Culto[editar]

La primera noticia llega hacia el siglo VII, año 625, cuando el Papa Honorio I le dedicó una iglesia en el Foro Romano.
Su fiesta se viene celebrando desde el siglo VIII, pero solo se revitalizó después de encontrar una tumba de tres mártires en la antigua iglesia del Foro Romano en 1634.
Su fiesta litúrgica fue fijada el 30 de enero por el Papa Urbano VIII, y se convirtió en una de los patronas de la ciudad de Roma, pese a ser su natalicio el 1 de enero.

SANTOS DEL DÍA 31 DE ENERO
Elogio: En Roma, conmemoración de santa Marcela, viuda, la cual, como recuerda san Jerónimo, abandonando sus riquezas y dignidades, se ennobleció con la pobreza y la humildad.
refieren a este santo: Santa EustoquioSan JerónimoSanta Paula
San Jerónimo llama a santa Marcela «la gloria de las matronas romanas». Habiendo perdido a su esposo a los siete meses de matrimonio, Marcela rechazó las proposiciones del cónsul Cereal y decidió imitar a los ascetas del Oriente. Se privó del vino y de la carne, consagró su tiempo a la lectura espiritual, la oración, las visitas a las iglesias de los mártires, y no habló jamás a solas con ningún hombre. Otras mujeres de noble linaje siguieron su ejemplo y se pusieron bajo su dirección, y Roma presenció la formación de varias comunidades de ese tipo en breve tiempo. Nos han quedado dieciséis cartas de san Jerónimo a santa Marcela, en respuesta a las preguntas que la santa le hacía; pero ésta no se contentaba con escuchar pasivamente las respuestas del Doctor de la Iglesia, sino que discutía a fondo sus argumentos y aun le reprendía por su mal carácter.
Cuando los godos saquearon Roma, el año 410, maltrataron a la santa para que revelase el sitio en que había escondido sus supuestos tesoros, que en realidad habían pasado a manos de los pobres, desde mucho tiempo atrás. La santa no temía por sí misma, sino por su discípula Principia (no su hija, como algunos han supuesto erróneamente). Arrodillándose, pues, ante los soldados, les rogó que no le hicieran daño alguno. Dios les movió a compasión, y estos condujeron a las dos mujeres a la iglesia de San Pablo, en la que Alarico respetaba el derecho de asilo. Santa Marcela murió poco tiempo después, en los brazos de Principia, a fines de agosto del año 410. El Martirologio Romano venera su memoria en el día de hoy.


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