sábado, 23 de diciembre de 2017

SANTOS POR MESES Y DÍAS

SANTOS DEL DÍA 14 DE ENERO

Félix de Nola (s. III - ca. 250) fue un obispo romano, que es venerado como mártir y confesor de la fe y, por lo tanto, es considerado santo.

San Félix de Nola
San felice di nola1.jpg
Obispo de Nola
Mártir
NombreFelix
Nacimientos. III
NolaImperio Romano
Fallecimientoca. 250
NolaImperio Romano
Venerado enIglesia Católica
Festividad14 de enero
PatronazgoBandera de Italia Nola


Hagiografía[editar]

Las pocas noticias que tenemos proceden de Paulino de Nola en los poemas que le dedica, escritos entre 395 y 409. Además, Paulino le tuvo como santo protector. También escribieron de él Beda el VenerableSan Agustín y San Gregorio de Tours, y el papa San Dámaso le dedicó un poema.
Según él, Félix nació en Nola en el siglo III, hijo de un rico sirioque había ido a Italia3​ por cuestiones de trabajo. Se ordenó sacerdote y fue ayudado por el obispo de Nola Máximo. Durante las persecuciones de cristianos, fue encarcelado y, según la leyenda, liberado por un ángel.
Félix cuidó del obispo, que se había refugiado y estaba enfermo. El mismo Félix, cuando se reanudaron las persecuciones, tuvo que huir. Cuando murió el obispo, la comunidad cristiana decidió que Félix fuera el obispo de Nola, pero rehusó tal dignidad y prefirió continuar como presbítero su misión evangelizadora. Pasó el resto de su vida viviendo en la pobreza absoluta.

Veneración[editar]

Basílica paleocristiana de Cimitile: ahora tumba de Félix de Nola.
Aunque no murió de manera violenta, es reconocido como mártir por los numerosos sufrimientos que pasó durante su vida. Su cuerpo fue oculto en la basílica de Cimitile y su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación: su tumba fue llamada «Ara Veritatis», porque se decía que podía indicar si el testimonio que se daba era verdadero. En Roma le fue consagrada una basílica.
Su festividad se fijó el 14 de enero. Los campesinos de Nola invocan san Félix como protector del ganado.

Leyendas[editar]

Cuando fue detenido por los soldados, fue azotado, encadenado y encarcelado, pero un ángel se le apareció y lo liberó para que ayudase al obispo Máximo: las cadenas cayeron y las puertas se abrieron y el santo pudo marchar. Los soldados persiguieron a Fèlix para volverlo a encarcelar. Félix se escondió en una cueva o pozo y una araña tejió su telaraña sobre la entrada. Cuando llegaron los soldados y vieron la telaraña, ya no miraron adentro. Fue así como Fèlix se pudo escapar. Su persecución acabó el año siguiente y Fèlix, que estuvo escondido en un pozo seco durante seis meses, volvió a sus tareas.
Durante la persecución, los soldados confiscaron sus bienes. Para poder sobrevivir trabajó en el campo, repartiendo los frutos entre los pobres. Una noche, unos ladrones fueron a robarle en el huerto pero al llegar, una fuerza les hizo pasar la noche trabajando en el campo. Cuando amaneció, Fèlix los vio y les agradeció el trabajo realizado. Los ladrones le confesaron avergonzados la auténtica intención que les había llevado pero fueron perdonados y se marcharon.

Desdoblamiento del santo[editar]

A partir de su figura, se dio una duplicación, que dio origen a un ficticio obispo mártir del siglo I, también llamado Félix de Nola, que obtuvo tanta difusión como el original, mezclando en su leyenda elementos del presbítero. Fue incluido en el santoral, festejándolo el 15 de noviembre, aunque no ha existido nunca.

Debemos recordar que san Paulino de Nola, considerado como la autoridad básica sobre san Félix, vivió más de un siglo después de la muerte de éste, y es muy probable que ya para entonces la tradición se hubiera contaminado de algunos datos legendarios. San Paulino nos cuenta la vida de san Félix de la manera siguiente:
San Félix era nativo de Nola, colonia romana de la Campania, a veinte kilómetros de Nápoles, donde su padre había adquirido algunas posesiones y se había establecido. El padre de san Félix era sirio de nacimiento y había servido en el ejército. Al morir, dejó sus posesiones a Félix y Hermías, sus dos hijos. Hermías abrazó la carrera de las armas, en tanto que Félix decidió buscar la felicidad que su nombre latino le prometía, en el servicio del Rey de reyes, Jesucristo. Así pues, distribuyó su herencia entre los pobres, y fue ordenado sacerdote por san Máximo, obispo de Nola, quien, encantado de su virtud y prudencia, hizo de él su brazo derecho en aquellos agitados tiempos y le consideró como destinado a sucederle.
El año 250, el emperador Decio emprendió una cruel persecución contra la Iglesia. Máximo, comprendiendo que iba a ser una de las primeras víctimas, se retiró al desierto, no por temor de morir, sino para continuar en el servicio de su rebaño. Como los perseguidores no encontrasen al obispo, se apoderaron de Félix, quien le sustituía celosamente en los deberes pastorales. El gobernador le mandó azotar, le cargó de cadenas y le encerró en un calabozo con el suelo cubierto de trozos de vidrio, de modo que el mártir no podía estar de pie ni acostarse sin hacerse daño, según nos informa Prudencio. Una noche, se le apareció un ángel en medio de una gran luz, y le ordenó ir en ayuda de su obispo. Al ver caer sus cadenas por tierra y abrirse las puertas de la prisión, Félix siguió a su guía, quien le condujo a un sitio, en donde Máximo yacía sin conocimiento, medio muerto de hambre y de frío; la angustia por sus fieles y las penalidades de la vida solitaria le habían hecho sufrir más que en el martirio. Incapaz de hacer volver en sí a su obispo, Félix acudió a la oración y al punto apareció un racimo de uvas al alcance de su mano. Félix exprimió unas cuantas en los labios de su maestro, el cual recobró el conocimiento. En cuanto reconoció a Félix, el buen obispo le rogó que le transportase a su iglesia. El santo le tomó en brazos y le llevó, antes del amanecer, a su casa en la ciudad, donde una devota mujer se encargó de cuidarle.
Félix permaneció escondido, orando incesantemente por la Iglesia, hasta la muerte de Decio, en 251. En cuanto reapareció, su celo exasperó de tal manera a los paganos, que decidieron tomarle preso nuevamente; pero el cielo no permitió que le reconocieran al verle. Sus perseguidores le preguntaron dónde se encontraba Félix, a lo cual el santo dio una respuesta evasiva. Los enemigos cayeron pronto en la cuenta de su error y volvieron al sitio en el que le habían visto; pero ya para entonces, Félix había tenido tiempo de introducirse en un muro cercano, a través de un agujero que se cubrió milagrosamente de telarañas en cuanto el santo pasó. Sus perseguidores, sin sospechar siquiera que Félix se hallaba detrás de la espesa red de telarañas, se retiraron vencidos, después de una búsqueda infructuosa. Félix descubrió un pozo medio seco, entre dos casas en ruinas, y se ocultó en él durante seis meses. Una devota cristiana se encargó de traerle alimentos. Cuando la paz se restableció en la Iglesia. Félix salió de su escondite y fue recibido con gran gozo en la ciudad.
San Máximo murió poco después, y Félix fue elegido por unanimidad para sucederle. Sin embargo, logró persuadir al pueblo que era más prudente confiar la diócesis a Quinto, un sacerdote de más edad. El resto de las posesiones del santo había sido confiscado durante le persecución. Los cristianos le aconsejaron que reclamase a las autoridades como otros lo habían hecho con éxito: pero el santo respondió simplemente que, en medio de la pobreza encontraría más seguramente a Cristo. Ni siquiera pudieron convencerle de que aceptara lo que los ricos le ofrecían. Félix rentó tres acres de tierra que cultivó con sus propias manos, para satisfacer sus necesidades y poder hacer algunas limosnas. Todos los regalos que recibía los pasaba inmediatamente a los pobres. Si tenía dos túnicas, los pobres podían estar seguros de que pronto les daría la mejor, y más de una vez cambió sus vestiduras por los andrajos de un mendigo. Félix murió siendo ya muy anciano, el 14 de enero, día en que le conmemoran los martirologios.
Había pasado ya más de un siglo desde su muerte, cuando Paulino, distinguido senador romano, se estableció en Nola y fue elegido obispo de dicha ciudad. Paulino atestigua que una gran multitud de peregrinos acudía de Roma y de otras ciudades aún más distantes, a celebrar la fiesta del santo, en su santuario. El mismo testigo añade que todos llevaban algún regalo a la iglesia, como, por ejemplo, cirios para adornar la tumba de Félix, pero que él había escogido ofrecer al santo el humilde homenaje de su predicación y de su corazón. Paulino expresa su devoción en los términos más fervorosos y piensa que todas las gracias que ha recibido del cielo se deben a la intercesión de san Félix. Describe por menudo las pinturas del Antiguo Testamento que adornaban el santuario, y que eran como libros que los iletrados podían comprender. Los versos del santo obispo reflejan su entusiasmo. Refiere igualmente un gran número de milagros obrados en la tumba de san Félix, así como curaciones instantáneas y salvaciones de graves peligros. Afirma que él mismo fue testigo ocular de alguno de esos prodigios y declara que nunca recurrió a la intercesión del santo, sin recibir socorro inmediato. También san Agustín nos dejó una narración de los milagros obrados en el santuario de San Félix. En aquella época, no estaba permitido enterrar a los muertos dentro de los muros de la ciudad. Como la iglesia de San Félix se hallaba fuera de las murallas de Nola, muchos cristianos pedían ser sepultados en ella para que su fe y devoción les conservaran bajo la protección del santo, aun después de la muerte. San Paulino consultó el caso con san Agustín, quien le respondió en su obra sobre «El cuidado de los muertos», en la que demuestra que la fe y devoción de quienes querían ser sepultados en la iglesia de San Félix no era inútil, pues ahí participarían del fruto de las buenas obras de los peregrinos.





Ninó (en georgiano: წმინდა ნინო, Ts'minda Nino; en griego: Άγιη Νίνω, Hágiē Nínō), también conocida como CristianaNinaNinón o Ninny (280 – 338 o 340), isoapóstola (igual a los apóstoles), fue una mujer que predicó e introdujo el cristianismo en Georgia. Nació en la villa de Colastres en Capadocia. Es considerada una sobrina de San Jorge.
Se ha convertido en una de los santas más veneradas de la Iglesia ortodoxa y apostólica georgiana y su atributo, una cruz de sarmiento de uva, es un símbolo del cristianismo georgiano.
Ella nació, según la literatura hagiográfica ortodoxa oriental, en el año 280 en la ciudad de Kolastry en Capadocia; su padre Zabulón sería un hermano del gran mártir Jorge de Capadocia, la madre de Susana era la hermana del patriarca de Jerusalén.
Según la leyenda, fue a Iberia (el antiguo nombre de Georgia) para buscar la Santa Túnica de Jesús. Su maestra Nianfora le dijo que la Túnica fue trasladada de Jerusalén a Mtsjeta, un pueblo cerca de la actual Tbilisi. Pero el objetivo principal que según ella le confió la Virgen Maria, era la evangelización de Iveria. Nina quería ir al país de la túnica para encontrar la tumba de Sidonia, que fue enterrada con la túnica, venerar la túnica, y luego dedicarse a la predicación del Evangelio a los habitantes de Iberia. Según la leyenda, Dios se apareció a Nina y la bendijó en esta obra sagrada, y la Virgen María milagrosamente le entregó una cruz de sarmiento de uva.
Según las crónicas "Vida de Santa Nino ", en el año 295 dC Santa Nina, Hripsimé y otras 38 chicas cristianas escaparon de la persecución del emperador romano Diocleciano. Cuando llegaron al territorio de Armenia, el rey armenio Tiridates recibió una carta de Diocleciano, que hablaba de las fugitivas y la belleza inusual de Hripsimé. El Rey de Armenia decidió capturarlas a todas, pero fue rechazado, y entonces ordenó matar a todas las jóvenes. Sólo Santa Nino escapó. Y sólo ella siguió su camino hacia la Península Ibérica. Poco después de estos acontecimientos, el rey armenio se puso muy enfermo. Fue curado por Gregorio el Iluminador, entonces, creyó en el poder de la fe cristiana, fue bautizado, ordenó bautizar a la gente y declaró el cristianismo la religión oficial de Armenia (el año 301).
Los sermones de Santa Nino llevaron el conocimiento de Cristo a toda Georgia.
Murió en el año 335. Está enterrada en el convento Bodbe en Kajetia (Georgia).

Azize nino.jpg








Nino (Nina, Cristiana) de Georgia, Santa
Nino (Nina, Cristiana) de Georgia, Santa
Virgen, Enero 14


Por: P. Felipe Santos | 



Martirologio Romano: En la región de los iberos, al otro lado del Ponto Euxinio (actual Georgia, junto al mar Negro), santa Nino, que siendo cristiana fue llevada a aquel país, donde, por su vida santa, suscitó la reverencia y admiración de todos, hasta el punto de que la misma reina, a quien curó uno de sus hijos con sus oraciones, el rey y todo el pueblo abrazaron la fe cristiana (s. IV).

Etimología: Nino = juramento de Dios. Viene de la lengua hebrea.

Esta joven esclava de la corte real de Mzkheta, no lejos de Tbilisi, Georgia, se festeja hoy en la Iglesia de Oriente y en la de Occidente el 15 de diciembre.

Gracias a que hay personas que se preocupan por la vida de los demás, conocemos la vida de esta chica por las obras del escritor eclesiástico Rufino.

Es él quien nos traza una pequeña semblanza de Nina. Logró su conversión en Iberia, como se llamaba anteriormente lo que es hoy Georgia.

Provenía de Egipto como una esclava cristiana cautiva. La colocaron a trabajar en la corte. A pesar de que nadie era cristiano, ella supo mantener su fe a pesar de los pesares.

Se ganó a la corte, no sólo por su belleza física – que era muy elegante – sino, sobre todo, por su virtud, su gran amor ya que pronto llegaría a ser amada por todos.

Aconteció algo singular. Unos padres le pidieron que curara a su hijo. Nina oró con tal fervor y con tal fe que el chico se curó.

Gracias a esto, la reina mandó que estuviera siempre a su lado. También se puso enferma la soberana Nana. Y por las oraciones de Nina se curó también.

Entonces el rey sentía en su alma el deseo de recompensarla de alguna manera. Ella le dijo que el mejor favor que podía hacerle, sería que se convirtiera al cristianismo. El rey le planteó el tema a su mujer.

Pasado algún tiempo, el rey le rogó al arzobispo de Constantinopla que le enviase un obispo para evangelizar su reino.

Estamos en el siglo IV. Cuando comenzó la evangelización de Georgia, Nino se fue a la región de Bobdé. Murió en el año 335.

En Mzekheta hay una pequeña capilla que recuerda en nuestros días el bautismo de Georgia.

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