La epifanía (por etimología, del griego: επιφάνεια que significa «manifestación») es un acontecimiento religioso. Para muchas culturas las epifanías corresponden a revelaciones o aparicionesen donde los profetas, chamanes, médicos brujos u oráculos interpretaban visiones más allá de este mundo.
Es también una fiesta cristiana en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir, Jesús se «da a conocer».
Epifanía | ||
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La adoración de los magos, obra de Bartolomé Murillo, ubicada en el Museo de Arte de Toledo. | ||
Tipo | Celebración religiosa | |
Celebrada por | Iglesia católica, Iglesia ortodoxa | |
Ubicación | En la liturgia católica, esta solemnidad está dentro del tiempo de Navidad, el cual comienza con la solemnidad de la Natividad del Señor el 25 de diciembre, y termina con la fiesta del Bautismo del Señor. | |
Comienzo | 6 de enero | |
Motivo | En la Iglesia católica se celebra la llegada de los magos de Orientepor el nacimiento de Jesús de Nazaret, es decir, la revelación de Jesucristo a los paganos. En la Iglesia ortodoxa se celebra el nacimiento de Jesús, es decir, su aparición en la carne.1 | |
Costumbres | celebraciones eucarísticas y representaciones artísticas alusivas |
Introducción[editar]
El término epifanía puede entenderse, según Giacomo Cannobio, en la Biblia de los Setenta, como una traducción del concepto de «gloria de Dios», que indica las huellas de su paso o, para simplificar, su presencia.
En el Nuevo Testamento, en las cartas paulinas tardías, se refiere a la entrada de Cristo en el mundo, presentada como la del emperador que viene a tomar posesión de su reino (latín: adventus, de ahí el tiempo de Adviento como preparación a la Navidad). A partir de este significado, el término se usó en Oriente para indicar la manifestación de Cristo en la carne y a continuación, a partir del siglo IX, para designar la fiesta de la revelación de Jesús al mundo pagano. Esta es la fiesta que se sigue celebrando el día 6 de enero.
En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos, a saber:
- La Epifanía ante los magos de Oriente (tal y como se relata en Mateo2, 1-123) y que es celebrada el día 6 de enero de cada año esa fecha aún es considerada (al no haberse ajustado al calendario gregoriano) la de la Navidad por la Iglesia armenia.
- La Epifanía a San Juan Bautista en el río Jordán.
- La Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná en el que inicia su actuación pública.
En realidad la fiesta de Epifanía que más se celebra es la que corresponde al día 6 de enero de cada año en la que los tres magos, según la tradición (en las traducciones de Biblias protestantes, y ya actualmente en las últimas traducciones de las biblias católicas, elaboradas en colaboración ecuménica e interconfesional, se menciona el adjetivo sabios) denominados: Gaspar, Melchor y Baltasar que aparecen del oriente para adorar la primera manifestación de Jesucristocomo niño ofreciendo tres regalos: oro, incienso y mirra (simbolizando cada uno de estos tres regalos: la majestad, la sacralidad y la perpetuación ante la muerte). En realidad, la Biblia no habla del número de los magos, o sabios, ni tampoco de sus nombres. Ha sido la tradición posterior la que ha identificado su número y nombres. Los restos de los magos descansan en la Catedral de Colonia en Alemania.
Orígenes[editar]
La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas católicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. En Egipto y Arabia se celebraba el solsticiode invierno en el año 361.
En el siglo XV existía en Florencia la Compagnia dei Magi o Compagnia della Stella, una de las congregaciones más importantes de la ciudad, protegida por los Médici, que tenían una particular devoción por los Magos (les dedicaron la Cappella dei Magi en su palacio -con frescos de Benozzo Gozzoli- y la Adoración de los Magos de Fra Angelico en la capilla de Cosme el Viejo en el convento de San Marcos). Esta hermandad imitaba cada tres años (desde 1447 cada cinco) el viaje de los Reyes Magos por las calles de Florencia, uno de los festejos más suntuosos de la ciudad toscana.4
Día de los Reyes Magos[editar]
En algunos países este día es tradicional hacer regalos a los niños conmemorando los presentes que los Magos llevaron al Niño Jesús, según cuenta el Evangelio de Mateo. Este evangelio menciona que unos Magos siguieron una brillante estrellapara adorar y llevar regalos al Niño Jesús.
Según la tradición, Gaspar, Melchor y Baltasar (según ciertas creencias representan a Europa, Asia, y Áfricarespectivamente) llegaron en un caballo, en un camello y un elefante (o en tres camellos dependiendo del país) trayendo consigo oro, incienso y mirra.
Costumbres por región[editar]
España[editar]
En España, la tradición es que los niños escriban una carta a los Magosy que se envía días antes del día de Epifanía. En este día, popularmente conocido como Noche de Reyes (de la noche del 5 de enero al día 6 de enero) se consume el deseado roscón de reyes que contiene un haba, desde antiguo (esta tradición puede remontarse a la época romana) el que la encontraba era el rey de la reunión (léase Caro Baroja "El Carnaval"), en la actualidad el imperio de las casas comerciales han impuesto que una sorpresa en forma de figurilla corresponda al coronado, castigando al que recibe el haba a pagar el roscón.
En muchos lugares es también tradición dejarles algo de comer y beber (normalmente algún licor o vino, y dulces) a los Reyes Magos y a sus camellos. Los platos al día siguiente aparecen vacíos, y en su lugar aparecen los regalos.
El día anterior se realiza una cabalgata de Reyes Magos en diferentes lugares y ciudades de España donde aparecen los magos con los regalos que durante esa noche ofrecerán a los niños.
Antes de irse a dormir, se coloca un zapato de cada persona de la casa en fila, y los reyes ponen los regalos de cada uno junto al zapato correspondiente.
América[editar]
Se dice que el fundador de Lima (Perú), Francisco Pizarro impuso a la naciente capital el mágico nombre de Ciudad de los Reyes porque coincidió con la fecha en que los Reyes Magos se encaminaron a Belén, al igual que el gobernador y sus compañeros andaban buscando en los arenales entre Lima y Pachacámac el lugar más adecuado para establecer la nueva capital. Sea esta historia cierta o no lo real es que cada 4 de enero tres policías montados y vestidos como los magos de Oriente cabalgan por el centro de la ciudad llevando tres ofrendas que depositarán en el Nacimiento (Belén) que hace la Municipalidad al lado de su local Institucional. La costumbre en Perú, no obstante de la celebración de los reyes Magos ha caído en desuso, cambiándose por otra: En el interior de dicho país y en algunas zonas de Lima, se acostumbra celebrar la Bajada de Reyes el mismo día; que consiste en una pequeña celebración mientras el Nacimiento es desmontado y guardado para la próxima Navidad. Algunas personas festejan con vecinos y familiares e incluso algunas instituciones privadas han adoptado esta celebración.
En casi toda la región, en la noche del 3 de enero los pequeños ponen una carta para los Tres Reyes Magos dentro de sus zapatos debajo del árbol de Navidad antes de irse a dormir, y de esta forma hacen saber a los Reyes Magos cuantos niños viven en esa casa. En Puerto Rico, Paraguay, Argentina y Uruguay en la Víspera de Reyes los niños cortan grama fresca y la ponen en una caja de zapatos junto con agua para que los camellos de los Tres Reyes Magos tengan alimento a lo largo de su travesía. Al igual que en España, al día siguiente la comida y la bebida ya no se encuentra, y en su lugar aparecen los regalos.
Aunque muchas familias dan regalos a sus hijos en Navidad, el día de Reyes sigue siendo una de las más importantes tradiciones.
El ritual empieza en la tarde o a la hora de cenar. La familia comparte una deliciosa rosca, el pan está hecho con Flor de Naranja y mantequilla, decorado con frutas cristalizadas (rosca de reyes en México, Argentina y Uruguay).
En México, dentro de la rosca se encuentra una o varias figuras pequeñas en forma de niño que representa al niño Jesús. Quien encuentre el niño Jesús en su corte de la rosca debe preparar una fiesta el 2 de febrero, día de la Candelaria, ofreciendo tamales y atole. En ese día se presenta al niño Dios del nacimiento al templo en una canasta adornada con velas.
En Chile, la principal celebración de la Epifanía (y la más concurrida del país) es la fiesta del Niño Dios de Sotaquí, una tradicional fiesta religiosa que cuenta con la presencia de miles de fieles y que tiene una duración de 4 días, siendo el día 6 el más importante, donde se realiza una procesión con numerosa cofradías de bailes religiosos.
Iconografía[editar]
La Epifanía ha sido representada multitud de veces en el arte, habitualmente bajo la denominación Adoración de los Magos.
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)
Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.
La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.
Los Reyes Magos
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.
San Pedro Tomás (Salas de Belvés, Perigord, Aquitania, hoy Dordoña, 1305 - Famagusta, Chipre, 1366) fue un carmelita, arzobispo de Creta y patriarca latino de Constantinopla. Es venerado como santo por la Iglesia católica.
Biografía[editar]
Nació, según las vidas antiguas en Salimaso de Thomas, a la diócesis de Sarlat; se cree que quizás es Lebreil, parte del municipio de Salas de Belvés (Dordonya). Su padre era granjero; marchó a estudiar a Monpazier, viviendo de la caridad y enseñando a otros más jóvenes. Fue a Agen y volvió a Monpazier en 1325. Atraído por el Orden del Carmelo, estudió un año en Leitora y, a los 21 años, ingresó en la orden, haciendo el noviciado en Condom o Bergerac.
Profesó en Bergerac y estudió dos años, pasando después a Agen y Bordeos. Enseñó lógica y filosofía en Albi. También impartió clases en París. Volvió a Aquitania en 1345, cuando fue elegido procurador general del orden; después de acabar los estudios de teología en París, donde obtuvo el grado de maestro en 1348, volvió en la corte del papa Clemente VI, en Aviñón, e hizo la oración fúnebre en su funeral. Conocido por su habilidad diplomática y su oratoria, ayudó los siguientes papas como representante suyo, intentando resolver conflictos entre reyes cristianos, la unificación de las iglesias católica y ortodoxas i la unión para combatir contra los musulmanes.
Fue delegado papal en negociaciones con Génova (1352, para conseguir la paz con Venecia), Milán y Venecia. En 1354 fue nombrado obispo de Patti y Lipari, y representó el papa en la coronación de Carlos IV de Luxemburgo como rey de Italia a Milán. En Serbia, en 1356, intentó calmar el conflicto entre Venecia y Hungría.
Entre 1357 y 1359 fue enviado a Constantinopla donde recibisó el apoyo de nobles y del mismo Juan V Paleólogo para la unificación de las iglesias católica y ortodoxa. Fue a Xipre Y emprendió con un peregrinaje en Terra Santa, volviendo después en Sicilia y Chipre. En 1359 fue enviado con las tropas como Delegado Universal a la Iglesia de Oriente y obispo de Corinto, con la misión de combatir a los turcos y aliado con Venecia, Chipre y los caballeros de la Orden de Malta. En Chipre, coronó Pedro I de Chipre como rey de Jerusalén.
Concibe la idea de una nueva cruzada y se marcha para pedir ayuda a occidente, aprovechando para poner paz en un conflicto entre Milán y Roma. En 1363 fue nombrado arzobispo de Creta y el mayo de 1364, Patriarca Latino de Constantinopla (era un título simbólico, sin jurisdicción real) y legado papal de Urbano V, sucediendo al cardenal Talleyrand. Ese mismo año fue cofundador de la Facultad de Teología de la Universidad de Bolonia.1 Se preocupó en consolidar la paz entre los reyes cristianos y de trabajar por la unión de las iglesias, convirtiéndose en un precursor del ecumenismo. Entre sus misiones diplomáticas, llevó una vida austera y modélica, preocupado por la evangelización de los pueblos y la caridad hacia los necesitados.
Con Pedro I de Chipre, participó en la cruzada contra Alejandría del octubre de 1365, que fue tomada pero inmediatamente abandonada, por miedo a un contraataque turco. La tradición dice que en uno de los asaltos, el obispo fue herido con una flecha y murió en Chipre tres mesos después, el 6 de enero de 1366. Por eso era tenido como mártir. En realidad, volvió a Famagusta sano y salvo però mientras preparaba un viaje hacia Roma, enfermó de un catarro y murió en el convento carmelita de la ciudad.
Se el atribuye el tratado De Immaculata Conceptionis i cuatro volúmenes de sermones.
Veneración[editar]
Pronto se habló de milagros de su tomba, en el convento carmelita de Famagusta, i de una claridad que envolvía su cadáver expuesto en el público en su funeral. El mayo de 1366 se encontró que el cuerpoa estaba incorrupto y Pedro de Chipre pidió su canonización a Urbano V. El papa prohibió el traslado del cuerpo del obispo durante diez años, aunque este había dispuesto que su cuerpo fuese trasladado a Bergerac. Poco después, Philippe de Mézières escribió su vida, base de la posterior hagiografia.
La conquista turca de Chipre en 1571 y el terremoto de 1753 acabaron con el rastro del santo en Chipre. En 1609, la Santa Sede autorizó la festividad de Pedro Tomás entre los carmelitas, que fue confirmado por Urbano VIII en 1628; formalmente no ha sido canonizado. En Lebreil se levantó una capilla sobre la casa donde se cree que nació, pero fue derribada durante la Revolución Francesa. Se restauró en 1895 como santuario en su memoria.
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Magos de Oriente: Se trata de una manifestación a los paganos, para poner de relieve que el Niño Dios que nace, viene para salvarnos a todos, independientemente de nuestra raza.
Su Epifanía del Bautismo del Señor: Manifestación a los judíos por medio de San Juan Bautista.
Su Epifanía de las Bodas de Caná: Manifestación a Sus discípulos y comienzo de Su vida pública por intercesión de su Madre María.
LOS OBSEQUIOS
Melchor, que representa a los europeos, ofreció al Niño Dios un presente de oro que atestigua su realeza. Gaspar, representante de los semitas de Asia, cuyo bien más preciado es el incienso, lo ofreció al Niño como símbolo de su divinidad. Y por último, Baltasar, negro y con barba, se identifica con los hijos de Cam, los africanos, que entregan la mirra, en alusión a su futura pasión y resurrección.
LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOSsegún las visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich.
"Vi la caravana de los tres Reyes llegando a una puerta situada hacia el Sur.
Un grupo de hombres los siguió hasta un arroyo que hay delante de la ciudad, volviéndose luego. Cuando hubieron pasado el arroyo, se detuvieron un momento para buscar la estrella en el cielo. Habiéndola divisado dieron un grito de alegría y continuaron su marcha cantando. La estrella no los conducía en línea recta, sino por un camino que se desviaba un poco al Oeste.
La gran estrella
"La estrella, que brillaba durante la noche como un globo de fuego, se parecía ahora a la luna vista durante el día; no era perfectamente redonda, sino como recortada; a menudo la vi oculta por las nubes (...) El camino que seguían los Reyes era solitario, y Dios los llevaba sin duda por allí para que pudieran llegar a Belén durante la noche, sin llamar demasiado la atención.
Los vi ponerse en camino cuando ya el sol se hallaba muy bajo. Iban en el mismo orden, en que habían venido ; Ménsor, el más joven, iba delante; luego venía Saír, el cetrino, y por fin Teóceno, el blanco, que era también el de más edad.
"Les hablaron del valle de los pastores como de un buen lugar para levantar sus carpas. Ellos se quedaron durante largo rato indecisos. Yo no les oí preguntar nada acerca del rey de los judíos recién nacido. Sabían que Belén era el sitio designado por la profecía; pero, a causa de lo que Herodes les había dicho, temían llamar la atención.
"Pronto vieron brillar en el cielo, sobre un lado de Belén, un meteoro semejante a la luna cuando aparece; montaron entonces nuevamente en sus cabalgaduras, y costeando un foso y unos muros ruinosos, dieron la vuelta a Belén, por el Sur, y se dirigieron al Oriente hacia la gruta del Pesebre, que abordaron por el costado de la llanura donde los ángeles se habían aparecido a los pastores (...) "El campamento se hallaba en parte arreglado, cuando los Reyes vieron aparecer la estrella, clara y brillante, sobre la colina del Pesebre, dirigiendo hacia ella perpendicularmente sus rayos de luz. La estrella pareció crecer mucho y derramó una cantidad extraordinaria de luz (...)
Un gran júbilo
"De pronto sintieron un gran júbilo, pues vieron en medio de la luz, la figura resplandeciente de un niño. Todos se destocaron para demostrar su respeto; luego los tres Reyes fueron hacia la colina y encontraron la puerta de la gruta. Ménsor la abrió, viéndola llena de una luz celeste, y al fondo, a la Virgen, sentada, sosteniendo al Niño, tal como él y sus compañeros la habían visto en sus visiones.
³Volvió sobre sus pasos para contar a los otros lo que acababa de ver (...) Los vi ponerse unos grandes mantos, blancos con una cola que tocaba el suelo. Tenían un reflejo brillante, como si fueran de seda natural; eran muy hermosos y flotaban ligeramente a su alrededor. Eran éstas las vestiduras ordinarias para las ceremonias religiosas. En la cintura llevaban unas bolsas y unas cajas de oro colgadas de cadenas, cubriendo todo esto con sus amplios mantos. Cada uno de los Reyes venía seguido por cuatro personas de su familia, además de algunos servidores de Ménsor que llevaban una mesa pequeña, una tapete con flecos y otros objetos.
"Los Reyes siguieron a San José, y al llegar bajo el alero que estaba delante de la gruta, cubrieron la mesa con el tapete y cada uno de ellos puso encima las cajas de oro y los vasos que desprendieron de su cintura :
eran los presentes que ofrecían entre todos.
En el pesebre
"Ménsor y los demás se quitaron las sandalias, y José abrió la puerta de la gruta. Dos jóvenes del séquito de Ménsor iban delante de él; tendieron una tela sobre el piso de la gruta, retirándose luego hacia atrás ; otros dos los siguieron con la mesa, sobre la que estaban los presentes.
Una vez llegado delante de la Santísima Virgen, Ménsor los tomó, y poniendo una rodilla en tierra, los depositó respetuosamente a sus plantas. Detrás de Ménsor se hallaban los cuatro hombres de su familia que se inclinaban con humildad. Saír y Teóceno, con sus acompañantes, se habían quedado atrás, cerca de la entrada.
"María, apoyada sobre un brazo, se hallaba más bien recostada que sentada sobre una especie de alfombra, a la izquierda del Niño Jesús, el cual estaba acostado en el lugar en que había nacido; pero en el momento en que ellos entraron, la Santísima Virgen se sentó, se cubrió con su velo y tomó entre sus brazos al Niño Jesús, cubierto también por su amplio velo.
Entre tanto, María había desnudado el busto del Niño, el cual miraba con semblante amable desde el centro del velo en que se hallaba envuelto; su madre sostenía su cabecita con uno de sus brazos y lo rodeaba con el otro.
Tenía sus manitas juntas sobre el pecho, y a menudo las tendía graciosamente a su alrededor (...) Vi entonces a Ménsor que sacaba de una bolsa, colgada de su cintura, un puñado de pequeñas barras compactas, pesadas, del largo de un dedo, afiladas en la extremidad y brillantes como el oro; era su regalo, que colocó humildemente sobre las rodillas de la Santísima Virgen al lado del Niño Jesús (...) Después se retiró, retrocediendo con sus cuatro acompañantes, y Saír, el Rey cetrino, se adelantó con los suyos y se arrodilló con una profunda humildad, ofreciendo su presente con palabras conmovedoras. Era un vaso de oro para poner el incienso, lleno de pequeños granos resinosos, de color verdoso; lo puso sobre la mesa delante del Niño Jesús.
Luego vino Teóceno, el mayor de los tres. Tenía mucha edad; sus miembros estaban endurecidos, no siéndole posible arrodillarse; pero se puso de pie, profundamente inclinado, y colocó sobre la mesa un vaso de oro con una hermosa planta verde. Era un precioso arbusto de tallo recto, con pequeños ramos crespos coronados por lindas flores blancas: era la mirra (...) Las palabras de los Reyes y de todos sus acompañantes eran llenas de simplicidad y siempre muy conmovedoras. En el momento de prosternarse y al ofrecer sus presentes, se expresaban más o menos en estos términos: «Hemos visto su estrella; sabemos que Él es el Rey de todos los reyes; venimos a adorarlo y a ofrecerle nuestro homenaje y nuestros presentes». Y así sucesivamente (...)
Dulce y amable gratitud
La madre de Dios aceptó todo con humilde acción de gracias; al principio no dijo nada, pero un simple movimiento bajo su velo expresaba su piadosa emoción. El cuerpecito del Niño se mostraba brillante entre los pliegues de su manto.
Por fin, Ella dijo a cada uno algunas palabras humildes y llenas de gracia, y echó un poco su velo hacia atrás. Allí pude recibir una nueva lección.
Pensé: «con qué dulce y amable gratitud recibe cada presente! Ella, que no tiene necesidad de nada, que posee a Jesús, acoge con humildad todos los dones de la caridad. Yo también, en lo futuro, recibiré humildemente y con agradecimiento todas las dádivas caritativas» ¡Cuánta bondad en María y en José! No guardaban casi nada para ellos, y distribuían todo entre los pobres
(...)
Los honores solemnes rendidos al Niño Jesús, a quien ellos se veían obligados a alojar tan pobremente, y cuya dignidad suprema quedaba escondida en sus corazones, los consolaba infinitamente. Veían que la Providencia todopoderosa de Dios, a pesar de la ceguera de los hombres, había preparado para el Niño de la Promesa, y le había enviado desde las regiones más lejanas, lo que ellos por sí no podían darle: la adoración debida a su dignidad, y ofrecida por los poderosos de la tierra con una santa magnificencia. Adoraban a Jesús con los santos Reyes. Los homenajes ofrecidos los hacían muy felices (...)
Agasajo
"Entre tanto, José, con la ayuda de dos viejos pastores, había preparado una comida frugal en la tienda de los tres Reyes. Trajeron pan, frutas, panales de miel, algunas hierbas y frascos de bálsamo, poniéndolo todo sobre una mesa baja, cubierta con un tapete. José había conseguido estas cosas desde la mañana para recibir a los Reyes, cuya venida le había sido anunciada de antemano por la Santísima Virgen (...) En Jerusalén vi hoy, durante el día, a Herodes leyendo todavía unos rollos en compañía de unos escribas, y hablando de lo que habían dicho los tres Reyes. Después todo entró nuevamente en calma, como si se hubiera querido acallar este asunto.
"Hoy por la mañana temprano vi a los Reyes y a algunas personas de su séquito, visitando sucesivamente a la Sagrada Familia. Los vi también, durante el día, cerca de su campamento y de sus bestias de carga, ocupados en hacer diversas distribuciones. Estaban llenos de júbilo y de felicidad, y repartían muchos regalos. Vi que entonces, se solía siempre hacer esto, en ocasión de acontecimientos felices.
"Por la noche, fueron al Pesebre para despedirse. Primero fue sólo Ménsor.
María le puso al Niño Jesús en los brazos; él lloraba y resplandecía de alegría.
Luego vinieron los otros dos, y derramaron lágrimas al despedirse. Trajeron todavía muchos presentes; piezas de tejidos diversos, entre los cuales algunos que parecían de seda sin teñir, y otros de color rojo o floreados; también trajeron muy hermosas colchas. Quisieron además dejar sus grandes mantos de color amarillo pálido, que parecían hechos con una lana extremadamente fina; eran muy livianos y el menor soplo de aire los agitaba.
Traían también varias copas, puestas las unas sobre las otras, cajas llenas de granos, y en una cesta, unos tiestos donde había hermosos ramos de una planta verde con lindas flores blancas. Aquellos tiestos se hallaban colocados unos encima de otros dentro de la canasta. Era mirra. Dieron igualmente a José unos jaulones llenos de pájaros, que habían traído en gran cantidad sobre sus dromedarios para alimentarse con ellos.
La despedida
"Cuando se separaron de María y del Niño, todos derramaron muchas lágrimas.
Vi a la Santísima Virgen de pie junto a ellos en el momento de despedirse.
Llevaba sobre su brazo al Niño Jesús envuelto en su velo, y dio algunos pasos para acompañar a los Reyes hasta la puerta de la gruta; allí se detuvo en silencio, y para dar un recuerdo a aquellos hombres excelentes, desprendió de su cabeza el gran velo transparente de tejido amarillo que la envolvía, así como al Niño Jesús, y lo puso en las manos de Ménsor. Los Reyes recibieron aquel presente inclinándose profundamente, y un júbilo lleno de respeto hizo palpitar sus corazones, cuando vieron ante ellos a la Santísima Virgen sin velo, teniendo al pequeño Jesús. ¡Cuántas dulces lágrimas derramaron al abandonar la gruta! El velo fue para ellos desde entonces la más santa de las reliquias que poseían.
"Hacia la medianoche, tuve de pronto una visión. Vi a los Reyes descansando en su carpa sobre unas colchas tendidas en el suelo, y cerca de ellos percibí a un hombre joven y resplandeciente. Era un ángel que los despertaba y les decía que debían partir de inmediato, sin volver por Jerusalén, sino a través del desierto, siguiendo las orillas del Mar Muerto.
"Los Reyes se levantaron enseguida de sus lechos, y todo su séquito pronto estuvo en pie. Mientras los Reyes se despedían en forma conmovedora de san José una vez más delante de la gruta del Pesebre, su séquito partía en destacamentos separados para tomar la delantera, y se dirigía hacia el Sur con el fin de costear el Mar Muerto atravesando el desierto de Engaddi.
"Los Reyes instaron a la Sagrada Familia a que partiera con ellos, porque sin duda alguna un gran peligro la amenazaba; luego aconsejaron a María que se ocultara con el pequeño Jesús, para no ser molestada a causa de ellos.
Lloraron entonces como niños, y abrazaron a san José diciéndole palabras conmovedoras; luego montaron sus dromedarios, ligeramente cargados, y se alejaron a través del desierto. Vi al ángel cerca de ellos, en la llanura, señalarles el camino. Pronto desaparecieron. Seguían rutas separadas, a un cuarto de legua unos de otros, dirigiéndose durante una legua hacia el Oriente, y enseguida hacia el Sur, en el desierto.
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