sábado, 23 de diciembre de 2017

SANTOS POR MESES Y DÍAS

SANTOS DEL 11 DE ENERO

Santo Tomás de Cori (Cori4 de junio de 1655 – 11 de enero de 1729) fue un religioso y santo franciscano. A los 14 años, se hizo cargo de su familia después de la muerte de sus padres. Tuvo la responsabilidad de hacerse cargo de sus dos hermanas y encontrarles marido. Se caracterizó por una gran devoción y, después de haber casado a sus hermanas, se impuso los hábitos Franciscanos.
En 1683, fue ordenado sacerdote y fue conocido por su estilo claro y simple de predicar y por su "admirable devoción a la eucaristia".1​ Se unió a la comunidad de Civitella (ahora Bellegra), donde vivió hasta su muerte, a excepción de los seis años que vivió como guardián del convento de Palombara. EL 11 de enero de 1729, murió mientras dormía.


Este santo franciscano era de origen humilde. Había nacido en Cori, en la campiña romana. De niño, un sacerdote había empezado a enseñarle las primeras letras, pero sus padres necesitaron pronto de la ayuda de Tomás en el pastoreo. Como leemos de muchos otros jóvenes pastores de ambos sexos que figuran entre los santos, Tomás aprovechó bien las largas horas de soledad pasadas junto a su rebaño y con Dios. En breve, adquirió un gran hábito de contemplación; nada tiene, pues, de extraño que a la muerte de sus padres, Tomás haya solicitado la admisión en el convento de los franciscanos de la estricta observancia en Cori. Fue admitido, y seis años más tarde recibió la ordenación sacerdotal.
Al principio sus superiores le dedicaron al oficio de maestro de novicios; pero Tomás no había perdido el gusto por la vida eremítica, y obtuvo permiso para retirarse al pequeño convento de Civitella, en las montañas de las proximidades de Subiaco. Allí pasó casi todo el resto de su vida, entregado mansa y gozosamente a las más humildes ocupaciones, practicando grandes penitencias, predicando a los pocos y rudos habitantes de la montaña (casi lodos ellos bandoleros), y gozando de extraordinarias gracias y éxtasis. Se cuenta en particular que, en cierta ocasión, mientras distribuía la comunión en la iglesia, fue arrebatado en éxtasis y se elevó hasta el techo, con el copón en la mano; momentos después, descendió lentamente y siguió distribuyendo la comunión, como si nada hubiese sucedido.
Elegido guardián del convento. Tomás dio muestras de una caridad y una confianza en Dios ilimitadas. En una ocasión en que había repartido a los pobres todo el pan, la comunidad encontró la mesa absolutamente vacía, pero en ese preciso instante llegó un regalo inesperado y la comunidad tuvo todo lo necesario. Aunque Tomás se mostró siempre bondadoso y considerado en el ejercicio de su cargo, no por ello dejaba de ser muy estricto en lo relacionado con el servicio de Dios, insistiendo en particular en que sus monjes recitasen el oficio divino lenta y devotamente. «Si cor non orat -acostumbraba decir-, in vano lingua laborat» («si el corazón no está en oración, la lengua trabaja en vano»). Tomás murió el 11 de enero de 1729, a los setenta y tres años de edad, fue beatificado en 1785 y canonizado en 1999.







Higinio (Atenas¿? - Roma, ha. 140) fue el Papa n.º 9 de la Iglesia católica de 136 a 140.1
Filósofo de origen ateniense, durante su pontificado surgieron en Roma doctrinas gnósticas de mano de figuras como MarciónValentín y Cerdón.
Según el Liber Pontificalis, durante su pontificado organizó las órdenes menores en el clero y definió los grados de la jerarquía eclesiástica que, debido a las persecuciones sufridas con TrajanoAdriano y Antonino Pío, habían terminado confundidas.
La tradición afirma que instauró la figura de los padrinos en el bautismo, con el objeto de que los bautizados fuesen guiados espiritualmente.
Higinio estableció asimismo que todos los templos debían consagrarse y que para su construcción contasen con la autorización de obispo correspondiente.
Aunque no existen fuentes históricas que los fundamenten, está considerado mártir por la Iglesia Católica, celebrándose su festividad el 11 de enero.
Fue sepultado vecino a san Pedro.

Hyginus.jpg

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Papa de la Iglesia católica
ha. 138-ha. 140
PredecesorTelesforo
SucesorPío I
Culto público
Festividad11 de enero
Información personal
NombreHiginio
NacimientoAtenas (Grecia), desconocida
Fallecimientoaños 140
RomaItalia


El «Liber Pontificalis» es una colección de pequeñas biografías de los obispos de Roma desde san Pedro hasta el siglo VI, que es cuando se editó el anónimo libro. Sus informaciones no son demasiado exactas, pero muchas veces es lo único que tenemos, por eso lo que dice debe tomarse con cuidado. En el caso de Higinio, nos dice que era griego de nacimiento y que era filósofo; pero la afirmación de que era filósofo se debe probablemente a una confusión con otro Higinio.
Eusebio de Cesarea, en su Historia Eclesiástica, nos informa que el predecesor de Higinio murió durante el primer año del reinado del emperador Antonino Pío, lo cual significa, probablemente, que el pontificado de Higinio se extendió del año 138 al 142. San Ireneo relata que en esa época, los heresiarcas Valentino y Cerdón, gnósticos, se hallaban en Roma y que produjeron gran agitación en la Iglesia, pero ignoramos las proporciones que tal agitación había tomado cuando Higinio murió. Durante algún tiempo Higinio fue incluido en el número de los mártires, pero no hay testimonios de que haya muerto de ese modo.







San Salvio de Albi, monje y obispo
fecha: 10 de septiembre
†: 584 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Albi, de Aquitania, san Salvio, obispo, que, procedente de la vida claustral, fue promovido a la sede a su pesar y, al declararse una fuerte epidemia, como buen pastor no quiso ausentarse de su ciudad.
Salvio pertenecía a una familia de la ciudad francesa de Albi. Fue doctor en derecho y también magistrado; pero su amor por el retiro y su deseo por verse libre de distracciones le indujeron a ingresar como monje en un convento, del que llegó a ser abad por elección de sus hermanos. Vivía retirado en una celda construida a cierta distancia del monasterio. Allí le atacó repentinamente una violenta fiebre que lo dejó inconsciente y muerto en opinión de todos los que acudieron a verle; a decir verdad, el propio santo estaba seguro de que había muerto y sostenía que el cielo le había permitido esa experiencia para devolverle después a la vida. Como quiera que haya sido, Salvio estaba vivo en el año 574, cuando fue sacado de su retiro para que ocupase la sede de Albi.
En su puesto de obispo llevó la misma existencia austera de siempre. Cualquier cantidad de dinero o de provisiones que le caía en la mano, era distribuída entre los pobres. Cuando el patricio Momolo pasó por Albi conduciendo a gran número de prisioneros, san Salvio lo siguió hasta rescatar al último de los cautivos. Chilperico, el rey de Soissons que se las daba de teólogo, hizo un tratado muy poco ortodoxo, y san Salvio junto con su amigo san Gregorio de Tours discutieron con el monarca y consiguieron devolverle a la ortodoxia. En el año 584, una epidemia causó estragos entre los fieles de su sede, y fue en vano que sus subordinados y amigos le recomendaran cuidados y precauciones, porque el obispo, inflamado por la caridad, infatigable y abnegado, iba por todas partes donde creía que era necesaria su presencia. Visitaba a los enfermos, los consolaba y los exhortaba a prepararse para llegar a la eternidad. No tardó en contagiarse y, al saber que su hora estaba próxima, mandó traer su ataúd, se vistió con ropas humildes y, así, se dispuso a comparecer delante de Dios. Murió el 10 de septiembre de 584.

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