REDACCIÓN CENTRAL, 01 Ene. 17 / 02:01 am (ACI).- Un nuevo año comienza y la Iglesia, cada 1 de enero, lo inicia celebrando la Solemnidad de “María, Madre de Dios” para pedir la protección de aquella que tuvo la dicha de concebir, dar a luz y criar al Salvador. Conoce aquí cómo es que surge este título en honor a la Virgen y lo que hicieron los primeros cristianos para defenderlo.
La Fiesta de “María, Madre de Dios” (Theotokos) es la más antigua que se conoce en Occidente. En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Santa Misa, se encuentran pinturas con esta inscripción.
Según un antiguo testimonio escrito en el siglo III, los cristianos de Egipto se dirigían a María con la siguiente oración: "Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita" (Liturgia de las Horas).
En el Siglo IV el término Theotokos se usaba con frecuencia en Oriente y Occidente porque ya había entrado a formar parte del patrimonio de la fe de la Iglesia.
Sin embargo, en el siglo V, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”.
Nestorio había caído en un error debido a su dificultad para admitir la unidad de la persona de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos naturalezas – divina y humana – presentes en Él.
Los obispos, por su parte, reunidos en el Concilio de Éfeso (año 431), afirmaron la subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo. A su vez declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".
Luego, acompañados por el pueblo y portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
San Juan Pablo II, en noviembre de 1996, reflexionó sobre las objeciones planteadas por Nestorio para que se comprenda mejor el título “María, Madre de Dios”.
“La expresión Theotokos, que literalmente significa ‘la que ha engendrado a Dios’, a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere solo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina”, dijo el Pontífice.
“El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces María lo concibió y lo dio a luz”, añadió.
Asimismo, señaló que la maternidad de María “no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana”. Además, “una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra”, enfatizó San Juan Pablo II.
Para terminar, es importante recordar que María no es sólo Madre de Dios, sino también nuestra porque así lo quiso Jesucristo en la cruz. Por ello, al comenzar el nuevo año, pidámosle a María que nos ayude a ser cada vez más como su Hijo.
Se la celebra en la Iglesia católica y en todas las Iglesias en comunión con ella, y se la considera la festividad más importante en honor de María, madre de Jesús, ya que toda su vida y sus dones personales —incluyendo su virginidad— estuvieron orientados a su maternidad.1
Temática litúrgica[editar]
La solemnidad litúrgica está estrechamente vinculada a la «Maternidad Divina de María», que también está presente en la forma tradicional del Rito romano en la festividad litúrgica llamada de la «Maternidad de la Santísima Virgen María», en el rito ambrosiano a través de la fiesta litúrgica del «Domingo de la Encarnación» también llamada «Fiesta de la Divina Maternidad de la Virgen María», así como en el ritual de la familia oriental, sobre todo las tradiciones rituales bizantinas de Siria y los ritos coptos, donde es llamada del mismo modo. El rito italo-albanés la llama «Maternidad de la Santa Madre de Dios».
Fechas[editar]
- En el inmemorial rito romano la fiesta de segunda clase se lleva a cabo el 11 de octubre.
- Tras la reforma del rito romano se celebra el 1 de enero.2
- En el rito ambrosiano de la Encarnación es el domingo sexto y último domingo de Adviento.
- En los ritos siríaco y bizantino la fiesta se celebra el 26 de diciembre.
- En el rito copto, la fiesta se celebra el 16 de enero.
Telémaco o Almaquio (f. 391) fue un monje asiático (proveniente de algún lugar de Asia Menor) que vivió en Roma. Se lo recuerda por tratar de abolir los combates entre gladiadores. Es venerado como santo por diversas confesiones cristianas.
Su nombre era Τηλέμαχος (Telémajos), aunque en la Iglesia católica se lo conoce más como Αλμάχιος (Almajios) o Almaquio.
Martirio de San Telémaco | ||
Mártir | ||
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Nombre | Τηλέμαχος (Telémajos), Αλμάχιος (Almajios) | |
Nacimiento | Asia Menor, Imperio Romano | |
Fallecimiento | 391 Roma, Imperio Romano | |
Festividad | 1 de enero1 | |
Atributos | Martirio |
Hagiografía[editar]
Según Teodoreto ―obispo de Ciro (en Siria)― Telémaco provenía de Asia Menor (actual Turquía). Durante una lucha de gladiadores en un circo romano (leyendas posteriores ubicaron la escena en el Coliseo), Telémaco saltó a la arena y trató de separar los combatientes. Los espectadores lo apedrearon hasta matarlo, pero el emperador Honorio lo declaró mártir y poco después (semanas o meses) abolió los combates, medida que ya antes se había intentado sin éxito.
El último combate de gladiadores en Roma sucedió el 1 de enero de 404, por lo que se atribuye a esta fecha la muerte de Telémaco.
Como la prohibición de los gladiadores no consta en el Código Teodosiano (438), hay algunas dudas sobre la veracidad plena de la historia. Por otra parte existe un edicto de Constantino I (272-337) con esa abolición. Además no consta que en el siglo V se hiciera ningún combate entre gladiadores, y en cambio sí hubo luchas de fieras salvajes, que permanecieron como espectáculo circense hasta el final del Imperio.
Variantes de la leyenda[editar]
Una variante de la leyenda afirma que Telémaco saltó al anfiteatro y arengó a los asistentes: «Hoy es el octavo día del nacimiento del Hijo de Dios, cesad de la superstición de los ídolos y de los sacrificios sucios». Entonces Alipio, el prefecto de la ciudad, ordenó a los gladiadores que lo mataran.2
Según otra versión, Telémaco (llamado Almaco) fue decapitado por orden del prefecto Alipio.3
Según otra versión fue cortado en pedazos vivo.
(1 de enero).
Todo lo que sabemos de este interesante personaje proviene de dos breves reseñas. La primera de ellas se halla en la "Historia Eclesiástica" de Teodoreto (lib. V, c. 26), la segunda en el antiguo "Martirologio de Jerónimo," del que hablamos en la bibliografía de la Circuncisión. Teodoreto nos dice que el emperador Honorio suprimió los combates en el circo, a raíz del incidente que vamos a relatar: "Un asceta llamado Telémaco había venido del oriente a Roma, animado por una santa ambición. En el momento en que se llevaban al cabo en el circo los abominables juegos, Telémaco penetró en el estadio, se presentó en la arena e intentó separar a los gladiadores. Los espectadores, furiosos al ver interrumpida su diversión e instigados por el demonio, que gusta de ver correr la sangre, mataron a pedradas al mensajero de la paz. Al enterarse de lo ocurrido, el excelente emperador puso a Telémaco en la gloriosa lista de los mártires y abolió las criminales justas de los gladiadores."
La reseña del "Martirologio de San Jerónimo," conservada hasta nuestros días en el "Martirologio Romano," dice textualmente: "Primero de enero... La festividad de Almaquio, quien, habiendo dicho: "Hoy es el octavo día del Señor, cesad de adorar a los ídolos y de ofrecer sacrificios impuros," fue decapitado por los gladiadores, por orden de Alipio, prefecto de la ciudad. Contra la opinión de Dom Germain Morin, quien se inclina a ver en este martirio un simple eco de la leyenda fantástica del dragón del foro romano, el P. H. Delehaye, bolandista, piensa que se trata de un martirio histórico y considera que, a pesar de ciertas dificultades en cuanto a las aclaraciones, el verdadero nombre del mártir fue Almaquio y que su martirio tuvo lugar hacia el año 400.
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