domingo, 24 de diciembre de 2017

SANTOS POR MESES Y DÍAS

SANTOS DEL 17 DE ENERO

San Antonio o Antón Abad (Heracleópolis MagnaEgipto251-Monte Colzim, Egipto, 356) fue un monje cristiano, fundador del movimiento eremítico. El relato de su vida, transmitido principalmente por la obra de san Atanasio, presenta la figura de un hombre que crece en santidad y lo convierte en modelo de piedad cristiana. También figura en el Calendario de Santos Luterano. El relato de su vida tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía a varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita. Se dice que alcanzó los 105 años de edad.

San Antonio Abad
San Antonio Abad (Zurbarán).jpg
Abad
ApodoEgipcio, el Grande, Ermitaño
Nacimiento251
Heracleópolis MagnaImperio Romano
Fallecimiento17 de enero del año 356
Monte ColzimImperio Romano
Venerado enIglesia católicaIglesia ortodoxaIglesias ortodoxas orientalesIglesia Anglicana
Festividad17 de enero (Oriente y Occidente)
30 de enero = 22 de Touba(Iglesia copta)
AtributosVestiduras de monje (tanto de tradición occidental como oriental), acompañado por un cerdo o sufriendo tentaciones.
Patronazgoamputados, protector de los animales, los tejedores de cestas, los fabricantes de cepillos, los carniceros, los enterradores, los ermitaños, los monjes, los porquerizos y los afectados de eczemaepilepsiaergotismoerisipela, y enfermedades de la piel en general.

Historia[editar]

Antonio Abad nació en el pueblo de Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir a una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en una cueva sepulcral.2​ Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad.
De acuerdo con los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en La leyenda dorada del dominico genovésSantiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de importancia.2
Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo, en absoluta soledad. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.3
San Jerónimo, en su vida de Pablo el ermitaño, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la tradición, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales.
Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara.

Reliquias y orden monástica[editar]

Se afirma que Antonio vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima.4​ Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, conocidos como Hospitalarios, fundada por esas fechas, se puso bajo su advocación. La iconografía lo refleja, representando a san Antonio con el hábito negro de los Hospitalarios y la tau o la cruz egipcia que vino a ser su emblema.
Tras la caída de Constantinopla, las reliquias de Antonio fueron llevadas a la provincia francesa del Delfinado, a una abadía que años después se hizo célebre bajo el nombre de Saint-Antoine-en-Viennois. La devoción por este santo llegó también a tierras valencianas, difundida por el obispo de Tortosa a principios del siglo XIV.5
La orden de los antonianos se ha especializado desde el principio en la atención y cuidado de enfermos con dolencias contagiosas: pesteleprasarnaenfermedades venéreas y sobre todo el ergotismo, llamado también fuego de san Antón o fuego sacro o culebrilla. Se establecieron en varios puntos del Camino de Santiago, a las afueras de las ciudades, donde atendían a los peregrinos afectados. El hábito de la orden es una túnica de sayal con capuchón y llevan siempre una cruz en forma de tau, como la de los templarios. Durante la Edad Media además tenían la costumbre de dejar sus cerdos sueltos por las calles para que la gente les alimentara. Su carne se destinaba a los hospitales o se vendía para recaudar dinero para la atención de los enfermos.6
Existió otra antigua orden, llamada Orden de san Pablo y san Antonio Abad hasta los años 1940, de carácter semianacorético (con similitudes propias de los cartujos y los camaldulenses). Esta orden se dividió entre sus miembros, en la que algunos se integraron dentro del Carmelo Descalzo , en 1957, y los demás formaron la Congregación de Fossores de la Misericordia dedicada al cuidado de los cementerios.7

Iconografía[editar]

Las tentaciones de San Antonio, por El Bosco.
Se representa a san Antonio Abad como un anciano con el hábito de la orden y con un cerdo a sus pies.
Muchos artistas han tomado este tema para sus obras; uno de los trabajos pictóricos más conocidos es el Tríptico de las tentaciones de san Antonio, pintada por Hieronymus Bosch, conservado en Lisboa. También lo representó en un cuadro en el Museo del PradoMadrid.
En 1947, Diego Rivera pintó una obra también titulada Las tentaciones de San Antonio, al igual que Paul Cézanne y Jan Wellens de Cock, entre otros varios artistas.
También el famoso pintor español Salvador Dalí pintó un cuadro llamado La tentación de San Antonio, que marcaba su entrada a una nueva etapa de misticismo religioso.






Su fiesta se estableció el 17 de enero tras el traslado de sus reliquias al Delfinado.
El pelotero de Arquillos dando un "alpargatazo"
El pelotero de Arquillos al acecho.
  • En Arquillos (Jaén), el patrón es san Antón. La víspera de la festividad, el día 16 de enero, y siguiendo una antiquísima tradición, el alcalde de Arquillos, postrado ante los pies del santo, hace la solemne promesa de que toda la población guardará ayuno y abstinencia para agradecerle su milagrosa intercesión en la epidemia de cólera del año 1885. Sólo "el pelotero", joya del folclore de la provincia jiennense, es una figura característica de esta fiesta que se dedica a danzar, correr y azotar suavemente la espalda de los participantes con un látigo en cuya punta se suspende una alpargata vieja, está libre de la penitencia. Este personaje, ataviado con un holgado pantalón blanco de lienzo y chaquetilla adornada con gruesas borlas rojas, representa al diablo que con tanta insistencia tentó al santo en el desierto. Son característicos de estas fechas los sabrosos Pericones de San Antón. -->
  • En Jaén, la noche del 16 al 17 de enero se realizan lumbres por toda la ciudad en honor a San Antón, en las que se suele comer calabaza y rosetas, beber vino de la tierra en bota y cantar melenchones. Estas se alimentan con el abundante ramón de la poda del olivar próximo a la ciudad. Una fiesta popular de las más antiguas de la capital y se remonta a los siglos posteriores a la reconquista. Cabe destacar las vistas, desde la cruz en el cercano cerro de Santa Catalina, de la ciudad salpicada de lumbres y hogueras. Los distintos barrios compiten en tamaño, organización y singularidad de su lumbre. Esa misma noche se celebra la Carrera Urbana Internacional Noche de San Antón, en la que los corredores recorren sus empinadas calles, (9,5 km aprox.), arropados por las antorchas que lleva el público durante todo el recorrido y en especial en su tramo final. Un dicho muy antiguo de la ciudad es que hasta San Antón pascuas son.
  • En Arjonilla (Jaén) la tarde del 16, los vecinos del pueblo llevan a sus mascotas y animales domésticos a bendecir a la parroquia del pueblo.La noche del 16 al 17 se realizan las "Candelas de San Antón" típicas, con ramas de olivo del término municipal, donde se cantan canciones populares, los jóvenes del pueblo "saltan las candelas" y se reúnen los vecinos para beber un buen vino, y comer migas con chorizo y aceitunas.
  • Otra de las ciudades con más tradición en las lumbres de San Antón es Jódar costumbre ya documentada en el siglo XVII y donde es costumbre que los niños fumen cigarrillos de matalahúva mientras se degustan los productos típicos de la matanza alrededor de las lumbres.
  • En Madrid se celebran desde muy antíguo las denominadas Vueltas de San Antón en las que varios campesinos se acercan a la parroquia de Iglesia de San Antón para que sean bendecidos los animales de compañía. Es costumbre que se sirvan en las pastelerías cercanas los denominados panecillos del santo. -->
  • En Níjar, (Provincia de Almería), el día 16 se celebran "los chisperos", a partir de las dos de la tarde petardos, carretillas y otros artefactos pirotécnicos son parte de la jornada en las barriadas de este municipio y acompañado junto a las hogueras, el origen de celebrar esto en Nijar puede provenir de la época de las revueltas moriscas y ser una reproducción de los enfrentamientos de éstos con los cristianos. Otras fuentes aseguran que tras la expulsión de los moriscos y la posterior repoblación de Níjar, llegaron a estas tierras valencianos que trajeron consigo el gusto por las hogueras y las “carretillas”.
  • En algunas localidades de la Alpujarra se celebran "los chiscos", que son las fiestas dedicadas a San Antón, en torno al día 17 de enero. Los "chiscos" son hogueras alrededor de las cuales se baila, se come y se charla amigablemente, uniendo a todos los vecinos y los que llegan de otros pueblos. El día de la fiesta se rifaba el cerdo que durante el año había sido engordado entre todos. Actualmente han adquirido gran importancia en Torvizcón, situada en la Sierra de la Contraviesa.
  • En la comarca de la Vega de Granada se acostumbra, en numerosas localidades, a hacer hogueras en honor de San Antón. Los niños de esta zona se dedican los días antes a su festividad a recolectar los desechos de la poda de los árboles y cualquier otra cosa susceptible de ser quemada en la hoguera. Existen pueblos, como es el caso de Armilla donde el ayuntamiento hace concursos de "Lumbres de San Anton", premiando aquellas que sean más grandes, seguras, amenas (con algún tipo de entretenimiento, como música, juegos etc.) y dispongan de un variado surtido de alimentos preparados en la hoguera (carne y embutidos asados, patatas asadas, etc.). Antaño era costumbre que los niños y los no tan niños cantaran canciones típicas de esta festividad mientras jugaban a la rueda alrededor de la hoguera. A modo de ejemplo se incluye la siguiente letra:
San Antón mató un marrano
y no me dio las morcillas.
Quien le diera a San Antón
con un palo en las costillas.
  • También en la zona de la Vega de Granada se acostumbra a elaborar en esta época la conocida Olla de San Antón. Se trata de un puchero elaborado principalmente con habas secas, carne de cerdo (careta, orejaspatastocinoespinazocostillasrabomorcillas , etc.), patatas junto con otros ingredientes que puede variar según la zona. Se trata de un plato altamente calórico que suele ofertarse en los restaurantes de la zona en esta época del año. Lo típico es tomarse un plato de olla y posteriormente unapringá hecha con la carne, el tocino y la morcilla.
  • En Polícar (Granada), en la víspera de San Antón se hacen los tradicionales "chiscos". Consiste en ir al campo a recoger leña y las típicas "bolisnas"; para, a la caída de la tarde, hacer lumbres o chiscos en diferentes lugares del pueblo. Es costumbre que los vecinos de junten en el chisco para comer y asar productos de la tierra, sobre todo de la matanza, beber el buen vino del pueblo y comer rosetas. También en la provincia de Granada, en los pueblos de Béznar y Acequias se celebra la festividad de este santo. En el primero es acompañado por Los mosqueteros del Santísimo (también festejado en septiembre) y en el segundo se prepara la tradicional "olla de San Antón".
Iglesia de San Antonio Abad, Trigueros.
  • En Trigueros (Huelva) se celebra también desde hace siglos las fiestas de San Antonio Abad. Desde el día 6 de enero las campanas de la torre de la Iglesia anuncian a diario con media hora de repiques la llegada de las fiestas. El día 16 de enero, Trigueros se vuelve una gran antorcha con cientos de hogueras de carrasca, lentisco y romero a las puertas de las casas para conmemorar la víspera de la fiesta del patrón. Después, comienzan las novenas al Santo, que son ritos litúrgicos durante 9 días antes del Sábado del Santo, en el cual tiene lugar la última celebración, al llegar a la Iglesia, en el Traslado desde su capilla, en la cual los Triguereños esperan agarrados a la reja desde por la mañana para sacar a su patrón hasta la Iglesia, esto tiene lugar el Sábado. Ya el Domingo, por la mañana tiene lugar la Bendición de animales por parte del santo, que son nueve vuelvas a la Iglesia con una animal por las nueve virtudes del santo, después de esto, tiene lugar la Procesión de Tercias, en la que sale el Santo en Procesión solemne por calles cercanas a la Iglesia. Tras su recogida, al mediodía el alcalde entrega al Santo al pueblo, que a continuación a hombros de los triguereños recorre todas las casas del pueblo, una por una, diciéndole un Viva en cada una. Durante esta larga procesión, que no se recoge el Santo, por lo que esta más de 30 horas en la calle durante la noche, que es cuando visita el cementerio, tienen lugar las célebres "tiradas", en las cuales se tiran desde los balcones de las casas panes, chacinas, jamones, y otros muchos productos que son recogidos por los asistentes a las fiestas, finalizando la tirada con el lanzamiento de las tradicionales roscas. Esta curiosa fiesta finaliza el lunes por la noche, que es cuando tiene lugar la "escapailla", en la cual, el Santo, hace un amago de entrar a la Ermita, y sale corriendo hacia distintos lugares, a media noche finalizan las fiestas con la rifa de cuatro cerdos en la puerta del ayuntamiento y tras lo cual el santo se recoge en su capilla.
  • San Antón protagoniza la primera procesión del año en Málaga capital. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso, Nuestra Señora de los Dolores y San Antonio Abad, tiene su sede en el barrio malagueño de Churriana. El día 16 de enero, víspera de su festividad tiene lugar la procesión. La comitiva parte de la Parroquia -consagrada en su honor- tras el pregón. La procesión recorre las calles del casco antiguo de Churriana, y en el transcurso del desfile se queman las tradicionales 'ruedas giratorias' de fuegos artificiales en cumplimiento de promesas. El 17 de enero, festividad de San Antonio Abad, la imagen del santo anacoreta está en besapiés durante todo el día. Por ser Patrón de los animales, se procede a las siete de la tarde, a la bendición de los mismos y después da comienzo una solemne función religiosa. En los días previos se organizan fiestas populares en el barrio. También en un barrio de La Orotava en Tenerife celebran a san Antonio Abad con una romería, feria de ganado y reparto de puchero canario. En municipios como Buenavista y La Matanza es venerado el santo y celebran sus fiestas principales.
  • En Mijas, la celebración está muy ligada a los animales. Cada 17 de enero se celebra una solemne misa en honor al santo en la ermita de San Antón en Osunillas. Tras el oficio, se bendicen a los animales domésticos y de granja. La celebración continúa con la rueda, un juego muy típico, en el que las mujeres cantan canciones tradicionales mientras bailan en corro. Después, las solteras pueden probar suerte y arrojar un guijarro a la imagen del santo. Si aciertan en la entrepierna de la figura, la tradición dice que ese año encontrarán marido.
  • En la provincia de Murcia la fiesta en honor a este santo se ha ido transformando a lo largo de la historia. Hasta mediados de 1960 uno o varios cerdos andaban sueltos por los lugares en los que tienen acogido a este patrón. El animal se alimentaba de los restos vegetales que le ofrecían los vecinos y era sacrificado el día festivo y subastadas algunas de sus viandas más valiosas. Esta tradición terminó por la regulación veterinaria y los problemas que con el tráfico rodado causaba el animal. En la capital, en el barrio de San Antón (Murcia), se ha sustituido la vitualla porcina por el pulpo que se sirve en varias barras preparadas por los hosteleros para la ocasión. Otra peculiaridad de esta festividad en la capital del Segura es la bendición y compra de unos panecillos no más grandes que una moneda que, según la superstición popular, se han de llevar en el monedero ya que atraen la buena fortuna. En la capital la fiesta ha perdido mucho de su cariz tradicional. Aun así, muchos vecinos de pedanías del extrarradio urbano realizan una matanza familiar llegadas las fechas. En todas se celebraciones de esta región están presentes los actos religiosos, entre los que se encuentra la romería, procesión y la tradicional bendición de los animales. Las fiestas en honor a San Antón son especialmente destacadas en la pedanía de La Copa de Bullas donde la fiesta siempre ha mantenido sus aspectos folclóricos y religiosos con algunas peculiaridades. La tradicional matanza se rescató a mediados de 1990 y se ha convertido en un acto multitudinario de relevancia cultural en la región. En Abanilla bendicen a los animales, mientras que las panaderías de la villa elaboran panes benditos, unos dulces que también se preparan para la festividad de San Blas.
  • En la provincia de Ávila, en San Bartolomé de Pinares, cada noche del 16 de enero, y desde no se sabe cuando, se celebran Las Luminarias. La fiesta comienza alrededor de las nueve de la noche, caballos, burros y jinetes cruzan grandes hogueras que inundan las calles de este pequeño pueblo con el fin de purificar sus espíritus.
  • En la localidad Albaceteña de Chinchilla de Montearagón, coincidiendo con el fin de semana más cercano a la fiesta, el sábado se celebra, en la explanada de la iglesia, alrededor de una gigantesca hoguera, la fiesta de San Antón. Los vecinos del barrio al que el santo da nombre, reparten un sin fin de patatas asadas a todos los que se unen, mientras que se realiza una rifa de las típicas tortas de chorizo y sardinas. También se rifa un cerdo. Al día siguiente, domingo, todos se reúnen en la iglesia de San Antón para festejarlo. Al finalizar la celebración, tiene lugar la bendición de los animales, se bailan las tradicionales "danzas chinchillanas" y hay una invitación popular.
  • La mitad de los pueblos de Aragón, así como las localidades del sur de Navarra, hacen algún tipo de celebración relacionada con el santo, aunque lo que predomina son las hogueras u hoguericas de San Antón, encendidas la noche anterior, siempre con gran expectación. Es frecuente que se organicen cenas populares alrededor del fuego, aprovechando las brasas para asar embutidos y patatas que luego se reparten entre los asistentes. Algunos pueblos celebran sus fiestas en torno a esta fecha e, incluso, realizan también hogueras algunos barrios de Zaragoza. Hay una frase que dice la hoguerica San Antón, el que no traiga leña, no comerá turrón, y en la zona del Bajo Aragón se dice lo siguiente:
San Antón era un francés
que de Francia a España vino
y lo que tiene a los pies
es un hermoso tocino.
  • En algunos pueblos de Valencia se celebra organizando mercados populares de venta de frutos secos, conocidos como "el porrat de Sant Anton"; se construyen también grandes hogueras que se encienden la víspera para recordar el fuego de San Antón, como se conocía la enfermedad del cornezuelo del centeno, que en muchos casos el santo curaba milagrosamente
    "San Antonio Abad" (c. 1603) por Juan Sariñena. Colección Gavara (Valencia)
    La hoguera más destacada es la de Canals por ser la mayor del mundo. También allí se celebran bendiciones de animales y el día de los parells, que consiste en que los festeros, a caballo, reparten por todo el pueblo miles de juguetes y otros objetos. También en Elda es el patrón de sus fiestas de moros y cristianos, celebradas el primer fin de semana de junio.
  • En el pueblo extremeño de Navalvillar de Pela, se celebra la fiesta de La Encamisá llamada también Carrera de San Antón: entre hogueras encendidas, una multitud de caballerías recorren las calles del pueblo dando vítores al santo patrón.
  • No sólo en España, sino también en América Latina, San Antonio adquirió una increíble fama. En muchos países de habla hispana existen calles, universidades, hospitales, hoteles, y localidades que honran a San Antonio Abad. En Egipto ha habido una nueva efervescencia monástica en torno a la figura de San Antonio Abad. En Norcia, Italia, existe un monasterio de monjas benedictinas bajo su patrocinio y en Humacao, Puerto Rico, hay una comunidad benedictina también bajo su patrocinio. La reforma del Carmelo de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz recurrió a los ermitaños y muy particularmente a la espiritualidad de San Antonio Abad para su reforma. A San Antonio se le atribuyen cartas y unos dichos, los cuales reflejan su paternidad (ser apa --en egipcio-- o abad en latín) sobre los ermitaños.
  • En el Principado de Andorra, en todas las parroquias se reparte la escudella barretjada, una especie de cocido a base hortalizas y verduras, a las cuales se agrega por separado carne de cerdo, gallina, butifarra blanca y negra, etc. Un plato muy consistente, que las diferentes agrupaciones organizadoras del acontecimiento elaboran desde el alba y que, una vez repartido entre los asistentes, se come con pan moreno y regado con vino en porrón.
  • En la Rioja Baja también se celebra esta festividad, concretamente en la localidad de Alfaro. Se celebra el 17 de enero (aplazado desde hace pocos años al viernes más próximo a la festividad, por motivos de disponibilidad de los ciudadanos). Es tradición que los amigos se reúnan y realicen una hoguera. En sus brasas, se asarán diferentes productos: chistorra, panceta, salchichas blancas, costillas... y después de cenar, los amigos continúan animando la noche en torno a la hoguera.
  • En la Comunidad Extremeña, San Anton También es patrón de la villa de Brozas en la provincia de Cáceres, fiesta que se celebra el 17 de enero con ofrendas de platos, bendición de animales y torcido del cordon.
  • En Cataluña, la fiesta de San Antonio Abad se conoce como "Els Tres Tombs" ("Las tres vueltas"), nombre que hace referencia a las tres vueltas que, tradicionalmente, daban los carros tirados por animales alrededor de la iglesia después de recibir la bendición. En la actualidad, la celebración, que ha sido recuperada en algunas poblaciones), consta principalmente de una cabalgata o desfile de carros y carretas antiguos (muchos de los cuales son originales restaurados) y también de caballos montados independientes, organizada por la Federació Catalana dels Tres Tombs8​. Se trata de una fiesta con una clara vocación pedagógica, que busca mostrar y enseñar como era la vida agrícola en un pasado no demasiado lejano y como se realizaban tradicionalmente los trabajos del campo. Estas cabalgatas no se limitan al día 17 de enero, sino que se celebran durante diversos fines de semana en las distintas poblaciones catalanas (a cada población le corresponde una fecha distinta), en un calendario que comienza el primer fin de semana después de Reyes y termina en mayo - junio. La mayoría de carros y carretas que desfilan, entre los cuales hay carros de paseo, de carga (algunos muy voluminosos), etc., forman parte de entidades locales adheridas a la Federació, dedicadas a la promoción de esta festividad tradicional. Estas asociaciones van desfilando por diversas poblaciones, de ahí que las cabalgatas deban realizarse en fines de semana distintos. En el mes de mayo, se celebra un encuentro nacional de la Federació Catalana dels Tres Tombs, en una población que varía de un año a otro, y pone punto final, simbólicamente, a estas fiestas.




San Antonio Abad
San Antón o San Antonio Abad (Heracleópolis Magna, Egipto, 251; – †Monte Colzim, Egipto, 17 de enero del año 356), fue un monje cristiano fundador del movimiento eremítico. El relato de su vida, transmitido principalmente por la obra de San Atanasio, presenta la figura de un hombre que crece en santidad y lo convierte en modelo de cristianos. Tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita. Se dice que alcanzó los 105 años de edad.

El nombre de Antonio puede significar: "Fluoresciente" (de "Antos", flor) o "Invencible" (de "Anteos", el que se enfrenta victorioso a los enemigos). La vida de este santo la escribió San Atanasio, su gran amigo. Se le llama "Abad" que significaba "padre", porque él fue el padre o fundador de los monasterios de monjes.

De pequeño no le enseñaron a leer ni escribir, pero sí lo supieron educar cristianamente. A los veinte años quedó huérfano de padre y madre, y al entrar a una iglesia oyó leer aquellas palabras de Jesús: "Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes, y dalo a los pobres". Se fue entonces y vendió las 300 fanegas de buenas tierras que sus padres le habían dejado en herencia, y repartió el dinero a los necesitados. Lo mismo hizo con sus casas y mobiliario. Sólo dejó una pequeña cantidad para vivir él y su hermana.

Pero luego oyó leer en un templo aquella frase de Cristo: "No os preocupéis por el día de mañana", y vendió el resto de los bienes que le quedaban, y asegurando en un convento de monjas la educación y el futuro de su hermana, repartió todo lo demás entre la gente más pobre, y él se quedó en absoluta pobreza, confiado sólo en Dios. Se retiró a las afueras de la ciudad a vivir en soledad y oración. Vivía cerca de algunos monjes que habitaban por allí, y de ellos fue aprendiendo a orar y a meditar. Le enseñaron a leer y su memoria era tal que lo que leía lo aprendía de memoria. Esto le va a servir mucho para el futuro, cuando no tendrá libros para leer, pero sí recordará maravillosamente lo leído anteriormente.

Recordando la frase de San Pablo: "El que no trabaja que no coma" aprendió a tejer canastos, y con el trabajo de sus manos conseguía su sustento y aún le quedaba para ayudar a los pobres.

Su fervor era tan grande que de pronto oía hablar de algún monje o ermitaño muy santo, y se iba hacia donde él a escuchar sus consejos y tratar de aprender cómo se llega a la santidad. Y así pronto fue también él un ermitaño admirablemente santo. Pero el demonio empezó a traerle temibles tentaciones. Le presentaba en la mente todo el gran bien que él podría haber hecho si en vez de repartir sus riquezas a los pobres las hubiera conservado para extender la religión. Y le mostraba lo antipática y fea que sería su futura vida de monje ermitaño. Trataba de que se sintiera descontento de la vocación a la cual Dios lo había llamado. Como no lograba desanimarlo, entonces el demonio le trajo las más desesperantes tentaciones contra la pureza. Le presentaba en la imaginación toda clase de imágenes impuras. Pero él recordando aquella frase de Jesús: "Vigilad y orad para no caer en la tentación", "Ciertos malos espíritus no se alejan sino con ayuno y oración", se puso a vigilar sus sentidos: ojos, oídos, etc., para que ninguna mala imagen o atracción lo sedujeran. Y luego empezó a orar mucho y a ayunar fuertemente.

Pasaba muchas horas del día y de la noche orando. No comía ni bebía nada jamás antes de que se ocultara el sol. Y su alimento era un poco de pan o de dátiles, un poco de sal, y agua de una cisterna.

Un día el demonio enfurecido porque no lograba vencerlo le dio un golpe tan violento que el santo quedó como muerto. Vino un amigo y creyéndolo ya cadáver se lo llevó a enterrar, pero cuando ya estaban disponiendo los funerales, él recobró el sentido y se volvió a su choza a orar y meditar. Allí le dijo a Nuestro Señor: ¿Adónde te habías ido mi buen Dios cuando el enemigo me atacaba tan duramente? Y una voz del cielo le respondió: "Yo estaba presenciando tus combates y concediéndote fuerzas para resistir. Yo te protegeré siempre y en todas partes".

Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza. Además, en la Edad Media para mantener los hospitales soltaban los animales y para que la gente no se los apropiara los pusieron bajo el patrocinio del famoso San Antonio, por lo que corría su fama. En la teología el colocar los animales junto a la figura de un cristiano era decir que esa persona había entrado en la vida bienaventurada, esto es, en el cielo, puesto que dominaba la creación.

A los 35 años de edad siente una voz interior que lo invita a dedicarse a la soledad absoluta. Hasta entonces había vivido en una celda, no muy lejos de la ciudad y cerca de otros ascetas. La palabra "asceta" significa "el que lucha por dominarse a sí mismo". La gente llamaba ascetas a los cristianos fervorosos que se dedicaban con la oración, el sacrificio y la meditación a conseguir la santidad. Cerca de un grupo de ellos había vivido ya varios años Antonio y había aprendido cuanto ellos podían enseñarle para ser santo. Ahora se sentía capaz de alejarse a tratar de entenderse a solas con Dios.

Se fue lejos al otro lado del río Nilo. Encontró un cementerio abandonado y allí se quedó a vivir. Las gentes antiguas creían que las almas en penas venían a espantar en los cementerios. Para convencerse de que tal creencia era cuento y mentiras, se quedó a vivir en aquel cementerio y ningún alma de difunto vino a espantarlo. Aquel terreno estaba infectado de serpientes venenosas. Les dio una bendición y ellas se alejaron. Solamente un amigo suyo venía muy de vez en cuando a traerle un poco de pan. Levantó un muro para hacer el sacrificio de no ver a nadie, y hasta el que le traía el pan tenía que lanzárselo por encima del muro. Muchas gentes venían a consultarlo y les hablaba a través del muro.

Pero la fama de que sus consejos hacían mucho bien se extendió tanto que al fin los peregrinos no pudieron contenerse y derribaron aquella pared. Allí estaba Antonio que desde hacía 20 años no veía rostro humano alguno, y no comía carne, y sólo se alimentaba de un poco de pan y un poco de agua cada día. Pero en su rostro no se notaba ningún mal efecto de estos sacrificios, sino que aparecía amable y lleno de alegría.

A los 55 años, para satisfacer la petición de muchos hombres que le pedían les ayudara a vivir vida de ermitaños como él, organizó una serie de chozas individuales, donde se practicaba una pobreza heroica. En cada una de estas chozas vivía un ermitaño dedicado a orar, a trabajar y a hacer sacrificios. Constantemente se oían cantar por allí las alabanzas de Dios.

Antonio los fue formando en la santidad con sus sabios consejos. San Atanasio narra que les aconsejaba lo siguiente: "No vivir tan preocupados por el cuerpo sino por la salvación del alma. Cada mañana pensad que éste puede ser el último día de nuestra vida, y vivid tan santamente como si en verdad lo fuera. Ejecutad cada acción como si fuera la última de la vida. Recordad que los enemigos del alma son vencidos con la oración, la mortificación, la humildad y las buenas obras y se alejan cuando hacemos bien la señal de la cruz.” Les contaba que muchas veces había hecho salir huyendo al demonio con sólo pronunciar con toda fe el santo nombre de Jesús. Les decía que para combatir la impureza hay que pensar frecuentemente en lo que nos espera al final de la vida: Muerte, Juicio, Infierno o Gloria. Les insistía que se esforzaran por llegar a ser mansos y amables; que no buscaran ser alabados o muy estimados; que lo que obtuvieran con el trabajo de sus manos (se dedicaban a tejer esteras y canastos) lo dedicaran a los pobres y que su preocupación fuera siempre ir apreciando y amando cada día más a Jesucristo. Así con San Antonio nació en la Iglesia la primera comunidad de religiosos.

Cuando estalló la persecución contra los cristianos, el santo se fue con algunos de sus monjes a la ciudad de Alejandría a animar a los cristianos para que prefirieran perder todos sus bienes y hasta la misma vida con tal de no renegar de Cristo y de su santa religión. Los paganos no se atrevieron a hacerle daño porque la gente lo veneraba como un hombre de Dios. "Ahí va el santo", exclamaban hasta los paganos al verlo pasar.

Luego se fue a vivir más lejos todavía y estuvo 18 años sin ver a nadie, sólo meditando, haciendo penitencias y hablando con Dios. En los terribilísimos calores del desierto (44 grados) hizo el sacrificio de no bañarse ni una vez, ni cambiarse de ropa. Era un sacrificio tremendo para esos calores sofocantes. No bebía ni una gota de agua antes de que se ocultara el sol.

Pero apareció luego una terrible herejía que decía que Cristo no era Dios. La propagaba un tal Arrio. San Antonio contempló en una visión que el mundo se llenaba de serpientes venenosas, y oyó una voz que decía: "Son los que niegan que Jesucristo es Dios". Inmediatamente hizo expulsar de sus monasterios a todos los arrianos que negaban la Divinidad de Jesucristo y se fue otra vez a Alejandría a apoyar a San Atanasio que era el gran orador que atacaba a los arrianos. Allá San Antonio hizo milagros portentosos para probar que Cristo sí es Dios. Al famoso sabio Dídimo el ciego le dijo que no entristeciera por ser ciego, sino que se alegrara porque con la fe podía ver a Dios en su alma.

En los últimos años de su vida era muy visitado por peregrinos que iban a pedirle consejos. El hacía que sus monjes más santos y más sabios los aconsejaran y luego reuniendo al atardecer a todos los peregrinos les hacía algún pequeño sermón. Murió con más de cien años pero conservaba buena la vista y el cerebro. Y aparecía siempre tan alegre y amable, que cuando llegaba un peregrino y preguntaba por él, le decían: "Busque entre los monjes, y el más alegre de todos, ese es Antonio". Y aunque el peregrino jamás lo había visto antes en su vida, pasaba por entre los monjes y al ver a uno más amable y risueño y alegre que los demás, preguntaba: ¿Es este Antonio? Y le respondían que si era él.

Antes de morir hizo jurar a sus discípulos que no contarían dónde estaba enterrado, para que las gentes no tuvieran el peligro de dedicarse a rendirle cultos desproporcionados. Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, conocidos como Hospitalarios, fundada por esas fechas, se puso bajo su advocación. La iconografía lo refleja, representando con frecuencia a Antonio con el hábito negro de los Hospitalarios y la tau o la cruz egipcia que vino a ser el emblema como era conocido.

Tras la caída de Constantinopla, las reliquias de Antonio fueron llevadas a la provincia francesa del Delfinado, a una abadía que años después se hizo célebre bajo el nombre de Saint Antoine en Viennois. La devoción por este santo llegó también a tierras valencianas, difundida por el obispo de Tortosa a principios del siglo XIV.

Los antiguos le tenían mucha fe para que alejara de sus campos las pestes que atacan a los animales. Por ese lo pintan con un cerdo, un perro y un gallo. Había también la costumbre de que varios campesinos engordaban entre todos cada año un cerdo y el día de San Antonio, el 17 de enero, lo mataban y lo repartían entre los pobres.

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