GUERRAS BULGARO-BIZANTINAS, CONTINUACIÓN
Guerras de Boris I[editar]
Pese a ser un hábil diplomático y hombre de estado, y al papel jugado en la conversión de Bulgaria al Cristianismo, Boris I de Bulgaria no fue un jefe militar particularmente exitoso, siendo derrotado en varias ocasiones por francos, croatas, serbios y bizantinos.
Las guerras de la década de 850[editar]
Poco después de su ascenso al poder, Boris lanzó una breve campaña contra Bizancio en 852. No tenemos demasiados detalles de los acontecimientos, aunque es probable que consiguiera ganar algunos territorios en Macedonia.13
En 855 estallaron nuevamente los conflictos entre bizantinos y búlgaros. El Imperio estaba deseoso de recuperar las tierras interiores de Tracia y los puertos en torno al golfo de Burgas en el mar Negro. Las fuerzas bizantinas, encabezadas por el emperador Miguel III y el césar Bardas consiguieron recuperar las ciudades de Filipópolis, Develtus, Anchialus y Mesembria entre otras, así como la zona fronteriza entre Sider y Develtus, conocida como Zagora en el nordeste de Tracia.1415 Los búlgaros, entretanto, estaban distraídos por la guerra entre el Imperio Franco de Luis el Germánico y los croatas.
Bautismo de Boris y consecuencias[editar]
En 863, Boris I tomó la decisión de abrazar el Cristianismo, solicitando a los francos el envío de una misión. Los bizantinos, por su parte, no estaban dispuestos a tolerar que un vecino tan próximo como Bulgaria cayese bajo la influencia religiosa del Imperio carolingio. Bizancio había conseguido recientemente una gran victoria contra los árabes, lo que le permitía disponer de un elevado contingente de tropas para lanzarlas contra los búlgaros. Mientras que el grueso del ejército de Boris se encontraba en el norte, luchando en la Gran Moravia, Miguel III cruzó el mar Negro con un gran ejército para invadir el país, y Boris no tuvo otro remedio que ceder. Rompió sus tratados con los francos, permitió al clero griego entrar en Bulgaria, y recibió el bautismo en una ceremonia en la que Miguel III ejerció como padrino, tomando su nombre. A cambio de su conversión, los búlgaros recuperaron Zagora.16
Las ambiciones imperiales de Simeón I[editar]
Con la ascensión al trono de Simeón I en 893, la larga paz con los bizantinos estaba a punto de acabar. El primer enfrentamiento surgió cuando el emperador bizantino León VI el Sabio, actuando por la presión de su esposa Zoe Karbonopsina y del padre de esta, trasladó el lugar de comercio de bienes búlgaros de Constantinopla a Tesalónica, donde los mercaderes búlgaros estaban sujetos a gravosos impuestos. Obligado a actuar, Simeón invadió el Imperio bizantino desde el norte en el otoño de 894 sin apenas oposición, ya que las fuerzas bizantinas se hallaban concentradas en el este de Anatolia para detener las invasiones árabes. Informado de la ofensiva búlgara, el sorprendido León envió un ejército compuesto por guardias y otras unidades militares de la capital para detener a Simeón, pero sus tropas fueron derrotas en la thema de Macedonia. Los húngaros al servicio del imperio consiguieron vencer a Simeón en dos ocasiones, pero en 896 fueron derrotados en la batalla del Buh meridional. La guerra concluyó en 896 con una gran victoria búlgaro cerca de Bulgarophygon en la Tracia Oriental. El mercado búlgaro regresó a Constantinopla y el emperador bizantino se vio obligado a pagar tributo anual a Bulgaria. Y lo que es más, con la ayuda de los pechenegos, Simeón consiguió desbaratar una invasión húngara planeada en cooperación con Bizancio.
Tras la muerte de León V el 11 de mayo de 912, su hijo, el niño Constantino VII, fue proclamado coemperador junto al hermano de León, Alejandro III. Simeón I reclamó para sí el título de emperador, con la idea de construir un nuevo Estado Imperial que reemplazara a Bizancio como la gran potencia de Europa Oriental. La muerte de Alejandro el 6 de junio de 913 sumió a Constantinopla en la anarquía, y proporcionó a Simeón la oportunidad de alcanzar sus objetivos. Entre julio y agosto de 913, el búlgaro inició un contundente ataque, que le permitió llegar a las puertas de la capital sin apenas oposición. En aquel momento, el poder estaba en manos de un consejo presidido por el patriarca de Constantinopla Nicolás I el Místico, que se prestó rápidamente a negociar con Simeón. El resultado de las conversaciones fue el pago bizantino de los tributos atrasados, el matrimonio concertado de Constantino VII con una de las hijas de Simeón y, lo más importante de todo, el reconocimiento oficial de Simeón I como emperador (zar) de los búlgaros por el Patriarca Nicolás en el Palacio de Blanquerna. Hasta el final de su reinado, Simeón utilizaría el título de «emperador de los búlgaros y de los Romanos».
Poco después de la estancia de Simeón en Constantinopla, Zoe, la madre de Constantino VII retornó a la capital. Zoe había sido expulsada por su cuñado, el fallecido emperador Alejandro III, pero regresó a instancias de su hijo y eliminó inmediatamente a todos los regentes. En febrero de 914 se alzó de nuevo con el poder mediante conspiración, expulsado al Patriarca Nicolás, anulando todos los pactos con Simeón y negándose a reconocer su título imperial. Simeón I respondió invadiendo Tracia en el verano de 914 y capturando Adrianópolis. En 917, un gran ejército bizantino mandado por León Focas, hijo de Nicéforo Focas, invadió Bulgaria, mientras que una flota bizantina al mando de Romano Lekapenos se dirigía a los puertos búlgaros del mar Negro. Durante su marcha hacia Mesembria (Nesebǎr), donde se les unirían los refuerzos que traía la armada, los hombres de Focas se detuvieron para descansar a orillas del río Aqueloo, en las cercanías de Anchialos (Pomorie). Conocido esto por Simeón, atacó a los soldados bizantinos cuando estaban descansando, destrozando completamente a los Ejércitos Imperiales en la batalla de Aqueloo el 20 de agosto de 917, una de las mayores batallas de la Edad Media.
Como resultado, Simeón pudo contar con el apoyo de los caudillos pechenegos e inició una gran ofensiva contra las posesiones bizantinas en Europa. Entretanto, los búlgaros se lanzaron en persecución de lo que quedaba del ejército bizantino, que se había agrupado bajo León Focas en la población de Katasyrtai, junto a Constantinopla. Allí, los búlgaros derrotaron nuevamente a los bizantinos en la batalla de Katasyrtai, dejando libre el camino a Constantinopla. Sin embargo, una serie de ataques serbios desde el oeste, obligó a las fuerzas de Simeón a replegarse, lo que permitió a los bizantinos ganar un tiempo precioso para organizar sus defensas.
Simeón había desarrollado una agresiva política contra los principados Serbios del oeste, tradicionales aliados de Bizancio. Las tropas búlgaras dirigidas por Teodoro Sigritsa y Marmais invadieron repetidamente el territorio serbio, deponiendo a gobernantes como Petar Gojniković y Pavle Branović. Mientras tanto, Romanos Lekapenos había reemplazado en 919 a la reina madre Zoe como regente del joven Constantino VII y alcanzó el rango de coemperador en diciembre de 920 con el nombre de Romano I. Incapaz de alcanzar el trono bizantino por medios diplomáticos, Simeón inició una nueva guerra con Bizancio para lograr sus fines. Entre 920 y 922, Bulgaria aumentó su presión sobre el Imperio bizantino, lanzando campañas en el oeste contra Tesalia, alcanzando el Istmo de Corinto y en el este contra Tracia, llegando a cruzar los Dardanelos y sitiando Lámpsaco. Los ejércitos búlgaros llegaron ante las puertas de Constantinopla en 921, exigiendo la deposición de Romano I y tomando Adrianópolis y en 922 cuando, tras su victoria en la batalla de Pegai, devastaron el Cuerno de Oro y tomaron la antigua ciudad de Bizye.
Desesperado por conquistar Constantinopla, Simeón preparó una gran campaña para 924 y envió delegados al califa fatimí Ubayd Allah al-Mahdi Billah, poseedor de una gran armada que el zar búlgaro necesitaba. El califa accedió y envió a sus propios representantes de vuelta con la delegación búlgara para establecer los términos del acuerdo. Sin embargo, la misión fue capturada por los bizantinos en Calabria. Romano I ofreció entonces la paz a los árabes, redondeando su oferta con gran cantidad de regalos, y consiguió anular la alianza de estos con Bulgaria.
En 924, Simeón mandó un ejército acaudillado por Časlav Klonimirović contra su antiguo aliado Zaharije Pribisavljević, que tuvo que huir a Croacia. En el verano de ese mismo año, Simeón llegó a Constantinopla y demandó ver al Patriarca y al emperador. Parlamentó con Romano en el Cuerno de Oro el 9 de septiembre de 924 y acordó una tregua, por la cual Bizancio pagaría un impuesto anual a Bulgaria a cambio de la devolución de varias ciudades de la costa del mar Negro. En 926 las tropas de Simeón invadieron Croacia, por aquel entonces aliado de los bizantino, pero fueron detenidas por las tropas del rey Tomislav, que los derrotó en la batalla de Bosnia. Sin embargo, ante la posibilidad de que los búlgaros tomaran represalias, Tomislav anuló su alianza con los bizantinos y aceptó un tratado de paz según las condiciones negociadas por el legado papa Madalbert.
El 27 de mayo de 927, Simeón I de Bulgaria fallecía de un ataque al corazón en su palacio de Preslav tras catorce años de guerra contra el Imperio bizantino.
Pedro I de Bulgaria y sus relaciones con los bizantinos[editar]
Poco después de su ascensión al trono, Pedro I, hijo de Simeón I, reinició las hostilidades y atacó la Tracia Bizantina. Tras esta demostración de fuerza, Pedro envió una misión diplomática a Constantinopla para negociar la paz, que fue firmada confirmando las fronteras definidas en los Tratados de 897 y 904. Los territorios conquistado por Simeón en Tracia fueron reincorporados al Imperio bizantino que, a cambio, reconoció el control búlgaro sobre el interior de Macedonia. Además, se concertó el matrimonio entre Pedro y María Lecapena, nieta de Romano I, se estableció un tributo anual en favor de Bulgaria y se reconoció el título de zar para los dirigentes búlgaros y la autocefalía de la Iglesia ortodoxa búlgara. Esta paz duraría hasta 966.17
Tras la muerte de la emperatriz a mediados de la década de los 60, el emperador bizantino Nicéforo II Focas se negó a pagar tributo a Bulgaria, con la excusa de una alianza entre búlgaros y magiares y desplegó sus fuerzas en la frontera. Descartado el ataque directo, Nicéforo II despachó un enviado al príncipe Sviatoslav Igorevich del Principado de Kiev para acordar un ataque kievano contra Bulgaria desde el norte. Sviatoslav preparó rápidamente un gran ejército y derrotó a los búlgaros sobre el Danubio, haciéndose con ochenta fotalezas búlgaras en 968. Sorprendidos por el éxito de su aliado y suspicaces acerca de sus verdaderas intenciones, el emperador Nicéforo II decidió firmar la paz con Bulgaria, concertando el matrimonio de sus pupilos, los niños emperadores Basilio II y Constantino VIII con dos princesas búlgaras. Dos de los hijos de Pedro I fueron enviados a Constantinopla como negociadores y rehenes honorarios. Mientras tanto, Pedro logró poner neutralizar la amenaza de los kievanos gracias a la ayuda de sus aliados tradicionales, los pechenegos, que atacaron Rus de Kiev.
Conquista bizantina de Bulgaria[editar]
En 968, Boris II se dirigió a Constantinopla con el fin de negociar una nueva paz entre Bulgaria y Bizancio con Nicéfofo II Focas y en calidad de rehén honorífico. El propósito principal de este nuevo tratado era el de aunar fuerzas contra el Príncipe Sviatoslav I de Kiev. En 969, los kievanos derrotaron nuevamente a los búlgaros y Pedro I abdicó para ingresar en un monasterio. En circunstancias que aún no están claras, se autorizó a Boris II a regresar a Bulgaria para sustituir a su rey en el trono.
Boris II no pudo resistir el avance kievano y se vio obligado a aceptar a Sviatoslav I como aliado y convertirse en su marioneta, enfrentándose a los bizantinos. Un ataque kievano contra la Tracia bizantina fue detnido en 970 en Arkadioupolis, tras lo que el nuevo emperador bizantino Juan I Tzimisces avanzó hacia el norte. Al haber dejado indefensos los pasos de los Balcanes, los bizantinos penetraron en Moesia y sitiaron Preslav. Los bizantinos consiguieron incendiar los techos de los edificios de la ciudad y capturaron la fortaleza. Boris II se convirtió en rehén del emperador bizantino, que se lanzó en persecución de los rusos, poniendo sitio a Sviastoslav en Drăstăr (Silistra), mientras afirmaba actuar como aliado y protector del monarca búlgaro, al que trató con el preceptivo respeto. Tras firmar la paz con Sviatoslav y la vuelta de este a Kiev, el emperador entró triunfante en Constantinopla. Sin embargo, lejos de liberar Bulgaria, como había prometido, Tsimisces se llevó a toda la familia real búlgara y su tesoro imperial a la capital en 971. En una ceremonia oficial, Boris II fue ritualmente desposeído de sus atributos imperiales y nombrado magistros, un título oficial bizantino, en compensación. Las tierras búlgaras de Tracia y Moesia inferior pasaron al Imperio bizantino y fueron situadas bajo el control de gobernadores impuestos por Constantinopla.
Aunque la ceremonia de 971 pretendía ser un simbólico punto y final del Imperio búlgaro, los bizantinos fueron incapaces de asegurar su dominio en las provincias occidentales de Bulgaria, que permanecieron bajo el control de sus propios gobernadores. Entre ellos emergió la poderosa familia de los Kometopouloi ("los hijos del Conde"), formada por cuatro hermanos: David, Moses, Aron y Samuel. El movimiento fue considerado una "revuelta" por el emperador bizantino, pero los rebeldes se consideraban a sí mismos regentes del cautivo Boris II. Cuando comenzaron los ataques búlgaros, el gobierno bizantino recurrió a una estrategia basada en socavar el liderazgo de la «revuelta». Esta consistía en dejar libres a Boris II y a su hermano Roman con la esperanza de que su llegada a Bulgaria creara enfrentamientos entre los notables búlgaros. En cuanto Boris y Roman penetraron en la zona controlada por los búlgaros en 977, Boris II fue atacado por una patrulla de vigilancia, al ser confundido por sus ropas con un noble bizantino. Su hermano Roman consiguió identificarse y fue debidamente aceptado como emperador. Sin embargo, su condición de eunuco (había sido castrado por los bizantinos), le impedía proporcionar herederos al trono, por lo que asoció a Samuel al trono como eventual heredero, falleciendo en 997.
Durante varios años, Samuel resistió los ataques bizantinos, que llegaron a controlar prácticamente a todo el país. Fue el único hombre capaz de derrotar en batalla al emperador bizantino Basilio II, cuando puso en fuga al ejército imperial en la batalla de las Puertas de Trajano. Basilio II salvó su vida por muy poco y, a partir de entonces, se centró en sus campañas orientales. La victoria de Samuel hizo que el papa Gregorio V le reconociera nuevamente como zar (emperador), siendo coronado en Roma en 997.
En 1002 estalló de nuevo la guerra con Bizancio, esta vez a gran escala. Los ejércitos de Basilio habían sido reforzados y el emperador estaba decidido a conquistar Bulgaria de una vez por todas. Para ello desplazó gran parte de los efectivos concentrados en oriente en su campaña contra los árabes al frente búlgaro. Samuel se vio obligado a retroceder hacia el interior de su territorio. Comenzó entonces a acosar a los bizantinos, esperando forzar a Basilio a negociar un acuerdo. Durante doce años, sus tácticas consiguieron conservar una Bulgaria independiente, y mantener alejado a Basilio de las principales ciudades como Ohrid.
Sin embargo, el 29 de julio de 1014, Basilio II consiguió arrinconar al grueso del ejército búlgaro en Kleidion (o Belasitsa en la actual provincia de Blagoevgrad) y forzarlo a entrar en combate sin Samuel, ausente en aquel momento. La victoria bizantina fue aplastante, y según la leyenda,18 Basilio II ordenó cegar a los 14.000 prisioneros búlgaros, dejando tuertos a uno de cada cien para guiar a sus camaradas. Cuando Samuel vio llegar a su ejército se culpó de la derrota y murió al cabo de tres meses, el 6 de octubre. Esta historia es una invención posterior que dio lugar al apodo con el que Basilio II sería conocido a partir del siglo XII: el 'Matabúlgaros'.18
Ivan Vladislav[editar]
El nuevo emperador búlgaro Ivan Vladislav reconstruyó las fortificaciones de Bitola en 1015 y sobrevivió a un intento de asesinato perpatrado por agentes bizantinos. Aunque las fuerzas de Basilio II saquearon Ohrid, no consiguieron conquistar Pernik y recibieron informaciones equivocadas de que Ivan Vladislav estaba buscando ayuda de los pechenegos al igual que habían hecho sus predecesores.
Mientras los ejércitos griegos habían penetrado hasta el corazón de Bulgaria en 1016, Ivan Vladislav consiguió reunir sus fuerzas y puso sitio a Durazzo en el invierno de 1018, falleciendo en una batalla a las puertas de la ciudad. Tras su muerte, gran parte de la nobleza búlgara, incluyendo a su viuda Marija, se sometieron a Basilio II, a cambio de que este les garantizase sus vidas y propiedades. Una parte de la nobleza y el ejército se concentraron en torno a los hijos mayores de Ivan Vladislav e iniciaron una resistencia que duraría algunos meses hasta que fueron finalmente forzados a someterse.
Pedro II[editar]
En 1040, los búlgaros, encabezados por Pedro Delyan iniciaron una rebelión contra el dominio bizantino debido a la sustitución del obispo fue proclamado emperador con el nombre de Pedro II por los caudillos del alzamiento. El nuevo emperador consiguió tomar Niš y Skopje colaborando con Tihomir, que había encabezado otra revuelta en Durazzo y al que luego eliminó. Tras esta fase, Pedro II marchó sobre Tesalónica en busca del emperador Miguel IV, que se encontraba entonces allí. Miguel huyó, dejando su tesoro a un tal Miguel Ivac. Este último, posiblemente hijo de Ivac, general de Samuel de Bulgaria, entregó el grueso del tesoro a Pedro. Tesalónica permaneció en manos bizantinas, pero Macedonia, Durazzo y parte del norte de Grecia fueron capturadas por los ejércitos de Pedro II. Esto inspiró nuevas revueltas eslavas contra el dominio bizantino en Epiro y Albania
Sin embargo, los éxitos de Pedro Delyan llegaron a su fin con la aparición en escena de su primo Alusian. Alusian era hijo de Ivan Vladislav, que había asesinado a Gabriel Radomir, padre de Pedro en 1015 y se unió a las filas de Pedro procedente de la corte bizantina, de la que había desertado. Alusian fue bien recibido por Pedro II que le cedió un ejército para atacar Tesalónica. El sitio, sin embargo, fue levantado por los bizantinos y el ejército búlgaro derrotado y puesto en fuga. Alusian escapó por poco y regresó a Ostrovo. Una noche, aprovechando el estado de embriaguez en el gue se encontraba Pedro II, Alusian le amputó la nariz y le cegó con un cuchillo de cocina. Teniendo en cuenta que era el único descendiente vivo de Samuel, fue proclamado emperador en lugar de Pedro II por los soldados búlgaros, pero con la idea de pasarse nuevamente al bando bizantino. Mientras búlgaros y bizantinos se preparaban para la batalla, Alusian desertó y partió hacia Constantinopla, donde se le restituyeron sus honores y posesiones, y donde, en recompensa por sus servicios, le fue concedido el grado de Magistros.
Mientras tanto, aunque ciego, Pedro II se puso nuevamente al frente de las tropas búlgaras mientras que Miguel IV, decidido a sacar tajad de la situación avanzaba contra él. Ambos ejércitos se encontraron en las cercanías de Ostrovo, en una batalla en la que los bizantinos derrotaron a los búlgaros y Pedro II fue hecho prisionero y llevado a Constantinopla, donde fue posiblemente ejecutado.
Las sagas nórdicas hablan de la participación del futuro rey de Noruega Harald Hardråda, que supuestamente derribó a Pedro II en el campo de batalla como miembro de la Guardia Varega. Esta tradición se ve avalada por una lacónica referencia en la denominada "Crónica Apócrifa Búlgara". En cualquier caso, Pedro II habría fallecido en 1041.
Pedro III[editar]
Las tropas del recién coronado Pedro III de Bulgaria conquistaron Niš y Ohrid, pero sufrieron una aplastante derrota en el frente de Kastoriá. El contraataque bizantino conquistó Skopje con la ayuda de George Voitekh, que traicionó en primer lugar a Pedro III y luego intentó traicionar a los bizantinos, pero fracasó. En otra batalla, Pedro III fue apresado por los bizantinos y enviado, junto con George Voitekh, a Constantinopla. Voitekh falleció en el viaje, mientras que Pedro III languidecía en prisión, primero en Constantinopla y más tarde en Antioquía.
Teodoro y el Segundo Imperio búlgaro[editar]
En 1185, Teodoro Asen y su hermano Ivan se presentaron ante el emperador bizantino Isaac II Ángelo en Kypsela solicitando una Pronoia, pero su solicitud fue desdeñosamente rechazada e Ivan Asen abofeteado en la discusión que siguió. Los ofendidos hermanos retornaron a Moesia y, aprovechándose del descontento causado por los elevados impuestos establecidos por el emperador para financiar su campaña contra Guillermo II de Sicilia y celebrar su matrimonio con Margarita de Hungría iniciaron un levantamiento contra los bizantinos.
En un primer momento, los rebeldes no fueron capaces de conquistar Preslav, la capital histórica de Bulgaria, pero establecieron su propia capital en Tărnovo, presumiblemente el centro de la revuelta. En 1186, los rebeldes fueron derrotados, pero Isaac II no supo aprovechar la victoria y regresó a Constantinopla. Con la ayuda de la población cumana que habitaba al norte del Danubio, Teodoro (ya proclamado emperador con el nombre de Pedro IV de Bulgaria) e Ivan Asen recobraron sus posiciones iniciales y se adentraron en Tracia. Cuando Isaac II Ángelo volvió a Moesia en 1187 no consiguió tomar ni Tărnovo ni Loveč, y firmó un tratado reconociendo al Segundo Imperio búlgaro que ninguna de las partes tenía intención de cumplir. Cuando la Tercera Cruzada, dirigida por el emperador Federico I Barbarroja cruzó tierras búlgaras de camino a Constantinopla, los representantes de Teodoro e Iván Asen se dirigieron a los cruzados ofreciéndoles ayuda militar contra Isaac II en Niš y nuevamente en Adrianópolis.
Represalias de Isaac II[editar]
Tras el paso de la Tercera Cruzada, Isaac II decidió zanjar definitivamente el problema búlgaro. Se planteó una expedición a gran escala que alcanzó y sitió Tărnovo. A estas alturas, Pedro IV había coronado a su hermano Iván como coemperador en 1189 y, sin abdicar, se había retirado a Preslav. Ivan hizo correr el rumor entre los bizantinos de la inminente llegada de una gran ejército cumano para aliviar el sitio. Cuando los bizantinos se retiraban fueron emboscados en los pasos de los Balcanes e Isaac II escapó con vida por muy poco en 1190.
La victoria correspondió finalmente a los búlgaros, que capturaron las áreas de Sredec (Sofía) y Niš en 1191, Belgrado en 1195, y Melnik y Prosek en 1196, mientras que sus incursiones de saqueo llegaron alcanzar Serres por el sur. Cuando el ya emperador búlgaro Ivan Asen I de Bulgaria fue asesinado, su sucesor Kaloyan mantuvo su agresiva política contra el Imperio bizantino, aliándose con Ivanko, el asesino de Ivan Asen I y que había entrado al servicio de Bizancio en 1196, llegando a gobernador de Filipópolis (Plovdiv). Otro aliado de Kaloyan fue Dobromir Hriz (Chrysos), que gobernaba el área de Strumica. La coalición se disolvió rápidamente, en cuanto los bizantinos derrotaron a Ivanko y a Dobromir. Por otra parte, Kaloyan conquistó Konstanteia (Simeonovgrad) en Tracia y Varna a los bizantinos en 1201, así como gran parte de la Macedonia Eslava en 1202.
Ascensión del Imperio Latino[editar]
La guerra entre búlgaros y bizantos fue detenida en 1204 cuando los integrantes de la Cuarta Cruzada tomaron Constantinopla y crearon el Imperio Latino, eligiendo emperador a Balduino de Flandes. Aunque Kaloyan había ofrecido su ayuda a los cruzados, su oferta fue despreciada y los nuevos gobernantes de Constantinopla proclamaron sus intenciones de conquistar todas las tierras pertenecientes al antiguo Imperio bizantino, incluyendo territorios controlados por Kaloyan. El inevitable conflicto estalló cuando la aristocracia bizantina de Tracia se rebeló contra el dominio latino en 1205, solicitando la ayuda de Kaloyan y ofreciéndole su sumisión.
Guerras latinas[editar]
Aunque búlgaros y bizantinos se dedicaron principalmente a combatir a los Latinos entre 1204 y 1261, ambos bandos aún tenían cuentas pendientes entre sí. Pese a la inicial satisfacción por los éxitos búlgaros contra los latinos, la aristocracia bizantina comenzó pronto a conspirar contra sus nuevos gobernantes. Kaloyan también modificó su actitud, mostrándose implacable contra sus antiguos aliados, adoptando el sobrenombre de Rōmaioktonos ("matarromanos"), como lo hiciera años atrás el emperador bizantino Basilio II Boulgaroktonos ("matabúlgaros"). Pero, en general, las relaciones entre Bulgaria y el Imperio de Nicea, el más poderoso estado bizantino, se mantuvieron sólidas. La alianza entre ambos estados culminó con el matrimonio de Elena, hija del emperador búlgaro Ivan Asen II con el futuro Teodoro II Láscaris, hijo del emperador bizantino Juan III Ducas Vatatzés de Nicea. Esta unión dinástica se produjo en 1235, coincidiendo con la restauración del Patriarcado de Bulgaria consentido por los patriarcas orientales. Posteriormente, los búlgaros retiraron su apoyo tanto al Imperio de Nicea como al Latino, ya que ambos estaban demasiado ocupados luchando entre sí como para pensar en atacar Bulgaria.
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