hematopoyesis o hemopoyesis (del gr. αἷμα, -ατος-, 'sangre' y ποίησις, 'creación') es el proceso de formación, desarrollo y maduración de los elementos figurados de la sangre (eritrocitos, leucocitos y trombocitos (plaquetas)) a partir de un precursor celular común e indiferenciado conocido como célula madre hematopoyética multipotente, unidad formadora de clones, hemocitoblasto o stem cell.1
Las células madre que en el adulto se encuentran en la médula ósea, son las responsables de formar todas las células y derivados celulares que circulan por la sangre.
Las células sanguíneas son degradadas por el bazo y los macrófagos del hígado. También es conocida por su distribución en la sangre.
Hematopoyesis humana.
* Las características morfológicas de las células hematopoyéticas se muestran como se observa en la tinción de Wright, tinción de May-Giemsa o tinción de May-Grünwald-Giemsa. Los nombres alternativos de ciertas células se indican entre paréntesis. * Ciertas células pueden tener más de una apariencia característica. En estos casos, se ha incluido más de una representación de la misma célula. * Juntos, los monocitos y los linfocitos comprenden los agranulocitos, a diferencia de los granulocitos (basófilos, neutrófilos y eosinófilos) que se producen durante la granulopoyesis. * b., n. y e. representan basofílico, neutrofílico y eosinofílico, respectivamente - como en promielocito basofílico. [1] El eritrocito policromático (reticulocito) de la derecha muestra su aspecto característico cuando se tiñe con azul de metileno o Azure B.
[2] El eritrocito de la derecha es una representación más precisa de su apariencia en la realidad cuando se ve a través de un microscopio.
[3] Otras células que surgen del monocito: osteoclastos, microglia (sistema nervioso central), células de Langerhans (epidermis), células de Kupffer (hígado).
[4] Para mayor claridad, los linfocitos T y B se dividen para indicar mejor que la célula plasmática surge de la célula B. Tenga en cuenta que no hay diferencia en la apariencia de las células B y T, a menos que se aplique una tinción específica.
Tejido Hematopoyético[editar]
La hematopoyesis del tejido hematopoyético aporta la celularidad y el microambiente tisular necesario para generar los diferentes constituyentes de la sangre. En el adulto, el tejido hematopoyético forma parte de la médula ósea y allí es donde ocurre la hematopoyesis normal.
Durante la ontogénesis, varía el sitio donde ocurre la hematopoyesis, por diferente anidación del tejido hematopoyético. Así se constatan tres fases secuenciales según los sitios hematopoyéticos:
- Fase mesoblástica o megaloblastia: Fase inicial, en el pedúnculo del tronco y saco vitelino. Ambas estructuras tienen pocos mm. de longitud, ocurre en la tercera semana embrionaria.
- Fase hepática: Hacia el tercer mes de vida embrionaria, el hígado es sembrado por células madres del Saco Vitelino.
- Fase medular o mieloide: El bazo y la médula ósea fetal presentan siembras de células madres hepáticas.
Los histólogos del siglo xix y principios del XX clasificaban las células de la sangre en dos categorías o linajes según su supuesto lugar de origen: de la médula ósea, o de los órganos linfoides (ganglios linfáticos, bazo o timo).
Con algunas correcciones —pues no se considera válida la suposición de un origen dual de las células sanguíneas y se entiende actualmente que todas tienen un origen único y común en la médula ósea—, tal clasificación sigue vigente:
- La "estirpe mieloide", comprende a los eritrocitos, plaquetas, leucocitos granulares (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) y monocitos-macrófagos. El desarrollo de tales elementos se conoce como mielopoyesis y parte de una célula madre precursora común.
- La "estirpe linfoide", comprende únicamente a los linfocitos, que pueden ser de dos tipos: linfocitos B y linfocitos T (hay un tercer tipo, los linfocitos NK). El desarrollo de estas células se denomina linfopoyesis.
Mielopoyesis[editar]
Glóbulos blancos inmaduros en médula ósea, pertenecientes a los estadios de la granulopoyesis.
La mielopoyesis es el proceso que da lugar a la generación, desarrollo y maduración del componente mieloide de la sangre: eritrocitos, plaquetas, neutrófilos, basófilos, eosinófilos y monocitos. A cada tipo mieloide le corresponde respectivamente un proceso generativo diferente.
Eritropoyesis[editar]
La vida finita de los eritrocitos, con una media de 120 días, requiere su renovación ininterrumpida para sostener una población circulante constante. La eritropoyesis es el proceso generativo de los eritrocitos.
Trombopoyesis[editar]
La trombopoyesis importa los procesos que terminan en la formación de las plaquetas de la sangre.
Granulopoyesis[editar]
La granulopoyesis es el proceso que permite la generación de los granulocitos polimorfonucleares de la sangre: neutrófilos, basófilos y eosinófilos. Se genera a partir de la línea mieloide, el primer estadio en su diferenciación es el mieloblasto, este se diferencia a promielocito que genera las granulaciones azurofilas primarias de los polimorfonucleares, este a su vez se diferencia a mielocito que genera granulaciones secundarias específicas para cada uno así dependiendo de los gránulos secundarios generados se convertirá en metamielocito basófilo, ácido filo o neutrófilo. En el desarrollo del neutrófilo el núcleo adopta una conformación en banda para luego convertirse en Neutrófilo maduro segmentado. La granulopoyesis se caracteriza por aumento en la relación núcleo citoplasma, desaparición de los nucleolos y condensación cromatínica..
Monopoyesis[editar]
La monopoyesis es la formación de los monocitos.
Serie monocítica:
Los monocitos tienen un origen medular, siendo el elemento más joven el monoblasto. Esta célula origina el promonocito, reconocible en la médula ósea, que en su paso hemoperiférico se transforma en monocito y finalmente migra a los tejidos originando los histiocitos y macrófagos.
Linfopoyesis[editar]
La linfopoyesis es el proceso del desarrollo hematopoyético, en el que se forman los Linfocitos y células Natural Killer (Célula NK), a partir de una célula madre hematopoyética. Cada una de las células que se forman (Linfocitos B, Linfocitos T y células NK), tiene una génesis y proceso de maduración independiente, que culmina en distintos órganos.
La diferenciación de las células linfocíticas se desarrolla en la médula ósea (órgano hematopoyético principal), aunque la maduración de los linfocitos T y B, se produce en distintos órganos: Linfocitos B en la médula ósea (Bone marrow en inglés), y Linfocitos T en el Timo.
Plasma sanguíneo[editar]
Los elementos que componen el plasma sanguíneo se originan en diferentes partes de la biología.
El plasma contiene además sustancias inorgánicas como gases (Oxígeno, Dióxido de carbono y Nitrógeno), sales, minerales, vitaminas y desechos metabólicos.
Las células cigarro (también conocidas como células lápiz) son glóbulos rojos que tienen forma de cigarro o lápiz en frotis de sangre periférica. Las células de cigarro están generalmente asociadas con eliptocitosis hereditaria. Aun así, también pueden aparecer en anemia de ferropénica, sepsis, malaria y otros estados patológicos que provocan una disminución del recambio y/o producción de glóbulos rojos.1 En el caso de la anemia ferropénica también esperaríamos ver microcitosis e hipocromía.
Célula espumosa
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Células espumosas en colesterolosis de la vesícula biliar. |
Aviso médico |
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Las células espumosas aparecen en la pared de vasos sanguíneos formando una veta de grasa. Este es el inicio de la formación de la placa de ateromas y son derivadas de macrófagos y células musculares lisas de la pared arterial. En casos de hiperlipidemia crónica, las lipoproteínas conglomeradas dentro de la íntima de los vasos sanguíneos se oxidan por la acción de los radicales libres generados ya sea por los macrófagos, células endoteliales o, especialmente en placas avanzadas, también de células musculares lisas.1 Los macrófagos digieren las lipoproteínas de baja densidad (LDL) oxidadas por un proceso llamado endocitosis, dirigidos por receptores scavenger, que son distintos de los receptores de LDL. La LDL oxidada se acumula en los macrófagos y otros fagocitos, que luego son conocidas como células espumosas.2 Estas forman estrías de grasa en las placas de ateroma de la túnica íntima de las arterias.
Las células espumosas no son peligrosos en sí, pero pueden convertirse en un problema cuando se acumulan en ciertos focos específicos, creando así un centro necrótico en el proceso de ateroesclerosis. Se puede formar una capa fibrosa a raíz del centro necrótico que puede luego despegarse de la luz de un vaso, formando un trombo que puede conducir a embolias que ocluyen vasos más pequeños. La oclusión de pequeños vasos da como resultados la isquemia, que contribuye al accidente cerebrovascular e infarto de miocardio, dos de las principales causas de muerte cardiovascular relacionadas con la aterosclerosis.
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