domingo, 22 de noviembre de 2020

TIPOS DE CÉLULAS

 Las células parietales u oxínticas (del griego ὀξύς (oxis): «ácido», literalmente «punzante») son un tipo de célula ubicada en la parte superior de las glándulas oxínticas del estómago. Se encuentran mayoritariamente en el cuerpo gástrico y más escasamente en el antro gástrico y son las encargadas de la producción de ácido gástrico y también de factor intrínseco. Cuando las glándulas oxínticas se atrofian (gastritis crónica atrófica) se produce disminución del ácido gástrico y del factor intrínseco.nb 1

Las células parietales tienen en su membrana basolateral receptores de tres estimulantes: un receptor de la histamina (H-2), un receptor colinérgico tipo muscarínico (M-3) para la acetilcolina liberada por las neuronas preganglionares, y un receptor tipo colecistocinina (CCK-8) para la gastrina liberada por las células G pilóricas y duodenales. Las células parietales también tienen receptores en su membrana basolateral para los inhibidores de su función: somatostatina y prostaglandinas.

Parietal cells.jpg

Imagen tomada con un microscopio óptico en la que se observan células parietales humanas, en el estómago, teñidas con hematoxilina-eosina.

Secreción de ácido clorhídrico[editar]

Esquema en el que se muestra el proceso de secreción de ácido clorhídrico por las células parietales.

El ácido clorhídrico se produce de la siguiente manera:

  • La enzima anhidrasa carbónica convierte una molécula de dióxido de carbono y una molécula de agua indirectamente en un ion bicarbonato (HCO3) y un hidrogenión (H+).
  • El ion bicarbonato es intercambiado por un ion cloruro (Cl) por el lado basal de la célula y el bicarbonato difunde hacia la sangre venosa, lo que conducirá a un fenómeno de corriente alcalina (una momentánea subida del pH sanguíneo, que luego es neutralizada por la secreción de hidrogeniones por el páncreas).
  • Los iones potasio (K+) y cloruro (Cl) difunden dentro de los canalículos.
  • Los hidrogeniones son bombeados fuera de la célula hacia los canalículos por un antiporte con iones potasio, gracias a la H+/K+ ATPasa. Como resultado de la salida de hidrogeniones, el lumen gástrico se mantiene en un medio altamente ácido. La acidez ayuda en la digestión del alimento al promover la denaturalización de las proteínas ingeridas. Al ocurrir esto, los enlaces peptídicos que unen los aminoácidos quedan al descubierto. El HCl gástrico simultáneamente activa el pepsinógeno hacia pepsina, una endopeptidasa que continúa la digestión al cortar los enlaces peptídicos, un proceso conocido como proteólisis.











Las células plasmáticas también denominadas plasmocitos pertenecen al sistema inmunitario y su papel consiste en la secreción de grandes cantidades de anticuerpos. Se diferencian a partir de los linfocitos B gracias a la estimulación de los linfocitos T CD4+, más específicamente los linfocitos Tfh. Los macrofagos actúan como células presentadoras de antígenos (APC), consumiendo un patógeno agresor. Este se incorpora a la célula por endocitosis mediada por receptor y una vez dentro es troceado en el interior de los endosomas tras la fusión con lisosomas, liberando enzimas proteolíticas sobre el patógeno. Tras la proteólisis de este, sus pedazos (los llamados péptidos antigénicos) son cargados en moléculas del tipo MHC II y presentadas en su superficie extracelular. Una vez allí, los linfocitos T CD4+ colaboradores se unirán al complejo MHC II/antígeno y provocarán la activación del linfocito B, lo que implica su diferenciación en célula plasmática y subsiguiente generación de anticuerpos contra el patógeno que ha sido consumido.

Plasmacell.jpg
Imagen tomada con microscopio óptico de una célula plasmática teñida con hematoxilina-eosina.

Generalidades[editar]

Imagen tomada con microscopio óptico en la que se observan células plasmáticas con cuerpos de Dutcher-Russell. Tinción con hematoxilina-eosina.

Tras dividirse durante aproximadamente unos cinco días, los linfocitos B maduros se pueden diferenciar o bien en células plasmáticas o en linfocitos B con memoria. Las linfocitos B se originan en la médula ósea, posteriormente se desplazan al bazo o a los nódulos linfáticos, donde se diferencian en células plasmáticas para secretar anticuerpos (aproximadamente 10000 por segundo). Durante los estados iniciales de la respuesta inmune el tiempo de vida de las células plasmáticas es muy corto, típicamente de unos pocos días a semanas son valiosas. No obstante, siguiendo al proceso de maduración de la afinidad, las células plasmáticas pueden sobrevivir de meses a años y continuar secretando altos niveles de anticuerpos. Los linfocitos B con memoria tienden a ser más duraderos y por ello pueden responder rápidamente a una segunda exposición al antígeno.

La clase de anticuerpo que se produce en una célula plasmática determinada depende de señales denominadas citoquinas que le llegan a partir de otras células del sistema inmunitario, como los macrófagos y los linfocitos T colaboradores. A este proceso se le denomina cambio de isotipo. Por ejemplo, las células plasmáticas probablemente secretarán anticuerpos IgG3 si maduran en presencia de la citoquina interferón gamma. Puesto que la maduración de los linfocitos B también supone hipermutación somática, estos anticuerpos tienen una afinidad muy grande por su antígeno.

Célula plasmática en sangre periférica durante un mieloma múltiple. Tinción de May-Grünwald-Giemsa.


Citología[editar]

Las células plasmáticas son linfocitos grandes con una elevada proporción núcleo celularcitoplasma y con un aspecto característico vistas al microscopio óptico. Tienen un citoplasma basófilo y un núcleo excéntrico con heterocromatina dispuesta en una característica forma de "rueda de carro". Su citoplasma también contiene una zona pálida que vista al microscopio electrónico contiene un extenso aparato de Golgi junto con los centriolos.1​ La abundancia de retículo endoplásmico rugoso combinada con un buen desarrollo del aparato de Golgi la hacen apta para la secreción de proteínas, en este caso inmunoglobulinas. El tipo de plasmocito descripto con estas características se denomina de tipo Marschalkó.

Enfermedades de las células plasmáticas[editar]

El cáncer de células plasmáticas se denomina mieloma múltiple. Esta afección se identifica porque las células plasmáticas malignas continúan produciendo anticuerpos que se detectan como paraproteínas.

Se piensa que la inmunodeficiencia variable común se debe a un problema en la diferenciación celular de los linfocitos en células plasmáticas. El resultado es bajos niveles de anticuerpos séricos y un aumento del riesgo de infección.








Se les llama pituicitos ( pitui- de pituitaria y el sufijo -cito) a un tipo de células gliales similares a los astrocitos del sistema nervioso central, que se encuentran en la parte nerviosa de la pituitaria, llamada neurohipófisis. Constituyen el andamiaje de sostén del tejido nervioso y procesos neuronales.1

Los pituicitos son la estructura más fácilmente identificable en la neurohipófisis, ocupando un 25% de su volumen, con un cuerpo fusiforme y tinción fuerte de color púrpura. Contienen vesículas de lípidos, pigmento lipocromo y filamentos intermedios en su citoplasma, además de múltiples prolongaciones citoplásmicas que están en contacto entre ellas formando uniones herméticas.







El podocito es una célula renal adosada a las asas capilares con un citoesqueleto prominente, retículo endoplasmático rugoso y aparato de Golgi bien desarrollados y lisosomas frecuentes. Esta célula emite unas prolongaciones primarias (pies) de las que emergen otras finas secundarias terminando en unos ensanchamientos o pedicelos que se entremezclan los de un podocito con otros y forman un recubrimiento a los capilares.

Alrededor de los capilares del corpúsculo renal, los podocitos se interdigitan unos con otros para retener proteínas. Retienen proteínas mediante la expresión de una serie de moléculas que conectan unos podocitos con otros: las proteínas de nefrina. Estas últimas pertenecen a la superfamilia de las inmunoglobulinas y están sujetas a la membrana de los pedicelos mediante las proteínas de podocina.

Una mutación en las proteínas de nefrina da lugar al síndrome nefrótico congénito.








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