Acueducto de Los Milagros


El Acueducto de los Milagros de Mérida está situado al principio de la Avda. Vía de la Plata. Sorprenden sus altos pilares y los múltiples arcos que lo componen. Está construido utilizando una llamativa mezcla de ladrillo y granito. Este esplendido edificio fue necesario para salvar la depresión del rio Albarregas y forma parte del ambicioso proyecto hidráulico que hay que considerar en conjunto con el Embalse de Proserpina y la conducción intermedia que llevaba el agua hasta el acueducto.
La canalización partía en forma de galería abovedada de 2 metros de altura por 1 metro de anchura desde las proximidades del embalse y se dirigía hacia el Oeste, hasta las proximidades de Sierra Carija, donde cambiaba su dirección para enfilar, después de cruzar la Vía de la Plata, la lineación del acueducto.
La canalización fue en gran parte subterránea y puede hoy día observarse parte de ella junto a la Avda. Vía de la Plata. Aparentemente fue construida en hormigón revistiéndose el interior del “specus” con una capa de “opus signinum” y cubierta con una bóveda de ladrillo. La construcción mide cerca de 10 kilómetros a fin de salvar los constantes desniveles del terreno.
A la altura del Cementerio Municipal de Mérida se observa claramente la construcción de la “piscina limaria”. Dicho depósito, estructurado con dos cámaras, tenía como misión limpiar el agua de impurezas. Desde este punto el canal iba tomando altura hasta remontarse sobre las arquerías del Acueducto de Los Milagros.
Actualmente se conservan menos de la mitad de los arcos, no obstante es más que suficiente para realizar un análisis preciso de la construcción. Su longitud era de 827 metros con una altura máxima de 25 metros, a la que abría de sumar todo el coronamiento del “specus”. La estructura se diseñó con una secuencia rítmica de pilares, que alcanzaban toda la altura del acueducto, y de arcos intermedios que se disponen en tres órdenes.
No hace mucho que se descubrió donde acababa exactamente el acueducto. Después del último pilar existente, situado en el nº 2 de la Calle Calvario, no existía referencia de los últimos arcos. Fue al derribar la Ermita del Calvario, a 72 metros de distancia cuando se descubrió el “castelum aquae” del acueducto, su punto terminal. Puede reconocerse una amplia plataforma de hormigón, una capa de sillares y el núcleo que construía la misma torre del agua. Apenas se conserva el arranque de sus muros pero estos perfilan la estructura de una torre cuadrada de 5,85 metros de lado en su interior, construida de hormigón y mampostería y recubierta internamente de mármol, que serviría para decantar y distribuir el agua a la zona oeste de la ciudad.
Los pilares del Acueducto de Los Milagros son de planta rectangular, con contrafuertes ataludados en sus dos frentes, presentando los que se encuentran en la madre del rio la particularidad de arrancar de tajamares en ángulo que les protegerían de la acción del agua. El núcleo de estos pilares es de hormigón y el revestimiento se hizo mediante sillares mezclados con ladrillos en una sucesión de cinco hiladas de cada material, aunque la totalidad del paramento no ofrece un orden homogéneo. Los arcos son de ladrillo, y excepcionalmente, entre los pilares del rio se conserva un arco con dovelas de granito.
Se han supuesto dos momentos diferentes de construcción, fijándose la primera parte en la época de Augusto (J.M. Álvarez Martínez), en la época de Trajano (A. Jiménez), en la etapa alto imperial sin concretar (Hauschikd) o en la época de Adriano (Fernández Casado), y reconociéndose unánimamente que, por características técnicas, la segunda fase pudo tener lugar ya en la etapa tardía del siglo III. Una última revisión sobre el problema de la cronología del Acueducto de los Milagros, de A. Canto, defiende que su construcción consta de una sola fase, exceptuando alguna reconstrucción , considerándola como una más de las grandes construcciones con las que Mérida fue dotada en su proyecto inicial.





La alcazaba árabe de Mérida es la más antigua fortificación musulmana de la Península ibérica, construida en el siglo IX en la ciudad de Mérida (España) junto al célebre puente romano sobre el río Guadiana. Está declaradaPatrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto Arqueológico de Mérida.

Descripción

Entrada al aljibe subterráneo de la Alcazaba.
La alcazaba fue construida por Abderramán II en el año 835 d. C. como bastión para controlar la ciudad, que desde el año 805 se había rebelado continuamente contra el dominio emiral. Ello la convierte en la fortificación musulmana más antigua que se conserva en la Península Ibérica. La fortificación consiste en un recinto cuadrado de 130 metros de lado capaz de albergar un buen número de tropas. En su interior hay unaljibe, que es una cisterna subterránea de agua filtrada desde el cercano río Guadiana a la que se accede por una doble escalera desde el piso bajo de una torre. Dentro destacan las pilastras reaprovechadas de algún edificio visigodo cuya decoración, en relieve, consta de columnas en sus laterales y motivos vegetales que forman círculos alrededor de racimos y palmetas en sus frentes.1
El perímetro de la alcazaba es casi cuadrado, de unos 550 metros. Los muros, de unos 2,70 metros de grueso y 10 metros de altura, están fabricados en su mayoría con sillares de granito reaprovechados de obras romanas y visigodas con un relleno interior de tierra, piedras y argamasa. Originalmente había una gran torre cuadrada en cada esquina del recinto (cuatro en el principal y dos en el alcazarejo), mientras que en los lienzos de la muralla, a intervalos regulares o flanqueando las puertas, se disponían en total otras veintidós pequeñas torres de base cuadrangular, algunas de época cristiana.2
Muralla de la alcazaba hacia el río Guadiana.
A la alcazaba se accedía desde el puente romano a través de un pequeño recinto fortificado denominado tradicionalmente «alcazarejo». Por esta gran barbacana se controlaba el paso de personas y mercancías a la ciudad de forma que el recinto militar principal quedaba totalmente independiente de la población civil. A este último se entra por una puerta flanqueada por dos torres sobre cuyo arco de herradura2 se conserva una de las inscripciones fundacionales de la alcazaba en la que se puede leer:
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Bendición de Dios y Su protección para los que obedecen a Dios. Ordenó construir esta fortaleza y servirse de ella como refugio de los obedientes el emir Abd al-Rahman, hijo de al-Hakam –glorifíquele Dios–, por medio de su camil Abd Allah, hijo de Kulayb b. Talaba, y de Hayqar b. Mukabbis, su sirviente [y] Sahib al-bunyan, en la luna del postrer rabi del año doscientos veinte

Abril del año 835 d. C.

Conventual santiaguista

El Convento de la Orden de Santiago ubicado en el ángulo norte de la alcazaba, actual sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura.
Recuperada la zona de Mérida por los ejércitos cristianos en 1230, los caballeros de la Orden de Santiago habilitaron en el ángulo norte de la alcazaba varias dependencias donde se instaló la Casa de la Orden y Encomienda. Entre 1563 y 1600 se efectuaron unas obras de acondicionamiento para acoger la sede del Priorato de San Marcos de León. De entonces data la construcción de la iglesia y del claustro porticado con doble galería de arcos de medio punto sobre columnas. Todo este conjunto fue rehabilitado a finales del siglo pasado para servir como sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura.1

Otros restos arqueológicos

Gracias a su ubicación estratégica, el recinto de la alcazaba ha sido catalizador de cuantos períodos históricos ha tenido la ciudad de Mérida. En la alcazaba se conservan restos de una doble calzada, el decumanus maximus de la urbe, y los cimientos de la puerta romana que separaba la ciudad del puente. También se han hallado vestigios de la muralla fundacional de Augusta Emerita (del siglo I a. C.) y restos de viviendas extramuros. Entre la muralla romana y la calzada paralela a ella se hallan restos de pequeñas dependencias, tal vez tabernas romanas. Entre las dos calzadas están los cimientos de una casa fechada en el siglo IV, con peristilo (patio porticado), termas y pavimento de mosaicos y placas de mármol.3
Embutidos en el muro árabe se aprecian una gran cantidad de cupas, que eran bloques de granito utilizados en enterramientos romanos. Son también abundantes las piedras de origen visigodo, dispersas por todo el solar y en especial en las cercanías del conventual santiguista. En uno de los muros exteriores se halló una inscripción alusiva a la consagración de una iglesia supuestamente visigoda dedicada a Santa María. Documentos de la Orden de Santiago confirman su existencia junto al aljibe. Construcciones más recientes son el cenador y el pórtico neogótico del siglo XIX que reaprovecha columnas visigodas.
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