La ecorregión marina araucana (en inglés Araucanian ) (178) es una georregión ecológica situada en el sudoeste de América del Sur. Se la incluye en la provincia marina del Pacífico sureste templado - cálido (en inglés Warm Temperate Southeastern Pacific) de la ecozona oceánica de América del Sur templada (en inglés Temperate South America).1
Se distribuye de manera exclusiva en el litoral marítimo centro-sur de Chile, en aguas delocéano Pacífico sudoriental. Hacia el sur llega hasta punta Chocoy en el canal de Chacao, que la deslinda de la ecorregión marina chiloense.
La ecorregión marina canales y fiordos del sur de Chile (en inglés Channels and Fjords of Southern Chile) (187) es una georregión ecológica situada en el extremo sur deAmérica del Sur. Se la incluye en la provincia marina magallánica de la ecozona oceánica de América del Sur templada (en inglés Temperate South America).
Se distribuye en el sur de Chile y la Argentina. Se sitúa mayormente en aguas delocéano Pacífico sudoriental. También cubre el mar de la Zona Austral, un área delocéano Atlántico sudoccidental la cual posee las características correspondientes a las vecinas aguas del Pacífico. Cubre por el este todas las aguas y costas del estrecho de Magallanes, del sector sur de la isla de los Estados y gran parte del archipiélago fueguino,2 3 salvo las costas sobre el mar Argentino de la isla Grande de Tierra del Fuego, y las del sector norte de la isla, las cuales pertenecen a otra ecorregión, la ecorregión marina plataforma patagónica.
Por el lado del Pacífico cubre todas las aguas y costas del extremo sur de Chile, llegando por el norte hasta la península de Taitao, en las regiones de Aysén yMagallanes y de la Antártica Chilena. Por el lado argentino sólo está presente en laprovincia de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Un modelo de conservación marina que integra ballenas azules, producción de salmón y equidad social
“Somos privilegiados al vivir en este entorno, en absoluta armonía entre los ecosistemas marinos y nuestra cosmovisión indígena. Nuestro océano, nuestra tierra y nuestro aire son espacios sagrados y nos proporcionan todo lo que necesitamos para sobrevivir. Nos dan muchas cosas, como por ejemplo poder bajar a la playa y cosechar frutos del mar, nutritivos y frescos, y sin contaminación. También hemos empezado a ofrecer actividades eco turísticas para mostrarle a otros que cuidar la naturaleza puede generar ingresos para la familia.”
Sandra Antipani, líder indígena de la Isla Chiloé, en el sur de Chile
Los fiordos y canales de la Patagonia en el sur de Chile –conocida como la Ecorregión Marina Chiloense– son un ambiente único de inmensa importancia para la conservación. La región alberga muchas especies de mamíferos marinos y aves, corales de agua fría y pesquerías altamente productivas. También alberga una de las áreas de alimentación más importante para el animal más grande que jamás ha existido: la ballena azul. La caza de ballenas prácticamente ha acabado las poblaciones de ballena azul y su supervivencia depende de la protección de estas áreas críticas.
La Ecorregión Marina Chiloense provee cantidad de servicios a su población humana: alimentos e ingresos para los pescadores locales, paisajes y vida silvestre sorprendentes que atraen a los turistas, y valores espirituales y culturales. También apoya la producción de pescado a una escala globalmente importante al brindar abrigo a larva de diversas especies comercialmente importantes, y proveer el 30 por ciento de la producción mundial de salmón, el 3 por ciento de la de peces blancos y el 12 por ciento de la de peces de forraje (FAO, 2014). Pero la sobre explotación de estos recursos marinos ha alcanzado niveles peligrosos; ya se han perdido hábitats importantes, y el ecosistema y sus servicios están bajo estrés.
Durante más de una década, WWF ha trabajado con las comunidades y autoridades locales en una estrategia integrada de conservación para la ecorregión marina. El enfoque está basado en conocimientos científicos sólidos, planeación rigurosa del paisaje terrestre y marino, y participación estrecha con muchos actores –incluyendo las comunidades locales e indígenas, el gobierno, los productores, los comerciantes al detal y el sector financiero.
Una de las metas es establecer una red de áreas marinas protegidas–que se extienda bordeando la costa y se adentre en aguas chilenas hasta alta mar. A principios de 2014, los esfuerzos coordinados de WWF-Chile, el Centro Ballena Azul, la Universidad Austral de Chile y la Fundación Melimoyu guiaron al gobierno chileno para crear el Parque Marino Tic Toc –el cual incluye zonas de alimentación y lactancia– y otras dos áreas marinas protegidas. En conjunto, abarca más de 120,000 hectáreas. Además de dar protección a ballenas y delfines, y permitir que se recuperen las poblaciones de peces, estas áreas protegidas deben aumentar la resiliencia del ecosistema marino al cambio climático.
Se están haciendo esfuerzos por fuera de las áreas protegidas para reducir el impacto de las pesquerías y la acuicultura, especialmente las salmoneras. Productores, compradores, científicos, ONG ambientales y sociales y otros actores han trabajado juntos en Chile y a escala internacional, para desarrollar el estándar del Consejo de Custodia de la Acuicultura (ASC, de su nombre en inglés) para la cría responsable de salmones.
El estándar de la ASC –resultante de casi 10 años de diálogo– busca minimizar o eliminar los impactos ambientales y sociales negativos de la cría de salmón. Las condiciones incluyen controles estrictos sobre la calidad del agua, la fuga de peces, el uso de antibióticos y productos químicos, y la mejor manera de manejar los predadores naturales como las focas y las aves marinas
En 2013, el 70 por ciento de las compañías dedicadas a la cría mundial de salmón –incluyendo siete compañías chilenas– se comprometieron que en 2020 todas sus salmoneras estarían certificadas de acuerdo con el estándar ASC. Esta es una oportunidad real, pero se requiere mucho trabajo para acelerar la adopción de mejores prácticas y lograr la certificación ASC.
El éxito a largo plazo de la conservación depende del desarrollo equitativo y sostenible para los habitantes de la región, incluyendo los pueblos indígenas. Puesto que se espera que las nuevas áreas marinas protegidas aumenten el ecoturismo, WWF viene trabajando con las comunidades para capacitarlas para sacar ventaja de las oportunidades emergentes. Esto mejoraría los medios de vida de las personas, y aumentaría el incentivo para proteger su herencia natural y cultural.
La certificación ASC también exige que los productores funcionen de manera socialmente responsable, tanto como empleadores como vecinos.
“Yo creo que la industria salmonera necesita primero conocer la comunidad en la que opera –considerar la percepción de las personas, su cultura, su historia, y sobre todo, el respecto por el ecosistema, y las plantas y los animales que allí viven,” dice Sandra Antipani, líder indígena de la Isla Chiloé. “El concepto de conservar los ecosistemas marinos y las ballenas azules hace parte de nuestra conciencia indígena.”
Preservar el capital natural: WWF y sus socios están trabajando para establecer una red de áreas marinas protegidas que cubra por lo menos el 10 por ciento de las aguas costeras de Chile.
Producir mejor: El cumplimiento del estándar ASC reducirá bastante el impacto de la acuicultura de salmón en los ecosistemas marinos. Un proyecto piloto está evaluando los impactos de la certificación de la ASC, con base en 42 indicadores sociales, económicos y ambientales.
Consumir de forma más responsable: La demanda de los consumidores y minoristas de una producción de salmón más responsable ha motivado a los productores a comprometerse con la certificación ASC.
Reorientar los flujos financieros: WWF estimula a las instituciones financieras para que apoyen la producción sostenible de productos básicos, incluyendo certificaciones como las de la ASC. En Chile, el banco holandés Rabobank está trabajando con WWF y las salmoneras chilenas para mejorar el desempeño sustentable. Esto permitirá a los productores ser más competitivos y menos vulnerables a los riesgos ambientales y sociales. Esto también tendrá un impacto positivo en las relaciones bancarias y el otorgamiento de créditos.
Gobernanza equitativa de recursos: Las comunidades locales e indígenas en el área se han convertido en aliados importantes para la conservación marina y el uso de mejores prácticas sociales y ambientales en la industria salmonera.
“Somos privilegiados al vivir en este entorno, en absoluta armonía entre los ecosistemas marinos y nuestra cosmovisión indígena. Nuestro océano, nuestra tierra y nuestro aire son espacios sagrados y nos proporcionan todo lo que necesitamos para sobrevivir. Nos dan muchas cosas, como por ejemplo poder bajar a la playa y cosechar frutos del mar, nutritivos y frescos, y sin contaminación. También hemos empezado a ofrecer actividades eco turísticas para mostrarle a otros que cuidar la naturaleza puede generar ingresos para la familia.”
Sandra Antipani, líder indígena de la Isla Chiloé, en el sur de Chile
Los fiordos y canales de la Patagonia en el sur de Chile –conocida como la Ecorregión Marina Chiloense– son un ambiente único de inmensa importancia para la conservación. La región alberga muchas especies de mamíferos marinos y aves, corales de agua fría y pesquerías altamente productivas. También alberga una de las áreas de alimentación más importante para el animal más grande que jamás ha existido: la ballena azul. La caza de ballenas prácticamente ha acabado las poblaciones de ballena azul y su supervivencia depende de la protección de estas áreas críticas.
La Ecorregión Marina Chiloense provee cantidad de servicios a su población humana: alimentos e ingresos para los pescadores locales, paisajes y vida silvestre sorprendentes que atraen a los turistas, y valores espirituales y culturales. También apoya la producción de pescado a una escala globalmente importante al brindar abrigo a larva de diversas especies comercialmente importantes, y proveer el 30 por ciento de la producción mundial de salmón, el 3 por ciento de la de peces blancos y el 12 por ciento de la de peces de forraje (FAO, 2014). Pero la sobre explotación de estos recursos marinos ha alcanzado niveles peligrosos; ya se han perdido hábitats importantes, y el ecosistema y sus servicios están bajo estrés.
Durante más de una década, WWF ha trabajado con las comunidades y autoridades locales en una estrategia integrada de conservación para la ecorregión marina. El enfoque está basado en conocimientos científicos sólidos, planeación rigurosa del paisaje terrestre y marino, y participación estrecha con muchos actores –incluyendo las comunidades locales e indígenas, el gobierno, los productores, los comerciantes al detal y el sector financiero.
Una de las metas es establecer una red de áreas marinas protegidas–que se extienda bordeando la costa y se adentre en aguas chilenas hasta alta mar. A principios de 2014, los esfuerzos coordinados de WWF-Chile, el Centro Ballena Azul, la Universidad Austral de Chile y la Fundación Melimoyu guiaron al gobierno chileno para crear el Parque Marino Tic Toc –el cual incluye zonas de alimentación y lactancia– y otras dos áreas marinas protegidas. En conjunto, abarca más de 120,000 hectáreas. Además de dar protección a ballenas y delfines, y permitir que se recuperen las poblaciones de peces, estas áreas protegidas deben aumentar la resiliencia del ecosistema marino al cambio climático.
Se están haciendo esfuerzos por fuera de las áreas protegidas para reducir el impacto de las pesquerías y la acuicultura, especialmente las salmoneras. Productores, compradores, científicos, ONG ambientales y sociales y otros actores han trabajado juntos en Chile y a escala internacional, para desarrollar el estándar del Consejo de Custodia de la Acuicultura (ASC, de su nombre en inglés) para la cría responsable de salmones.
El estándar de la ASC –resultante de casi 10 años de diálogo– busca minimizar o eliminar los impactos ambientales y sociales negativos de la cría de salmón. Las condiciones incluyen controles estrictos sobre la calidad del agua, la fuga de peces, el uso de antibióticos y productos químicos, y la mejor manera de manejar los predadores naturales como las focas y las aves marinas
En 2013, el 70 por ciento de las compañías dedicadas a la cría mundial de salmón –incluyendo siete compañías chilenas– se comprometieron que en 2020 todas sus salmoneras estarían certificadas de acuerdo con el estándar ASC. Esta es una oportunidad real, pero se requiere mucho trabajo para acelerar la adopción de mejores prácticas y lograr la certificación ASC.
El éxito a largo plazo de la conservación depende del desarrollo equitativo y sostenible para los habitantes de la región, incluyendo los pueblos indígenas. Puesto que se espera que las nuevas áreas marinas protegidas aumenten el ecoturismo, WWF viene trabajando con las comunidades para capacitarlas para sacar ventaja de las oportunidades emergentes. Esto mejoraría los medios de vida de las personas, y aumentaría el incentivo para proteger su herencia natural y cultural.
La certificación ASC también exige que los productores funcionen de manera socialmente responsable, tanto como empleadores como vecinos.
“Yo creo que la industria salmonera necesita primero conocer la comunidad en la que opera –considerar la percepción de las personas, su cultura, su historia, y sobre todo, el respecto por el ecosistema, y las plantas y los animales que allí viven,” dice Sandra Antipani, líder indígena de la Isla Chiloé. “El concepto de conservar los ecosistemas marinos y las ballenas azules hace parte de nuestra conciencia indígena.”
Preservar el capital natural: WWF y sus socios están trabajando para establecer una red de áreas marinas protegidas que cubra por lo menos el 10 por ciento de las aguas costeras de Chile.
Producir mejor: El cumplimiento del estándar ASC reducirá bastante el impacto de la acuicultura de salmón en los ecosistemas marinos. Un proyecto piloto está evaluando los impactos de la certificación de la ASC, con base en 42 indicadores sociales, económicos y ambientales.
Consumir de forma más responsable: La demanda de los consumidores y minoristas de una producción de salmón más responsable ha motivado a los productores a comprometerse con la certificación ASC.
Reorientar los flujos financieros: WWF estimula a las instituciones financieras para que apoyen la producción sostenible de productos básicos, incluyendo certificaciones como las de la ASC. En Chile, el banco holandés Rabobank está trabajando con WWF y las salmoneras chilenas para mejorar el desempeño sustentable. Esto permitirá a los productores ser más competitivos y menos vulnerables a los riesgos ambientales y sociales. Esto también tendrá un impacto positivo en las relaciones bancarias y el otorgamiento de créditos.
Gobernanza equitativa de recursos: Las comunidades locales e indígenas en el área se han convertido en aliados importantes para la conservación marina y el uso de mejores prácticas sociales y ambientales en la industria salmonera.
En la zona interior y exterior de la región norte de fiordos patagónicos de Chile se han concentrado los estudios oceanográficos principalmente en el fiordo de Reloncaví (Valle-Levinson et al. 2007), mientras que en otras zonas la investigación científica ha estado dispersa en tiempo y espacio asociada mayoritariamente a los proyectos CIMAR-FIORDOS (Silva & Palma 2006a). La extensión y la complejidad topográfica de la zona (Rodrigo 2006) y la diversidad de mecanismos oceanográficos-atmosféricos que se generan en esta zona hace que los experimentos realizados y la información disponible sea insuficiente para responder al interés científico y económico de la región (Silva & Palma 2006b).
Recientes investigaciones han mostrado (Valle-Levinson et al. 2007, González & Cáceres 2009, Soto-Mardones et al. 2009, Cáceres et al. 2010, Castro et al. 2011) que la zona protegida del seno de Reloncaví actúa como sistema de circulación semi-expuesto con un importante aporte del fiordo de Reloncaví y una conexión con el golfo de Ancud a través de pasos estrechos (Nao, Queullín y Tautil). En esta zona, el viento y el oleaje es determinado por características topográficas locales y las conexiones con el estuario y el golfo (Soto-Mardoneset al. 2009). Las intensas corrientes de marea (> 4 m s-1) que ingresan por el estrecho canal de Chacao (Cáceres et al. 2003) al golfo de Ancud se bifurcan hacia el seno de Reloncaví con intensidades sobre los 0,4 m s-1 (Soto-Mardones et al. 2009) y hacia el sur por el canal Desertores con magnitudes sobre 0,7 m s-1 (Salinas & Castillo 2011)1. La literatura disponible no reporta más información de corrientes hacia las zonas más expuestas (Golfo Corcovado y región exterior de Chiloé).
Por otro lado, las zonas adyacentes al seno de Reloncaví, como el golfo de Ancud, el golfo Corcovado y la región exterior de Chiloé carecen de información integrada que permita caracterizar de mejor manera los patrones de viento, de circulación y del oleaje. Solamente con aproximaciones analíticas, utilizando modelos simples, se han realizado estimaciones para tratar determinar el desarrollo del oleaje (Hasselmann et al. 1973, Massel 1996). De similar manera, operacionalmente se utiliza la semejanza con otras zonas para extrapolar patrones de circulación a falta de información, como en la zona interior del golfo Corcovado la que estaría dominada por la influencia directa del viento y el oleaje proveniente del Océano Pacífico a través de la boca o entrada del Guafo, similar a lo que ocurre con la boca del Golfo de California en el Pacifico norte (Castro et al.1994, Beier 1997, Beier & Ripa 1998, Soto-Mardones et al. 1999, Berón-Vera & Ripa 2000, Castro 2001, Berón-Vera & Ripa 2002) Además, la marea debería seguir siendo un factor determinante en la circulación (Cáceres et al. 2007, Aiken 2008)
Evidencias de la intensa influencia del sistema oceánico regional sobre la costa del continente sudamericano se han observado y modelado en la zona exterior de Chiloé (Bakun & Nelson 1991, Strub et al. 1998, Leth 2000). El régimen extremo de oleaje que se ha registrado instrumentalmente ha sido con altura que puede superar los 7 m en el sector oeste de la entrada del canal Chacao (Cabezas 1991), mientras que en Chile central alcanza ~4 m (Belmar 2002). La escasa información oceanográfica y meteorológica de la zona ha obligado a usar normas noruegas como referencia para el desarrollo de ingeniería y de las normas ambientales chilenas. Dada las características particulares que diferencian la zona de fiordos de Chile de la zona de fiordos de Noruega (latitud, orientación de la costa, batimetría, topografía, masas de agua y circulación regional del viento y corrientes) se plantea como objetivo de este trabajo determinar mediante mediciones directas los valores extremos y la variabilidad local del viento, las corrientes y el oleaje de la zona del norte de los fiordos patagónicos de Chile.
MATERIALES Y MÉTODOS
Las zonas estudiadas comprenden parte norte del seno Reloncaví, costa oceánica noroeste de la isla de Chiloé, las costas oeste y este del golfo Corcovado y la zona interior del canal Darwin (Fig. 1). El enfoque del análisis realizado involucra información histórica y registros adquiridos en 5 campañas de mediciones. Datos históricos de oleaje en golfo Coronado provienen del Centro Nacional de Datos Hidrográficos y Oceanográficos (CENDHOC), mientras que datos históricos de vientos en Puerto Montt, isla Laytec y faro Corona provienen del Servicio Meteorológico de la Armada (SERVIMET). El resto de las estaciones (puntas Guabún, Chiguao, Auchemó e isla Italia al interior del canal Darwin) corresponden a campañas oceanográficas (corrientes, olas y viento) de más de 20 días de mediciones (Tabla 1). Además, se incluyen solamente 7 días de mediciones de olas y 30 días de viento en punta Metri debido a fallas en la instrumentación.
Figura 1. Ubicación geográfica de las estaciones en el mar interior de Chiloé, sur de Chile
Figure 1. Geographic location of the stations in the inland sea of Chiloé, southern Chile
Figure 1. Geographic location of the stations in the inland sea of Chiloé, southern Chile
Tabla 1. Ubicación geográfica de las estaciones, variables registradas, periodo de muestreo y altura promedio de la columna de agua (H) /
Table 1. Location of stations, variables, time period of measurements and water column height (H)
Table 1. Location of stations, variables, time period of measurements and water column height (H)
Las mediciones directas de corrientes y olas se realizaron con un correntómetro acústico ADCP RDI de 600 kHz, el cual fue puesto dentro de un soporte metálico para ser anclado al fondo del mar con el transductor mirando hacia arriba a 0,8 m desde el fondo. Este instrumento se configuró para efectuar 60 perfiles de corrientes con una resolución vertical de 0,5 m para luego promediar y registrar las muestras cada 10 min, y por otra parte, efectuó cada 2 h y durante 20 min, 2400 muestras de parámetros de olas. El sensor de presión incorporado en el ADCP permitió efectuar registros de la altura de la columna de agua con la misma resolución temporal de las mediciones de corrientes. Luego este parámetro es utilizado como criterio para seleccionar las capas de aguas que nunca fueron afectadas por las mareas. Finalmente, la columna de agua usada para los análisis de corrientes fue la confinada entre la zona de blanqueo y la penúltima capa observada. Además de eliminar la capa más superficial, de acuerdo con el programa computacional del ADCP, se eliminaron las observaciones de corrientes que presentaron un error mayor a 8 cm s-1 con este tipo de procedimientos se intenta eliminar los posibles datos contaminados debido a la interacción de la señal acústica con burbujas de aire proveniente del oleaje u otro (Teledyne RD Instruments)2.
Adyacente al lugar de mediciones costeras, se registró el viento utilizando un anemómetro Campbell Scientific Datalogger CR200, el cual se posicionó a ~10 metros sobre el nivel medio del mar. El anemómetro fue configurado para medir la rapidez y dirección del viento cada 10 s para luego ser promediadas y registradas en intervalos de 5 o 10 min. Las magnitudes de viento inferiores o iguales a 1 m s-1 fueron considerados calmas.
La dirección de vientos y corrientes fue corregida con la desviación magnética de las respectivas zonas de estudio. En un análisis preliminar de las componentes de las corrientes se observó que dependiendo de la estación la mayor parte de la variabilidad no seguía las coordenadas norte-sur o este-oeste sino que la orientación de la costa, por lo que ambas componentes fueron rotadas siguiendo la elipse de los eje de máxima y mínima variabilidad. Esto se realizó descomponiendo las series originales en componentes ortogonales en las cuales se determina el ángulo de máxima y mínima variabilidad en todas las profundidades (Pizarro et al. 1994, Salinas & Hormazábal 2003). Con los registros de corrientes se realizó un análisis armónico utilizando como entrada el algoritmo de Pawlowicz (2002) el vector complejo de la forma w = u+vi. El algoritmo utilizado para estimar la amplitud y fase se basa en el algoritmo descrito por Godin (1972), Foreman (1977) y Foreman (1978) implementado por Pawlowicz (2002). Por lo tanto se definió la corriente total (VT) asociada a la corriente directa medida por el ADCP, es decir, la corriente por marea más la componente residual (vr) asociada a otros mecanismos (viento, topografía, inercial, etc).
El análisis estadístico para comparar los vientos entre todas las estaciones se realizó en función de la frecuencia y dirección predominante, mientras que en las estaciones con observaciones simultáneas de viento y corrientes (Chiguao, Auchemó, Guabún e isla Italia). Se cuantificó la influencia del viento en la corriente residual utilizando correlaciones cruzadas (Pizarro et al. 1994).
Por otro lado, el oleaje fue analizado desde el punto de vista de series de tiempo comparando las alturas significativas (Hs) y la distribución de energía en diferentes frecuencias en las diferentes localidades siguiendo lo descrito por Bendat & Piersol (1972). El análisis espectral integrado se realizó dividiendo las series de tiempo en trozos de igual longitud a los cuales se les extrajo la tendencia lineal y se les calculó el poder espectral. Este espectro integrado de las series de tiempo fue complementado con un análisis direccional de las alturas de olas, el que consiste en determinar la forma en que se distribuyen las alturas significativas sobre las direcciones de propagación (Komen et al. 1996, Silva-Casarín 2005).
RESULTADOS
Distribución de frecuencias del viento
Seno de Reloncaví
Los resultados de las observaciones mostraron que el régimen general de viento (> 2 años de datos) en la zona del seno de Reloncaví (estación de Metri y observaciones históricas en Puerto Montt) mostraron el predominio del viento norte (> 36%) seguido en menor proporción (< 20%) por eventos de viento provenientes desde el noroeste y noreste abarcando los primeros dos cuadrantes, y una baja cantidad de eventos suroeste y sur (~ 10%) (Fig. 2a, b). El análisis estacional evidenció que el predominio del viento desde el norte ocurre durante el invierno mientras que desde el sur-suroeste durante el verano austral. En esta zona, sobre el 40% de las magnitudes se concentraron entre 1 a 3 m s-1, mientras que en el rango entre 3 y 6 m s-1 presentaron porcentajes de entre 34,6 y 25%, respectivamente (Fig. 3a). Entre 6 y 9 m s-1, las observaciones se concentran entre el 4% y 10%. Por último, observaciones con vientos mayores a 9 m s-1 solamente representaron un porcentaje menor al 5%. El evento máximo registrado en la costa norte del seno de Reloncaví ocurrió durante el invierno de 2009, alcanzando un viento desde el norte de 19,9 m s-1.
Figura 2. Histogramas de dirección e intensidad del viento en: Seno de Reloncaví, a) Metrí, b) Puerto Montt; Golfo Corcovado, c) Punta Chiguao, d) Isla Laytec, h) Auchemó; Costa Occidental de Chiloé, e) Punta Guabún, f) Faro Corona; y Canal Darwin, g) Isla Italia
Figure 2. Histograms of wind direction and intensity in: Seno de Reloncaví, a) Metrí, b) Puerto Montt; Corcovado Gulf, c) Punta Chiguao, d) Isla Laytec, h) Auchemó; West Coast of Chiloé, e) Punta Guabún, f) Faro Corona; and Canal Darwin, g) Isla Italia
Figure 2. Histograms of wind direction and intensity in: Seno de Reloncaví, a) Metrí, b) Puerto Montt; Corcovado Gulf, c) Punta Chiguao, d) Isla Laytec, h) Auchemó; West Coast of Chiloé, e) Punta Guabún, f) Faro Corona; and Canal Darwin, g) Isla Italia
Figura 3. Distribución conjunta de viento y oleaje en las estaciones de los sectores del seno de Reloncaví (Metri), el golfo Corcovado (Punta Chiguao y Auchemó), costa occidental de Chiloé (Punta Guabún) e Isla Italia. La columna de la izquierda indica viento (magnitud en m s-1), la del centro indica altura significativa del oleaje (m) y la de la derecha indica período correspondiente al máximo oleaje (s)
Figure 3. Winds and waves in Seno de Reloncaví (Metri), Corcovado Gulf (Punta Chiguao and Auchemó), West Coast of Chiloé (Punta Guabún) and Italia Island. The left column indicates the wind magnitude (m s-1), the central column shows the significant wave height (m) and the right column shows the maximum wave period (s)
Figure 3. Winds and waves in Seno de Reloncaví (Metri), Corcovado Gulf (Punta Chiguao and Auchemó), West Coast of Chiloé (Punta Guabún) and Italia Island. The left column indicates the wind magnitude (m s-1), the central column shows the significant wave height (m) and the right column shows the maximum wave period (s)
Golfo Corcovado
En el sector de Quellón (estación de punta Chiguao y datos históricos de isla Laytec), los histogramas representan observaciones obtenidas durante dos periodos del año, invierno (Fig. 2c y 3d) y primavera (Fig. 2d). Durante el invierno, predominó el viento (< 10 m s-1) proveniente desde el cuadrante oeste, noroeste y norte (> 60%), con episodios de varios días interrumpidos por pulsos de viento sur-suroeste, los cuales aparecen cada 3 días en el registro.
En primavera permanecen las direcciones predominantes, pero la frecuencia disminuye (< 24%) mientras que la intensidad de los eventos se incrementó (> 20 m s-1), tal que menos de un 4% de los registros se observaron eventos entre 25 y 30 m s-1, y solamente un evento extremos de 40 m s-1. Más de 30 observaciones mayores a 30 m s-1, durante primavera confirman la validez del evento extremo. Durante este periodo, el viento incidente desde el noroeste cambia de dirección hacia la componente suroeste en periodos de ~10 días.
En la costa este del golfo Corcovado (Auchemó), durante primavera-verano predominó el viento proveniente del oeste (> 36%) con influencia de eventos de viento desde el suroeste y noreste con magnitudes entre 1 y 10 m s-1 (Fig. 2h y 3g) que llegaron hasta 15 m s-1. Se observaron también eventos de viento provenientes de la región continental (este), soplando hacia el oeste-suroeste con intensidades típicamente menores a los 5 m s-1.
Ancud y costa oeste de Chiloé
En el sector de Ancud (estación de punta Guabún y datos históricos del faro Corona), los resultados de las observaciones mostraron un predominio del viento proveniente del sur (primavera) (Fig. 2e y 3j) y suroeste (primavera-verano). Además, destacan relevantes eventos intensos de viento norte de corta duración, preferentemente durante los periodos invernales. El registro de faro Corona (Fig. 2f), el más extenso de todas las estaciones, mostró que las componentes sur, suroeste y este agrupan mas del 45% de los registros, mientras que los eventos de viento norte-noreste-noroeste agrupan un 42%. Las magnitudes en esta localidad fueron dominadas por el rango entre 1 y 10 m s-1 (80% de las observaciones), seguida por un 15% de eventos entre 10 y 20 m s-1, 1,3% de entre 20 y 30 m s-1, y un 0,04 % de eventos mayores a 30 m s-1.
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