domingo, 8 de diciembre de 2019

NAVIDAD


REFLEXIONES

Navidad es...
Si tienes enemigos, reconcíliate con ellos,
Navidad es Paz.

Si en tu corazón tienes soberbia, sepúltala,
Navidad es Humildad.

Si tienes deudas, págalas antes de gastar todo,
Navidad es Justicia.

Si tienes pecados, arrepiéntete y conviértete,
Navidad es nacer al Espíritu.

Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos,
Navidad es un Don.

Si en tu mente tienes sombras y dudas,
ilumína tus pensamientos,
Navidad es Luz.

Si tienes errores, piensa y reflexiona,
Navidad es Verdad.

Si tienes tristezas y preocupaciones, alégrate,
Navidad es Gozo.

Y si sientes odio y resentimiento,
arrepiéntete, perdona a todos,
y perdónate a ti mismo,
porque entonces Dios ya te ha perdonado,
Navidad es Amor.





Una noche en sueños vi que con el Señor caminaba junto a la orilla del mar bajo hermosa luna plateada.
Soñé que en los cielos veía toda mi vida representada en celestiales escenas que en silencio contemplaba.

Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando, mientras con el Señor íbamos cual amigos conversando.
Miré atento hacia atrás esas huellas reflejadas en el suelo, pero algo extraño observé y me invadió gran desconsuelo.

Observé que algunas veces al reparar en las huellas, en vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas.
Observaba también yo que aquel solo par de huellas, se advertían mayormente en mis noches sin estrellas en los días de mi vida llenos de angustias y tristeza, cuando el alma necesita más del consuelo y fortaleza.

- Pregunté triste al Señor:

¿Señor, tu no has prometido que en horas de aflicción siempre a mi lado estarías dando muestras de tu amor?
Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas, cuando más aflige el dolor solo veo un par de huellas.
¿Dónde están las otras dos que indican tu compañía, cuando las tempestades sin piedad azotan la vida mía?

- Y el Señor me contestó con ternura y compasión:

Escucha bien hijo mío, comprendo tu confusión, siempre te amé y te amaré y en tus horas de dolor siempre a tu lado permanezco para mostrarte mi amor.
Mas si en ocasiones ves solo dos huellas al caminar y no puedes ver las otras dos que se deberían reflejar, es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en mis brazos.







Oración de la Serenidad
Dios, concédeme la serenidad
para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar
y la sabiduría para conocer la diferencia:

viviendo un día a la vez;
disfrutando un momento a la vez;
aceptando las adversidades como un camino hacia la paz;
pidiendo, como lo hizo Dios, en este mundo pecador tal
y como es, y no como me gustaría que fuera;
creyendo que Tú harás que todas las cosas estén bien
si yo me entrego a Tu voluntad;
de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida
e increíblemente feliz Contigo en la siguiente.





Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o como un platillo que retiñe.
Aunque tuviese el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la Fe, una Fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregar mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve de nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.








Es navidad cada vez que sonríes a un hermano
y le tiendes la mano.

Es navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro.

Es navidad cada vez que no aceptas aquellos
principios que destierran a los oprimidos
al margen de la sociedad.

Es navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.

Es navidad cada vez que reconoces con humildad
tus límites y tu debilidad.

Es navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.

(Madre Teresa)





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