Castillos de Cantabria
El castillo de Santa Ana es una fortaleza situada sobre un promontorio rocoso en Castro Urdiales, en una península donde también está la iglesia fortificada Sta. Mª de la Asunción (siglo XIII), las ruinas de otra iglesia anterior (la de San Pedro, del siglo XII), y la ermita de Santa Ana, construida a modo de atalaya, unida al castillo mediante un puente. El conjunto posee muy buenas vistas al mar, al puerto y al pueblo. Dentro del recinto se construyó un faro en 1853, cuya maquinaria ocupó la capilla. Se trata de uno de los castillos mejor conservados del norte deEspaña.
Es de planta pentagonal con torreones cilíndricos esquineros de 15 metros de altura, que protegen un recinto rectangular de 22,75 x 12,35 metros; dentro de éste, a su vez, hay un salón de 17 x 7 m cubierto por una bóveda de cañón. Uno de los cilindros es en realidad la cubrición de un espacio triangular que avanza desde el rectángulo interior hacia la villa, mientras que los otros cuatro actúan de contrafuertes de la bóveda del espacio habitable. Otra defensa, almenada y más baja, es visible en la parte del faro. Carece por completo de huecos, de modo que la defensa sólo podía hacerse desde las torres. La fábrica es de piedras ciclópeas tomadas con cal. El castillo, así como la ciudadela, estuvo protegido por una muralla de entre 6 y 7 metros de altura, que conserva un pequeño lienzo muy deteriorado con las almenas y merlones originales.
El acceso se sitúa por el lado del mar, a través de una pequeña puerta.
No se sabe a ciencia cierta cuándo se fundó el castillo, especulándose que el principio de las obras pudo coincidir con la fundación de la villa; no obstante, la carta de fundación no nos ha llegado. Probablemente existiese una estructura defensiva incluso antes.
El edificio actual comenzó su construcción en el siglo XII, sufriendo diversas modificaciones y adiciones y abandonándose en el siglo XVI.
Durante una restauración en el siglo XX se demolió la vivienda del farero, edificada dentro del recinto. Junto con toda la Puebla Vieja de Castro Urdiales, fue declarado conjunto histórico-artístico en 1978.
El Castillo de Santander o Castillo de San Felipe fue una fortaleza ubicada en la ciudad de Santander, en Cantabria (España). A finales del siglo XIX fue derribada, pero terminó asentándose en su lugar el actual edificio del Banco de España, y parte de la catedral.
El castillo se asentaba sobre el extremo del cerro de Somorrostro, encima del solar ocupado actualmente por el edificio del Banco de España. Era un robusto edificio trapezoidal, con su eje mayor en la dirección Este-Oeste, el muro más estrecho al Este, y una gran torre de homenaje adosada a la base Oeste. Las esquinas y el centro de los dos parámetros mayores, el Norte y el Sur, estaban reforzadas por seis cubos macizos de cuatro metros de diámetro. Su planta abarcaba más de 2000metros cuadrados.
Se debió construir a partir del año 1187, fecha de la concesión del fuero a la villa por Alfonso VIII, y la consecuente repoblación y auge marítimo alcanzado por la misma. Su fábrica se asentó sobre las ruinas de una fortaleza romana del siglo IV, que remataba sobre la bahía las antiguas murallas del mismo origen, que circundaban la Puebla Vieja de Santander. Tras la batalla naval de la Rochela(1371), fueron encerrados en el castillo de la villa de Santander los sesenta y dos caballeros ingleses de la espuela de oro, atados con cadenas de hierro.
En 1466 consiguió el marqués de Santillana la donación de la villa de Santander por Enrique IV, contra la voluntad de sus habitantes. Logró entrar de noche en la Puebla Vieja, gracias a la traición de algunos próceres, ocupándola junto con la colegial y el castillo, no obstante lo cual la resistencia de los vecinos, apoyada por los mareantes de las demás villas de la costa, le obligó a renunciar a su presa, devolviendo la condición de realengo a la villa. Los Reyes Católicos concedieron "la Alcaldía del Castilo y fortaleza de Santander"a Juan Simón, el Lombardero, en 1476.
Algo más tarde, en 1506, el corregidor de las Cuatro Villas de la Costa encerró en él a unos sospechosos que posteriormente puso en libertad, descubriendo más tarde que eran nada menos que el célebre César Borgia, huido espectacularmente del castillo de la Mota, y su compañero Martín de la Borda.
En el año 1528 el castillo ya debía estar en bastante mal estado, puesto que el Ayuntamiento "remató el castillo del rey de esta villa, con lo de fuera aderente al dicho castilo para ayuda a los reparos dél". Cuando Hoefnagel lo dibujo en 1565 ya estaba en plena ruina. Poco después, Felipe II concedió al secretario de Juan de Austria, el montañés Juan de Escobedo, su Alcaldía perpetua a cambio de que lo reparase, con el fin de ser utilizado como almacén de vituallas y artillería de las armadas, que tan frecuentemente se concentraban en labahía santanderina.
Así se hizo, conservando sólo los gruesos muros y fabricando de nuevo todo el interior en torno a un patio central. Los descendientes de Escobedo vendieron en 1617 la Alcaldía con licencia del Rey, a Fernando de Acevedo, trasmerano, a la sazón arzobispo de Burgos, en 6000 ducados.
En el año 1621 se le añadió una batería de artillería en la base del muro Este, sobre el muelle de los naos. Entre 1656 y 1661 la Corona se gastó 10000 ducados en las importantes reformas llevadas a cabo en el castillo de la villa, en que se rasgaron las ventanas y se abatieron las almenas, cubriéndole todo de tejados. Además se esculpió el escudo real sobre la puerta principal, por lo que a partir de entonces comenzó a llamarse de San Felipe, a la vez que vinculaba a la familia de los condes de Noblejas por deudas no satisfechas.
A finales del siglo XVII se concedió la licencia al abad Francisco Navarrete para que ampliara la capilla de la Colegial de los Cuerpos Santos a costa del castillo. En 1734 se estableció en él, nominalmente, el pretendido Regimiento de Milicias de Santander. No muchos años después, en 1756, Fernando VI lo donó a la recién erigida Catedral de Santander, lo que dio lugar a largo pleito con los Noblejas. Durante la Guerra de la Independencia fue utilizado como cuartel por las tropas francesas, y en 1815 y 1816, se alojó allí el Regimiento de Infantería de Borbón. En 1840 fue destinado a parque de artillería y posteriormente de nuevo a cuartel, hasta 1891 en que lo abandonó su último residente, el Regimiento de Infantería de Bailén.
Entre 1891 y 1896 se instalaron en sus bajos un taller de poleas para barcos y una herrería.1
El derribo comenzó en el año 1896, utilizándose las piedras de la fábrica y la cayuela sobre la que se asentaba para el relleno de la Dársena Grande, actualmente convertida en los Jardines de Pereda.
El Torrejón de las Henestrosas es un yacimiento arqueológico situado en Las Henestrosas de las Quintanillas (Valdeolea, Cantabria), que comprende en unos 1400 m2 los restos de una antigua torre medieval a la que luego se le añadieron una casona, una cerca fortificada, un foso y un contrafoso. El conjunto fue destruido por Pedro I de Castilla debido a una traición de su dueño Gonzalo González de Lucio.1
Se conoce por castillo de Vispieres a los restos de una torre altomedieval situada en lo alto del pico Vispieres, dentro del término municipal de Santillana del Mar (Cantabria,España). De dicha torre fortificada sólo quedan restos de los muros, considerándose que está en ruina total.1 A su vez, esta edificación se construyó sobre los restos de una fortalezaromana que ejercía funciones de atalaya sobre la vía de Agrippa.2 Cayo Plinio habló de un castro cántabro que ha sido relacionado con este lugar en su Historia Natural, sobre el cual habríase construido la fortificación romana.3
La construcción medieval perteneció a la realeza hasta que en el siglo XIV Alfonso XI de Castilla lo legó a su hijo Tello.3 Después fue propiedad de los marqueses de Santillana, dueños entre otros títulos del de duques del Infantado.4 La torre probablemente fue abandonada en el siglo XVI.3 El Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal de1827 ya recoge que del castillo de Vispieres sólo quedaban las paredes.5
La torre, popularmente llamada castillo, es en realidad un recinto de 11 x 12 metros, a la luz de los restos que se conservan de mampostería unida con mortero.
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