Castillos de la provincia de Almería
castillo de Vélez-Blanco está situado en el municipio español de Vélez-Blanco, en la provincia de Almería(Andalucía). Fue mandado construir por el Adelantado de Murcia Pedro Fajardo y Chacón, tras su nombramiento como Marqués de los Vélez concedido por los Reyes Católicos. Cuando Pedro Fajardo se instala en Vélez-Blanco, fija aquí la sede de su nuevo señorío y emprende la construcción de su castillo-palacio sobre los restos de una antigua e importante alcazaba islámica que se levantaba en el cerro que domina la villa; un lugar con asentamientos humanos desde muy antiguo donde han sido halladas monedas romanas y numerosos restos constructivos de murallas, aljibe y mezquita.
Actualmente, está considerada como BIC (Bien de Interés Cultural) (fue declarado Monumento histórico-artísticoperteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 19311 ).
Historia
En 1506 se comienzan las obras del nuevo castillo sobre los restos de la antigua fortaleza, acabándose poco después, en el año 1515. Su construcción se inicia con una primera fase de estructura gótica, que pronto se cambia a otra de estilo renacentista, símbolo de los nuevos tiempos y de una nobleza más culta que rompe con la vieja tradición medieval y muestra el espíritu de los tiempos modernos. Así, frente al gótico oficial seguido por la monarquía y por la iglesia, este castillo-palacio representa un claro ejemplo del avance humanista emprendido por la nobleza, que en Andalucía se corresponde con otro gran ejemplo de avance arquitectónico como es el vecinoCastillo de la Calahorra de la provincia de Granada.
Constructivamente el castillo consta de dos zonas bien diferenciadas, una primera situada hacia el sur, de planta rectangular, queda separada de la segunda, el núcleo principal del castillo, de planta exagonal con torreones de protección en los ángulos. La unión entre las dos zonas se realiza a través de unos arcos que protegen la pasarela de entrada donde en principio debió quedar el puente levadizo.
El denominado Patio de Honor de este castillo es una de las obras maestras del primer renacimiento español junto con las del citado Castillo de Calahorra, propiedad de don Rodrigo de Vivar y Mendoza pariente de Pedro Fajardo, quien tras la visita en 1512 a las obras del palacio granadino decide el giro estilístico hacia el clasicismo que surge en éste, inicialmente comenzado en estilo goticista.
El resultado es un magnífico patio renacentista de planta alargada y algo irregular, donde destaca la rica decoración escultórica que presentan los intradós y las enjutas de los arcos rebajados, así como en las cornisas, los pilares de labalaustrada; los capiteles y sobre todo los marcos de ventanas y puertas. En ella abundan los grutescos, figuras fantásticas que combinan elementos animales y vegetales, propios del arte de la Italia del Quattrocento. El ala sur de este patio presenta doble galería de cinco arcos rebajados de transición al renacimiento, con escudos de los Fajardo y los Cuevas en las enjutas.
En este castillo residen los Fajardo durante el siglo XVI y hasta finales del siglo siguiente, cuando acaba su línea de sucesión directa. Durante los años siguientes se usa como residencia con cierta irregularidad, llegando su decadencia en el siglo XIX con la ocupación francesa y los cambios sociales del país. A partir de 1904 inician sus propietarios el vaciado de sus elementos de valor, siendo vendido por el marqués de los Vélez, Joaquín Álvarez de Toledo, su patio renacentista en ese mismo año al anticuario francés J. Goldberg, quien lo pasa primero a Marsella y luego a París. En 1945 y tras la muerte de su siguiente propietario es cedido al Museo Metropolitano de Nueva York, donde más tarde quedó montado tal como puede verse en la actualidad.
En 2005, la Junta de Andalucía adquirió por tres millones de euros el castillo del marqués de Valverde, Salvador Fernandis Álvarez de Toledo, cuya familia había mantenido la propiedad desde el siglo XVI.
Un aspecto importante de este castillo es su enorme Torre del Homenaje, de casi veinticinco metros de altura, elemento emblemático del castillo y símbolo del poder de su propietario sobre todo su señorío. De base macizada en piedra y estructura por pisos, contaba con escaleras desmontables en madera, que podían eliminarse en caso de peligro aislando su nivel superior como último lugar de defensa.
Otro detalle singular del castillo es la proliferación de elementos decorativos en él, como las características esferas que aparecen rematando sus almenas.
Los frisos de los trabajos de Hércules
Entre 1903 y 1904, un anticuario parisino compró los diez frisos esculpidos en madera y que decoraban dos salas contiguas al patio. Los frisos representaban 'los doce trabajos de Hércules' y 'los triunfos del César'. Ese mismo año fueron revendidos a Émile Peyr, un decorador y escultor francees. Los frisos, que se habían dado por desaparecidos, fueron redescubiertos en 1996 entre los fondos del Museo de las Artes Decorativas de París. 2
Galería de imágenes
Protección y restauración
El edificio se ha ido restaurando en fases sucesivas durante la segunda mitad del siglo XX, reconstruyendo los pisos de sus torres e intentando devolver en parte el esplendor que tuvo en épocas pasadas a este símbolo importante del patrimonio andaluz.
Bien de Interés Cultural, el Castillo de Vélez-Blanco está justamente catalogado como Monumento, según aparece publicado en La Gaceta de Madrid en 1931.
castillo de Villaricos, también conocido con el nombre de torre de Cristal, es una torre de defensa costera del tipo torre de pezuña o de planta de herradura situada junto a la desembocadura del río Almanzora, en la localidad de Villaricos del municipio deCuevas del Almanzora, provincia de Almería, Andalucía, España.
Fue construida sobre otra más anterior, en el siglo XVIII, entre los años 1763 y 1772, durante el reinado de Carlos III de España. Fue puesto militar y después fue usado por la Guardia Civil Española. La parte al mar dispone de un muro en talud en forma de herradura. La torre alcanza los once metros de altura distribuidos en dos plantas, terraza cerrada por un grueso muro que mira a tierra y defendido por saeteras y troneras. El interior se cierra con techos abovedados sobre su primera planta.
Restaurado a comienzos de los años 90 y de acceso libre al exterior, se encuentra en buen estado de conservación. Es propiedad del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora. Su uso actual es como oficina de información turística y sala de exposiciones.
Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 de 25 de junio (BOE número 155 de 29 de junio de 1985) sobre el Patrimonio Histórico Español.1 La Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía en 1993. Es de acceso libre.
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