lunes, 6 de julio de 2020

BATALLAS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA


La batalla de Ciudad Real tuvo lugar entre los días 26 y 27 de marzo de 1809 y enfrentó a los ejércitos napoleónicos y los españoles en Ciudad Real, en la actual comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

Batalla de Ciudad Real 1809
Guerra de la Independencia Española
Localización provincia de Ciudad Real.png
Mapa de la provincia de Ciudad Real, donde tuvo lugar la batalla.
Fecha26 y 27 de marzo de 1809
LugarCiudad RealEspaña
39°02′53.97″N 3°55′24.27″O
Coordenadas38°58′15″N 4°00′25″OCoordenadas38°58′15″N 4°00′25″O (mapa)
ResultadoVictoria francesa
Beligerantes
Bandera de España Ejército españolBandera de Francia Imperio francés
Comandantes
Bandera de España General José de UrbinaBandera de Francia General Horace Sebastiani
Fuerzas en combate
12 00019 000
Bajas
2000 muertos y heridosdesconocido, pero pocas


Antecedentes[editar]

La batalla tiene lugar en el contexto de la Guerra de la Independencia Española y es especialmente importante por la cercanía de los hechos bélicos que sucedieron en la batalla de Valdepeñas el 6 de junio de 1808, en la batalla de Bailén en julio de ese mismo año y en otros enfrentamientos menores.
Estratégicamente las tropas francesas pretenden controlar las vegas del río Guadiana y asegurar las comunicaciones entre Madrid y Andalucía, comunicados por una red de caminos reales y de herradura de suma importancia.

Contendientes y resultado[editar]

Las operaciones bélicas y la batalla se dieron entre el IV Cuerpo del Ejército Imperial francés del general Sebastiani y el Ejército de La Mancha del general José de Urbina, conde de Cartaojal, en la que participaron más de 5000 hombres. Además, también se movilizaron Milicias de patriotas de la propia Ciudad Real y pueblos colindantes como MiguelturraPozuelo de Calatrava o Carrión de Calatrava. El resultado de la batalla resultó de victoria para los franceses. Esto les permitió tomar la capital y toda la provincia, reanudando la comunicación con Andalucía e instalando guarniciones de caballería en el Cuartel de la Misericordia de Ciudad Real y de cuerpos menores del Ejército Imperial francés en AlmagroDaimiel y en el castillo de Manzanares.

Desarrollo de la batalla[editar]

El 26 de marzo de 18091​ llegó la noticia a Ciudad Real de que las tropas francesas se aproximaban, pues venían del norte en contraofensiva para vengar la derrota de Bailén y persiguiendo a los restos de las tropas españolas, que les hacían frente como podían. Se enfrentaban de un lado el Ejército Imperial francés, con lo mejor de las tropas de choque de Europa, y sobre todo su excelente caballería de lanceros polacos, al mando del general Sebastiani y, de otro, los restos del Ejército español, derrotado en Uclés y Consuegra, formado por tropas desmoralizadas y con un armamento anticuado e insuficiente, entre Regimientos de Línea y la Milicia de Ciudad Real, al mando del general Conde de Cartaojal. El conde de Cartaojal había situado su cuartel general en Ciudad Real y sus Divisiones se extendían a lo largo de la provincia: la Caballería hasta Manzanares, ocupando a DaimielTorralba de Calatrava y Carrión de Calatrava, y el grueso de la infantería se alojaba en las cercanías de Valdepeñas. Ante esto, el general Sebastiani tomó la decisión de dividir su Ejército en dos: uno bajaría hasta Ciudad Real por el Camino Real de Andalucía, y el otro intentaría envolver a los españoles por su espalda.
Desde las 10 de la mañana del día 26, la División de Caballería del general francés Milhaud se acercó hasta Peralbillo, aunque fue rechazada en su intento de pasar los puentes fluviales hacia Ciudad Real, aun así, el refuerzo de las demás unidades del IV Cuerpo de Ejército francés, que acudieron en horas posteriores, sorprendió completamente al dispositivo español, y así durante todo ese día el Ejército español y las milicias provinciales, como la de Ciudad Real, resistieron el empuje del muy superior Ejército francés en el Puente de Nolaya, en el río Guadiana en el término municipal de Ciudad Real.
Al día siguiente, el 27 de marzo de 1809 tuvo lugar la batalla entre las tropas españolas y las tropas napoleónicas en el Guadiana a la altura del Puente Nolaya, tras envolver la caballería de los lanceros polacos los flancos de las fuerzas españolas, la infantería francesa, con su superioridad numérica arroyó a las tropas españolas que defendían el Puente Nolaya, incluida la artillería, tras esto, cayó parte de la infantería española situada en la falda del cerro de la Atalaya, la caballería española del Regimiento de Carabineros Reales protegió la retirada de las tropas españolas de infantería hacia Almagro. El general español José Urbina, Conde de Cartaojal, huyó precipitadamente ordenando el repliegue de las tropas hasta Viso del Marqués.
Al mediodía los franceses llegaban hasta Ciudad Real liberando a los 80 prisioneros franceses que habían sido capturados por las tropas españolas en los combates de los días anteriores y que estaban presos en los sótanos de la Casa de la Caridad. Por parte española se registraron entre muertos, heridos y desaparecidos, cerca de 2000 bajas, perdiendo el Regimiento de Milicias Provinciales de Ciudad Real muchos hombres y su bandera.
Tras esto vendría la ocupación francesa de Ciudad Real hasta 1813, primero por el Regimiento de Húsares de Holanda, que usaron el Real Hospital de la Caridad como cuartel y después por otros regimientos.









La batalla de Cogorderos (23 de junio de 1811) fue una victoria española sobre las tropas de ocupación francesas junto a esta localidad leonesa, en el transcurso de la Guerra de Independencia Española.

Desarrollo[editar]

En junio de 1811, con los franceses ocupando el Páramo Leonés, el mariscal de campo José María de Santocildes –el heroico defensor de Sitio de Astorga, evadido de Francia seis meses antes– presionó de nuevo sobre la capital maragata aprovechando el traslado del mariscal Marmont a Extremadura con numerosas tropas para combatir a Wellington, lo que obligó a los franceses a bandonar Astorga. El jefe de la guarnición francesa, el general Jeanin voló varios tramos de la muralla y se replegó a Benavente (19 de junio), entrando Santocildes en la ciudad el 22 de junio, tras 14 meses de ocupación francesa.
Entretanto el general Bonet, se trasladó de Asturias a León, concentrando sus tropas en la orilla derecha del Órbigo. Destacó desde La Bañeza al general de brigada Valleteaux con 3000 hombres. Al principio se limitaron a tirotearse de lejos, ya que los españoles faltos de caballería no querían aventurarse en el llano y Bonet, con menos efectivos, había recomendado prudencia a sus subordinados. Sin embargo, en la mañana del 23 de junio Valletaux logró socorrer a la guarnición de la aldea de Benavides y expulsar a los españoles, tomando algunos prisioneros. Enardecido por el éxito, el impetuoso francés decidió atacar a las tropas españolas situadas en el pueblecito de Cogorderos, sito junto a la carretera de Astorga a Ponferrada, sobre el río Tuerto. Estas estaban conformadas por la 2ª División del 6º ejército, dirigida por el general Taboada, en su mayor parte infantería reforzada con algunos elementos de caballería.

El combate[editar]

Las tropas francesas se destacaron a lo largo de un frente de unos dos kilómetros, desde la margen norte del valle de Valdecadierno hasta Quintana de Fon. Las posiciones españolas se situaban al sur de Villamejil, en el llano de la margen norte de Valdecadierno. Confiando en la superioridad de sus tropas sobre las milicias españolas, Valletaux se lanzó al ataque a pesar de su desventaja numérica.
Trabado el combate a la una del mediodía, los españoles se defendieron con tenacidad durante más de cuatro horas, hasta que acudió en su socorro el coronel Méndez de Vigo con sus tres batallones del regimiento de Oviedo, integrantes de la brigada Volante del general Castañón, que venían a marchas forzadas. Los recién llegados, sin descansar, atacaron a los franceses por el flanco, en combinación con la caballería de Taboada. Tres sangrientas cargas a bayoneta calada deshicieron por completo a los franceses, que se retiraron al cabo de siete horas y media de lucha, dejando atrás fusiles y equipo, así como varios cientos de prisioneros, entre ellos 11 oficiales. El propio Valletaux murió en combate en la primera carga. Los españoles tomaron tres águilas regimentales y literalmente cazaron a muchos de los huidos en la ruta hacia el río Órbigo.
A pesar a tan señalada victoria, Taboada, viéndose amenazado por el grueso del superior ejército de Bonet, se retiró a Astorga. Sin embargo, unos alarmados Bessières y Bonet suspendieron el envío de más tropas a Extremadura, lo que favoreció el avance de Wellington por el sur. El ejército francés en León fue reforzado con varios miles de hombres al mando del general Dorsenne, que reemplazó a Bessières.

Orden de batalla[editar]

Españoles[editar]

Fuerzas iniciales[editar]

  • 1.ª Sección de infantería, al mando del brigadier José Meneses (2552 hombres):
    • 3 batallones del 6.º de Marina.
    • 1 batallón de Tuy.
    • 1 batallón de Cazadores del Rey
  • 2ª Sección de infantería, al mando del coronel Manuel Mascareñas (3314 hombres):
    • 3 batallones de Monterrey.
    • 2 batallones de Voluntarios de León.
    • 1 batallón de Zamora
  • Caballería: 2 compañías de Húsares de Galicia (121 hombres), al mando de Miguel Domínguez, conde de San Antonio.
  • Artillería: 1 batería de artillería a caballo del 4.º Regimiento, al mando del capitán Vicente Vázquez.
Total aproximado: 6000 hombres

Refuerzos de la brigada volante de Castañón[editar]

  • 3 batallones del Regimiento Provincial de Oviedo, al mando del coronel Pedro Méndez de Vigo.
  • 1 compañía de Húsares de Asturias, al mando del teniente José Fombella.
Total: 1321 hombres

Franceses[editar]

  • 2 batallones del 119.º Regimiento de línea, al mando del coronel Jean Baptiste Cretin.
  • 3 batallones del 122.º Regimiento de línea, al mando del coronel Nicolas Gruardet.
  • 1 compañía del 28.º de Cazadores a Caballo.
Total aproximado: 3000 hombres.


Batalla de Cogorderos
Guerra de la Independencia Española, dentro de las Guerras Napoleónicas
Fecha23 de junio de 1811
LugarCogorderos, (provincia de LeónEspaña
ResultadoVictoria española
Beligerantes
Bandera de Francia. Primer Imperio francésFlag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Reino de España
Comandantes
Jean-André ValletauxFrancisco Taboada y Gil
Fuerzas en combate
30006000 iniciales; 7300 con refuerzos
Bajas
500 muertos, heridos y prisioneros17 muertos, 83 heridos









El saqueo de Córdoba se produjo al iniciar la Guerra de la Independencia Española en 1808, cuando esta ciudad sufrió un saqueo por parte de las tropas francesas que duró tres días y sembró de pánico y terror la población.

Historia[editar]

Tras la batalla del puente de Alcolea, el general Dupont entró en Córdoba el 13 de junio de 1808 por la Puerta Nueva y se dedicó a saquear la ciudad. La razón o excusa para tal acción, fue un tiro fallido que el juez de paz de la Santa Hermandad Pedro Moreno realizó desde la actual calle Alfonso XII. Con el apoyo de la artillería, las tropas galas asaltaron iglesias, conventos y casas, robando todo tipo de carros, vehículos, caballos y dinero, entre otros bienes.1
El ejército francés se ensañó especialmente en conventos femeninos como el convento del Carmen, el convento de San Juan de Dios o el convento de los Terceros, donde se produjeron numerosas violaciones y saqueos de las imágenes, y en el robo de dinero, como en el palacio de Viana, donde se apoderaron de 80 000 reales,2​ o en el Palacio Episcopal, de 100 000. En total se calcula que las tropas francesas se llevaron más de 10 millones de reales.3​ Tamaña fue la recaudación, que los franceses desistieron de imponer ningún tipo de impuesto de guerra a la población.
Las tropas imperiales abandonaron la ciudad el día 16 de junio tras conocer la capitulación de la Armada francesa en la bahía de Cádiz, así como de la formación del ejército de Andalucía, comandado por el general Castaños que, con el apoyo de tropas del general Reding, se dirigía hacia el valle del Guadalquivir. Siete días más tarde, el general Castaños entró en Córdoba donde comenzó a preparar la batalla que le enfrentaría al Ejército Imperial en los días siguientes, conocida como batalla de Bailén.
Con la derrota de los franceses en Bailén, el Ayuntamiento de Córdoba y otras instituciones de la ciudad hicieron llegar al general Castaños un recordatorio para que los franceses devolvieran el botín incautado a sus legítimos dueños, a lo cual el general respondió que solo se devolverían «los vasos, ornamentos sagrados y cuanto perteneciese al culto», en cumplimiento de las leyes de la guerra.

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