El combate de Almaraz fue un enfrentamiento de la guerra de Independencia española que tuvo lugar entre el 18 y el 19 de mayo de 1812 en Lugar Nuevo, cerca de Romangordo, Cáceres. En él, el Ejército anglo-portugués a las órdenes de lord Hill destruyó un puente de pontones francés sobre el Tajo. El puente estaba protegido por tropas francesas en ambos extremos.123La acción fue oculta, rápida y audaz. Su resultado, decisivo, mejoró significativamente la posición aliada al mantener diversas fuerzas francesas alejadas de la inminente batalla de los Arapiles.
Combate de Almaraz (1812) | ||||
---|---|---|---|---|
Guerra de Independencia española en guerras napoleónicas | ||||
Fecha | 18-19 de mayo de 1812 | |||
Lugar | Romangordo, Cáceres, España | |||
Resultado | Victoria anglo-portuguesa | |||
Beligerantes | ||||
| ||||
Comandantes | ||||
| ||||
Fuerzas en combate | ||||
| ||||
Bajas | ||||
|
Preliminares[editar]
A finales de abril de 1812, el duque de Wellington había capturado las plazas fuertes fronterizas de Badajoz y Ciudad Rodrigo, de gran importancia estratégica al dominar los dos accesos principales entre España y Portugal. A continuación se puso a preparar el avance hacia España con el mayor ejército que había mandado hasta el momento, suficientemente fuerte para enfrentarse a cualquier ejército francés de la península ibérica. Sin embargo, en España había dos ejércitos franceses: el Ejército de Portugal, de Marmont, en las proximidades de Salamanca, y el Ejército del Sur, de Soult. El río Tajo separaba ambos ejércitos.
Los únicos puentes sobre el Tajo se encontraban en Toledo, Talavera, Puente del Arzobispo, Romangordo y Alcántara. El puente de Alcántara había sido cortado por los portugueses, bajo el coronel Mayne, el 14 de mayo de 1809. Los puentes de Toledo, Talavera, y Puente del Arzobispo estaban bajo control francés pero, según Napier, en los dos últimos lugares la orilla izquierda del Tajo "tenía tan poco espacio, por las abruptas estribaciones de la Sierra de Guadalupe, que se podía considerar como impasable para un ejército". Cualquier tipo de artillería o suministro pesado que se moviese entre ambos ejércitos franceses tenía que cruzar, por tanto, por Toledo o Romangordo.
El combate[editar]
El llamado por la historiografía inglesa puente de Almaraz, se denomina realmente puente de Albalat4 y fue construido por la ciudad de Plasencia5 bajo el reinado de Carlos I en el siglo XVI. Este puente había sido destruido parcialmente por las tropas del general Cuesta el 14 de marzo de 1809 para evitar su uso por los franceses. Los portugueses a las órdenes del coronel Mayne destruyeron el puente de Alcántara el 14 de mayo de 1809 por el mismo motivo. Los franceses construyeron un puente de pontones en el otoño de 1809, dos kilómetros al oeste del puente de Albalat, en Lugar Nuevo. Tenía unos 200 metros de longitud y estaba construido con pontones pesados. El tramo central era una embarcación ligera, diseñada para ser retirada por la noche por motivos de seguridad.
Se destacó al general Rowland Hill con una pequeña fuerza para atacar el puente francés sobre el Tajo. Su fuerza, de unos 6000 hombres con nueve piezas de artillería, era prácticamente la misma que había sorprendido a Jean-Baptiste Girard en el combate de Arroyomolinos de 1811. La tarea que tenía Hill por delante no era sencilla, ya que el puente estaba protegido en ambas orillas por sólidas fortificaciones de campaña. El extremo sur del puente estaba además protegido por una cabeza de puente dominada por el fuerte de Napoleón.
El fuerte de Napoleón era capaz de albergar 450 hombres y estaba situado en lo alto de una colina, sobre un terraplén empinado. Sin embargo no ofrecía dificultades a la ascensión por una tropa atacante, y la entrada en el fuerte se facilitaba por una escarpa dividida como en dos escalones, que llevaban hasta las murallas del fuerte. La gola del fuerte bajaba en pendiente hacia la cabeza de puente y estaba protegida por una zanja con empalizada y una torre con aspilleras pensada para servir como último refugio si los hombres de Hill acabasen entrando en el fuerte. En la orilla norte del Tajo se encontraba el fuerte de Ragusa, donde se almacenaban toda la munición y los suministros de la guarnición. Este fuerte pentagonal también disponía de una torre aspillerada de casi 8 metros de alto pensada como último reducto. También este fuerte estaba cubierto por una fortificación de campaña cercana al puente.
Los franceses habían reforzado aún más su posición protegiendo el camino principal desde Trujillo en un punto a unos 10 km al sur del puente. Aquí, donde el camino pasa la Sierra de Miravete, el puerto estaba dominado por un castillo de origen musulmán en cuyos restos los franceses habían construido una batería con ocho cañones. Esto estaba conectado a una venta fortificada inmediata a la carretera por dos pequeñas fortificaciones de campaña, los fuertes de Colbert y Senarmont. Las montañas eran imposibles de pasar por cualquier vehículo con ruedas y el único paso alternativo por las montañas, La Cueva, estaba a 3 km la este de Miravete. El camino por la cara sur de las montañas era utilizable por vehículos, pero una vez pasado el puerto el camino empeoraba hasta convertirse en algo poco mejor que un sendero.
El plan de Hill contemplaba dividir su fuerza en tres columnas. La primera, con los regimientos ingleses de infantería 28º, 34º y el 6º de caçadores portugués, al mando de Chowne, iba a asaltar el castillo de Miravete. La segunda, o del medio, consistía en el 6º y el 18º de infantería portuguesa junto con toda la artillería, y avanzaría por el camino principal para atacar las fortificaciones que defendían el puerto. La tercera columna, o brigada de Kenneth Howard, incluía a los regimientos británicos 50º, 71º, 92º (Gordon Highlanders) y una compañía suelta del 5º batallón del regimiento 60º; mandada por by Hill en persona, subiría por el camino al puerto de La Cueva y se acercaría al puente francés por el sendero. Las tres columnas partieron al atardecer del día 16 de mayo, pero al alba las tres estaban aún muy lejos de sus objetivos por la naturaleza accidentada del terreno.
Hill tuvo claro que había pocas probabilidades de sorprender a la guarnición del puente y por tanto buscó otra manera de pasar sus cañones por las montañas. La guarnición francesa aún no había detectado a la fuerza de Hill, y éste pensó que un ataque al fuerte de Napoleon y al puente usando sólo su infantería podría salir bien.
El 18 de mayo por la tarde, la brigada de Howard atravesó el puerto de La Cueva, reforzada por los caçadores portugueses. Al amancer del 19 de mayo, las tropas de Hill estaban sólo a unos 800 m del fuerte Napoleón, pero por la mañana les habían visto cruzando las montañas. La guarnición del fuerte Napoleón, al mando del coronel Aubert, se puso en alerta y las dos barcas centrales del puente fueron retiradas.
El ataque al puente empezó al amanecer el 19 de mayo, cuando los cañones de Chowne abrieron fuego contra el castillo moro de Miravete. Los defensores del fuerte Napoleón, alertados por la presencia de las tropas de Hill, estaban preparados para el asalto, pero aun así fueron tomados por sorpresa cuando el 50th y parte del 71st salieron de sus posiciones y cargaron cuesta arriba hacia el fuerte, recibiendo el fuego de los defensores y de los cañones en el fuerte de Ragusa. Las tropas británicas caían a medida que avanzaban, pero algunos alcanzaron la cima de la colina y lanzaron sus escalas contra la escarpa. Los hombres se alzaron hasta el primero de los escalones y volvieron a izar sus escalas. Apoyándolas en el escalón de la escarpa, subieron a los muros y enseguida estuvieron empeñados en combate cuerpo a cuerpo con los defensores.
El primero en subir fue el capitán Candler del 50º, que saltó sobre el parapeto y fue alcanzado por varias balas de fusil francesas. Sus hombres le siguieron y los defensores empezaron a retirarse a la cabeza de puente. El comandante del fuerte, coronel Aubert, no quiso huir y se defendió valerosamente. Rechazó la oferta de rendición y un sargento del 50º le atravesó con su pica. Los franceses intentaron ponerse a salvo en la torre pero fueron obligados a rendirse. Los cañones del fuerte de Ragusa dejaron de disparar por miedo a alcanzar a sus propios hombres, que huían hacia el río.
Los defensores de la cabeza de puente se unieron a la retirada a través de puente. Las piezas del fuerte de Ragusa dispararon unos momentos contra el fuerte de Napoleón, hasta que les respondieron con las piezas capturadas. La acción sólo había durado cuarenta minutos. Cuatro granaderos del 92º nadaron hasta el fuerte de Ragusa y trajeron de vuelta algunas barcas para reparar el puente de pontones. Enseguida llegó el resto de las fuerzas de Hill, para encontrarse a los franceses abandonando todas sus fortificaciones en ambos lados del río. Hill mandó volar las fortificaciones y quemar el puente.
Consecuencias[editar]
El castillo de Miravete permaneció en manos francesas después de que sir William Erskine, 2º baronet difundiera el rumor de que el ejército completo de Soult se estaba acercando. Esto hizo que Hill, quien quería destruir el castillo, se retirase a Trujillo y perdiese la oportunidad de alcanzar un éxito completo. La incursión al puente les costó a los británicos 33 muertos y 148 heridos, de los que 28 muertos y 110 heridos pertenecían al regimiento 50º. Las pérdidas francesas se estimaron en unas 400, de las que 259 fueron hechos prisioneros.
En 1813, el duque de Wellington mandó al teniente coronel Henry Sturgeon del Royal Staff Corps británico a reparar el puente. Construyó uno de suspensión, similar al que ya había construido en Alcántara. Los españoles reconstruyeron el puente de Albalat entre 1841 y 1845.
El Tercer asedio de Badajoz tuvo lugar entre el 16 de marzo y el 6 de abril de 1812. La ciudad de Badajoz fue sitiada por el ejército anglo-portugués bajo el mando de Arthur Wellesley (por aquel momento conde de Wellington). El sitio fue uno de los más sangrientos de las Guerras Napoleónicas, con cerca de 3000 soldados muertos en unas pocas horas de lucha intensa hasta que el asalto llegó a su fin, con la rendición y retirada de la guarnición francesa.
Asedio de Badajoz | |||||
---|---|---|---|---|---|
Parte de Guerra de la Independencia Española | |||||
El 88 regimiento, «The Devil's Own», en el sitio de Badajoz, por Richard Caton Woodville Jr.
| |||||
Fecha | 16 de marzo – 6 de abril de 1812 | ||||
Lugar | Badajoz, España | ||||
Coordenadas | 38°52′44″N 6°58′01″OCoordenadas: 38°52′44″N 6°58′01″O (mapa) | ||||
Resultado | Victoria anglo-portuguesa | ||||
Cambios territoriales | Conquista de Badajoz | ||||
Beligerantes | |||||
| |||||
Comandantes | |||||
| |||||
Fuerzas en combate | |||||
| |||||
Bajas | |||||
|
Asedio[editar]
Tras la captura de las ciudades fronterizas de Almeida (Portugal) y Ciudad Rodrigo (España) en sitios anteriores, la fuerza anglo-portuguesa se dirigió a Badajoz a capturar la ciudad y asegurar las líneas de comunicación con Lisboa, la base primaria de operaciones del ejército aliado. Badajoz estaba protegida por unos 5000 soldados franceses al mando del general Armand Philippon, y poseía unas fortificaciones mucho más fuertes que Almeida o Ciudad Rodrigo, con una sólida muralla cubriendo numerosos fuertes y bastiones. La ciudad ya se había enfrentado a dos sitios sin éxito y estaba bien preparada para un tercer intento, con las murallas reforzadas y algunas áreas alrededor de las murallas inundadas o minadas con explosivos potentes.
El ejército anglo-portugués, de unos 25 000 hombres, sobrepasaba en mucho a la guarnición francesa en una proporción de 5 a 1, y tras rodear la ciudad, empezó a instalar el sitio preparando trincheras, paralelos y movimientos de tierra para proteger a la artillería pesada. Mientras se desarrollaban los movimientos de tierras, los franceses hicieron varias incursiones para intentar destruir las líneas avanzadas hacia la muralla, pero fueron repetidamente repelidas por los tiradores británicos y contraatacados por la infantería.
Con la llegada de los obuses de 18 y 24 libras, los aliados empezaron un intenso bombardeo de las defensas de la ciudad mientras uno de los bastiones defensivos (el fuerte de la Picuriña) era tomado por los casacas rojas del General de la 3.ª División Thomas Picton. La captura del bastión permitió movimientos de tierra más extensos y pronto un laberinto de trincheras fue acercándose sigilosamente a las altas murallas de piedra, mientras los cañones continuaban disparando a las murallas.
El 5 de abril habían sido abiertas dos brechas en la muralla (entre los bastiones de Santa María y el de La Trinidad) y los soldados se prepararon para asaltar Badajoz. La orden para atacar fue retrasada 24 horas para permitir que se hiciera otra brecha en la cortina de la muralla. Se empezaron a filtrar noticias a los aliados de que Soult estaba en marcha para reforzar la ciudad y se dio la orden de lanzar el ataque a las 22:00 horas del 6 de abril de 1812.
La guarnición francesa, consciente de su situación, minó las grandes brechas de la muralla y se preparó para el inminente asalto.
Asalto[editar]
Con tres grandes brechas en la muralla y el mariscal Soult en marcha para socorrer a la ciudad, Wellesley ordenó a sus regimientos asaltar la ciudad a las 22:00 el 6 de abril y las tropas se adentraron con escalas y diversas herramientas.
Los primeros hombres en asaltar la brecha fueron los Forlorn Hope — en el Ejército británico se denominan así a los efectivos de asalto, generalmente voluntarios con ganas de ascender en la carrera militar y que llevan a cabo misiones suicidas o de elevadísimo riesgo—, quienes lideraban el ataque principal con la 4.ª división y la División Ligera de Craufurd, mientras se llevaban a cabo ataques de distracción al norte y al este por los soldados portugueses e ingleses de la 5.ª división y de la 3.ª de Picton.
Justo cuando los Forlorn Hope estaban empezando el ataque, un centinela francés dio la alarma. En pocos segundos, los puestos de defensa se llenaron de soldados franceses, que vertían un granizo letal de fuego de mosquete a las tropas en la base de la brecha. Los británicos y los portugueses llegaron en oleada y corrieron hacia la muralla, encarando una asesina descarga de artillería de mosquetes y granadas, piedras, barriles de pólvora con plomo e incluso paquetes de heno ardiendo.
La descarga furiosa de artillería devastaba los soldados británicos en la muralla, y la brecha pronto empezó a llenarse con muertos y heridos, los cuales tenían que ser sorteados por las tropas de asalto. A pesar de la masacre, los casacas rojas continuaron llegando valientemente en oleadas de gran número, sólo para ser acribillados por descargas sin fin y metralla de granadas y bombas.
En sólo dos horas, unos 2.000 hombres habían muerto o habían sido heridos gravemente en la brecha principal, mientras un número indefinido de la 3.ª división fueron tiroteados en la maniobra de distracción. El propio general Picton fue herido mientras escalaba para intentar llegar a lo alto de la muralla. En cualquier sitio que atacaban, los soldados aliados fueron parados y la carnicería fue tan grande que Wellesley estuvo a punto de parar el asalto, cuando los soldados finalmente se introdujeron en la muralla.
La 3.ª división de Picton finalmente consiguió llegar a la zona de La Alcazaba, situada en la parte más alta de la población, donde los franceses tenían previsto refugiarse en el momento final. Desde allí lograron enlazar con los hombres de la 5.ª división, quienes también estaban intentando adentrarse en la ciudad. Una vez que se introdujeron, los soldados portugueses y británicos estaban en gran ventaja numérica, y los franceses empezaron a retroceder. Viendo que no podían resistir más, el general Philippon se retiró de Badajoz y se dirigió al fuerte de San Cristóbal, situado en la orilla derecha del río Guadiana donde, finalmente, depuso las armas en la mañana del día siguiente.
Al éxito militar le siguieron saqueos en masa y desórdenes mientras los casacas rojas se emborrachaban, y pasaron unas 72 horas hasta que el orden fue completamente restaurado. Entre los civiles españoles que consiguieron sobrevivir estaban Juana María de los Dolores de León, futura mujer del general sir Harry Smith, y su hermana.
Cuando llegó finalmente la mañana del 7 de abril, se reveló junto a la muralla el horror de la matanza. Los cuerpos fueron apilados y la sangre discurría como ríos en las zanjas y trincheras. Cuando vio la destrucción y la masacre, Sir Arthur Wellesley lloró amargamente y maldijo al Parlamento Británico por concederle tan pocos recursos y soldados. El asalto y las escaramuzas anteriores habían causado en el bando aliado unas 4800 bajas. La élite de la División Ligera había perdido al 40% de sus hombres. La toma de Badajoz, sin embargo, se consiguió y asegurabado la frontera hispano-portuguesa. Wellesley podía dirigir ahora sus fuerzas contra las del mariscal Soult en Salamanca.
Saqueo[editar]
El saqueo de Badajoz a cargo de las tropas británicas con posterioridad a la batalla, incluyendo violaciones y asesinatos indiscriminados de la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia Española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario