sábado, 4 de julio de 2020

BATALLAS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA


La batalla de Alcañiz fue un enfrentamiento armado de la Guerra de la Independencia Española que tuvo lugar en la localidad turolense de Alcañiz el 23 de mayo de 1809.

Batalla de Alcañiz
Guerra de Independencia Española en Guerras Napoleónicas
Fecha23 de mayo de 1809
LugarAlcañizEspaña
Coordenadas41°03′N 0°08′OCoordenadas41°03′N 0°08′O (mapa)
ResultadoVictoria española
Beligerantes
Bandera de Francia. I Imperio francésFlag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Reino de España
Comandantes
Louis Gabriel SuchetJoaquín Blake y Joyes
Fuerzas en combate
10.800 soldados9.000 soldados
Bajas
500 muertos, 1.500 heridos y 40 prisioneros300 muertos y heridos


Antecedentes[editar]

En los primeros días de 1808 las fuerzas del emperador Napoleón Bonaparte invaden España. Pero en primavera de ese mismo año la situación se precipita con el levantamiento del Dos de Mayo en Madrid, el fracaso de las fuerzas del mariscal Duhesme en Cataluña, las del mariscal Moncey en Valencia y en Andalucía la derrota total del ejército del mariscal Dupont en la batalla de Bailén por las tropas regulares españolas del capitán general Castaños, que llevan a la retirada francesa al norte del Ebro a primeros de agosto.
La reacción imperial no se hace esperar y en noviembre de 1808 el Emperador en persona con lo mejor de su Grande Armée aplasta a las fuerzas españolas en las batallas de GamonalEspinosa de los MonterosTudela y Somosierra entrando en Madrid, y siendo Zaragoza y Gerona asediadas de nuevo. Pero en enero de 1809 Napoleón ha de volver a Francia ante el rearme austriaco y la amenaza de un golpe de estado en París. En primavera las fuerzas españolas están preparadas para el contraataque.
En Aragón el 26 de enero de 1809 el general Watier asaltó la población de Alcañiz aplastando la resistencia de sus entonces 4.000 habitantes que habían organizado una milicia de voluntarios para su defensa, mientras la ciudad de Zaragoza tras un cruento asedio cayó finalmente en manos francesas el 4 de marzo. Con vistas a recuperarla el 20 de mayo de 1809 llega a Alcañiz el Segundo Ejército de la Derecha o Ejército de Aragón y Valencia formado por 8.500 infantes y 500 jinetes con 19 cañones al mando del teniente general don Joaquín Blake, retirándose ante él sin presentar combate la primera división Laval y una brigada de dragones formadas por 6.500 infantes y 800 jinetes con 12 cañones del III Cuerpo de Ejército francés que la ocupaban replegándose a la población de Híjar a 28 kilómetros al noroeste de Alcañiz en la ruta hacia Zaragoza.
Blake toma posiciones en las alturas al noroeste de Alcañiz desplegando su fuerza organizada en brigadas. El teniente general don Joaquín Blake y Joyes era malagueño hijo de irlandeses, y a sus 50 años era un veterano con amplia experiencia en combate contra británicos y franceses.

El despliegue de las fuerzas[editar]

Vista general de la población de Alcañiz y su castillo calatravo del siglo XIV, testigos de la batalla
De izquierda a derecha el teniente general don Joaquín Blake emplaza ocultos en un olivar 500 infantes del coronel don Martín González de Menchaca y los 500 jinetes del brigadier don Miguel Ibarrola. En el cerro Perdiguer sitúa al general don Pedro Roca con 2.000 hombres de ellos 1.400 soldados de infantería que defienden la posición y tres cañones con sus artilleros. En el cerro de las Horcas bloqueando la entrada a Alcañiz desde Zaragoza, como posición central donde el capitán general don Joaquín Blake establece su cuartel general, sitúa al marqués de Lazán con otros 2.000 hombres y al brigadier don Martín García-Loygorri e Ichaso con seis cañones. A la derecha sobre el cerro de los Pueyos de Fórnoles ante la ermita de la Virgen de los Pueyos bloqueando la entrada a Alcañiz desde Caspe sitúa al brigadier don Carlos de Areizaga con otra brigada de 2.000 hombres y un solitario cañón cubiertos desde el cercano cerro del Tiro de Cañón a su derecha por otros 1.000 hombres con dos cañones. A los pies del cerro de los Pueyos de Fórnoles está el caserío Tella abandonado. Como fuerza de alerta vigilando la carretera de Zaragoza se sitúa a diez kilómetros al noroeste de Alcañiz en las Peñas de Borrita una fuerza de 1.000 hombres al mando del teniente coronel don Pedro de Tejada.
El 22 de mayo el mariscal conde Louis Gabriel Suchet al mando del III Cuerpo de Ejército francés llega desde Zaragoza con 3.500 soldados de la brigada Fabre de su segunda división Musnier a la población de Híjar, donde toma el mando de la fuerza de Laval sumando 10.000 infantes y 800 jinetes con 18 cañones, iniciando la marcha nocturna hacia Alcañiz protegidos de miradas inoportunas por la oscuridad. A las seis de la mañana del día 23 de mayo de 1809 la fuerza de alerta de Tejada en las Peñas de Borrita detecta la llegada francesa y tras dar la alarma se repliega a su posición prevista en el cerro del Tiro de Cañón en la derecha del despliegue español completando la brigada de 2000 hombres con dos cañones allí emplazada. Al alba del 23 de mayo de 1809 el mariscal Suchet establece su despliegue frente a Alcañiz en el cerro Portes cerca de la carretera a Caspe donde sitúa a los 6.500 soldados de la división Lazán con doce cañones delante y los 800 jinetes de la caballería detrás como reserva, y a los 3.500 soldados de la brigada Fabre en el cerro del Hambre a su derecha junto a la carretera a Zaragoza.
El mariscal Suchet a sus 39 años es veterano de las guerras revolucionarias y de formación del Imperio napoleónico con amplia experiencia en combates contra británicos, españoles, austriacos, rusos y prusianos.

Los primeros ataques franceses[editar]

Vista desde el castillo de Alcañiz sobre el río Guadalope, que separaba a la ciudad del campo de batalla.
El combate empieza con un duelo artillero entre la artillería francesa situada en la falda del cerro Portes contra el solitario cañón situado en lo alto del cerro Pueyos, pero la falta de efectividad contra la brigada española dada la diferencia de altura lo hizo durar poco tiempo. El general Lazán formó en el cerro Portes a la 1ª y 2ª brigadas de su división de infantería en dos columnas de ataque de 2.000 soldados cada una dirigiéndolas por la carretera de Caspe contra el cerro de los Pueyos defendido por los 1.400 soldados de la brigada del general Areizaga formada por la infantería ligera de los Voluntarios de AragónTiradores de Murcia2ª de Voluntarios de Aragón y Daroca, pero al intentar flanquear la posición descubrieron que estaban bajo el fuego artillero del cerro del Tiro de Cañón y fueron rechazados replegándose ordenadamente. El general Fabre desde el cerro del Hambre envió otra fuerza de ataque formada por los 1.000 polacos del 1º regimiento del Vístula contra el cerro del Perdiguer pero también fue rechazado por la brigada del general Roca, mientras Laval atacaba de nuevo enviando sus columnas contra los cerros de los Pueyos y del Tiro de Cañón siendo otra vez rechazado tras un intenso combate por la brigada del general Areizaga y la del teniente coronel Tejada con la infantería ligera de los Cazadores de Fernando VII y Voluntarios de Valencia junto a la infantería de línea de los regimientos América y el suizo Traxler nº5.
Durante la segunda serie de ataques el teniente general Blake envía a la caballería e infantería de Ibarrola desde el olivar de su flanco izquierdo al caserío Tella a los pies del cerro de los Pueyos donde la infantería ligera del 2º de Cazadores de Valencia y el 1º de Voluntarios de Aragón se parapeta tras las tapias y paredes del caserío mientras los 500 jinetes de los dos escuadrones de caballería de línea del regimiento Santiago y otros dos escuadrones de la caballería ligera de los regimientos Húsares Españoles y Cazadores de Olivenza se posiciona tras la casa: cuando los 2.000 soldados de la columna francesa que atacaba el cerro Pueyos bajan rechazados y desorganizados reciben una descarga de mosquetes desde la casa y la caballería española carga sobre ellos entrando en pánico la columna francesa que huye hacia el cerro Portes, allí la infantería de protección hace una descarga sobre la caballería española hiriendo a Ibarrola y los 800 dragones franceses de la reserva cargan sobre ellos persiguiéndoles, pero los jinetes españoles los llevan hacia el caserío Tella donde otra descarga de mosquetes de la infantería ligera rechaza a los jinetes franceses mientras la caballería española se reorganiza detrás de la casa. Tras ello y antes del previsible ataque francés, la infantería y la caballería españolas del caserío se repliegan emplazándose tras el cerro Pueyos reforzando este punto de la línea.

El combate se decide: la artillería de Loygorri[editar]

Tras este revés el mariscal Suchet ordena al general Fabre realizar el ataque principal a la posición central, y al resto de sus fuerzas presionar toda la línea española para fijarla e impedir que refuerce el centro: Fabre despliega una fuerza de 2.000 soldados de los regimientos 114º de línea y 1º regimiento del Vístula que en formación de columna a tambor batiente por la carretera de Zaragoza ataca la posición central en el cerro de las Horcas, defendida por 1.400 soldados de los regimientos de infantería de línea SaboyaValencia y América del marqués de Lazán y la artillería al mando del brigadier Martín García-Loygorri e Ichaso.
El objetivo de Suchet es romper la línea española por el centro. La columna francesa avanza con brio bajo el fuego de mosquete y entonces el brigadier Loygorri, con enorme serenidad y sangre fría, aguanta a dar las órdenes de fuego a que las tropas enemigas estén casi en la boca de sus cañones, disponiendo los disparos de las piezas de forma precisa e ininterrumpida durante más de media hora, provocando la dispersión y una gran mortandad en las tropas napoleónicas, que emprendieron la huida, presa del pánico, cerro abajo, volviendo a su punto de partida en el cerro del Hambre.
Tras siete horas de combate, a las 13:00 horas ambos bandos están a la vista en sus posiciones, pero no hay más ataques en toda la tarde. Los cirujanos hacen su trabajo en los hospitales de campaña auxiliados por los acompañantes civiles del ejército, en su mayoría mujeres vinculadas a los soldados con funciones de aguadoras y enfermeras, que traían y atendían a los heridos. La población de Alcañiz fue al campamento español animando a la tropa y socorriendo a los heridos. Esa noche y de nuevo a cubierto de la oscuridad el ejército francés se retiró hacia Samper de Calanda.
Por su decisiva intervención en la batalla, el brigadier García-Loygorri fue ascendido a mariscal de campo y le sería otorgada años después la Laureada de San Fernando, la más prestigiosa de las condecoraciones militares españolas, siendo los primeros hechos de armas en ser recompensados con tan preciado galardón.

El día después[editar]

Al amanecer del día 24 de mayo las fuerzas españolas descubrieron que los franceses se habían retirado. En el campo de batalla se encontraron 500 cadáveres enemigos abandonados, ya que se trasportó solo a los heridos estimados en unos 1.500, sumando las bajas francesas aproximadas los 2.000 hombres y 40 prisioneros. Los españoles sufrieron 300 bajas entre muertos y heridos, de ellos 24 oficiales y 260 soldados.
A pesar de las bajas el ejército de Suchet seguía siendo numéricamente superior, especialmente en caballería que debía encabezar la persecución, además de que a la defensiva podría elegir el campo de batalla. En tal situación el teniente general don Joaquín Blake mantuvo sus posiciones mientras Suchet se retiraba ordenadamente. Cerca de la población de Samper de Calanda el grito de un tambor que creyó ver tropas españolas acercándose hizo que cundiera el pánico en la 1ª división Laval que iba en cabeza —la misma que padeció la carga de la caballería española durante la batalla— sucediéndose un caos en el que la tropa francesa desmandada y mezclada entró en el pueblo buscando refugio en la mayor confusión e incluso intercambiándose disparos: el mariscal Suchet hizo buscar y fusilar al tambor permaneciendo dos días en Samper hasta recuperar el control de la tropa, antes de dirigirse a Zaragoza intentando ocultar su derrota no informando siquiera de la existencia del combate.
Por esta batalla se creó el 14 de mayo de 1815 una cruz de distinción con cinta roja, con las aspas de San Andrés rojas esmaltadas, una corona de laurel con una llama amarilla y roja, un óvalo blanco en su centro con la inscripción Fernando VII y Alcañiz en letras de oro.









La batalla de Bubierca o combate de Bubierca fue un enfrentamiento de la guerra de la Independencia española entre tropas españolas y francesas en 1808, con victoria de las segundas.

Batalla de Bubierca
Guerra de la Independencia Española, dentro de las Guerras Napoleónicas
Fecha29 de noviembre de 1808
LugarBubiercaEspaña
ResultadoVictoria táctica francesa, inconclusivo estratégicamente (la vanguardia española logra cubrir la huida del Ejército del Centro)
Beligerantes
Bandera de Francia. Primer Imperio francésFlag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Reino de España
Comandantes
Maurice MathieuFrancisco Xavier Venegas
Fuerzas en combate
7 258 infantes1
708 soldados de caballería1
2 430 infantes2
677 soldados de caballería2
Bajas
90 soldados3200 muertos (aprox)
Múltiples heridos
346 prisioneros3

Contexto[editar]

La victoria española del general Castaños en la batalla de Bailén de julio 1808 había supuesto el colapso del control napoleónico de España. José Bonaparte evacuó Madrid y las fuerzas francesas se replegaron al norte. A medida que se extendían las noticias de la derrota francesa, los contingentes franceses abandonaron otras acciones como el primer sitio de Zaragoza mientras las milicias españoles se coordinaban en la Junta Suprema Central.
El 2 de noviembre, Napoleón estaba en Bayona para encabezar personalmente el contraataque. Bilbao pronto fue asegurada tras varios enfrentamientos y, aunque el general español Joaquín Blake aglutinó las fuerzas de Galicia y el norte y logró éxitos menores en la acción de Valmaseda, tras la batalla de Espinosa de los Monteros de 11 de noviembre el mariscal francés Claude-Victor Perrin tuvo cubierto el flanco derecho.
Por su parte Castaños, al mando del Ejército del Centro, recibió refuerzos de las fuerzas de Aragón mandadas por José de Palafox mientras marchaba a asegurar y retomar Logroño y Calahorra, en el flanco izquierdo napoleónico. Aún así, hubo importantes disensiones entre los generales españoles sobre la posibilidad de defender una línea avanzada en la zona de La RiojaTudela y Tarazona con las fuerzas disponibles.
Mientras Napoleón avanzaba y tomaba Burgos el 18 de noviembre siguiendo la ruta hacia Madrid, encomendó al mariscal Jean Lannes guardar su flanco este y repeler a las fuerzas españolas que se organizaban en el alto Ebro. Así el 22-23 de noviembre tuveron lugar las paralelas batallas de Tudela y Cascante donde los mariscales Lannes y Ney pusieron en fuga a los españoles.
Mientras las fuerzas aragonesas enviadas por Palafox, junto a voluntarios enviados desde Valencia y Murcia y los restos de unidades locales navarras se retiraban hacia Zaragoza, donde se organizó una enconada resistencia contra Lannes, Castaños se retiró con el ejército del Centro para tratar de cubrir Madrid en una ruta que pasó por TarazonaBorja y desde allí enlazaba con el valle del Jalón en Plasencia de Jalón para seguir por Ricla y Calatayud hacia el centro de la península.
El general Mathieu perseguía a las fuerzas españolas sin darles descanso por lo que Castaños encomendó a Venegas organizar una defensa que permitiera la retirada. La retirada subsiguiente hacia Sigüenza fue lenta y laboriosa, pese a la insistencia de Venegas en acelerarla, y llevó a un combate dilatorio en el puerto de El Frasno el 27 de noviembre. Castaños apremió a Venegas a hacer un sacrificio4​ que permitiera la retirada del cuerpo principal del ejército del Centro y el 29 de noviembre Venegas trató de organizar una posición defensiva en Bubierca, en el tramo del Jalón en la frontera entre Aragón y Castilla.

Fuerzas y disposición[editar]

Vista general de Bubierca en la actualidad. Se ve al fondo las alturas que rodean la localidad.
Venegas contaba entre otras fuerzas, con el batallón de voluntarios de Salamanca (actual Arapiles nº 62),5​ el regimiento de Burgos,6​ el regimiento de Órdenes Militares,6​ el batallón de Campo Mayor,6​ el regimiento Navas de Tolosa6​ y el regimiento Irlanda.6​ Sin embargo decidió prescindir de la artillería al no ser el terreno propicio y ralentizar la posible retirada de sus fuerzas. Con la artillería se retiró como escolta el Regimiento de Caballería «España», dejándole solo con 600 efectivos de caballería (principalmente del regimiento de Borbón). En total Venegas contaba con poco más de 3.100 soldados.2
Venegas se organizó en una altura rodeada por el río Jalón, disponiendo a la mayoría de sus efectivos a lo largo de la muela. Esta fuerza suponía su ala izquierda, donde era esperable el principal ataque francés. El pueblo de Bubierca, en el centro, y el río en la derecha, fueron más ligeramente guardados.7
Frente a él, Mathieu se aproximaba con casi 8000 soldados franceses de los regimientos de línea 25 y 27 (1ª Brigada) y 50 y 59 (2ª Brigada) y del primer regimiento de lanceros del Vístula.1​ Estas fuerzas estaban compuestas fundamentalmente de infantería, siendo los números de su caballería muy similar a la de Venegas.

La batalla[editar]

Como esperaba Venegas, el asalto comenzó por el flanco izquierdo donde la superioridad numérica francesa hizo retroceder poco a poco a los españoles. El avance se extendió hasta que el retroceso del ala izquierda dejó expuestas a las tropas que guarnecían el pueblo de Bubierca, teniendo que intervenir personalmente Venegas para levantar los ánimos. Pese a ello, el ejército francés no desencadenó una ofensiva definitiva, probablemente receloso de que el Ejército del Centro de Castaños pudiera venir al auxilio de su retaguardia.8
Con el fin del día, la posibilidad de refuerzos españoles quedó descartada y Mathieu ordenó un asalto final. El ala derecha española sucumbió ante el asalto frontal de un enemigo superior y viéndose rodeados el centro español inicia la retirada. Las órdenes de retirada llegaron tarde a algunas unidades del centro, que fueron hechas prisioneras, pero la mayoría del ejército español logró retirarse gracias a la cobertura de su caballería, que amagó varias cargas de caballería y paró el avance francés.8

Consecuencias[editar]

Al día siguiente, 30 de noviembre de 1808, las fuerzas de Venegas se reunieron en Alhama de Aragón con la artillería de que habían dejado el día anterior. Mathieu sin embargo no les persiguió más allá de Cetina, pues las órdenes de su superior Moncey priorizaban agrupar fuerzas para intentar la toma de Zaragoza.3
La batalla fue una victoria táctica francesa, con 90 bajas frente a 200 muertos (estimación francesa) y 346 prisioneros españoles.3​ Los registros españoles se perdieron en la posterior derrota de Uclés, aunque Venegas posteriormente señalaba como indicativos de las bajas que el regimiento de Irlanda había perdido 73 miembros de 250 plazas de la unidad.9
Sin embargo, a nivel estratégico la acción permitió a Castaños alcanzar Sigüenza. Ahí pasó a otras comisiones mientras sus fuerzas seguían a Guadalajara. Madrid había quedado abierta al ejército napoleónico con la paralela batalla de Somosierra el 30 de noviembre, alterando los planes de Castaños, y el ejército del Centro se dirigió a las serranías de Toledo y Cuenca para buscar un terreno más propicio. Venegas alcanzó Guadalajara el 4 de diciembre cubriendo la retirada del resto de unidades, donde pudo recibir refuerzos de Castaños antes de tener que volver a cubrir al cuerpo principal del ejército frente al mariscal Bessières.
La retirada realizada se convirtió en uno de los puntos de disputa entre Venegas y el duque del Infantado, que se disputaban el liderazgo del ejército en ausencia de Castaños. El ejército del Centro siguió operativo en la zona protagonizando acciones como Tarancón hasta la derrota de Uclés en enero de 1809.

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