lunes, 26 de febrero de 2018

Santos por meses y días

santos del 13 de marzo

San Ansovino (f. 13 de marzo de 840) fue obispo de Camerino. Es considerado santo por la iglesia católica.

Biografía[editar]

De origen lombardo, Ansovino nació en Camerino1​ y fue educado en la escuela de la catedral de Pavia. Fue eremita en Castel Raimondo cerca de Torcello.
Antes de ser elegido obispo de Camerino, sirvió para el canciller de Luis II el Joven. Ansovino rechazó aceptar su cargo hasta que el monarca aceptó que estuviera exento de la posibilidad de reclutar para el ejército imperial. Durante este tiempo, los obispos tenían la obligación de reclutar hombres para el ejército.
Fue consagrado en Roma por el papa León IV, y volvió a la capital por el Concilio de Roma representando al papa Nicolás I en 861, donde se acordó el Ansuinus Camerinensis. Sus episcopado estuvo caracterizado por su generosidad hacia los pobres y su pacificación de la ciudad.

Veneración[editar]

La catedral en Camerino incluye un arco de mármol medieval de Sant'Ansovino. Un monumental sarcófago se levantó hacia el 1390 conteniendo sus reliquias. Su festividad se celebra el 13 de marzo y también se celebraba un festival donde se reunían los nobles de toda la región. La iglesia de Santi Venanzio e Ansovino en Roma está dedicada a su nombre. Además hay diferentes iglesias rurales con su nombre en AvacelliCasenoveBevagna y Monsammartino.

Ansovino de Camerino, Santo
Ansovino de Camerino, Santo
Obispo, 13 de marzo


Por: Albam Butler | Fuente: La Vida de los Santos 



Obispo

Martirologio Romano: En Camerino, del Piceno (Italia), san Ansovino, obispo. ( 868)
Tan pronto como Ansovino, natural de Camerino, en Umbría, recibió la ordenación sacerdotal, se retiró a un lugar solitario de Castel Raimondo, cerca de Torcello, donde no tardó en adquirir renombre por su santidad y los milagros que obraba. A raíz de su fama, el emperador Luis el Piadoso escogió al padre Ansovino como su confesor y luego, promovió su nombramiento para ocupar la sede episcopal de Camerino. El sacerdote se rehusaba a aceptar la dignidad y, cuando al fin consintió, puso la condición de que no había de suministrar soldados para el ejército imperial (un servicio obligatorio para el obispo en los estados feudales), por considerar que ese suministro era inadecuado y contrario a las leyes de la Iglesia. 

Desde que asumió el cargo, Ansovino demostró ser un pastor sabio y prudente. Su extraordinaria liberalidad para socorrer a los pobres le procuró el amor de todos y, su fama de obrar curaciones y otros milagros, le valió la veneración general. 

Se hallaba en Roma cuando le atacó una fiebre que, desde un principio, él mismo calificó de fatal. Al sentirse enfermo, insistió en volver a su sede para morir con sus fieles. A caballo viajó hasta Camerino y aún pudo impartir su postrera bendición y recibir el viático, antes de expirar serenamente.









Ramiro de León (muerto en León, 13 de marzo de 5541​) fue un monje benedictino, prior del monasterio de San Clodio de León. Junto con doce compañeros fue asesinado durante una invasión de suevos arrianos, dirigidos por Reciano, cuando atacaron el monasterio, en las cercanías de León. El día antes, habían asesinado el abad Vicente; mientras que algunos monjes huyeron a otros lugares,2​ Ramiro y los doce compañeros se quedaron en el monasterio, dispuestos a dar su vida como testimonio de su fe.
Sus cuerpos fueron enterrados en el monasterio, pero con el tiempo se perdieron, a excepción de los de Vicente y Ramiro. En 1596 el de Ramiro fue trasladado en una arqueta de plata, obra del joyero Fernando de Argüello (1604), y que hoy en día está en la iglesia de San Marcelo.





Beato Agnelo de Pisa, religioso presbítero
fecha: 13 de marzo
n.: c. 1194 - †: c. 1236 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Angelo
canonización: Conf. Culto: León XIII 4 sep 1892
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Oxford, en Inglaterra, beato Agnelo de Pisa, presbítero, que enviado por san Francisco a Francia y después a Inglaterra, estableció allí la Orden de los Hermanos Menores y promovió las ciencias sagradas.
El fundador de la provincia inglesa franciscana, el beato Agnello, fue admitido en la orden por el mismo san Francisco en ocasión de su estancia en Pisa. Fue enviado al convento de frailes en París, del cual llegó a ser el guardián y, en 1224, san Francisco lo escogió para fundar una provincia en Inglaterra, aunque por entonces sólo era diácono. De los ocho hermanos seleccionados para acompañarlo, tres eran ingleses, pero sólo uno, Ricardo de Ingworth, había recibido las órdenes sacerdotales. Fieles a los preceptos de san Francisco, no tenían dinero y los monjes de Fécamp pagaron los pasajes a los nueve hermanos hasta Dover. Se detuvieron en Canterbury, desde donde Ricardo de Ingworth, Ricardo de Devon y dos de los italianos prosiguieron hasta Londres para ver en dónde podían establecerse. Los restantes se hospedaron en la Casa de los Sacerdotes Pobres, durmiendo en un edificio que se utilizaba como escuela durante el día. Mientras los escolares trabajaban, los frailes permanecían encerrados en un cuartito que se hallaba al fondo y, sólo después de que los muchachos se habían ido, podían salir y hacer fuego.
Era el invierno de 1224 y los frailes sufrían grandes incomodidades y penurias, especialmente en vista de que su comida diaria era pan y un poco de cerveza, tan espesa, que era necesario diluirla para poderla tragar. Sin embargo, nada abatió sus espíritus y su piedad sencilla. Su jovialidad y su entusiasmo les conquistaron pronto muchos amigos. Lograron obtener del papa Honorio III una carta de recomendación, de modo que el arzobispo de Canterbury, Stephen Langton, les dijo al saludarles: «Algunos religiosos han venido a mí llamándose a sí mismos Penitentes de la Orden de Asís, pero yo los llamo de la Orden de los Apóstoles». Por este nombre fueron conocidos, al principio, en Inglaterra y, cuando algunos de los franciscanos iban a ser ordenados acólitos en Canterbury, cuatro meses después de su desembarco, el archidiácono invitó a los candidatos a adelantarse con estas palabras: «Acercáos, vosotros, hermanos de la Orden de los Apóstoles».
Mientras tanto, Ricardo de Ingworth y su grupo habían sido bien recibidos en Londres. Tenían alquilada una casa en Cornhill y se disponían a proseguir su misión en Oxford. Con tal motivo, Agnello vino de Canterbury para hacerse cargo de la comunidad en Londres. Desde entonces, la casa franciscana floreció extraordinariamente. A pesar de que el bueno de Agnello no era precisamente un hombre culto, estableció en Londres un centro de enseñanza que después ejerció enorme influencia en la universidad. En aquella escuela, donde el famoso Grosseteste, más tarde obispo de Lincoln, era conferencista, se congregaban muchos jóvenes que deseaban ser educados para frailes y quienes, antes de que transcurrieran muchos años, ayudaron a elevar a Oxford a una categoría apenas inferior a la de París, como centro de enseñanza.
Agnello parece haber muerto a la edad de cuarenta y un años, sólo once después de haber desembarcado en Dover, pero su reputación de santidad y prudencia permaneció muy en alto entre sus compañeros. Se asegura que su amor por la pobreza era tan grande, «que jamás autorizó la ampliación de un jardín o la construcción de una casa, si no era estrictamente necesario». Se cuenta en especial la historia de que él construyó el hospital de Oxford «con hechura tan modesta, que el grueso de las paredes era menor que el ancho de un hombre». Durante la misa y cuando se decía el oficio divino, derramaba lágrimas constantemente, «empero de tal manera, que ni por el ruido de gemidos, ni por cualquier gesto de la cara podría saberse que lloraba». Se mostraba severo en contra de cualquier quebrantamiento de la regla, pero debido a su delicadeza y tacto, lo escogieron, en 1233, para intentar un arreglo con el rebelde conde alguacil del distrito. Se dice que su salud se resinlió por los esfuerzos para cumplir con esta misión, pero sobre todo debido a un penoso viaje por tierra a Italia. A su regreso, fue atacado de disentería y murió en Oxford, después de haber estado exclamando continuamente durante tres días: «Ven, dulce Jesús». El culto al beato Agnello se confirmó en 1892.






Beata Francisca Tréhet, religiosa mártir
fecha: 13 de marzo
n.: 1756 - †: 1794 - país: Francia
canonización: B: Pío XII 19 jun 1955
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En Ernée, en la región de Mayenne, en Francia, beata Francisca Tréhet, virgen de la Congregación de la Caridad y mártir, que, entregada con toda diligencia a la instrucción de los niños y al cuidado de los enfermos, durante la Revolución Francesa fue guillotinada, y completó así su glorioso martirio por Cristo.
Biografia conjunta de las beatas Francisca Tréhet (13 de marzo) y Juana Véron (20 de marzo).
Françoise Tréhet nació el 8 de abril de 1756 en Saint-Mars-sur-la-Futaie, Mayenne, Francia, de familia propietaria de tierras. profesó en las Hermanas de la Caridad de Notre-Dame d’Evron, una congregación que había sido fundada en 1682 para la educación de las jóvenes y para el ejercicio de la caridad. Eran llamadas popularmente «pequeñas hermanas grises» por el color de su hábito. En 1783 había sido invitada a abrir una escuela parroquial en Saint-Pierre-des-Landes, un lugar cercano a la abadía donde estaba establecida la congregación.
Jeanne Véron nació en Quelaines, también en Mayenne, el 6 de agosto de 1766. Siendo joven, ingresó en la misma congregación de la beata Tréhet, y fue enviada, muy joven, a ayudar en la nueva fundación mencionada.
Las dos hermanas repartían sus tareas no sólo enseñando en la escuela, sino también atendiendo a los enfermos y desvalidos. Los maestros, incluso en escuelas parroquiales, eran empleados del estado, por lo que en la Revolución, les correspondía a las dos jurar fidelidad a la República, lo que implicaba, para el momento, rehusar fidelidad a la Iglesia. Esto ocurrió en 1791, y las dos hermanas se negaron a firmarlo, por lo que fueron despedidas. 
Se dedicaron a la caridad, a la atención de pobres, huérfanos y enfermos. Entre estas tareas, acogieron y escondieron a sacerdotes perseguidos. Las dos fueron apresadas en febrero de 1794, con los cargos de rehusar obediencia a la República, y esconder sacerdotes rehusantes. La beata Tréhet afirmó que ella no podía negarse a atender a ningún enfermo, epro cuando se le pidió que vivara a la República, se negó, por lo que fue, junto con su compañera, condenada a muerte.
La beata Véron no fue a la cárcel en espera de la ejecución, sino que tuvo que ser hospitalizada, porque se encontraba gravemente enferma.
El 13 de marzo fue ejecutada Françoise Tréhet, de 37 años, y una semana más tarde, el 20, llevada en camilla, lo fue Jeanne Véron, de 27 años. Las dos fueron beatificadas en 1955, junto con otras víctimas de la persecución en la diócesis de Laval.

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