martes, 20 de marzo de 2018

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL GÓTICO

San Miguel Arcángel es una pintura realizada por Blasco de Grañén y conservada en la colección permanente del Museo Nacional de Arte de Cataluña.1​ Ingresó en el museo como donación de "Doña Pilar Rabal Rabal en memoria de su esposo Pedro Fontana Almeda. Barcelona, 13/10/1976"2

Descripción[editar]

A pesar de la presencia de rasgos valencianos en esta tabla de Blasco de Grañén, su pintura refleja también un cierto conocimiento de la producción pictórica de los leridanos Jaume Ferrer IJaume Ferrer II o Pere Teixidor.
Las medidas del cuadro hacen pensar que constituía una de las calles laterales de un retablo de triple advocación, pero también es posible que se tratara de la tabla central de un pequeño retablo dedicado solo a San Miguel. Para la pintura aragonesa, Blasco de Grañén no solo es importante por su alta calidad artística, sino también por lograr la creación de escuela.






Santo Domingo de Silos entronizado como obispo es la obra más conocida del pintor español Bartolomé Bermejo. Es un óleo sobre tabla, pintado entre 1474 y 1477. Mide 242 cmde alto y 130 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid, al cual llegó en 1920 por una permuta con el Museo Arqueológico Nacional.

Descripción[editar]

Es una tabla procedente de Daroca (Aragón). Fue encargada el 5 de septiembre de 1474. Es una de las obras más impresionantes del período gótico por su gran tamaño y la monumentalidad con la que está tratada la figura del santo, haciendo de esta pieza una de las más perfectas del fin del estilo hispano-flamenco. Es la más antigua de las que se conocen de este pintor, quien creó escuela en Aragón, con seguidores tales como Martín Bernat y Miguel Ximénez.
Es la tabla central de un retablo. Las tablas laterales fueron acabadas por Martín Bernat. Se trata de una pintura al temple sobre madera. Tiene gran tamaño, inusual en la pintura española de este período.
El tema es religioso. Representa al santo español Domingo de Silos, monje que fundó el Monasterio de Silos (Burgos) en el siglo XI, siendo su primer abad.
La tabla presenta una composición piramidal, con el santoen el centro, sentado en un trono. La grandiosa figura del santo, solemne y rígido, se dispone frontalmente. Esta dimensión monumental recuerda a Hugo van der Goes, admirado por el pintor. El rostro es muy realista, con efectos de luz que le proporcionan una sólida corporeidad y lo hacen destacar del resto del cuadro. Ese realismo en el rostro denota influencia de la escuela flamenca. Se ha utilizado el pan de oro al modo de los iconos bizantinos, lo que es típico de la pintura medieval, en particular en España.
El santo resplandece de oro, vestido como un obispo, con magníficas ropas de pontifical. Lleva una mitra con detalladas piedras preciosas. Con el antebrazo izquierdo sostiene el báculo y hojea un libro, sentado en un trono ricamente adornado, con imágenes de las siete virtudes, albergadas por tracerías y pináculos tallados. Las siete virtudes están pintadas con intenso color y gran realismo, las tres teologales (feesperanza y caridad) y las cuatro cardinales (fortalezajusticiaprudencia y templanza).
Además del realismo en el rostro, destaca el tratamiento de los objetos de orfebrería, los bordados, los pliegues de la ropa blanca, tan semejantes a la pintura flamenca de la época, y los temas alegóricos decorativos. Evidencia el dominio del pintor sobre la técnica del óleo.







La tabla de Santo Domingo de Guzmán es una pieza de la colección permanente del Museo Nacional de Arte de Cataluña. Procede de la desaparecida iglesia de San Miguelde Tamarite de Litera.1​ Fue adquirida en 1907. Contiene doce escenas de la vida del santo, seis a cada lado del compartimento central, donde se representa a Domingo de Guzmán de pie, con el libro y un báculo rematado por la flor de lis, los cuales aluden a su castidad y a la devoción del santo por la Virgen María, atributo que comparte con San Francisco de Asís y con San Antonio de Padua. El gran número de escenas representadas en esta obra pone de manifiesto el importante desarrollo de la narrativa en estas fechas iniciales del gótico en la Corona de Aragón, con la singularización en diferentes escenas de los pormenores de las vidas de los santos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario