Martín de Braga, también conocido como Martín de Dumio o Martín Dumiense (Panonia, hacia 510/515 - Braga, 579/580), fue un obispo, teólogo y escritor eclesiástico hispano católico de origen panónico, llamado el «Apóstol de los suevos». Su obra eclesial y literaria, presentando un cristianismo adaptado a los diferentes grupos de población; su preocupación por transmitir valores procedentes de la Antigüedad clásica; la predicación de un cristianismo ortodoxo en tiempos de herejía; y sus relaciones con los reyes suevos, anuncian el ideal episcopal de Leandro y de Isidoro de Sevilla.
Vida[editar]
Miembro de una importante familia romana de la antigua provincia de Panonia (actual Hungría). Ingresa pronto en el clero y muy joven se traslada a Palestina a visitar los Santos Lugares. Allí reside durante varios años y entra en contacto con el floreciente movimiento monástico que se desarrolla en las montañas de Judea.2
Gallaecia[editar]
Sin conocerse exactamente la razón, tal vez por tratarse Gallaecia de un reino cristiano independiente de Roma pero fuera del catolicismo, decide trasladarse al Reino de los suevos - al que en principio se refiere como Finis Terrae-, cuya clase dirigente era en gran parte arriana.
En su viaje pasa algún tiempo en las Galias y llega a la Gallaecia en torno al 550. Entonces la antigua ciudad romana de Bracara Augusta (la actual Braga, en Portugal), capital de la provincia romana de Gallaecia, pasa a convertirse en la capital del reino suevo.
Monasterio de Dumio[editar]
Allí trabaja varios años como presbítero y como monje. Funda un monasterio en Dumio,2 cercano a Bracara Augusta, la capital del Reino, junto a la iglesia que, tras su conversión al catolicismo, el rey suevo Carriaricohabía dedicado a san Martín de Tours.
Pronto el monasterio de Dumio se convierte en el principal centro de difusión de cultura y espiritualidad cristiana de origen oriental en el norte de la Península Ibérica, ya que sus monjes tenían encomendada la copia de códices, muchos posiblemente traídos por el mismo san Martín de Oriente.
Poco tiempo más tarde, Lucrecio, arzobispo de Braga, crea la diócesis de Dumio en torno al recién creado monasterio, y consagra a Martín como su primer obispo en torno a 556.3
Conversión del reino suevo[editar]
La influencia de Martín ante la corte sueva es muy grande y logra que el rey Teodomiro abjure del arrianismo y se bautice católico en 560, atrayendo con él a la mayor parte del reino suevo.
I Concilio de Braga[editar]
Estuvo presente en el primer concilio del reino suevo, convocado por el papa Juan III para poner fin a la querella suscitada por la doctrina prisciliana. Se celebró el año 561 (o 563) y es conocido como I Concilio de Braga. Martín contribuye a la condena doctrinal y moral del priscilianismo:
""...No se limitó a la restauración de la disciplina clerical, de las ceremonias litúrgicas y de la ortodoxia nicena, todavía seriamente amenazada, en Galicia, por la persistencia tenaz de la herejía priscilianista ..."
Arzobispo de Braga[editar]
El obispo Lucrecio muere en 569 y Martín es proclamado nuevo metropólita, pero sigue conservando la dignidad episcopal de Dumio, ya que sus monjes y los fieles le ruegan que no los deje. Su labor como arzobispo de Braga se centra en la predicación al pueblo, muy influido aún por el priscilianismo y apegado a las prácticas religiosas paganas.
II Concilio de Braga[editar]
En junio del año 572 preside el II concilio de Braga en el que los obispos de la Gallaecia en la presencia del rey suevo Miro establecen las líneas de actuación misional y de práctica litúrgica y moral de esta iglesia particular.
Martín mandó añadir a las Actas una recopilación metódica de ochenta y cuatro cánones tomados de los sínodos de los Padres orientales, puestos en orden y reunidos por el obispo Martín.4
Obra[editar]
Como escritor eclesiástico, san Martín es una figura de primer orden. Tanto san Isidoro de Sevillacomo san Gregorio de Tours lo consideran como el hombre letrado más importante de su tiempo. Entre sus obras de más influencia, además del De correctione rusticorum, destaca la recopilación Sententiae Patrum Aegipteorum.
De correctione rusticorum[editar]
Poco después, se ignora la fecha exacta, redacta un manual práctico para el misionero, De correctione rusticorum ('rústico' no significa bárbaro o incorrecto, sino popular y sencillo), en el que anima a obispos y clero a evangelizar y purificar la religiosidad del pueblo suevo. El tratado expone de manera sencilla las supersticiones principales del pueblo suevo y su origen: condena la idolatría, la adivinación, los augurios y la brujería; también insta a que los días de la semana dejen de dedicarse a los dioses romanos —día de Marte, de Mercurio, de Júpiter, de Venus y de Saturno— y pasen a llamarse por la nomenclatura litúrgica cristiana (esta costumbre se mantiene en portugués, donde los días de la semana se nombran con el término litúrgico de feria).
Sententiae Patrum Aegipteorum[editar]
La recopilación Sententiae Patrum Aegipteorum, ciento diez reglas ascéticas tomadas de la tradición monástica oriental en traducción directa de sus fuentes, y que formarán una de las bases del desarrollo del monacato hispánico.
Formula vitae honestae[editar]
Gran conocedor de la patrística oriental y occidental —san Ireneo de Lyon, san Clemente de Alejandría, Orígenes, san Jerónimo o san Agustín de Hipona— y también de los clásicos estoicos romanos, especialmente Marco Aurelio y Séneca, hasta tal punto que su obra Formula vitae honestae, que escribe hacia 570 a petición del rey Miro, fue considerada en la Edad Media como obra de este último autor.
Otras obras suyas[editar]
También al rey Miro dedica sus obras Pro repellenda iactantia y Exhortatio humilitatis. Otras obras suyas son De trina mersione (sobre la liturgia del bautismo), De ira (tratado de carácter estoico cristiano dedicado a Vitimiro, obispo de Orense) y una importante literatura epistolar y de sermones, lamentablemente perdida.
En la segunda mitad del siglo VI, realiza la colección de cánones que lleva su nombre: Capitula Martini, también conocidos como Concilio III de Braga.
Influencia sobre los sevillanos[editar]
Su influencia sobre los obispos sevillanos Leandro e Isidoro se desprende con claridad del elogio que le dedicó Isidoro:
"... Martín de Dumio, santísimo pontífice de un monasterio, llegó por mar desde las regiones orientales a Galicia, y allí, tras haber convertido a los suevos de la impiedad arriana a la fe católica, instituyó la regla de la fe y de la santa religión, reformó las iglesias, fundó monasterios, redactó de manera abundante preceptos para la educación religiosa. Yo he leído, por mi parte, su libro sobre las Diferencias sobre las cuatro virtudes, y otro volumen de cartas: en sus escritos exhorta a enmendar nuestra vida y a conducirnos con fe, a orar sin cesar, a distribuir limosnas y, por encima de todo, a cultivar las virtudes y a mostrarnos buenos con todos. Brilló en tiempos del rey suevo Teodomiro, en la época en que Justiniano en el Imperio y Atanagildo en las Españas, ejercían el poder supremo..."Isidoro de Sevilla Varones ilustres, Capítulo 12.
Fue precisamente en la segunda mitad del siglo VI cuando se produce una prolongada crisis cuando tras el asesinato de Teudiselo en Hispalis (549) el pretendiente Atanagildo pide ayuda al basileus que ocupa la franja meridional de la península.
Elogiado por sus contemporáneos Venancio Fortunato, (Venantius Honorius Clementianus Fortunatus) obispo de Poitiers y Gregorio, obispo de Tours.5
Cabe marcar tanto las semejanzas como las diferencias entre los pequeños catecismos morales que escribe Martín dirigidos al rey suevo Miro, con las Etimologías, la enorme enciclopedia que Isidoro destinada a mejorar la cultura de las élites laicas y eclesiásticas del reino, procurándoles una especie de manual enciclopédico cómodo.6
Martín, en su modelo de sermón para corregir a los rústicos de los campos gallegos, busca un lenguaje simplificado, para uso de un público inculto, que Isidoro emplearía al contrario que su hermano mayor Leandro el año 589 en la sesión de clausura del III Concilio de Toledo, pomposa pieza destinada a seducir y deslumbrar a la corte y no para proporcionar una formación religiosa elemental a un auditorio corriente.7
Prerrenacimientos periféricos[editar]
Contemporáneos de Martín son algunos personajes que protagonizaron importantes movimientos culturales en Hispania como fueron:
- En la Tarraconense, Justo de Urgel y Juan de Gerona.
- En la Cartaginense, Liciniano de Cartagena, Justiniano de Valencia y Donato, monje venido de África.
- En la Lusitania, Apringio de Beja.
- En la Bética, Severo de Málaga.
Muerte[editar]
San Martín muere hacia 579-580 y es enterrado en la capilla de San Martín de Tours del monasterio de Dumio, en un sarcófago donde es labrado un epitafio redactado por él mismo: «Nacido en Panonia, llegué atravesando los anchos mares y arrastrado por un instinto divino, a esta tierra gallega, que me acogió en su seno. Fui consagrado obispo en esta iglesia tuya, ¡oh glorioso confesor San Martín!; restauré la religión y las cosas sagradas, y habiéndome esforzado por seguir tus huellas, yo, tu servidor Martín, que tengo tu nombre, pero no tus méritos, descanso aquí en la paz de Cristo».
Su muerte se conmemora el 20 de marzo.
San Martín de Braga, obispo
fecha: 20 de marzo
n.: c. 510 - †: c. 579 - país: Portugal
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 510 - †: c. 579 - país: Portugal
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Braga, ciudad de Portugal, san Martín, obispo, oriundo de Panonia, conocido por el sobrenombre de «Dumiense» por haber regido primero la sede de Dumio, desde la cual pasó después a la de Braga, donde, con su celo y predicación, abandonaron los suevos de esa diócesis la herejía arriana y abrazaron la fe católica.
refieren a este santo: San Martín de Vertou
Según san Gregorio de Tours, san Martín de Braga sobrepasó en ilustración a todos los letrados de su época. El poeta cristiano Venancio Fortunato lo describe como heredero, tanto de los méritos como del nombre de san Martín de Tours. La historia de sus primeros años es incierta. Algún escritor que lo confundió con San Martín de Tours dio pie para que se pensara que era nativo de Pannoia. Se cuenta que hizo una peregrinación a Palestina y que quizá se encontraba entre los peregrinos que regresaron a Gallaecia, España [Gallaecia comprendía la actual Galicia, pero era mucho más extensa, incluyendo también el norte del actual Portugal]. Los suevos dominaban en esa región y habían propagado las doctrinas arrianas. San Martín, sin embargo, mediante su erudita predicación, logró volver a la fe católica a la región. Comenzó con la conversión e instrucción del rey Teodomiro y posteriormente reconcilió con la Iglesia a muchos arrianos y católicos renegados. Construyó muchos monasterios, el principal de los cuales, Dumio (hoy Mondeño), le sirvió como centro de operaciones de sus esfuerzos misioneros.
Los monarcas suevos, en consideración a este santo, eligieron a Dumio como sede arzobispal, de la cual vino a ser el primer ocupante. Tan íntimamente ligaron a Martín a su corte, que fue llamado «el obispo de la familia real». Sin embargo, nunca suavizó la severidad de su vida monástica y en el gobierno de sus monjes mantuvo estricta disciplina. Fue promovido después a la sede de Braga, lo que le convirtió en metropolitano de toda la Gallaecia, dignidad que mantuvo hasta su muerte. Además de su trabajo principal como misionero, San Martín rindió otros grandes servicios a la Iglesia con sus escritos. Los principales de éstos son una colección de ochenta y cuatro cánones; una fórmula «Vitae honestae», escrita como guía para una vida virtuosa, a petición del rey Miro; una descripción de las costumbres supersticiosas de los campesinos, bajo el título de «De correctione rusticorum»; un tratado de máximas morales, y una selección de proverbios de los eremitas egipcios. San Martín murió en 579, en su monasterio de Dumio, y su cuerpo fue trasladado a Braga en 1606.
San Arquipo, santo del NT
fecha: 20 de marzo
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: Conmemoración de san Arquipo, compañero del apóstol san Pablo, quien le recuerda en las cartas a Filemón y a los Colosenses.
Arquipo es uno de los tantos personajes cuya referencia se ha perdido para nosotros, aunque probablemente para san Pablo, que es quien dos veces lo nombra, debía ser alguien querido, ya que lo llama «nuestro compañero de armas» (Filemón, versículo 2). En Carta a los Colosenses Pablo le envía un mensaje: «Decid a Arquipo: 'Considera el ministerio que recibiste en el Señor, para que lo cumplas'»; ¿cuál es ese ministerio? tal vez el de la predicación a los gentiles, si por la referencia anterior -el «compañero de armas»- hay que entender que Pablo lo considera semejante a él mismo en algún aspecto.
Es cierto que Carta a los Colosenses (no así Carta a Filemón, cuya autenticidad paulina es unánimemente admitida) tiene fuertes posibilidades de ser «pseudo-epigráfica», es decir, de ser una carta escrita con posterioridad a la muerte de Pablo, por alguien de su escuela, y puesta bajo la firma del maestro, ya sea voluntariamente -como una manera de mostrar que la autoridad doctrinal era sólida, procedimiento habitual en la antigüedad-, ya sea por fusiones de textos en el proceso editorial. Sin embargo eso, que puede aceptarse para el conjunto de la carta, no quiere decir que los saludos sean inventados, o las referencias a Pablo y su entorno puramente artificiales: apenas si nos hacemos una idea de cómo se han transmitido los textos antiguos (no sólo de la Biblia), y en muchos casos pudo haber ocurrido que "billetes ocasionales" de Pablo, con saludos o pequeños mensajes a compañeros de ruta, hayan acabado editados en relación a cuerpos doctrinales más amplios, cosa que posiblemente ocurrió en el caso de esta carta. En todo caso, la referencia a Arquipo en Colosenses parece adecuadamente concordante a la de Filemón, por lo que puede aceptarse que se refieren al mismo personaje, y que ese personaje es alguien conocido de Pablo.
Se ha supuesto que podría ser el hijo de Filemón y Apfia, ya que encabeza la carta y se menciona allí una «Iglesia en casa»; sin embargo es una hipótesis que no tiene más que la imaginación para sostenerse, ya que la noción de «iglesia doméstica» no necesariamente representaba en el primer siglo la existencia de vínculos familiares, sino que describía la situación de cristianos que se reunían en casas de familia para orar, exhortarse recíprocamente y partir el pan.
Aunque no sabremos en esta vida a quién se refiere san Pablo con cada una de estas menciones, el recuerdo que hace de las personas que formaban el entorno de su predicación nos ayuda a conectar con esa pequeña iglesia inicial, que no era sólo -ni siquiera principalmente- una «usina doctrinaria» sino una comunidad concreta de hombres y mujeres con nombres, con lazos recíprocos, con experiencias comunes. Arquipo fue inscripto en el Martirologio Romano basándose en el Martirologio de Adón, de hacia el siglo VIII o IX.
Arquipo de Colosas
San Arquipo | ||
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El martirio de Arquipo y Filemón | ||
Discípulo de Pablo, obispo y mártir | ||
Padres | Filemón y Apia | |
Fallecimiento | siglo I Colosas, Turquía | |
Venerado en | Iglesias cristianas que aceptan el culto de los santos | |
Canonización | Culto inmemorial | |
Festividad | 20 de marzo (católicos); 22 de noviembre (ortodoxos) | |
Atributos | Palma del martirio | |
[editar datos en Wikidata] |
Arquipo (siglo I) fue un cristiano de las primeras comunidades, mencionado en la Epístola a Filemón del apóstol Pablo.1
Arquipo es considerado discípulo de Pablo, al parecer muy querido por él, puesto que aparte de mencionarlo en la epístola a Filemón, lo hace en su carta a los colosenses: “digan a Arquipo que esté atento al ministerio que recibió para servir al Señor y que lo cumpla bien” (Colosenses 4,15). Según la tradición, Arquipo era hijo de Filemón y Apia, y se tiene por el primer obispo de la diócesis de Laodicea (Frigia), mientras que otros aseguran que lo fue de Gaza (Palestina).1 Los cristianos orientales aseguran que hizo parte de los primeros setenta discípulos del Señor.2 La exégesis moderna considera todas estas tradiciones, producto de la literatura cristiana, por lo cual lo único que se puede considerar histórico es su relación con el apóstol Pablo y su veneración antigua.3
Arquipo es considerado mártir, junto a Filemón y Apia, y es venerado como tal por las iglesias que aceptan el culto de los santos. En la Iglesia católica su memoria fue inscrita en el Martirologio romano, basándose en el Martirologio de Adón, para el día 20 de marzo.3 Los cristianos de las iglesias orientales de rito bizantino es el 22 de noviembre.
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