viernes, 23 de marzo de 2018

Santos por meses y días

santos del 13 de abril

San Hermenegildo (del góticoErmen Gild, «inmenso tributo»; Medina del Campo o Sevilla564-Tarragona13 de abril de 585) fue un príncipe y noble visigodo, hijo del rey Leovigildo y de su primera mujer, y hermano de Recaredo. Fue educado en el arrianismo imperante entre los visigodos de la Península en ese entonces (a diferencia de los hispanorromanos, que eran mayoritariamente católicos). Su conversión al catolicismo lo enfrentó con su padre y provocó una contienda militar, que acabaría con su captura y muerte.
Fue canonizado en 1585 como mártir de la Iglesia Católica; es patrono de los conversos y su festividad se celebra el aniversario de su muerte, el 13 de abril.

San Hermenegildo
Triunfo de San Hermenegildo.jpg
Triunfo de San Hermenegildo (Francisco de Herrera el Mozo, 1654)
Mártir
Nacimiento564
Medina del Campo
Fallecimiento13 de abril de 585
Tarragona
Venerado enIglesia católicaIglesia ortodoxa
Canonización1585 por Sixto V.
Festividad13 de abril (Occidente)
14 de noviembre (Oriente)
PatronazgoDe los conversos, de la monarquía española (junto con San Fernando), veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil de España, de Alquife


Biografía[editar]

Ya a muy temprana edad, Hermenegildo y su hermano menor Recaredo, fueron asociados al trono paterno (como antes su tío Liuva I había asociado al trono a su hermano Leovigildo). Formado bajo la influencia de san Leandro de Sevilla, que algunos erradamente hacen hermano de su madre, una vez que los matrimonios mixtos eran prohibidos,[cita requerida] a los quince años de edad contrajo matrimonio con la princesa católica francaIngunda, hija de Sigeberto I y Brunegilda, en un intento de estrechar las relaciones iniciadas por el primer matrimonio de su padre. Enviado como gobernador a la provincia de Bética tras su matrimonio, la influencia de su esposa y de Leandro, lo llevaron a la conversión rápidamente.
Los problemas políticos que una conversión en la sucesión real podía ocasionar y las sospechosas relaciones diplomáticas de Hermenegildo con el gobernador bizantino de la vecina provincia de Spania provocaron una creciente tensión en las relaciones con su padre. La dificultad existente entre católicos y arrianos se vio endurecida por la intransigencia de la esposa de Leovigildo, Goswinta.
El conflicto armado comenzó en el año 581, y se prolongó hasta 584 (si bien Leovigildo se abocó a él con poca fuerza al principio, pues se encontraba ocupado en el norte). Hermenegildo, que contaba con el apoyo de los bizantinos que operaban desde Cartagena,2​ se vio tácticamente en inferioridad cuando los bizantinos pactaron una alianza con Leovigildo por la cifra de 30.000 solidi de oro.
Leovigildo quiso poner fin a las rebeliones, subyugó la resistencia de Mérida, Badajoz y Cáceres y cortó el paso a los suevos del Rey Miro, el cual quería ayudar a los católicos, pero luego entabló amistad con Leovigildo y regresó a su casa, muriendo días más tarde.3​ Entonces Hermenegildo va refugiándose en una serie de fortalezas y castillos que, uno tras otro, son conquistados por las tropas arrianas de su padre. Finalmente llega a Sevilla, donde se instala en su residencia con su mujer, pero al aproximarse las tropas de su padre y teniendo la fortaleza de Osset cercana decide dirigirse allí para apostarse.3​ En 583 fue sitiado en el Castillo de Osset,24​ que se encontraba donde las actuales murallas de San Juan de Aznalfarache,3​ a las puertas de Sevilla. Tras un asedio de más de un año la fortaleza fue derrotada y Hermenegildo debe escapar hacia Córdoba donde pide refugio en una iglesia en el 584.
Su hermano Recaredo, en el nombre de su padre Leovigildo, ofrece a Hermenegildo conservar su vida a cambio de entregarse. Una vez arrestado es trasladado a Sevilla y posteriormente a Valencia. El rey de los francos austrasianos Childeberto II, hermano de su esposa, quiso ayudarle invadiendo la Galia Narbonense. Ante esto, Hermenegildo huye de la cárcel para unirse al ejército franco pero es apresado y será encarcelado en Tarragona.2
La esposa de Hermenegildo, después de ser utilizada en conflictos entre el Imperio Bizantino y los reinos francos, escapó a África con su hijo aún lactante, optando por huir a Roma, y pidió asilo en Constantinopla al emperador Mauricio de Bizancio, pero murió en algún punto del trayecto a la capital bizantina, en Sicilia, en 584. Su hijo Atanagildo fue entregado por orden de Mauricio a la madre de ella, con la oposición del propio Leovigildo.
Los principales especialistas en la historia de la Hispania visigoda, como E. A. ThompsonJosé Orlandis o Luis A. García Moreno, no consideran que la conversión de Hermenegildo fuera la verdadera causa de la revuelta, sino más bien una excusa para ella. Se apoyan para esto en la tolerancia religiosa exhibida durante el reinado de Leovigildo y en los distintos intentos diplomáticos efectuados antes del inicio del conflicto. Más aún, incluso después de la conversión de los visigodos al catolicismo con Recaredo, los cronistas y actas conciliares hacen nula mención de Hermenegildo, su revuelta o su heroísmo, lo cual parece indicar que los visigodos católicos lo consideraban sólo un rebelde y no un mártir.
Aunque no se conservan testimonios independientes del hecho, los Dialogi de Gregorio I aseguran que Hermenegildo rechazó la oferta de perdón de su padre por fidelidad a la fe católica y que fue decapitado por su carcelero, Sisberto, tras negarse a recibir la sagrada comunión de manos de un obispo arriano el día de Pascua de 585.
Mucho menos favorable a Hermenegildo es la opinión del historiador franco Gregorio de Tours, muy bien informado del mundo visigodo, quien considera una grave falta que un hijo se alce contra su padre, aunque este sea arriano. A petición del rey Felipe II de EspañaSixto V lo canonizó en el milésimo aniversario de su muerte. Junto a San Fernando es el santo patrono de la monarquía española.

Inscripción[editar]

Hermenegildo, durante su reinado en la Bética hizo erigir una iglesia, en la que encontramos la siguiente inscripción, que se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla con el nombre de Dintel de San Hermenegildo:5
In nomine Domini anno feliciter secundo regni domini nostri [H]Ermenegildi regis quem persequitur genetor sus dominus Liuvigildus rex in ci[b]vitate [H]Ispa[lense] indictione tertia decima [...]
Que se traduce:
En el nombre del Señor, en el felizmente segundo año del reino de nuestro señor el rey [H]Ermenegildo (año 582), a quien persigue su padre y señor el rey Leovigildo en la ciudad de Sevilla .


Martín I (Todi, ¿? – Cherson (Crimea), 16 de septiembre de 655) fue el papa n.º 74 de la Iglesia católica de 649 a 655, venerado como santo por la Iglesia católica así como también por la Iglesia ortodoxa.
Inició su pontificado convocando el concilio que la muerte de su predecesor Teodoro I le había impedido celebrar. En este concilio, celebrado en Letrán, se condenó el monotelismo que el emperador bizantino Constante II quería imponer como solución de compromiso entre la ortodoxia cristiana y el monofisismo. Asimismo se confirmaron las condenas a la Ecthesis, decretada por el emperador Heraclio, al Typos de Constante, y se excomulgó a los patriarcas de Constantinopla Sergio IPirro I y Pablo II.
Conocida la noticia en Constantinopla, el emperador Constante IIordenó a su representante en Italia, el exarca de Rávena, Teodoro Calíope, que tomase prisionero al Papa y lo trasladase a la capital imperial.
El exarca, a su llegada a Roma, informó al clero que Martín I había sido depuesto como papa, obligando al propio pontífice a embarcar el 19 de junio de 653 con destino a Constantinopla, donde arriba el 17 de septiembre de 654, tras permanecer durante casi un año en la isla de Naxos.
En Constantinopla fue juzgado de los cargos de herejía y enemigo del Estado, siendo condenado a muerte el 20 de diciembre de 654. El juicio, celebrado en el Hipódromo, fue una parodia en la que Martín I fue vejado e insultado, privado de sus vestiduras y cargado de cadenas.
Tras tres meses de prisión, el emperador le conmutó la pena de muerte por la de exilio en Crimea, donde llegó, el 15 de mayo de 655, en una situación física tan deplorable debida al maltrato sufrido desde su detención, que falleció el 16 de septiembre de ese mismo año. Por este motivo se le considera mártir, el último Papa en testimoniar su fe de este modo.

Patronazgo[editar]

En Perú, es patrón de la ciudad ancashina de San Martín de Chacas, desde su fundación en la década de 1570.









Urso de Ravena, Santo
Urso de Ravena, Santo
Obispo, 13 de abril


Por: . | Fuente: santiebeati.it 



Obispo

Martirologio Romano: En Rávena, de la Flaminia, Italia, san Urso, obispo, que trasladó la sede episcopal desde Classe a esta ciudad y dedicó la iglesia catedral en la fiesta de Pascua bajo el título de santa Anástasis1. En este mismo día, pasados algunos años, emigró a la gloria de la resurrección. ( c.425)
Urso, obispo de Classe, ubicación permanente de la sede episcopal en Ravena en torno al año 402, cuando el emperador Honorio, por razones de seguridad estratégica pone en la misma ciudad la capital de Occidente. En el catálogo Episcopal de la Iglesia de Ravena el nombre de Urso precede inmediatamente al de San Pedro Crisólogo, luego, suponiendo la exactitud de la fuente episcopal, esto coloca a Urso a inicios del siglo V. En Ravena Urso construyó la "Ecclesia Catholica”, es decir la catedral, (misma que posteriormente fue llamada "Basílica Ursiana"), y la dedicó a la Resurrección de Nuestro Señor el día de Pascua. Según Agnello, Urso murió después de veintiséis años de episcopado el 13 de abril de un año a alrededor del 425. Pero en Ravena tradicionalmente se lo ha celebrado el domingo de Pascua, aniversario de la dedicación hecha por Urso el día de Pascua del templo que hoy está dedicado a su memoria. Según la tradición Urso era de origen siciliano, detalle que explicaría el culto a santos sicilianos en Ravena durante el siglo V. 

Reproducido con autorización de Santiebeati.it
responsable de la traducción: Xavier Villalta


1Anástasis es un calco de la palabra griega para Resurrección de Cristo.

En un significado más restringido, se refiere al descenso de Cristo a los infiernos, o al Limbo de los Patriarcas, con el fin de permitir su entrada en el cielo. Este episodio se describe de manera más breve en el Nuevo Testamento (Mateo 27:52-53) y es mencionado en el Credo Apostólico. 

En la liturgia cristiana a menudo se ha usado esta palabra, consagrándose incluso iglesias a la Anástasis, siendo la más famosa la de Constantinopla.

También a la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén se la denomina de la Anástasis.

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