jueves, 22 de marzo de 2018

Santos por meses y días

santos del 6 de abril

Santa Gala, viuda
fecha: 6 de abril
fecha en el calendario anterior: 5 de octubre
†: s. VI - país: Italia
otras formas del nombre: Galla
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Roma, santa Gala, hija del cónsul Símaco, la cual, al fallecer su cónyuge, vivió cerca de la iglesia de San Pedro durante muchos años, entregada a la oración, a las limosnas, a los ayunos y a otras obras santas, y cuyo felicísimo tránsito fue descrito por el papa san Gregorio Magno.
Patronazgos: patrona de las viudas.
Una de las víctimas de Teodorico el Godo, en Italia, fue el noble patricio romano Quinto Aurelio Símaco, que había sido cónsul en 485 y fue injustamente ejecutado en 525. Sus tres hijas se llamaban Rusticiana (la esposa de Berrio), Proba y Galla. El nombre de esta última figura en el Martirologio Romano el día de hoy. En los «Diálogos» de san Gregorio hay un corto relato de su vida y su muerte. Galla quedó viuda un año después de haber contraído matrimonio. Aunque era joven y rica, determinó consagrarse a Cristo en vez de casarse de nuevo. A este propósito, san Gregorio escribe que el matrimonio «empieza siempre con alegría y acaba tristemente»; pero tal generalización es injusta. A pesar de que los médicos dijeron a Galla que si no se casaba iba a crecerle la barba, la joven permaneció firme en su propósito e ingresó en una comunidad de vírgenes consagradas a Dios, cerca de la basílica de San Pedro. Allí vivió muchos años, entregada a la oración y al cuidado de los pobres y necesitados.
Siendo ya de cierta edad, se vio afligida por un cáncer en el pecho. Una noche en que los dolores no la dejaban dormir, se le apareció san Pedro entre dos cirios (porque la santa odiaba tanto la oscuridad material como la espiritual). Galla exclamó: «¿Vos venís a visitarme? ¿Mis pecados están perdonados?» San Pedro inclinó la cabeza diciendo: «Sí, están perdonados». Y añadió: «Ven y sígueme». Pero Galla, que tenía una amiga muy querida llamada Benita, rogó a San Pedro que la llevase también consigo. San Pedro le replicó que ella y otra de las religiosas morirían tres días más tarde y que Benita sería llamada un mes después. San Gregorio relató los hechos cincuenta años después y afirma que «las religiosas del monasterio, que oyeron a sus predecesoras narrar los acontecimientos, podían contarlos hasta el último detalle, como si hubiesen presenciado el milagro». Se supone que la carta de san Fulgencio, obispo de Ruspe, «Sobre el estado de viudez», estaba dirigida a santa Galla. Las reliquias de la santa se conservan, según se dice, en la iglesia de Santa María in Pórtico.






Gala de Roma, Santa
Gala de Roma, Santa
Viuda, 6 de abril


Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04 



Viuda

Martirologio Romano: En Roma, santa Gala, hija del cónsul Símaco, la cual, al fallecer su cónyuge, vivió cerca de la iglesia de San Pedro durante muchos años, entregada a la oración, limosnas, ayunos y otras obras santas, y cuyo felicísimo tránsito fue descrito por el papa san Gregorio I Magno ( s. VI). 

Etimológicamente: Gala = Aquella que procede de la Galia (región francesa), es de origen latino.
Santa Gala de Roma, era hija de Q. Aurelio Memmio Simmaco, miembro del senado, durante muchos años consejero del Rey Teodorico, que, sin embargo lo mandó matar en Ravenna (525) por sospechas infundadas de traición. Santa Gala fue entregada como esposa a un joven patricio del que no se conoce el nombre. al año del casamiento enviudó, y pese a que querían casarla nuevamente, prefirió consagrarse a Dios, primero en el ejercicio de las obras de misericordia y más tarde retirándose a un monasterio cerca de la Basílica vaticana. 

Afirma San Gregorio que vivió muchos años "en la simplicidad del corazón, dedicada a la oración, distribuyendo grandes limosnas a los pobres". La decisión de la joven viuda causó gran impresión en Roma, y sus ecos llegaron lejos. Desde Cerdeña, en donde por segunda vez se encontraba en el exilio, San Fulgencio de Ruspe (que a su paso por Roma había tenido ocasión de conocer a la familia de la santa), le escribió una bellísima carta, casi un pequeño tratado de veintiún capítulos en los que la confirma en la decisión tomada y le imparte consejos ascéticos.

Antes de morir la santa tuvo una visión del Apóstol San Pedro invitándola al cielo. Por esta razón San Gregorio en sus Diálogos, en el libro IV, dice que puede demostrarse la inmortalidad del alma, a través de las apariciones y visiones que tuvieron algunas almas selectas. Según la tradición, mientras la santa llevaba a cabo una de sus obras de caridad se le apareció la Virgen. La milagrosa aparición se recuerda en una pintura del siglo XI que se encuentra en la iglesia de Santa María en Portico en Campitelli. La fiesta conmemorando tales apariciones, por concesión de la Congregación de Ritos se celebra en Roma el 17 julio, mientras que en el Martirologio Romano se conmemora el 5 de octubre. Hacia la mitad del siglo XVII, por obra de M. A. Anastasio Odescalchi, con el permiso de Inocencio XI, se funda en Roma un hospicio bajo el patrocinio de la Santa. Es allí en donde Juan B. De Rossi desenvolvió durante muchos años su actividad. En 1940, se le dedicó a la Santa una iglesia parroquial.









San Eutiquio de Constantinopla, obispo y confesor
fecha: 6 de abril
†: 582 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Constantinopla, san Eutiquio, obispo, que presidió el II Concilio Ecuménico Constantinopolitano, en el que defendió enérgicamente la fe ortodoxa y, tras padecer un largo exilio, con su muerte profesó la resurrección de la carne.
San Eutiquio nació en la aldea de Theión, en Frigia, hacia el 512. Fue educado en Augustópolis, y continuó los estudios en Constantinopla. Luego se trasladó a Amasea, capital del Helesponto, y entró en el monasterio de la ciudad. Seguidamente acompañó al obispo a Constantinopla y aquí permaneció en la iglesia de la Madre de Dios, en el barrio de Urbicio en el Strategion. A la edad de 30 años recibió la ordenación presbiteral, retornó a Amasea donde fue electo hegúmeno (es decir, abad) de su viejo monasterio, que bajo su guía llegó a ser más grande e importante. Enviado nuevamente a la capital imperial como delegado del obispo de Amasea al concilio que se aprestaba a condenar los «Tres capítulos» (ver un resumen del tema en san Dacio), encontró al patriarca san Menas casi al fin de su vida, y en agosto del 552 el emperador Justiniano designó al propio Eutiquio como nuevo Patriarca. El 6 de enero del 553 Eutiquio escribió al papa Vigilio para asegurarle su fidelidad a los cuatro concilios ecuménicos (Nicea, Constantinopla, Éfeso, Calcedonia) y a la cartas pontificias. El 5 de mayo se abrió el concilio (II Constantinopolitano), presidio por Eutiquio, y los «Tres Capítulos» fueron definitivamente condenados.
Otra cuestión teológica turbó sin embargo nuevamente la vida de Eutiquio y del imperio: hacia el fin de su vida, Justiniano cayó en posiciones heréticas, y cuando el Patriarca osó oponerse, lo hizo arrestar, el 25 de enero del 565, y recluir en diversos monasterios, para exiliarlo finalmente en Amasea. A la muerte del nuevo patriarca Juan III el Escolástico, el 12 de septiembre del 577 el emperador Justino II restableció a Eutiquio en la sede patriarcal que legítimamente le esperaba. Muy popular, el viejo patriarca fue bien recibido en Constantinopla, y vivió en paz por cinco años, excepto una controversia teológica con el futuro papa Gregorio Magno acerca de la naturaleza del cuerpo resucitado, que Eutiquio en una de sus obras sostenía que sería impalpable. El libro fue entregado a las llamas.
Eutiquio murió finalmente el 6 de abril del 582, día hasta hoy dedicado a su memoria tanto en la Iglesia bizantina como en la latina. Su «Vita» fue redactada por el sacerdote Eustrato, su discípulo y compañero, bajo el emperador Mauricio. Además de su carta al papa Vigilio se conservan también un sermón suyo para la fiesta de Pascua y uno sobre la Eucaristía.






San Guillermo de Eskyll, abad
fecha: 6 de abril
n.: 1125 - †: 1203 - país: Dinamarca
otras formas del nombre: llamado también de Aebelhold, de Aebelholt, de Ebelholt, de Eskhill, de Roskilde, de Ise Fjord, de Paris, o del Paráclito
canonización: C: Honorio III 21 ene 1224
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En la isla de Eskyll, cerca de Roskilde, en Dinamarca, san Guillermo, abad, que pasó de un cenobio de canónigos regulares de París a Dinamarca, instaurando la disciplina regular en medio de grandes dificultades, y al amanecer del domingo de Pascua partió de esta vida.
Guillermo nació en 1125, en Saint-Germain, Crépy-en-Valois. Fue nombrado canónigo de la colegiata de Santa Genoveva de París. En 1148, Sugerio, abad de Saint-Denis, para cumplir el deseo del papa Eugenio II, estableció a los canónigos regulares en dicha iglesia y Guillermo fue uno de los que aceptaron con más entusiasmo la austera vida regular. La fama de su santidad y disciplina canónica llegó hasta Dinamarca, ya que, hacia 1170, recibió la visita de un joven danés, llamado Saxo Grammaticus, que había de distinguirse como historiador. Saxo había ido a invitar a Guillermo, de parte del obispo Absalón o Axel de Roskilde, a restaurar la disciplina de los monasterios de su diócesis. Guillermo aceptó y empezó su tarea con los canónigos regulares de Eskilsoe, en el fiordo de Ise. El éxito coronó los esfuerzos del santo, pero no sin dificultad. Los canónigos regulares de la región no tenían reglas ni disciplina alguna y no observaban la clausura. San Guillermo tuvo que expulsar a dos de ellos, pero a base de paciencia fue logrando que los otros entrasen por el camino recto. El clima riguroso, las persecuciones de los nobles y las pruebas interiores hicieron todavía más arduo el trabajo del santo; sin embargo, en los treinta años que desempeñó el cargo, tuvo el consuelo de ver que la mayoría de sus hermanos seguían sus pasos.
Tras fundar el monasterio de Santo Tomás en Seelandia, Guillermo emprendió la reforma de otras casas religiosas. El obispo Absalón, que era ya arzobispo de Lund, le sostuvo en todas las dificultades. En sus últimos años, el santo se vio envuelto en algunos asuntos semipolíticos y tuvo que salir de Dinamarca por un tiempo; finalmente volvió a su abadía, donde murió apaciblemente el 6 de abril de 1203. San Guillermo fue canonizado en 1224. Su fiesta se celebra en la actual diócesis de Copenhague, que sustituyó en 1952 al antiguo vicariato apostólico de Dinamarca, con ocasión del octavo centenario de la reorganización eclesiçastica llevada al cabo por Nicolás Breakspear.
Había en el antiguo santoral otro santo danés llamado Guillermo de Roskilde, cuya fiesta se celebraba el 2 de septiembre, cuya vida se basaba en crónicas que, al decir del P. Thurston, eran «poco dignas de crédito», y al que confundía con Guillermo de Eskyll. En el Martirologio actual, el tal Guillermo ha dejado de mencionarse, y el elogio de nuestro Guillermo dice «en la isla de Eskyll, cerca de Roskilde»; ahora bien, Eskyll corresponde a las ruinas de Hillerod, que no quedan propiamente cerca de Roskilde, aunque sí puede decirse que están cerca del fiordo del mismo nombre, en cuyo extremo está la ciudad de Roskilde; esta imprecisión geográfica hace pensar que se ha querido zanjar la cuestión identificando de una vez a los dos Guillermos.

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