miércoles, 14 de febrero de 2018

Obras literarias por autor

Isaac Asimov

Fundación y Tierra es una novela de ciencia ficción del año 1986 escrita por Isaac Asimov. Es la segunda secuela del Ciclo de Trántor, la quinta novela sobre la Fundación que escribió y, cronológicamente, la última de la Saga.

Estructura[editar]

El libro fue concebido en partes, al igual que la mayoría de la serie, pero estas no fueron publicadas por separado en ninguna revista.
  1. Primera parte: Gaia
  2. Segunda parte: Comporellon
  3. Tercera parte: Aurora
  4. Cuarta parte: Solaria
  5. Quinta parte: Melpomenia
  6. Sexta parte: Alfa
  7. Séptima parte: La Tierra

Argumento[editar]

El concejal Golan Trevize, el historiador Janov Pelorat y Bliss del planeta Gaia (todos se conocieron en el libro Los límites de la Fundación) inician un viaje en el que quieren encontrar el planeta en el que empezó la especie humana, la Tierra. El propósito del viaje es resolver la duda que Trevize mantiene acerca de la decisión que tuvo que tomar en la historia anterior de la serie, Los límites de la Fundación.
El primer planeta al que llegan con su nave, que les permite visitar cualquier punto de la Galaxia en un instante, es Comporellon, que reclama ser el planeta más viejo actualmente habitado. Aunque otros planetas también reclaman ser el planeta más viejo, el planeta original, Comporellon tiene una historia muy larga que lo hace probable. Cuando llegan, son arrestados, pero se escapan. En este planeta encuentran las coordenadas de 3 planetas espaciales. Los espaciales son los primeros colonos de la Tierra en el espacio por lo que estos planetas deberían de estar cerca del planeta original, la Tierra.
El primer planeta de los espaciales que visitan es Aurora, en el que casi los matan una manada de perros salvajes, son los descendientes de los perros domésticos que se han convertido en perros-lobos salvajes tras la desaparición de los espaciales del planeta. Consiguen escaparse cuando Bliss manipula las emociones de las mentes de los animales haciéndoles retroceder.
Después van a Solaria, donde encuentran que todavía existen espaciales. Han evolucionado para convertirse en hermafroditas por lo que no necesitan contacto con otras personas para su reproducción. Los habitantes de Solaria no tienen contacto físico entre ellos. También han desarrollado la habilidad de canalizar mentalmente grandes cantidades de energía con transductores en su cerebro que les permite controlar todos los robots que están a su cargo. Los solarianos evitan intencionalmente tener contacto entre ellos y solamente se reproducen cuando necesariamente tienen que reemplazar a alguien que haya muerto. Bliss, Pelorat y Trevize son recibidos por un solariano llamado Bander en su alojamiento formado por kilómetros de habitaciones y túneles. Casi los mata y Bliss tiene que matarlo en defensa de Trevize. Al morir, la energía de todo su complejo y robotsdesaparece. Mientras escapan se encuentran con un niño, que no ha desarrollado todas sus habilidades de transducción. Es el hijo de Bander, Fallom. Al intentar escapar se encuentran con un grupo de robots que le informan de que al morir Bander y no estar desarrollado Fallom van a matarlo y substituirlo por otro solariano. Bliss no puede evitar sentir una actitud protectora e insiste en llevárselo con ellos.
El siguiente planeta que visitan es Melpomenia, el tercer y último planeta espacial del que conocen su localización. Encuentran que su atmósfera de oxígeno ha desaparecido. Visitan una ciudad en sus trajes espaciales y llegan a la librería, dónde encuentran una estatua con las coordenadas de todos los mundos espaciales. Usándolas deducen que la localización de la Tierra se encuentra en el centro de esos mundos espaciales al ser el centro de colonización. Mientras salen del entorno hostil de Melpomenia, un hongo que se alimenta del dióxido de carbono infecta los trajes espaciales y la nave espacial y del que se libran gracias al calor producido por el blaster de Trevize disparando a la mínima potencia.
Visitan Alfa Centauri y se encuentran los remanentes de los habitantes de la Tierra, que después de muchos milenios fueron establecidos en ese planeta tras un desastre ambiental. Los nativos son muy amistosos, y Bliss, Trevize, Pelorat, y Fallom (que está aprendiendo a usar sus poderes) deciden tener un cierto descanso y relax. Una mujer que ha cogido cierta simpatía con ellos les avisa de que los nativos intentan matarles transmitiéndoles un virus artificialmente diseñado al cual la población del planeta es inmune pero no así los forasteros. Logran escapar por la noche, antes de que el virus pueda ser activado de forma remota. Al descubrir que Alfa Centauri no es el sistema origen de la humanidad, se dirigen al sistema que falta, el Sol.
Al aproximarse a la Tierra detectan que es altamente radiactiva, no puede tener vida y ellos mismos no pueden pasar más de media hora en su superficie. Ven su satélite, la Luna, que posee un tamaño desproporcionado para los satélites que ellos conocen de los mundos habitados y deciden visitarla. Cuando descienden, guiados por una fuerza desconocida, encuentran a R. Daneel Olivaw, que les explica que ha estado manipulando la humanidad durante miles de años con el fin de protegerla. Provocó la colonización de Alfa Centauri, la creación de Gaia y la creación de la psicohistoria (como puede leerse en Preludio a la Fundación y Hacia la Fundación). También manipuló de algún modo a Trevize en su búsqueda de Gaia (Los límites de la Fundación), aunque no en la decisión que tomó.
Trevize confirma la decisión que tomó ya que las experiencias que ha tenido en los planetas que han visitado en su viaje le confirma que la creación de Galaxia, una conciencia colectiva, es la elección correcta. Daneel continúa explicando que desde el comienzo de la civilización, el hombre se encontraba dividido. Esta fue la razón por la que provocara la creación de la psicohistoria y Gaia. La necesidad de entender la humanidad como un todo y no como la suma de las individualidades es su motivación.
El libro finaliza con una conclusión de Trevize en la que razona que en toda la Galaxia sólo han encontrado la inteligencia de la humanidad, no se ha enfrentado otra civilización de tipo alienígena a nuestro conocimiento. Esta situación podría continuar durante unos siglos, poco más de la milésima parte de la existencia de la civilización humana y podríamos estar seguros de las amenazas de otras civilizaciones extragalácticas que podrían dividirnos y dominarnos. "A fin de cuentas - y aquí sintió Trevize una súbita aprensión que se obligó a pasar por alto-, no es como si ya tuviésemos al enemigo entre nosotros. Y no bajó la mirada para no encontrase con los ojos reflexivos de Fallom (hermafrodita, transductora, diferente) que le estaban mirando fijos, insondables."








Hacia la Fundación es una novela escrita por Isaac Asimov y publicada de forma póstuma en 1993. Es la segunda de las precuelas del Ciclo de Trántor. Está escrita en el mismo estilo que la novela original Fundación, debido a que es una novela formada por capítulos con largos intervalos entre ellas. Ambos libros fueron publicados primero como historias cortas independientes en revistas de ciencia ficción.

Argumento[editar]

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
Empieza durante los últimos años del reinado del emperador Cleón I. El trabajo psicohistórico de Hari hace que entre en la escena política del Imperio como Primer Ministro del Emperador sustituyendo al Primer Ministro Eto Demerzel que desaparece misteriosamente. Hari sabe que Eto Demerzel realmente es el robot R. Daneel Olivaw que está intentando ayudar a la humanidad. Logró salvar su vida de un intento de asesinato en el que usaban a su propio hijo, Raych Seldon, a quien había enviado para que averiguase sobre la posible conspiración contra el Emperador. Le salva su mujer, Dors Venabili, que es realmente un robot.
Hari mantiene su posición como Primer Ministro durante la última década del reinado de Cleón I. Después del asesinato del Emperador por un jardinero, la consecuente Junta Militar le perdona la vida debido a un acuerdo en el cual Seldon dimitió de su cargo y apoyó a la Junta, dado su perfil de científico y como parte de la estrategia que intenta mantener la idea del Imperio.
Gradualmente, de forma similar a como le ocurre al declive del Imperio, pierde todo aquello que le es cercano. La esposa de Hari es asesinada tras las sospechas por parte de los militares de que se trata de un robot. Su hijo adoptivo Raych muere en la rebelión de Santanni contra el Imperio, mientras su nuera y nieta se pierden con la nave espacial que las transportaba. Yugo Amaryl, su compañero fiel, que ha trabajado de forma exhaustiva en el proyecto de la psicohistoria mientras él mismo era Primer Ministro o tenía otras tareas administrativas del proyecto muere por exceso de estrés en su trabajo.
Sólo le queda su nieta, Wanda Seldon, quien casualmente, casi coincidiendo con la muerte de Yugo Amaryldescubre que tiene poderes mentales que le permiten leer la mente de las personas y en cierta forma "empujarles" a hacer algo. Tras encontrar a otra persona, Stettin Palver, que también tiene este don se dedican a buscar a más personas ya que al encontrarse juntos sus poderes aumentan. De esta forma, un tanto casual, comienza la historia de la Segunda Fundación, sus actividades permanecen en secreto hasta para el propio Hari Seldon.
El Imperio Galáctico acelera su declive a medida que pasa el tiempo produciéndose un incremento de la inseguridad ciudadana, falta de luz en las bóvedas o carencia de especialistas médicos. Este declive coincide con los últimos días de Hari. En estos días establece el gran secreto de la psicohistoria, el plan diseñado a grandes trazos que se conocerá como la Fundación.









Las corrientes del espacio es una novela escrita en 1952 por el autor estadounidense de ciencia ficción Isaac Asimov. Es el segundo libro del Tríptico del Imperio Galáctico, que a su vez es la segunda parte de la Saga de la Fundación. El Tríptico del Imperio está ubicado en la época de la Segunda Oleada de Colonización, que avanzó más allá de los Mundos Espaciales, colonizando numerosos planetas de la Vía Láctea. Cada uno de los 3 libros del Tríptico está conectado a los otros libros, separados por un intervalo bastante grande de siglos.

Argumento[editar]

La historia ocurre durante el ascenso de Trántor desde ser una gran potencia regional hasta convertirse en un Imperio Galáctico, unificando millones de planetas. Esta historia ocurre alrededor del año 11.000 d. C. (inicialmente 34.500 d. C., según la cronología a principios de los años 1950), cuando el Imperio Trantoriano abarca aproximadamente la mitad de la Vía Láctea.
El planeta independiente Sark explota al planeta Florina y saca su gran riqueza procedente del kyrt, que es una fibra versátil que sólo puede ser cultivada en Florina. La relación entre los dos planetas es análoga a la situación entre las metrópolis imperiales y sus colonias a mediados del siglo XX, donde fuerzan a los florinianos a trabajar en campos de kyrt y son tratados como una raza inferior por los sarkitas. Los intentos de romper el monopolio de Sark y cultivar kyrt en otros planetas hasta ahora han culminado en fracaso. Mientras tanto, Trántor desea anexionar a su creciente Imperio estos 2 planetas.
Hay una broma oculta o una ironía en el dominio de Sark sobre Florina: el paralelo claro con el Sur americano que cultivaba algodón con el trabajo de los esclavos. El floriniano es una de las personas de tez más clara en una galaxia donde las categorías raciales parecen haber sido olvidadas, excepto por la gente de Sark. Uno de los protagonistas del libro, el doctor Selim Junz, es nativo del planeta Libair, donde viven algunos de los individuos más morenos de la Vía Láctea y siente compasión por los florinianos (el planeta Libair toma su nombre de Liberia, un país en África, que explicaría una herencia genética de piel morena).
La posible destrucción de Florina es predicha por Rik, un analista del espacio, cuya mente ha sido manipulada por el dispositivo de la sonda psíquica, causándole amnesia. Cuando Rik comienza a recordar su pasado, provocó una crisis política entre Sark, Florina y Trántor. Rik, nativo de la Tierra, había descubierto que el sol de Florina está a punto de convertirse en una nova porque está siendo alimentado por el carbono del espacio exterior, en las denominadas así "corrientes del espacio", que actúan más bien como corrientes oceánicas.
También es revelado al fin y al cabo que la longitud de onda especial enérgica de luz que está siendo emitida por el sol de Florina es lo que permite el cultivo de alta calidad de la fibra kyrt en Florina. Esta es la explicación de porque el kyrt no puede ser cultivado en otros planetas -ya que las estrellas en el proceso de convertirse en novas son muy raras y sobre todo estrellas con planetas habitados-.
Sin Florina, Sark perdería su fuente de riqueza, por lo cual hay renuencia en Sark para aceptar la destrucción de Florina. La solución para Trántor es comprar el planeta entero, lo que resultaría ser muy costoso, pero probablemente sería reembolsado en buena voluntad.
Incluso aunque no se haya establecido aún el Imperio GalácticoTrántor controla ya al planeta Tierra, que es en gran parte radioactivo, debido a los hechos relatados en Robots e Imperio. La idea de evacuar la Tierra es mencionada al final del libro, pero es fuertemente rechazada por Rik. Él insiste que la Tierra es el planeta original de la raza humana, aunque esto no sea generalmente aceptado.

Exactitud científica[editar]

La idea de "las corrientes de espacio" que causan la explosión de estrellas (supernovas) es creativa, pero ha sido desacreditada profundamente por la ciencia en las décadas posteriores a la publicación de Las Corrientes del Espacio. Existen 2 tipos de fusión estelar, que implican la presencia de carbono como una especie de catalizador. Pero los procesos son un producto simple del tamaño de la estrella y la temperatura. Ahora se cree que las estrellas que probablemente puedan tener planetas habitables no pueden transformarse en novas, aunque estas estrellas se conviertan en gigantes rojas al final de su existencia.








Los límites de la Fundación es la penúltima novela de la Saga de la Fundación, escrita por Isaac Asimov, publicada por Doubleday en Estados Unidos en 1982, y por Bruguera en España en 1983.

Gestación[editar]

Escrita 29 años después de la publicación del último libro de la Trilogía de la FundaciónSegunda Fundación, y 32 años después del primer relato de FundaciónLos límites de la Fundación supone el retorno de Asimov a la continuación de la saga. Según el propio Asimov, en el prólogo escrito para Fundación y Tierra en 1986, "los aficionados [...] me pidieron que continuase la serie. Les dí las gracias, pero seguí negándome. [...] Pero Doubleday se tomó aquellas peticiones con mucha más seriedad que yo".1​ De hecho le ofrecieron un contrato con un anticipo 10 veces mayor que el acostumbrado, pidiéndole que elaborara una novela de 140.000 palabras: el doble que cualquiera de los volúmenes anteriores, y casi el triple de cualquier relato individual. Para ello, Asimov tuvo que releer la Trilogía de la Fundación y, como él mismo dice, "respirando hondo, me puse manos a la obra".

Preliminares[editar]

Golan Trevize, consejero de la Primera Fundación, se interroga sobre la posibilidad de la existencia de la Segunda Fundación. Ésta debiera haber sido destruida, según la versión oficial, agotándose así sus superpoderes mentales que dirigían ocultamente los aconteceres del Imperio Galáctico. Tras una serie de intrigas políticas, Trevize se verá obligado a exiliarse en una astronave, en compañía del historiador Janov Pelorat. Pero una vez en el espacio, ambos decidirán dedicarse a la búsqueda del antiguo planeta Tierra.2

Argumento[editar]

Después de solucionar la Octava Crisis Seldon, la popularidad de la alcaldesa Harla Branno está por los cielos. En esos momentos, Golan Trevize, consejero de la Primera Fundación, descubre que el Plan Seldon sigue ejecutándose de una forma tan perfecta, que de hecho, las palabras de Seldon eran casi equivalentes a las de Branno al defender su política (mantener a Términus como capital de la Fundación) frente a sus oponentes. Trevize supone a que se debe a que la Segunda Fundación sigue existiendo y manteniendo el curso del Plan. Trevize es exiliado inmediatamente con el fin de buscar al planeta original de la humanidad, la Tierra, debido al temor de Branno de que la Segunda Fundación actuara inmediatamente.
En la Segunda Fundación, un joven Orador prometedor, Stor Gendibal, descubre que el Plan sigue ejecutándose perfectamente sin ninguna falla y supone que hay una fuerza más allá de la Segunda Fundación que mantiene el Plan en curso... de momento. Después de varios obstáculos, Gendibal sale a buscar a esa tercera fuerza, que resulta ser una supermente llamada Gaia.
Después de varias aventuras, Trevize, junto con Branno y Gendibal, terminan en Gaia, donde Trevize debe tomar la decisión concerniente al futuro de la Galaxia. Había 3 opciones: un Segundo Imperio tecnológico de la Primera Fundación, el Segundo Imperio mental previsto por Seldon y la Segunda Fundación, o Galaxia, una Gaia más grande que abarque toda la Galaxia.

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