jueves, 17 de octubre de 2019

CUADROS POR ESTILO

IMPRESIONISMO

Édouard Manet y su mujer (en francés Monsieur et Madame Édouard Manet) es un óleo sobre lienzo realizado por Edgar Degas entre 1868 y 1869.
Degas regaló este cuadro a Édouard Manet, pero éste lo despreció y rechazó e incluso destruyó una parte, por lo que fue motivo de una gran disensión entre los dos pintores.1​ Posteriormente Degas hizo restaurar la obra.1​ Actualmente se conserva en el Museo Municipal de Arte de KitakyushuJapón.










El ajenjo,[cita requerida] también conocido como Los bebedores de absenta[cita requerida] (en francésDans un café, dit aussi l'Absinthe —en español, En un café, también llamado la Absenta1​—), es una obra pictórica de Edgar Degas ambientada en el Café de la Nouvelle Athènes en la Place Pigalle de París. Es el café que frecuentaba Degas, después de que en su juventud prefiriese el Café Guerbois.2
Pintado en 1875-1876, y titulada originalmente Dans un café —En un café—, la pintura representa a dos figuras, una mujer y un hombre, que están en el centro de la pintura y la derecha, respectivamente. El hombre, vestido con un sombrero, mira a la derecha, fuera del cuadro, mientras que la mujer, vestida formalmente y con un sombrero, mira distraídamente hacia abajo. Un vaso lleno con el líquido verdoso, ajenjo, que da el mismo nombre al cuadro, se encuentra delante de ella. La mujer en la pintura es Ellen André, actriz, y el hombre es Marcellin Desboutin, pintor y grabador.1
Ambos están embriagados por el consumo de ajenjo o absenta, una bebida alcohólica de alta graduación a base de Artemisia absinthium además de otras hierbas tales como anís verde, muy difundida entre la población europea de la época y más tarde prohibida en muchos países.
Degas pone en evidencia el adormecimiento de la pareja producido por efecto de la bebida, y no elude representar el aislamiento y la marginación, aludiendo al creciente aislamiento social en esta etapa de rápido crecimiento de París. Coloca a los sujetos casi separados sobre la superficie pictórica, que resulta vacía en su mitad.
Estas personas aparecen completamente aisladas, y cada una tiene un estado de ánimo diferente. La actriz se encuentra absorta en sus pensamientos, mientras que el pintor fuma en pipa y mira con escepticismo al café, que queda fuera del cuadro.2
Del mismo modo que ocurre en Clase de danza, la perspectiva tiene aún un valor predominante, en este caso subrayada por la mesa y del encuadre típico del estilo de Degas.

Crítica[editar]

Fue expuesta en la segunda muestra de los impresionistas (1876). Allí tuvo muy duras críticas, recibiendo el apelativo de feo y repugnante. Fue almacenado hasta una exposición de 1892, donde fue abucheado.
De nuevo se exhibió en 1893 en Inglaterra (esta vez con el título de L'Absinthe); allí suscitó controversia. Las personas representadas en la pintura fueron consideradas por los críticos ingleses como horriblemente degeneradas y groseras. Muchos consideraron que era un ataque a la moralidad; este es el punto de vista generalizado entre victorianos como sir William Blake Richmond y Walter Crane cuando se expuso en Londres. La reacción es una muestra de la honda sospecha con la que la Inglaterra victoriana miraba al arte francés desde los primeros días de la escuela de Barbizon y la necesidad de encontrar una lección costara lo que costase, que era típica de la época. Muchos críticos ingleses la vieron como una lección contra el ajenjo y lo francés en general. George Moore añadió: «No es una buena historia, pero enseña una lección».









El almuerzo de los remeros (1881, en francésLe déjeuner des canotiers) es un cuadro del pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir, que se conserva en la Colección Phillips, en Washington D. C.
El cuadro muestra un grupo de amigos de Renoir descansando en una terraza del restaurante Maison Fournaise1​ sobre el río Sena en Chatou, Francia. La escena muestra un clima de alegría popular que se asemeja a una obra anterior suya, Baile en el Moulin de la Galette (1876). Por otra parte, Renoir ya había retratado tanto el local como el tema del remo en otra obra, Déjeuner chez Fournaise (1875).
En esta obra, Renoir representa a sus amigos y clientes habituales del establecimiento, como el pintor y mecenas, Gustave Caillebotte, sentado en primer plano a la derecha, hablando con la actriz Angèle Legault y el periodista Adrien Maggiolo.1​ También en el primer plano, a la izquierda, se ve a la futura esposa de Renoir, Aline Charigot,12​ iluminada por un rayo de sol jugando con un perrito. Detrás, de pie y en camiseta blanca, el hijo de los Fournaise, el encargado de los barcos de remo, contempla la reunión. Acomodada en la barandilla está su hermana Alphonsine escuchando al barón Barbier, situado de espaldas al espectador. La muchacha en el centro, ligeramente a la derecha, bebiendo, es Ellen Andrée,1​ una actriz que fue modelo también para otros impresionistas como Degas,2​ Édouard Manet,2​ y Henri Gervex.2​ En la parte posterior aparecen, un hombre con sombrero de copa y los amigos de Renoir, Lestringuez y Lhote, que hablan con la actriz Jeanne Samary.
La composición se ordena siguiendo dos diagonales, la primera agrupa a los hombres en camiseta (remeros), la segunda va desde el faldón izquierdo del mantel hasta el lado derecho del fondo, de esta forma se crea profundidad. En la intersección destaca la mesa con el mantel blanco y su naturaleza muerta o bodegón donde hay un barril, botellas, copas y una cesta de fruta.
En este cuadro Renoir capturó una gran cantidad de luz. Como se puede apreciar, la mayor cantidad de luz viene de la gran abertura en el balcón, detrás del hombre en camiseta y sombrero. Las camisetas de ambos hombres en el fondo y el mantel de mesa actúan en conjunto para reflejar esa luz y enviarla a través de toda la composición. A diferencia de otras obras impresionistas, en esta se puede apreciar cierta nitidez en las formas.
La obra evoca ciertos elementos adaptados al mundo profano de la obra Las bodas de Caná de Veronese, una de las obra preferidas de Renoir.[cita requerida]
El cuadro tuvo un papel protagónico en la película El fabuloso destino de Amélie Poulain (2001), de Jean-Pierre Jeunet.
Fue expuesto en la séptima exposición impresionista, en 1882. El marchante Durand-Ruel compró la obra y la dio a conocer por el mundo. La presentó en LondresNueva York y Boston, entre otras ciudades. En 1923 compró la obra el coleccionista Duncan Phillips por 125 000 dólares.

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